NOTAS DEL TRADUCTOR.

Esta historia no es mía, el autor de esta es CHRONOS ASTRAL, el link a su pagina esta en mi perfil y en mis autores favoritos, me dio el permiso de traducirla para el publico que habla español, este permiso se encuentra en mi perfil, en la seccion de PERMISOS.

Libre de Responsabilidad: No soy dueño de Naruto


La Verdad en el Conocimiento

Por Chronos Astral

Traducido por Yugi-no-Yami

(Tengo permiso)

Prólogo - A su servicio


Tenía que escapar.

A algún lugar.

A cualquier lugar.

Y salio corriendo.

Hinata se escapo.

Era todo para lo que era servía, pensó; todo lo que podía hacer, además de llorar por su debilidad – en su vergüenza.

Su padre estaba decepcionado. Una vez más. Era de esperar. Su forma era trémula, inestable, como si el viento más leve la arrojara a la distancia.

El se burlo de ella. Una vez más. Era de esperar. Ella iba a ser el orgullo de los Hyuuga, heredera de uno de los clanes más prestigiosos de Konoha, un día tomaría el mando del clan, respetaría y defendería sus principios y sería un ejemplo de sus enseñanzas. Ella aprendería, comería y dormiría el jyuuken hasta el punto en que este seria una segunda naturaleza para ella como la respiración. También era probable que eventualmente estaría dispuesta a casarse con un hombre de gran prestigio para preservar la reputación de su clan.

Era simplemente demasiado.

Era demasiado esperar de un niño de doce años, trato de convencerse en vano a si misma. Heredera o no, línea de sangre o no, era simplemente demasiado.

Como un árbol débil en un huracán, le dijeron. Ella lloro, ella grito y salio corriendo.

La joven Hyuuga no sabia cuanto tiempo había estado corriendo, mucho menos en que dirección. Las lágrimas empañaron sus opalinos ojos blancos haciendo casi imposible para ella saber lo que estaba delante. Sin embargo, por el ardor leve en las piernas, ella debe de haber llegado muy lejos.

Frotando una parte del líquido salado en sus ojos, observando lo que le rodeaba. Un bosque, dedujo, árboles en todas direcciones. Ella no estaba preocupada. Aún siendo un luchador débil que era, Hinata sabia lo suficiente de ser un ninja para regresar sobre sus pasos.

Aún así, una pregunta se quedo en su mente: ¿Tendría el coraje para volver? Su rabieta fue impropia de un Hyuuga, su padre probablemente le dirá. Una reprimenda era lo mejor que podía esperar; Hyuuga Hiashi nunca había tocado a su propia hija. Por otra parte, después de su actuación vergonzosa, ¿Quién puede decir que no iba a comenzar ahora?

Temblando, Hinata pensó que era mejor alejar tales pensamientos. Tenia que limpiar su cabeza y afianzar el poco valor que tenia para enfrentarse a su padre.

Un pequeño claro herboso le saludo desde detrás del follaje, un lago bastante grande pudo apreciar. Al estar cansada física y emocionalmente decidió descansar en el lugar que la invitaba al mismo tiempo que ella calmaba su ingenio. Mientras que entro en el claro, se dio cuenta de una presencia.

Sentado cómodamente sobre la base de un gran arbole era aun muchacho de su edad, vestido con un suéter de cuello negro de manga larga y pantalones del mismo color, y un pequeño libro negro en la mano, cubriendo la vista de Hinata de su rostro era el cabello rubio bañado por el sol fue lo que pudo apreciar desde la parte superior del libro. El no dio ninguna indicación de advertir la llegada de la niña mientras estaba sentado inmóvil con el libro todavía pegado a su cara.

Hinata pensó que era mejor dejar al niño solo y opto por salir en silencio.

Una voz le grito, sobresaltando su huida: -No me importa la compañía-.

Era una voz monótona, carente de emoción, sin embargo, mantuvo una sedosidad casi seductora, de esa que te hela hasta los huesos.

Hinata soltó un sorprendido -¡Eeep!- al oír la voz, sus ojos se dirigieron como dardos hacia el niño sentado en el claro del bosque exuberante. No parecía haberse movido de su lugar; siendo tan inmóvil como antes, dando poca evidencia de que había hablado. Ella podría haberse equivocado, pero la voz había llegado definitivamente de la dirección del muchacho.

Antes de que pudiera racionalizarlo como que estaba escuchando cosas, la voz volvió a hablar -Yo dije, no me importa la compañía-.

