Disclaimer: Harry Potter, y su mágico mundo pertenecen a Joanne Rowling
Nota: Para mejorar la lectura, les recomiendo escuchar la canción de Muse - Exogenesis Symphony Part III (Redemption) (Subtitulada vendría mejor) ya que fue solo la inspiración de la historia.
Ahogándome en el agua del olvido.
Estaba ahí.
En el mismo lugar donde había estado cuando se enteró de la desafortunada suerte de sus padres.
Cuando le dijeron que toda su familia, la familia Granger había sido la protagonista de la más cruel y triste tragedia que doctores y sanadores hubieran conocido.
Ella había vuelto a ese lugar, donde por segundos olvidaba todo lo malo de su vida y se concentraba en sentir el agua a su alrededor. Donde podía escaparse del mundo real.
Sin proponérselo sus pies la guiaron hasta aquel lugar en Francia donde un día pacifico había venido con sus padres de vacaciones.
Y es que encontraba tan perdida, tan vacía, que necesitaba sentirse viva otra vez aunque eso significará experimentar el dolor que le causaba el choque del agua sobre su espalda y la sensación de ahogo que sufría los primeros segundos.
Quería sentir como el agua poco a poco la atraía a la parte más profunda mientras la luz solar se alejaba lentamente de su vista. Necesitaba sentirlo. Sentir algo.
Y aun que le había prometido a él y a ella misma no hacerlo de nuevo no había podido evitarlo. Él ya no estaba para detenerla y ahora nada le impediría lanzarse a aquellas aguas profundas y hermosas. Su primer y único amor ya no podía protegerla de ella misma.
Se acercó lentamente a la orilla de aquel alto acantilado en Étretat, usando encima solo un viejo camisón que su madre le obsequió una vez, ya nolo necesitaría, ya no necesitaría nada más. Nunca.
Se giró quedando de espalda al vacío, cerrando lentamente los ojos y abrió sus brazos a sus costados y sintió el aire empujándolos levemente, su cabello castaño cubría gran parte de su rostro ya que las ráfagas de aire golpeaban violentamente su cuerpo.
Tomo aire por última vez.
Sin pensarlo más tiempo dejó que la gravedad la adentrará en esas aguas. Cayendo de espalda hacia ellas.
/
Algo había salido mal y ella no supo qué otra cosa hacer.
Abrió muy despacio sus ojos almendra para poder contemplar por la creía última vez esas aguas que tanto la habían hipnotizado desde el primer momento que se sumergió en ellas, hace ya varios meses.
Vislumbró el color del agua a su alrededor, un bello azul celeste contrastado por pequeños rayos de luz que se colaban por encima de la superficie y otros tantos que llegaban hasta lo más profundo del oceano transformando aquella vista en un hermoso espectáculo.
Mientras el agua se adentraba en sus pulmones no pudo evitar recordar su vida.
Ella, la mejor bruja de su generación, la que ayudó al niño-que-sobrevivió, el cerebro del trío de oro, la nacida de muggles, la que les lanzó un tormentoso Obliviate a sus padres, la que peleó valientemente en la guerra, la que abrazó a Harry al finalizar la misma y se sintió tranquila por su victoria.
Hoy ella no era nada de eso.
Hoy solo era una chica como muchas otras.
Con sentimientos e ilusiones destrozados.
Con una vida que no se detiene ni un solo instante.
Con el dolor de la perdida del amor.
Era una chica ahogándose lenta y dolorosamente. Como cualquier ser humano. Como cualquier mortal.
Y es que hoy se cumplían 3 meses desde que se sentía rota, aislada y totalmente sola.
3 meses desde que no tenía un compañero que la sostuviera en brazos por las noches, que la tranquilizara en sus terrores nocturnos, que le dijera que todo estaría bien y ella le creyera.
Que la mirará a los ojos y le dijera lo brillante que es.
Tenía semanas desde la última vez que había visto a Harry, Ginny o cualquier Weasley.
Días que no comía.
Había olvidado el día en que leyó por última vez un libro.
¿Sus ojos antes solían tener una luz de alegría? Ni siquiera lograba recordarlo.
Hacía meses que el cuerpo de Ron se había enfriado, de que sus ojos ya no la miraban a ella sino al infinito, su rostro había perdido todo color dejándolo en una sombría y enfermiza palidez, en que su risa ya no se escuchaba por toda madriguera. Y eso la destruía a cada segundo de su existencia. Sin Ron ni su familia no tenía absolutamente nada.
Exactamente 3 meses desde que ella había tenido que aprender a vivir sin un solo propósito.
O mejor dicho a sobrevivir.
Ella ya no vivía, no reía, no lloraba, no pensaba ni leía, ella ya no sentía nada.
Jamás pensó ser tan dependiente de alguien como para sentirse de aquella manera, muerta en vida pero había ocurrido sin que ella se diera cuenta, sin su autorización si quiera y una vez que se dio cuenta ya era muy tarde para alejarse.
Ron la había amado y ella de vuelta, él le había enseñado a salir adelante apesar de la tragedía de sus padres. Él y solo él la había tratado como jamás nadie lo hizo, él solo le entrego su corazón. Y ahora ya no estaba para sostenerla, él se había ido llevándose con él la ultima esperanza en Hermione.
Y ahora se encontraba ahí, de nuevo. Aunque no por mucho más tiempo, podía sentir como el agua se adentraba a su cuerpo. Sintió sus parpados caer nuevamente.
En algún momento su vida acabaría y finalmente podría estar con las personas que más amo.
