Disclaimer: Ningún personaje me pertenece a mi, todos son propiedad de J. K. Rowling a excepción de Taylor Momsem, ella si es real, es vocalista de mi grupo favorito The pretty Reckless.

Cabe aclarar que soy nueva en esto y es mi primer fanfic y estoy muy emocionada con este resultado, espero no les moleste dejar unos cuantos comentarios, los comentarios me sirven muchísimo de inspiración, menti, no es mi primer fic, he escrito muchos mas pero los elimine ya que tenían pocos comentarios, espero y este sea de su agrado y no sean malitas, cada capitulo que eh escrito es inspirado en una canción.

Si gustan pueden leerlo mientras escuchan la canción con la que yo estuve escribiendo, se llama Kansas – Dust in the wind.

Por cierto, la historia estará basándose en el pasado y presente, no se me vayan a confundir, pero para eso antes de comenzar arriba del texto pondré: PA = pasado y PR = Presente.

Sin mas, aquí les dejo mi primer capitulo de Ultimo Respiro.

PR

El día parecía estar a juego con su estado de animo, todo estaba completamente nublado y el viento soplaba con ligereza mientras las grandes nubes comenzaban a dejar caer ligeras gotas de agua.

El despacho de Albus Dumbledore resultaba acogedor, Hermione Granger estaba a la espera de la nueva directora de Hogwarts, se acerco a la gran ventana dejando que todo el viento jugara con sus rizos castaños y unas cuantas gotitas de la llovizna cayeran en su carita ocultando la pequeña lagrima que caía por su mejilla.

Suspiro con cansancio y recargo ambas manos en el gran marco dejando caer su cabeza entre sus hombros, esto es, esto es el gran final de su vida en el mundo mágico, el chasquido de una puerta al abrirse la hizo voltear rápidamente, Minerva McGonagall llevaba entre sus manos un pergamino y el semblante serio.

-¿Entonces?- susurro Hermione

-El ministerio ha aceptado…- La anciana directora le estiro el pergamino y Hermione lo tomo con rapidez.

Leyó rápidamente y se dejo caer en la silla más cercana con los ojos cerrados. Habían aceptado su solicitud para abandonar Hogwarts y volver al mundo Muggle.

-Espero este lista señorita Granger, y este verdaderamente segura de hacer esto, aun hay vuelta atrás- McGonagall la miro con ojos esperanzadores pero Hermione solo respondió levantándose de la silla y tocando con la varita su baúl para que desapareciera con dirección a su hogar.

-Lo estoy profesora, es necesario hacer esto, no puedo seguir con mis estudios esperando esto- Hermione acaricio su vientre con delicadeza y se dirigió hacia la chimenea.

-Esta bien querida, esta bien- McGonagall acaricio los brazos de Hermione y la miro con ternura – Sabes que cualquier cosa puedes mandarme una carta querida, te responderé, también tendrás mi apoyo, el de Hagrid y los señores Weasley, si necesitas algo no dudes en consultarlo, un medimago te estará visitando cada tanto tiempo, el te avisara cuando vaya a ir, irán a checar a ese bebe una vez al mes y puede que vaya entre cada semana para verificar que todo este en perfecto orden ¿Esta bien?- Hermione asintió, todo parecía tan extraño, jamás se imagino a ella en una situación como esta se hecho a llorar en los brazos de su profesora mientras ella acariciaba con amor su cabello.

-Ya es hora- McGonagall asintió y tomo el tarro con los polvos Flú ofreciéndoselos a la castaña.

-Todo estará bien Hermione-La chica tomo su posición, tomo un puño de polvos y con voz autoritaria dicto su lugar de destino.

PR

El comedor del gran castillo estaba lleno, varios alumnos reían y bromeaban entre si, muchos de ellos cuchicheaban sobre el nuevo gran chisme del castillo. En la mesa de Gryffindor muchos notaron la falta de una linda castañita, mientras que cuatro personas no le tomaban tanta importancia, o eso era lo que querían demostrar.

-Harry pásame las patatas con queso- Ron Weasley estiro el brazo en dirección a Harry en la espera del gran bol con el suculento alimento.

-No, tu alcánzalo- Ron bufo con molestia y se estiro un poco mas para tomar el bol dándole un codazo a Harry en el pecho.