Esta vez, ella estaba segura de que había llegado de el, señalando el carácter aterciopelado natural de la entonación del muchacho a pesar de su voz de barítono hueca. Con detinencia, Hinata entro en el claro, lleno de flores diversas, hierbas y otras especias de fauna capturaron sus ojos mientras se acercaba, con cuidado de apreciar que el joven no había siquiera levantado un dedo de su lugar.

-Estás cansada-, afirmo en tono de observación que de atención. Siguió con un simple comando -Descansa-.

Hinata fue sorprendida por la preocupación del muchacho, aunque sobre todo porque parecía darse cuenta aun sin haber apartado la mirada de su material de lectura. Extrañamente, ella no se atrevió a negar su oferta, por lo que en voz baja murmuro un agradecimiento -Gra… gracias-.

Su cabeza se movió ligeramente, apenas un centímetro, imitando el más pequeño de los movimientos de cabeza.

Aun temerosa de la presencia del muchacho, Hinata se sentó a la orilla del lago a pocos metros de él, dándole la espalda para respetar su vida privada. Su cuerpo ardía con alivio cuando ella descanso en la hierba, mientras que su agotamiento físico y emocional salio a relucir una vez más.

Un suspiro escapo de sus labios cansados antes de que todo quedo en silencio.

La niña había querido contemplar su dilema, pensando desesperadamente formas de pedir perdón a su padre por su comportamiento anterior, pero la presencia del desconocido rubio le incomodaba. En silencio, ella giro su cabeza para mirarle, el libro en su mano ya no obstruía su punto de vista desde el ángulo de su propia visión.

Era guapo. No fue como su compañero de clase Sasuke, o su primo Neji, no tenia forma de compararlo. Su rostro era el de un elegante dios; suave y definido, no difiere del de una mujer, pero conservando su calidad masculina, hasta llegar a unos labios deliciosos y un delgado cuello. Rubio cabello caía sobre su rostro impecable y se balanceaba suavemente con la brisa. Un par de lentes de armado negro que hacían resaltar sus cristalinos ojos azules. Debajo de su cuello, en su cuerpo, sus brazos eran delgados, músculos vigorosos que aportaban agilidad a su esbelta figura. Entre sus características mas destacadas, sin embargo estaban a ambos lados de su rostro, tres marcas como bigotes similares al de un animal salvaje.

Hinata miro.

Tímida como era, ella no era inmune a los efectos de las hormonas, especialmente a su edad. Claro, Uchiha Sasuke tenia siempre un encanto en sus ojos, pero era un oscuro vengador autoproclamado y su personalidad inquietante en realidad no atraía a Hinata. Ella había tenido mucho de esa personalidad proveniente de su primo Neji.

Así que se centró en las características del chico, dándose cuenta demasiado tarde de que este le estaba regresando la mirada.

Conocimiento. Sabiduría. Poder.

Eso es lo que vio.

Sus gemelas piscinas azules tenían un inconsiderable vacío de poder absoluto e infinito, diferente de todo lo que pudiera haberse imaginado. Conservaban poca emoción, helados como un frío témpano de hielo y vacíos como el inmenso cielo nocturno. Su profundidad es un abismo insondable, perpetuamente creciendo más y más con el conocimiento de un millar de vidas.

Fue hermoso. Seductor. Aterrador. Pero seductor.

Eso la hizo sonrojar rápidamente y se dio la vuelta.

-¡Yo… yo lo sie… siento!- chillo sorprendida, escondiendo vergonzosamente su rubor al rojo vivo entre sus manos -¡Yo… yo no debí mirar fijamente! ¡Por… por favor per… perdóname!-.

-No hay necesidad de disculparse- dijo el muchacho, manteniendo su tranquilidad a pesar de la inminente ruptura del nerviosismo de la chica.

Esto solo sirvió para avergonzar a Hinata aun más a mediad que ella procedió a balbucear incoherencias, algunas de esas palabras sonaban vagamente a disculpas, lanzadas una tras otra en sucesión casi inhumana. Fue debido a esto, y aun con su entrenamiento ninja, que no fue preparada para la mano que aprisiono su hombro suavemente.

Sorprendía, ella giro la cabeza hacia la mano, con los ojos subiendo por el brazo y deteniéndose finalmente en la cara del muchacho.

Demasiado cerca. Muy cerca, demasiado cerca.

-Su respiración es irregular-, fue su declaración monótona, al tener su plena atención dejo por completo su libro y se centro en la niña en hiperventilación. El rubio dio una ligera palmada en el hombro en un intento de tranquilizarla -Por favor, cálmate-.

