Promesas sin cumplir.

By: Annie-chan Diethel

~ · . Capítulo 1: El vacío de la realidad. . · ~

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Todo resultaba extraño y vacío, todo estaba oscuro, inerte... muerto. Sabía que parte de todo aquello era culpa mía por no poder sentir, por no permitirme sentir, pero la otra parte, igual que la mía, era de él.

Todo había estado siempre en calma, tranquilo, en paz... Él era la paz que brotaba en mitad del caos, la calma que había en el interior de una fuerte tormenta... Mi delito fue no saberlo hasta ahora. Bien dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde... Ojalá no fuese tan cierto como lo es.

Siempre supimos que entre nosotros nunca hubo ni la más mínima muestra de afecto, ni siquiera podía decirse que fuésemos algo así como amigos... Solo era una mera costumbre. Sí, tan doloroso como cierto, simplemente nos acostumbramos a estar juntos, sin ni siquiera apreciarnos mutuamente, dando por hecho que nuestros destinos estaban obligatoriamente ligados. Confesaba que, había veces que al mirarlo pensaba en lo realmente afortunada que era al tenerlo tan cerca, tan mío... Sin embargo, ese resquicio de aprecio se esfumó con mi niñez, al igual que desaparecen otras cosas con el tiempo, como las ganas de jugar o de soñar despierta. Quizá solo fuese eso, un juego de niños, un mero sueño infantil... Un sueño que la madurez destruyó, sin dar ni siquiera esperanza para recuperarlo. Admitía que extrañaba aquellos momentos en los que admiraba tenerlo cerca o que me entusiasmase su simple roce, añoraba los momentos en que las miradas que me dirigía estaban cargadas de dulzura y ternura. Echaba de menos aquel tiempo en el que no importara nada que no fuese tenerlo ahí, verlo siempre, tocarlo de vez en cuando, aunque solo fuese para golpearlo... Aún recordaba su suave y musculosa piel, y hasta podía sentirla bajo mis dedos... Pero los años no perdonaban y continuaron pasando frente a mis ojos. Y podía ver claramente que los suyos ya no mostraban ni dulzura ni ternura ni nada por el estilo, es más, rara vez me miraba siquiera. Casi no hablábamos, era tan evidente lo que uno pensaba del otro que las únicas palabras que intercambiábamos era cuando yo le ordenaba algo y él protestaba, aunque al final siempre lo hacía. Poco a poco, nos dimos cuenta de que ahí no había absolutamente nada que hacer. Si el asunto trataba de crear cariño entre él y yo, era evidente que era tarea imposible. No se puede crear amor de la costumbre... Digan lo que digan, no se puede. Sin embargo, tampoco queríamos alejarnos uno del otro porque era una estupidez romper un buen equilibrio por una estúpida falta de aprecio. No importaba que no nos quisiésemos, nos hacía bien tenernos cerca. Sin embargo, el tiempo es traidor, y la fecha de la boda acabó por fijarse. Y estaba muy cerca. Llegó el momento de sentarnos a decir con palabras lo que ya sabíamos solo con mirarnos. Había que enfrentarse a ello. Podía ver su tristeza en el rostro, oculto tras sus mechones castaños, y sentirla en su voz quebrada al pronunciar tan precisas palabras.

- No habrá boda... Y lo sabes.

- Sí, lo sé.

Mi voz también se quebró sin querer. Él alzó la vista para mirarme a los ojos, los cuales estaban derramando lágrimas traicioneras por mis mejillas. Pude ver que él también las contenía.

- Sabes también que tú y yo, por mucho que diga mi familia, no estamos hechos para estar juntos. Y sabes también que no nos queremos, ni tú a mí... ni yo a ti.

Aunque ya lo sabía con anterioridad, me dolió escucharlo. Sentí cómo se me clavaba un puñal en el corazón. Posiblemente, una pequeña parte de mí deseaba escuchar lo contrario. Pero todo lo que Yoh decía era totalmente cierto. No yo le quería ni él me quería a mí. Entonces, ¿por qué dolía tanto? ¿Tan fuerte era la costumbre?

- Así que lo mejor será romper el compromiso.

- Lo sé, no podemos mantenernos como mutua costumbre, Anna. Sé que tú también lo sabías desde el principio. Además... no quiero retener más tu vida aquí. Debes ser libre para escoger con quién quieres pasar el resto de tu vida... Y yo también.

- Entiendo.

Me quedé callada unos instantes, mirándole a los ojos, los cuales ya habían desprendido un par de lágrimas. Me sequé las mías y lo abracé, gesto que nunca había hecho y que no volveré a repetir.