-¿Qué hay de nuevo en el Profeta?- Preguntó Ginny

-Nada, solo lo de siempre, ahora que Voldemort ah muerto y todo mundo ha regresado a clases y tratado de rehacer su vida las noticias siguen tratando de centrarse en lo que paso en la Guerra- Harry doblo el pergamino y continuo con su alimentación.

-Chicos- Ginny trato de ganar la atención de los muchachos, pero estos no se veían muy empeñados en tomarla en cuenta.

-¿Y ya no han inventado ninguna nueva historia acerca de lechuzas endemoniadas tratando de sacarte los ojos?- Ron trago un gran trozo de comida y bebió de su zumo de calabaza.

-No de hecho…-

-¡Chicos!- Ginny tomo la mano de ambos muchachos y los miro suplicante, ya todos habían tratado de evitar el tema de conversación que se avecinaba, pero Ginny Weasley no podía más.

-Se que… se que no se lo merece, nos ah traicionado lo se, pero ahora ya no están juntos y si el rumor fuera cierto no creen que…-

-Gin- Harry soltó bruscamente la mano de la chica y la miro con seriedad. –No le busques solución, si es real o no, que se las apañe ella sola, y si ya no están juntos fue por algo, aun así nos ah traicionado, ella se lo busco- Tomó un panecillo de moras y se levanto del lugar sin mirar atrás abandonando a sus amigos y el gran comedor.

-Ron- La pelirroja miro suplicante a su hermano, quien solo atino a agachar la cabeza apenado. -¿No vas a decir nada?-

Silencio.

-Bien, siempre haz sido bien cabezota, siempre haz estado de lame botas con Harry, siempre haces lo que el dice Ronald ¡Cuando comenzaras a tomar tus propias decisiones!- Ginny se puso de pie molesta y tomo de la camisa a su hermano juntando sus caras – Ustedes pueden hacer lo que quieran pero yo ya me harte, así no son los amigos y yo me encargare de que Hermione vuelva a confiar en mi- Y sin decir mas soltó su camisa y tomo la misma dirección que Harry hacia la gran salida del comedor.

Ron volvió la mirada hacia su plato de comida, se encogió de hombros y volvió a engullir todo a su paso.

Ginny caminaba apresurada a su Sala Común dijo con rapidez la contraseña y entro ignorando la presencia de Harry en el sillón, subió rápidamente las escaleras y toco la puerta del cuarto del Premio Anual-

-Hermione si me escuchas abre la puerta por favor soy yo Ginny- Ginny espero con impaciencia sin recibir respuesta, toco la puerta unas cuantas veces mas hasta desesperarse por completo y abrirla encontrando el lugar completamente vacio de objetos personales.

PR

Un sonoro trueno la hizo despertar con un sobresalto, suspiro con cansancio y salió de su cama, camino rumbo a su baño y se desnudo, manipulo las llaves de agua para hacerlas de su agrado y entro. Enjabono su cabello con lentitud pensando en todo lo que se avecinaría ahora.

Hoy seria el día en el que saldría a buscar trabajo, necesitaba un trabajo decente y manejable, lo ultimo que necesitaba era estresarse y tener problemas con su embarazo. Bajo las escaleras directo a la cocina en busca de algo para desayunar, se preparo unos waffles y una malteada de chocolate, su favorito.

Tal vez seria mejor esperar a que la lluvia cesara, esta temporada de lluvias se había adelantado un poco y había tomado una gran brusquedad, no sabia nada sobre si lo probable era que se avecinara un huracán, tendrá que comenzar a ver las noticias y ponerse al tanto de Londres, lavo su plato y vaso y se dirigió hacia la sala, tomo asiento en el sillón y encendió el televisor, estaban pasando un programa sobre bromas el cual logro entretenerla un rato.

No llevaba ni 24 horas en su nuevo hogar y ya comenzaba a extrañar Hogwarts, miro la hora, eran las once de la mañana y la lluvia no cesaba, cerro los ojos y se recostó un poco conforme acariciaba su vientre, solo tenia dos meses de embarazo y el estomago aun no crecía, había tomado la decisión de abandonar el colegio ya que no podía soportar ir a clases y ver a Draco coqueteando con otras chicas, que Ron y Harry pasaran de largo y se sentaran alejados de ella y si se hubiera quedado probablemente seria la burla de todos ya que su vientre poco a poco se haría notoria, además Draco había dejado en claro que ya no quería tener nada que ver con ella y no quería darle explicaciones sobre el bebé que ella estaba esperando ahora.