Por desgracia, sus acciones solo pusieron a la pobre muchacha mas histérica conformo permitió que su aliento acariciara su rostro, provocándole cosquillas en sus mejillas y un calor agradable en su rostro. Los rasgos en su rostro piadoso se acentuaron más mientras la distancia entre ambos disminuía, acentuando aún más el atractivo de sus labios voluptuosos.

Ella se iba a desmayar.

Es decir, hasta que miro nuevamente en sus ojos.

Era como si se hubieran ligado a su alma.

-Cálmate-.

Su voz pareció resonar, como si se tratara un comando mandado desde los mismos cielos. Una vez más, el inmenso poder contenido en sus ojos y el tono presente, domino su voluntar y su mente.

Hinata no pudo desobedecer.

-Baja el ritmo de tu respiración-.

Ella accedió, reteniéndolo en sus pulmones y desacelerando su corazón hasta un ritmo normal. La niebla caótica en su mente comenzó a asentarse, pero aun así mantuvo el rubor en su mejillas.

El muchacho parecía parcialmente satisfecho, si su agarre fue alguna indicación. Volviendo a su lugar y abriendo nuevamente su libro como si toda la cosa no hubiera ocurrido -¿Te sientes mejor ahora?-.

Hinata salio de su trance, dando una mirada confundida por un breve momento. Encontrando la fuerza para calmarse a si misma murmuro un agradecimiento -Si… gracias-.

No dio ninguna respuesta, y el incomodo silencio volvió con toda su fuerza.

Para su sorpresa, la tímida Hinata fue la que quiso romperla.

-Umm…- empezó, tratando de llamar su atención mientras pensaba en algo que decir -¿Se… puede saber su nombre?-.

El chico levanto la vista de su libro mirándola fugazmente, haciéndola dudar de su propia determinación.

-Uzumaki Naruto-, respondió el niño conocido como Naruto, bajando la cabeza una vez más, no sin antes preguntar -¿Puedo saber su nombre?-.

La pregunta sorprendió a Hinata. Había sido la primera vez en la que el niño había mostrado algún interés en ella -Hy… Hyuuga Hinata…-.

Naruto inclino la cabeza, -Es un placer conocerte, Hyuuga-sama-.

-O… oh no. El gusto es mío, Uzumaki-san-, ella le devolvió la inclinación tímidamente, sintiéndose humillada y avergonzada de ser tratada con tan alta estima por un desconocido (en un lugar hermoso como en el que se encontraban) -Y no hace falta que se dirija a mi como Hyuuga-sama, llámame Hinata-.

Se dio cuenta un poco tarde de las implicaciones de lo que había dicho.

-Muy bien, Hinata-sama-, Naruto levanto la cabeza, viéndola con sus ojos azules melancólicos a través de sus gafas a sus propios ojos blanco lavanda -Entonces, usted puede dirigirse a mí como Naruto, si así lo desea-.

La chica tímida trato de evitar la mirada del niño, sonrojándose todo el tiempo, mientras pareciera que su conversación se volviese intima, especialmente debido a lo cerca que estaban sentados el uno del otro ahora -Esta bien, Na… Naruto-san-.

Naruto asintió nuevamente, regresando su atención a su libro.

Hinata miro enigmáticamente el libro que parecía muy importante -Umm… ¿Q… qué es eso que estas leyendo?-.

-Un libro…-.

Mostrándole el libro. Tenia un tamaño considerable, pero no demasiado grande, con una cubierta negra y dura, en el frente se encontraba el titulo en letras blancas en un idioma exótico que no podía descifrar.

Naruto localizo el titulo con el dedo y traducirlo -Omnisciencia-.

La curiosidad de Hinata pudo mas que ella, por lo que pregunto -¿De que trata?-.

-Todo- dijo sin inmutarse.

Hinata no se sentía convencida por tal declaración -¿Eh, todo?-.

-Todo-, repitió sin ningún atisbo de falsedad en su tono, -¿Dudas de mi?-.

-¡N… no! Yo quería decir…- pensando que había ofendido al rubio de anteojos, ella trato de explicar -Lo que quería decir… era que… umm… suena un poco dudoso, ¿no te parece?-.

-¿Lo hace?- Naruto parpadeo y miro el libro, acomodando sus gafas para posicionarlas mejor -No veo como podría ser eso-.

-Yo…- mientras que sus respuestas eran extrañas y solo dejaron mas preguntas pidiendo que se le preguntaran, Hinata no sabia que decir en esos momentos, -Olvídalo-.