- Lamento haberte arruinado la vida con todo lo que te hice, Yoh. Te pido perdón por todo.

- No me has arruinado nada, Annita. No me has arruinado nada.

Él también me abrazó y me acarició suavemente el cabello. Después de un largo rato así, nos separamos ligeramente para mirarnos a los ojos, pero él esquivó mi mirada y habló de nuevo.

- Aunque sé que es una completa falta de respeto por mi parte, Anna, me gustaría pedirte una cosa...

- Dime.

- Es que... Verás, en todo este tiempo que hemos estado prometidos, en un pequeño rincón de mi corazón, siempre anhelé probar tus labios... Perdóname, estarás pensando que soy un imbécil... Ignora eso...- se dispuso a irse, pero yo lo interrumpí.

- El caso es... que un pequeño apartado de mí también quiso probar los tuyos...

El sorprendido Asakura me miró incrédulo. Estaba yo, Anna Kyouyama, la itako fría y calculadora, accediendo a que me besaran, y había llorado un poco... Pero me daba igual, después de todo, había sido mi prometido desde hacía muchos años y, ahora que íbamos a separarnos exigía al menos recibir un beso de despedida. Él se acercó a mí, lentamente, y colocó su mano en mi cadera y con la otra me acarició suavemente la mejilla. Sonreí.

- Siempre quise hacer esto.- confesó. Yo no respondí.

Se inclinó levemente para que nuestros labios hiciesen contacto, para luego abrirse paso en el interior de mi boca a su antojo, al igual que hacía yo en la suya. Deslicé mis brazos alrededor de su cuello, estrechándolo más hacia mí. Nunca más sentí nada parecido en un beso. Después de cumplir nuestro pequeño y secreto anhelo, cogí una maleta, la llené con algunas de mis cosas y me dirigí a la puerta, donde él me esperaba con gesto serio y triste. Realmente, mi mente no digería aún la idea de alejarme de él para siempre... Dejé mi maleta en el suelo mientras me ponía, con su ayuda, el abrigo y los guantes. Le permití que me colocara el gorro él y sonreí.

- Quiero que sepas que, aunque solo fuese por costumbre, ha sido un placer conocerte. Espero que todo te vaya muy bien en la vida, Yoh.

- Lo mismo te digo, Anna. Prometo que nunca te olvidaré. Después de todo, aún tengo marcas de tus golpes.

Ambos reímos, casi sin ganas, solo por rebajar el tenso ambiente el momento. Me abrazó fuertemente, como si realmente quisiese que continuase allí, con él, y me besó fugazmente en los labios, beso que aun conservo marcado ahí. Volví a agarrar mi maleta y me marché, dándote la espalda, mientras sentía sus ojos fijos en mi espalda. Busqué un hotel en el que alojarme mientras encontraba alguna casa para vivir y, cuando la recepcionista me dio la llave, subí a la habitación.

Arrojé la maleta en el suelo con desgana al entrar e inspeccioné el lugar. No estaba mal, suficiente para pasar un par de días... Pero no podía evitar sentir un enorme vacío dentro de mí. Todo daba tantas vueltas... De repente, toda la habitación se tornó oscura y me sentí débil. Caí de rodillas al suelo tomando una fuerte consciencia de lo que ocurría. Yoh Asakura era el muro de mi fortaleza... Y sin él mi mundo se venía abajo.

Me senté en la cama y miré la ventana que daba justo enfrente. Vi cómo los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, y como iluminaban parte del suelo, a escasos centímetros de mis pies, manteniéndome en la oscuridad. Me regañé por volver a pensar en Yoh, en la luz que emanaba para iluminar mi camino, inconscientemente, y en aquellos ojos que me sacaban de la oscuridad... En aquel lejano tiempo...

Las lágrimas volvieron a salir sin mi permiso desde mis ojos hasta mi barbilla, pero no intenté detenerla, ni a esa ni a las que la siguieron. Y por primera vez en mucho tiempo, lloré amargamente.

Solo por desprenderme de una costumbre... Por no saber sentir...

Continuará...

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Hola! Aquí estoy de nuevo. Espero que les agrade este fic porque será cortito (esperemos -.-). No quiero demorarlo mucho porque luego no continúo el resto de mis fics y pasa lo que pasa xD. Bueno, dejen reviews si quieren y si no, pues no los dejen ^-^ Solo espero que les haya gustado.

Atte.: Anna Diethel Asakura (Annie-chan Diethel)