Esto era depresivo, había abandonado su sueño de convertirse en auror, el colegio que mas amaba con la persona que mas amaba, pero el la abandono primero, estaba embarazada de el y solo tenia 18 años, ahora se encontraba en su hogar sola y sin padres que la apoyen, no había manera de hacerlos recuperar la memoria así que lo mejor fue seguir su camino sola y con esfuerzo. ¿Cómo había llegado a esto?

Se levanto y comenzó a dar vueltas por el lugar, no tenia carro y se suponía que iba a dedicarse todo el día a buscar un empleo, el poco dinero que tenia le duraría uno o dos días como mínimo, con resignación se acerco a su ventana observando como las gotas golpeaban el pavimento de la calle, y un auto negro con vidrios polarizados se adentraba al garaje de la casa de enfrente, en seguida reconoció a la chica rubia con traje de empresaria bajándose del auto.

-¡Taylor!- Abrió rápidamente la puerta de su hogar y corrió a mitad de la calle

-¡Taylor!- Hermione logro llamar la atención de la chica que ahora se encontraba tratando de abrir la puerta de su hogar cubriéndose la cabeza con un portafolio.

-¡Hermione!- Hermione no se lo pensó dos veces y corrió hacia los brazos de aquella rubia chica, ambas se fusionaron en un gran abrazo que dio paso a las lagrimas.

-¿Qué estas haciendo aquí Bibí? ¡Oh por Dios! ¡Mírate como haz crecido!- Taylor tomo entre sus manos la cara de Hermione quitándole los pequeños mechones de la cara.

-¡Lo se! ¡Mírate tu sigues igual de hermosa Tay!-

-Ven pasemos, no vaya a ser que nos resfriemos- Hermione asintió y ambas se adentraron a la casa de Taylor, era demasiado cálido el lugar, la alfombra era blanca y justo frente a ella se encontraban unas enormes escaleras que daban paso al segundo piso a su lado derecho una chimenea con un sillón verde frente a ella, justo al lado había un comedor de piedra y hacia su izquierda la cocina, al lado de la cocina había una puerta con una historia que dictaba 'Despacho Taylor Momsen'.

Taylor era una chica muy alta con el cabello rubio hasta la cadera y con pequeñas ondulaciones, siempre usaba maquillaje oscuro en los ojos resaltando lo gris de ellos y tena un pequeño arete arriba del labio del lado izquierdo, parecía un lunar, su complexión era muy delgada pero esa chica si que era muy atractiva.

-Vaya Tay, si que te ah ido muy bien en el trabajo- Hermione siguió a Taylor hasta el segundo piso directo a la habitación de la rubia.

-Y vaya que si, la empresa me ah pagado muy bien, mi trabajo es excelente, pero cuéntame como es que haz vuelto, ¿Qué no estabas en esa escuela de magia?- Taylor siempre ha sido su mejor amiga de la infancia, siempre han estado juntas y ella sabia todo sobre ella, a los 15 años se separaron ya que Taylor fue enviada a Alemania a estudiar y Hermione siguió con su vida, todavía mantenían el contacto pero durante el ultimo año lo habían perdido.

-Asi es, por cosas de la vida que luego te contare tuve que volver- Ambas chicas comenzaron a desnudarse quedando en ropa interior, Taylor le extendió una blusa blanca manga larga y unos pants grises, ella se puso lo mismo pero la blusa era roja y el pants azul.

-Ven vamos abajo, preparare un chocolate caliente y enseguida platicamos ¿Te parece?- Hermione asintió y la tomo de la mano bajando juntas hacia la cocina.

-¿Te gusta con canela Bibí?- pregunto Taylor.

-Si Taylor si, y deja de decirme así que ya no somos unas niñas- ambas chicas rieron y tomaron asiento en el gran sillón verde.