-Entonces-, cerrando su libro y colocándolo sobre su regazo dándole a Hinata toda su atención. -Si me permite, le importunare con una pregunta, ¿Qué es lo que te trae aquí?-.

Fue un poco desconcertante y, sin embargo, halagador, saber que alguien que parecía tan indiferente en cuanto a lo que le rodeaba estuviera genuinamente interesado en ella. Sin duda ayudo a que él era sumamente atractivo.

Antes de que volviera a contestar, la pregunta fue registrada en su mente y recordó como había llegado a ese lugar -¡Oh… oh no!-.

Se levanto bruscamente, su cuerpo temblaba de miedo al recordar los acontecimientos que condujeron hasta este momento.

Su padre la mataría.

Si no es eso, la Casa Principal colocaría imprimiría en su frente el sello de maldición.

Si bien es cierto, probablemente ninguno de los dos casos sucedería (aunque ella no le diría eso al Consejo Hyuuga), permanecer allí por mas tiempo y retrasar su castigo inevitable podría no servir a su favor muy bien.

-¡Lo siento! ¡Yo tengo que irme!- se las arreglo para decir entre jadeos, el pánico creciente a través de ella como buscaba desesperadamente el camino que la había traído.

Naruto estaba junto a ella, su actitud calmada contrastaba con la inquieta heredera Hyuuga -¿Volverá?-.

-Yo…- la pregunto la cogió con la guardia baja. Parecía que él estaba deseando verla de nuevo.

-Yo creo que no podré volver aquí…- Eso fue en el supuesto de que podría estar encerrada en el complejo por un tiempo muy largo. No quería pensar en las demás alternativas sombrías.

-Debido a tu padre, ¿verdad?-.

Por un momento, ella estaba un poco confundida en cuanto a como sabia él de su difícil situación, pero por otra parte, el Clan Hyuuga era famoso (o infame, para algunos otros) debido a su estricta educación y que ella era la hija del jefe Hyuuga ciertamente ella no seria excepción a la regla. Hyuuga Hiashi y su reputación como un disciplinador severo le procedía a menudo.

Sin embargo, ella guardo silencio, esperando que el muchacho no disfrutara de sus vacaciones repentinas, quizás no volviera a verla. De hecho, ella había esperado volver a visitarlo en algún tiempo. Dadas las circunstancias actuales, sin embargo, está seria la única vez en mucho tiempo si se ponía a pensarlo.

Resultaba desalentador.

-Si me lo permites, podría ayudar-.

Hinata se giro hacia él, interesada en su propuesta, pero no esta convencida de que la iba a liberar de la ira de su padre -¿Si?-.

-Yo puedo aplacar a su padre para que no infrinja castigos sobre ti-, hizo una pausa para que la información fuera procesada -Todo lo que pido a cambio es que vengas aquí de nuevo mañana-.

-¿Qué… qué quieres decir con volver?-. Fue en ese momento que Hinata perdió la cuenta de cuantas veces se había ruborizado ese día.

Se limito a asentir, sin avergonzarse de su admisión o al menos consciente de lo que ella insinuaba, -Si, si es posible, ¿aceptas?-.

Agacho la cabeza debido a la vergüenza de intentar de ocultar en vano su rubor increíble, y Naruto interpreto eso como una señal afirmativa.

El rubio abrió su libro negro y paso a través del innumerable conocimiento almacenado en su libro, deteniéndose en su objetivo. Metió la mano en el libro y retiro un sobre abierto demasiado amplio como para encajar perfectamente entre las paginas del libro.

"-Sellos de almacenamiento-" pensó Hinata, preguntándose si el muchacho tendría entrenamiento en las artes ninja, aunque su falta de una cinta en la cabeza aludía lo contrario.

Con una pluma y una hoja de papel que había tomado también desde el interior del libro, escribió unas cuantas palabras y metió el documento dentro del sobre. Luego se lo ofreció a Hinata. -Lleva esto a tu padre, si pregunta, usted puede decirle que yo se la envíe-.

Provisionalmente, acepto la carta, la curiosidad llenándola a ella debido al contenido oculto.

-Asegúrese de entregarlo directamente a él, que nadie mas sepa acerca del sobre-.

Esto trajo un nuevo nivel de especulación. Tal secretismo parecía sospechoso.

-Esto… no va a hacerle daño… ¿verdad?-, aun cuando su padre fuera autoritario, todavía mostraba escasos momentos sutiles de compasión paternal. Todavía era su padre, después de todo.

