Podían mirarlo por diferentes lados pero llegaban a una simple pregunta... ¡¿Que había pasado?!
De un día a otro Aoyama lucía normal, tan deslumbrante como siempre y con esa actitud llamativa y ahora... era un pequeño de dos años con mejillas ligeramente regordetas, rosadas y una mirada curiosa que observaba a cada uno de los alumnos de 1A. No había cambiado mucho en verdad, todavía tenía cabello rubio y una sonrisa que si bien no era en forma de "V" si podían considerarla común en el francés.
-Aoyama estaba pasando por el departamento de Power Loader cuando Hatsume acciono uno de sus más recientes inventos y bueno...- Midoriya no pudo evitar desviar su mirada al pequeño rubio que estaba sentado en uno de los sillones de la sala, para su mala suerte fue el momento en el que este lo miro también, no supo como reaccionar ante esos enormes ojos violetas viéndolo fijamente.
Quiso decir algo pero no pudo cuando el pequeño se bajo por cuenta propia del sofá y con pasos algo torpes camino hasta Midoriya. La mayoría evitaba pensar que de verdad lucía lindo, demasiado lindo, aunque eso rápido cambio cuando lo vieron colocar el rostro en las rodillas del peli verde.
-¿Q-Que pasa?- Midoriya no pudo preguntar algo más, el simple hecho de verlo de esa forma le hizo que quisiera abrazarlo, era tierno, demasiado tierno.
Aoyama no levanto el rostro, al menos no hasta que se llevo el dedo pulgar de su mano derecha a su boca una vez hecho esto miro nuevamente a Midoriya.
-Yo... tego hambe- respondió el pequeño rubio mirando fijamente a Izuku.
Midoriya se llevo ambas manos al rostro así como todos los demás que no pudieron soportarlo más, no era tierno, no era adorable, era... ¡un nivel creado solamente por Aoyama! Yaoyorozu se levanto de su asiento siendo ella la que ya había aceptado que era algo extremadamente lindo, tierno y adorable, pero tenía hambre y debían arreglar eso.
-¿Que deseas comer, Aoyama?- pregunto la azabache antes de tomarlo en brazos.
El infante no respondió inmediatamente, así como tampoco se retiro el dedo de la boca, miro a su alrededor antes de por fin responder.
-To...¡titas!- respondió el francés con algo de dificultad por el largo de la palabra pero logro hacerlo y estuvo feliz con ello, ¡no era el único! Pudo notar a todos sonriendo una vez que respondió aunque otros estaban cubriéndose la cara con ambas manos, no entendió el porque así que solamente lo dejo pasar y espero ansioso algo dulce.
Ese algo llego en forma de dos tortitas cubiertas de miel y mantequilla así como un vaso de leche.
-Aquí tienes, ¡no dudes en pedir más!- dijo Satou antes de dejarlo delante de la mesa.
-Meci~- agradeció el pequeño oji violeta tomando el tenedor que había a su costado, estuvo a poco de comenzar a comer, pero se detuvo. Miro el par de tortitas por un par de segundos, después miro a los estudiantes a su alrededor y hecho esto comenzó a cortar en pequeños trozos cada tortita.
-¿Quieres que lo corte por ti?- pregunto Hagakure al notar algo de dificultad en el rubio para cortar con el tenedor. Aoyama negó mientras seguía cortando.
-Coto un pedazo pada cada uno- respondió Aoyama mientras seguía cortando.
Parecía imposible superar la ternura de antes pero tal parece que todos se habían equivocado.
-Oshaco- pronunció el pequeño rubio levantando un pequeño trozo de la tortita para la castaña, esta simplemente negó mientras intentaba soportar aquel gesto tan tierno.
-E-Esta bien, puedes comerlas todas tú- dijo Uraraka regalandole una sonrisa al pequeño, este la devolvió también y eso fue suficiente para que esta sintiera tantas ganas de abrazarlo. Aoyama la miro por un par de segundos antes de asentir y comenzar a comer, lo que muchos no pudieron evitar notar era como el rubio a pesar de tener dos años comía perfectamente con el tenedor aunque claro... no tardo en mancharse tanto el rostro como la ropa.
Ninguno dejo de observarlo hasta que el francés termino de comer y lo notaron, pegajoso y sucio, gracias a la miel.
-Estas todo sucio, ¡necesitas un baño!- exclamo Kirishima llamando la completa atención del pequeño Aoyama, no pudo evitar sonreír feliz.
-¡Imson Dio, Imson Dio!- dijo el infante moviendo sus manos de arriba abajo, Kirishima no hizo más que mirar algo confundido al más bajo, ¿que intentaba decir?
Tsuyu adivino al instante lo que el infante trataba de decir, le recordaba bastante a sus hermanitos cuando eran pequeño, también se les dificultaba letras como "R" y palabras largas.
-Esta tratando de decir "Crimson Riot"- hablo Tsuyu llamando la atención del pelirrojo y todos los demás estudiantes.
Kirishima no pudo evitar sentir algo indescriptible en el pecho.
-¿E-En serio intentas decir eso?- pregunto Kirishima sin poder evitar sentir algunas lagrimas asomarse por las comisuras de sus ojos.
Aoyama asintió ahora levantando firmemente sus brazos hacia Kirishima, con la completa intención para que lo levantara.
-¡Kishima!- exclamo el rubio sonriente.
Esa fue la gota que rebaso el vaso, Kirishima no lo pensó dos veces para tomarlo y tomar toda responsabilidad para cuidar de él mientras Hatsume encontraba forma de revertir todo pero si por él fuera podía dejarlo de esa manera lo que quisiera.
-Aoyama, ¿quien soy yo?- esta vez fue Denki quien se dirigió a Aoyama, este lo miro por unos segundos antes de sonreírle.
-¡Pigashu!
La risa de varios estallo luego de escuchar al rubio, sobretodo la de Kyouka que no tardo en cubrirse la boca con la mano derecha para callar sus risas, pero a los demás no les importo y rieron a todo pulmón.
-¿Quien es él?- interrogo Sero señalando a Bakugou sentado en uno de los sillones, lo suficiente alejado para que no fuese visto pero vaya que si y eso provoco que se levantara de su asiento con su expresión más enojada conocida por todos.
Aoyama lo miro por un par de segundos, sin decir nada.
-¡Lod esplosión muded!- exclamo Aoyama levantando sus brazos como si demostrara una explosión.
Las risas callaron lo suficiente para que todo se quedará en silencio, ninguno supo que decir exactamente después de escuchar al rubio.
-Exacto, mocoso- dijo Bakugou al pequeño Aoyama mientras le palmeaba ligeramente la cabeza, este solo atino a sonreír por la muestra de cariño.
-¡Eso no es cierto!- exclamaron varios al unisono.
-¡Cállense, jodidos extras!
[...]
Espero que no les sea dificil entender a Aoyama, igual si se les dificulta pueden decirme y pondré la traducción de sus balbuceos (?)
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