-Empieza tu Taylor-

-Bien, cuando me fui a Alemania conocí a un chico, nos enamoramos y hemos estado juntos desde entonces, a mis 24 años ya busco casarme pero el no se que piensa de la vida, nos vinimos a vivir juntos de nuevo para acá, bueno no juntos juntos el tiene su casa y yo la mía ya sabes como son mis padres, y bueno la empresa de papá ha ganado mucho, Mitch y yo trabajamos ahí y nos ah ido muy bien y es todo. Tu turno pequeña- Taylor le dio un pequeño trago a su chocolate.

-Bieeen, esto no es fácil Tay, ¿Recuerdas que te conté sobre una guerra?-

-Si claro tu amigo Harry el niño que sobrevivió, el que no debe ser nombrado y eso-

-Bueno, hace un año tuve que volver y borrarle la memoria a mis padres, no quería que los lastimaran, después de eso se desato la guerra Harry gano y todo volvió mas o menos a la normalidad- Hermione bajo la vista apenada mientras le soplaba a su chocolate.

-Pero, ¿Eso no es todo? ¿O si?- Hermione negó y continuo.

-Conocí a un chico, bueno ya lo conocía, durante este año anduvimos unos cuantos meses y luego el término conmigo, fue muy cruel la verdad jamás me lo espere-

-Hermione, esa no es la razón por la que volviste, ¿Estas buscando a tus padres?- Negó nuevamente.

-Desgraciadamente mis padres ya no pueden recuperar la memoria, creo que los dejare continuar con su vida y no perturbarlos con una hija que ellos no recuerdan haber tenido-

-¿Entonces?- Taylor estaba un poco desesperada.

-Bueno, quede embarazada y ya no puedo continuar con mis estudios, tuve que volver y buscare un empleo- Hermione comenzó a llorar y Taylor solo atino a abrazarla.

-No se que hacer Taylor, solo tengo 18 años no puedo vivir sin tener dinero tengo que darle lo mejor a mi bebé la casa que tengo fue por un préstamo del mundo mágico y yo estoy sola, no tengo familia y mis amigos me abandonaron apenas supieron lo mío con ese chico- el llanto de Hermione le rompió el corazón a Taylor, la abrazo con mas fuerza y le susurraba al oído para tranquilizarla.

-Todo saldrá bien Hermione, no te preocupes yo te ayudare- Ambas chicas se separaron.

-Solo necesito un empleo digno Tay, es todo- Se tallo los ojos para quitarse las lagrimas y miro fijamente a la rubia quien tenia una gran sonrisa en la cara.

-Y lo tendrás, eh estado buscando secretaria, eh despedido como a cuatro todas son unas inútiles, solamente tendrás que pasarme llamadas y hacer unos cuantos papeleos para mi Herms- Taylor tomo entre sus manos las manos de su amiga.

-¿De verdad?-

-Asi es, ganaras dos mil quinientos dólares por quincena querida, que mas quieres, nadaras en dinero en unos cuantos meses, vender carros y crearlos es una de las mayores oportunidades para ganar dinero, pero tu solamente harás papeleos y pasarme llamadas-

-¡Por Dios amiga muchas gracias!- Hermione se lanzo sobre Taylor y ambas comenzaron a reir juntas, la tarde entera la pasaron unidas, Taylor acompaño a Hermione al centro comercial para poder comprar su ropa de trabajo, la lluvia ceso para las cuatro de la tarde y decidieron comer.

Bien dicen que las cosas mejoran en algún momento, Hermione no podía estar mas feliz, había conseguido un muy buen empleo, se había rencontrado con su gran mejor amiga y ahora podía estar agusto esperando a su hijo, su futuro podría ser mejor de lo que pensaba.

Pero jamás evitaría recordar los momentos que la llevaron a eso, su pasado con Draco Malfoy siempre estaría latente en su vida y la historia que tuvieron juntos es algo imposible de olvidar.

PA

Ultimo año en Hogwarts, todos habían regresado un poco alegres, muchas familias aun se encontraban recuperándose del dolor por la perdida de un familiar, casi un año después de la guerra el mundo mágico había optado por seguir adelante, arreglaron todos los destrozos y se hizo una colecta para las familias mas afectadas.

Ella se había refugiado en la madriguera con Ron y su mejor amiga Ginny, los señores Weasley habían aceptado a Harry y a ella como si fueran sus hijos realmente y el regreso al colegio fue tan agobiante. Todo mundo buscaba llamar la atención de ellos, claro que hubo varias personas hipócritas alegando ser los mejores amigos de ellos y los Slytherin…

Odio, es la palabra perfecta para describir como fueron tratados, si antes eran los mas odiados ahora eran repudiados y odiados al mismo tiempo, en especial cierto rubio que estuvo involucrado en la muerta de Albus Dumbledore.