Pronto aquel agua, reclamaría su vida.
Y ella no tendría ningún problema en dársela. Ella se entregaría en la misma posición con la que se lanzó, con los brazos abiertos a su tan esperado fin.
/
Desde que su padre había sido enviado a Azkaban nuevamente tras la derrota de Voldemort y su madre había sido desterrada de Escocia y del mundo mágico en el que vivían él decidió irse con ella de aquel lugar.
Ya no le quedaba nada más que la atará ahí.
Ni el colegio ni la fortuna de los Malfoy ni de los Black.
La mayoría de las personas que él conocía estaban muertas, encerradas o igualmente exiliadas de aquel país.
Sus amigos ya no esteban con él.
La que algún día habría sido su prometida no sobrevivió a la guerra.
La única chica que él había admirado alguna vez se había con Weasley a una localidad en Francia. No se habían casado debido a la muerte de Ronald que fue 2 días antes de la fecha de su boda. Después de eso no había escuchado nada sobre ella, ni Potter ni su novia sabían nada tampoco. Granger se había aislado de ambos mundos.
¿Qué pasaría con ella?
Tal vez algún día lo sabrían.
En fin, todo lo que antes era su mundo ahora ya no era nada.
Ahora él se encontraba con su madre en un lugar llamado Étretat en Francia.
Solo se tenían el uno al otro.
Ni elfos domésticos, ni hermanas desquiciada, ni fortuna y poder.
Solo ellos dos.
¿Alguien alguna vez pensó que así terminarían los Malfoy?
Aunque ahora, su madre había dicho que volvía a ser toda una Black.
Desde que llegaron ahí hace unos meses tuvieron que adaptarse a no usar magia en presencia de algún muggle.
Y a pesar de que a él nunca había convivido con gente sin magia y la consideraba repugnante había aprendido a vivir con ellos.
Ya ni siquiera le molestaba la presencia de ellos a su alrededor. Algunos hasta eran agradables pero tenía momentos donde no los aguantaba y la mayoría del tiempo ni entendía su comportamiento.
En ocasiones su madre y él salían a dar un paseo por el hermoso lugar. Tenían que admitir que el paisaje era de las cosas más lindas que habían visto.
A Draco le encantaba ir al acantilado y podía tardar horas sin hacer nada, solo observándolo todo desde ahí.
Para ser sinceros le gustaba esa vida.
Sin tener que ser heredero de un poderoso apellido, ni matrimonios arreglados, ni causarle temor a los demás y sin odiar a los muggles.
Era muy relajante, claro que a veces extrañaba los lujos que le dieron desde la niñez pero no demasiado.
Por fin podía hacer lo que quisiese sin necesidad de pensar en su imagen.
Le gustaba vivir en ese tipo de libertad.
Le gustaba vivir como uno más en el mundo.
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Un día mientras regresaba a su nuevo hogar vio a su madre esperándolo en la puerta.
Su cara demostraba suma preocupación.
Se acercó a ella diciéndole algo que lo impactaría a él también.
Granger vivía ahí, Hermione Granger se encontraba en el mismo lugar que ellos y no la habían visto ni una sola vez.
Algo que los relacionaba al mundo mágico se ecnotraba a pocos metros de ellos.
De todos los lugares en Francia él y Granger tenían que estar en el mismo sitio.
Que tal si se vengaba de todo lo que él le había hecho y los delataba con los muggle..
No quería ni imaginarlo y ni hablar de su madre. Ella ya se había acoplado demasiado bien al lugar.
Tenía que hablar con la castaña y explicarle.
No podía correr ningún riesgo.
/
A la mañana siguiente salió muy temprano de su casa, quería pensar en lo que le diría a la chica una vez que la viera aunque pensandolo bien, no la había visto ni una sola vez y había rumores sobre una chica que jamás salía de casa. Tal vez fuera Granger.
Se acercó al acantilado donde solía ir a pensar y a relajarse cuando se detuvo.
Vio a alguien.
Era ella.
En la orilla del acantilado el ojo de aguja.
Pero era obvio que ella no pensaba lanzarse de aquel lugar, no podría hacerlo, eso sería una muerte segura, no por la caída, sino por su apariencia física. Granger no aguantaría estar mucho ahí abajo pero lo hizo, ella se había dejado caer de espalda de aquel lugar.
Abrió sus ojos grises con asombro e incredulidad.
¿Tenía que ayudarla?
¿Y si moría ahí?
Y la pregunta más importante que se hacía: ¿Por qué lanzarse desde ahí? Que pasaba por su cabeza para haber tomado esa peligrosa desición.
Sin esperar más respuestas que no tenía y no sabría si no la rescataba, se lanzó tras la chica sin siquiera quitarse el calzado.
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Nota de autora:Edite algunas cosas para poder explicar mejor la situación pero no sé si funcionó o no. Gracias por su observación a
ChicaGoodBye
Espero que todo quede más claro ahora y si no lo hace, con el paso de los capitulo explicare la muerte de Ron y el sentir de Draco y Hermione.
Bueno, aquí el principio de esta historia trágica pero muy sentimental donde se mostrará a una Hermione más delicada y frágil, puesto que no es nada fácil perder a toda tu familia, a tu pareja y a ti misma en el proceso.
Espero que puedan acompañarme en esta nueva travesía. Gracias por su tiempo. ¡Saludos!
Pido una disculpa adelantada si ven alguna falta de ortografía o algún pequeño detalle que no pude percibir.