Él la miro fijamente, como si la preocupación por su padre fuera extraña considerando la forma en que era tratada -Usted tiene mi palabra de que nada malo sucederá-.

Su tono de barítono se mantuvo mientras expresaba su promesa, pero sus ojos brillantes traicionaron su absoluta convicción de permanecer fiel a su palabra. Eso fue suficiente para Hinata -Uhm… gracias… Na… Naruto-san-.

Hizo una reverencia, parecida a la de un siervo hacia su maestro -De nada, Hinata-sama-.

Aun con su rostro en un color familiar rojo -Si, yo debo de irme ahora… adiós…-.

Ella emprendió el viaje de regreso a casa, como un tomate, con la carta agarrada firmemente cerca de ella. Mientras pensaba como su padre la trataría a su regreso, la sensación inminente de temor crecía con cada paso, pero también lo hizo su sincera esperanza de que lo que contenía la carta, fuera su salvación.

Porque, incluso en el poco tiempo que pasaron unos con otros, Hinata realmente quería ver al extraño muchacho otra vez.

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Insubordinada. Rebelde. Indisciplinada.

-"¡Inaceptable!"-

Esas fueron las únicas palabras registradas en la mente de Hiashi acerca de cómo el Consejo Hyuuga siguió pregonando religiosamente la reprimenda por el aparente mal manejo de su hija. El resto de la reunión fue más que nada sobre amenazas apenas veladas a él a renunciar a su liderato si Hinata seguía sin mostrar avances.

Como si pudieran.

A decir verdad, ni siquiera tenían la facultad para juzgar. Era bien sabido que los ancianos Hyuuga solo tenían competencias para mover la lengua amenazantemente dando la ilusión de que estaban a cargo. Funciono gran parte del tiempo.

Para Hiashi, solo le dieron una migraña. De hecho, él se sorprendió de que las mandíbulas de los viejos conservadores no se hubieran caído ya de todo lo que hablaban.

Aunque, con todos sus comentarios, todavía tenían el poder de hacerle pasar un mal rato. así que, en ocasiones, tenia que escuchar lo que decían.

Al igual que esperar a su hija descarriada fuera del complejo.

"-Durante más de tres horas… al acercarse el atardecer… ¿Dónde esta ella?-".

No podía entender por qué su hija tenia que ser así… ¡de difícil! Hanabi no tenia ningún problema con los métodos tradicionales de enseñanza. Lo mismo con él y su padre antes que él, y lo mismo para el padre de su padre. Generaciones de Hyuuga se plantearon para ser orgullosos y poderosos guerreros, la tradición y los ideales se mantendrían en el nombre de su noble clan. ¿Por qué Hinata, su propia hija, tenia que ser la única excepción? Sospechaba que tenia que ver con el tiempo que paso ella con su madre, dios bendiga su alma.

Sin embargo, la chica iba a conseguir un buen regaño con un castigo lo suficientemente largo, uno o dos meses serian suficientes. Se esperaría que la ayuden a concentrarse en su entrenamiento y que reconsiderara su actitud.

-Hiashi-sama-, le interrumpió un miembro de la Rama Hyuuga al acercarse -Hinata-sama ha regresado-.

-Déjanos solos, quiero tener una charla con ella-.

-Entendido-

Mientras el miembro se retiraba, Hiashi adopto en su rostro una expresión severa, esperando a que su hija llegara pronto. La vio pasar la puerta del clan, con una mirada temerosa, sosteniendo algo que no podía ver. Ella lo vio e inclino el rostro, disminuyendo a su vez el ritmo de su caminar mientras se acercaba.

-Hinata-.

Hinata se detuvo, el miedo estaba escrito en su lenguaje corporal, pero su atención se centro en él. Hiashi observo el objeto en sus manos, una carta, -¿De quien es la carta?-.

-Umm…-.

Vacilante, ella mostró la carta, ofreciéndosela a él -De… de Uzumaki Naruto, chichi-ue, el quería que se la entregara personalmente a usted-.

-¿Uzumaki… Naruto…?-.

-"¡Uzumaki Naruto!"-.

Hiashi apresuradamente tomó el sobre. Hinata chillo de sorpresa, pero el líder Hyuuga no le hizo caso, inspecciono la carta con in intenso escrutinio. Con cautela rasgo el sello y miro el contenido, asegurándose de que nadie pudiera verlo.

-…-.

-"Oh… diablos"-.