Draco Malfoy era tratado peor que una alimaña, insultado por sus compañeros y hasta sus profesores que no evitaban ocultar el hastió que sentían hacia el, estaba completamente solo, su padre había sido encarcelado, jamás vería la luz del día de nuevo, su madre era solo un cuerpo presente, su mente siempre se encontraba viajando y con Snape muerto se había quedado completamente solo

Hermione es de esas personas que creen que las segundas oportunidades son dignas de gente que la merece, por eso cuando se topo con Draco aquella noche decidió que el lo era.

La oscuridad de la noche era terrorífica, para Hermione dormir ya no resultaba tan sencillo y uno de los privilegios como premio anual que había modificado con McGonagall era el visitar el lago a la hora que se le plazca, bajo con cautela hasta el lugar y salió dejando que el viento golpeara su cara, avanzo entre la penumbra ajustando su bata a su pequeño cuerpo para calmar el frio, visitar el lago por las noches lograba llevarla a un nivel de relajación desconocido.

Dejo caer su cuerpo debajo de un árbol sobre una roca enorme, había maniobrado bastante para llegar al lugar deseado, las rocas que la rodeaban estaban enterradas bajo el agua, pero con un poco de equilibrio evito mojarse y brincar una por una, tomo sus piernas entre sus brazos y recargo su barbilla en sus pequeñas rodillas, cuando ella muera, le gustaría que sus cenizas fueran depositadas en ese lago, viajar convertida en polvo con el movimiento del viento, Hogwarts fue el lugar donde vivió los mejores momentos de su vida y desearía que su ciclo de vida terminara ahí.

-Creo que estas invadiendo un espacio personal que no te corresponde Granger- Hermione pego un brinco de sobresalto y giro poniéndose de pie buscando al dueño de esa voz, no había nada a sus espaldas más que maleza y arbustos.

-Aquí arriba- Hermione obedeció a la voz y sonrió al toparse con la mirada triste de Draco Malfoy.

-Y yo creo que tu eres el que lo invade, nadie es dueño de este lugar Malfoy-

-Eh venido aquí por las noches durante 7 años, creo que eso lo convierte en mío ¿No crees?- ante el movimiento de cabeza negativo de la chica Draco solo atino a bufar con molestia.

-Porque no bajas Draco, es mas cómodo estar aquí- Hermione volvió a sentarse en la gran roca y palmeo a su lado incitando a Draco a bajar, el chico estaba medio acostado sobre una gruesa rama del árbol, su cabello rubio caía rebeldemente sobre sus ojos la camisa blanca dejaba un poco al descubierto su blanco y formado pecho que subía y bajaba por su respiración.

-No, mejor sube tu- Hermione dudo unos segundos, Draco sabia que la chica le temía a las alturas por eso su sorpresa fue grande al observarla ponerse de pie y estirar los brazos hacia el para ayudarla a subir.

-¿Me ayudas?- desde esa altura podía observar perfectamente sus senos con la blusa escotada que llevaba la chica, se veía tierna, como una niña pequeña jugando a escalar arboles, los mechones de su cabello bailaban conforme el viento los manipulaba, su boca carnosa y roja estaba entreabierta tomando la respiración por ahí.

-No, será divertido observar como subes tu, se que le temes a las alturas y además lo ultimo que quiero es tocarte Granger- Draco volvió a acomodarse en la enorme rama observando la mirada de decepción en aquellos ojos color miel.

Hermione asintió y con una mano tomo una rama se impulso hacia arriba y esta crujió, no estaba muy confiada con lo que iba a hacer así que mejor retrocedió.

-Bueno, de todos modos estar aquí sentada me parece mejor idea- Estaba a punto de inclinarse cuando una mano fría tomo la suya que estaba recargada en la misma rama que crujió hace unos segundos al sentir su peso.

-Eres una inútil Granger, ahora resulta que ni escalar arboles puedes después de haber peleado en la guerra, dame tu otra mano- Hermione obedeció y enseguida sintió el tirón que le dio el chico para hacerla subir, segundos después ya estaba sentada a su lado.