Se aclaro la garganta y con toda la calma que pudo reunir hablo -Hinata-.

-¿Si, chichi-ue?- ella noto el cambio repentino en la actitud de su padre, lo que hizo que se asombrara aun mas por el contenido de la carta.

-Eres libre de irte-.

-¿Retirarme?-.

-Sí-.

-¿Pero que pasa con…?-.

-Esta bien, todo esta perdonado-.

Permanecieron en silencio un rato, Hinata se quedo sin aliento esperando a que su padre cambiara de opinión. No parecía probable. El estaba obsesionado con lo que seguía escrito en la carta.

-Entonces me voy…-.

Ella se excuso, señalando que Hiashi todavía se encontraba en el mismo lugar donde leyó la carta.

-"¿Qué contendría la carta…?"- pensó al retirarse.

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Hiashi cerro la puerta de su despacho, la abrió y la cerro de nuevo, solo para estar seguro.

Su corazón se sintió aliviado al asegurarse de que la habilidad del Byakugan se limito al recinto. Habían sido colocados sellos de forma que si algún miembro del clan activase su kekai genkai dentro del recinto, con exclusión del campo de entrenamiento, sonara una alarma en todo el complejo, porque la única razón adecuada para que alguien utilizara el Byakugan dentro de las paredes era en caso de un intruso.

La verdadera razón de esto fue para impedir la tentación de voyeurismo, pero ningún miembro del Consejo Hyuuga estaba dispuesto a admitirlo.

El jefe Hyuuga examino su oficina, asegurando la seguridad en todas las cortinas y ventanas, inspeccionando paredes para ver que no había ninguna abertura al exterior. Satisfecho, extrajo la carta de su tunica, dejando al descubierto el interior de esta.

Fotos de él, impresas en blanco y negro. Se observaba que era el interior de su oficina, en primer lugar cuando retiraba un pequeño libro de uno de los cajones de su escritorio, entonces la lectura de este mismo para sus ratos de ocio. ICHA ICHA Tácticas, su única debilidad perjudicial. Seria su ruina por Kami, seria su ruina.

Podía verlo ahora: Hyuuga Hiashi. Pervertido de armario.

Debajo de las fotos había una nota, escrita por el mocoso rubio en puño y letra.

Trátala bien.

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De pie a una distancia del complejo Hyuuga, con vista hacia el mismo hogar, era el mismo muchacho rubio, de pie encima de un árbol con su libro en la mano. Con sus ojos entrenados, vio a la chica Hyuuga a través de una ventana. Ella parecía confundida, pero contenta, y eso fue suficiente para Naruto.

Hizo una reverencia y murmuro para sí.

-A su servicio, Hinata-sama-.

Y en seguida, él desapareció.


* Chichi-ue - Padre

NOTAS DEL AUTOR.

Hola a todos. Ya estoy de vuelta.

Debo decir que estoy sorprendido de que la gente aun leen mis fics, y mucho menos algunos continúan agregándome a sus avisos/favoritos. Me siento profundamente halagado, de verdad, debido a que muchos de ustedes disfrutan mi trabajo.

Para aquellos de ustedes que estén esperando por mi para actualizar mis otros fics, van a tener que esperar. Tengan la seguridad, que no los interrumpiré. He estado teniendo algunos problemas que había que resolver en casa y en medio de toda esa tensión perdí a mi musa. Esperemos que este fic me vuelva sobre mis pasos.

Si todavía no lo han descubierto, este fic tendrá un leve Hinata Naruto en sus años de adolescencia. Estoy seguro también que tendrán una serie de preguntas, pero te aseguro que serán respondidas conforme progrese la historia. También estoy probando un estilo un poco diferente de escritura. Déjenme saber lo que piensan.

Por ultimo, creo que con toda la novedad aquí, agradecería si alguien estaría dispuesto a ayudar a mis historias beta, tal vez sacar algunas ideas de ida y vuelta y todo eso. Yo realmente no necesito uno, pero seria muy útil teniendo en cuenta que necesito algo de tiempo para que mi musa vuelva a mi.

¡Gracias por leer muchachos, y no se olviden de dejar un comentario!


NOTAS DEL TRADUCTOR.

Bueno, después de haber dicho esto, aquí les traigo esta nueva traducción, hasta el momento van solo dos capítulos. Pero el fic tiene mucho tiempo, por lo que me permití comunicarme con el autor y preguntarle acerca del futuro de este fic, y también si me daría permiso para poder traducirla al español, como verán, el hecho de que este aquí es una prueba de ello.