-Gracias- susurro evitando tener contacto visual, se había ruborizado un poco y ni ella sabia la razón.

-¿Y a que haz venido?- Draco volvió a medio recostarse en la rama mientras Hermione se recargaba en el doblez que tomaba hacia arriba, ese árbol si que era enorme.

-No eh podido dormir, por las noches suelo venir al lago, solo que esta vez se me hizo un poco tarde, por lo general vengo entre las doce en punto, no a las tres de la mañana-

-Eso explica porque jamás me eh topado contigo aquí Granger- El momento le parecía un poco incomodo y fuera de lo normal a Hermione, Draco estaba tan relajado y serio, no había insultos, se tomo la libertad de observarlo para encontrarse con la misma mirada que ha tenido desde el regreso a clases, una mirada triste tratando de ser ocultada sobre ese hielo tan característico pero para ella captar lo que ocultan las miradas siempre ah sido un verdadero don.

-No estas solo Malfoy- susurro, enseguida Draco se irguió sobre su lugar y acerco su cara hacia la de ella.

-¿De que hablas?- el aliento golpeo los labios de Hermione causando un cosquilleo, pestañeo rápidamente y continuo.

-Quiero decir, se como te tratan, se todo lo que haz sufrido, hasta los profesores te miran y hablan como si fueras un no se que Draco…- Incomodidad total, Draco desvió la mirada y se alejo unos cuantos centímetros de su lado.

-No sabes nada Granger- su voz se quebró un poco, carraspeo y hablo de nuevo – No quieras darte tu papel de sabelotodo en este aspecto- volvió a mirarla y Hermione le sonrió lo cual solo logro confundirlo y enfurecerlo

-Y aunque creas que no sepa nada, te diré algo, las segundas oportunidades no importan Malfoy, las personas nunca cambian, pero ¿Quién eres realmente?- Ella volvió a acercarse logrando una aproximación realmente peligrosa entre sus cuerpos.

-¿De que hablas?- el nerviosismo que sentía comenzaba a hacerse un poco notorio.

-No te conozco Malfoy, no se lo que piensas, no se lo que sientes , pero soy consiente que en tu vida el dolor es el sentimiento mas presente, tal vez las personas no crean que tu y tus compañeros de Slytherin sean dignos del perdón, pero yo si, si haz sobrevivido a la guerra y has sido perdonado por el ministerio, entonces esta es tu segunda oportunidad de cambiar lo que eres- Draco no sabia que decir, miro directamente los ojos de la chica y noto un brillo especial en ellos.

-¿Qué no las segundas oportunidades no importan? Dices que las personas no cambian Granger-

-Serás mi excepción- Tomo la mano del chico entre las suyas y Draco solo atino a dejarse, observo como los dedos de ella acariciaban sus nudillos que estaban apretados por la fuerza de su puño y se relajo.

-¿A que se debe esto?- susurro.

-No lo se, la guerra nos ha cambiado a todos y a ti también, si no, ya me hubieras tirado del árbol, insultado y ni te hubieras dignado a dejarme subir aquí contigo- La confianza con la que dijo las palabras lograron hacer comprender a Draco que era cierto, la situación en la que estaba en esos momentos estaba completamente fuera de lugar de ser otros tiempos.

Pero eran nuevos tiempos, no quería estar solo, jamás había odiado a Granger, jamás le había deseado mal, simplemente su padre le obligaba a hacer cosas que el no quería y tenia que cumplirlas, ahora que el ya no estaba para lastimarlo podía actuar a su manera sin sentirse el títere de nadie, tomo entre su mano la de ella y apretó con fuerza, tenia ganas de llorar pero no lo haría, no quería que lo viera llorar y si lo hacia que haría ella, ¿abrazarlo y consolarlo? ¿Decirle que todo estaría bien y que ella estaba con el? ¡Por favor! Hasta ese momento logro reaccionar bien a los hechos, soltó con brusquedad la mano de ella y de un brinco bajo del árbol alejándose a zancadas del lugar pasando por las rocas que estaban debajo del agua ignorando la penetrante mirada que la chica tenia posada en su nuca.

Pero, ¿Quien iba a imaginar que meces después estaría vuelto loco por ella y sucederían cosas que lo atarían por siempre a su lado?