Llamada Telefónica
Esa noche, Robert Langdon despertó sobresaltado.
El teléfono, ubicado en la mesita de noche al lado de su cama, sonaba constantemente. Robert se pasó una mano por el rostro, enjugándose el sudor frío que de pronto lo bañó.
"Por favor, que no sea lo que me imagino"
En cuanto contestó el teléfono, una voz grave y carrasposa se dejó escuchar.
- ¿Es usted Robert Langdon?
- Si, ¿quién habla?
- ¿El profesor de Simbología Robert Langdon?
- Ehh… si ¿quién…?
- Lo necesitamos ahora mismo, con urgencia.
Robert Langdon hizo un gesto de fastidio.
- Déjeme adivinar ¿ha ocurrido un asesinato importante?
- No puedo hablar al respecto.
- ¿Y en el cadáver hay un símbolo extraño de posible origen religioso?
- No puedo comunicarle nada por telé...
- Y tiene relación con un descubrimiento o un secreto importantísimo para mantener la paz mundial, ¿verdad?
- Ehhh… Ya le he dicho que no puedo… mejor usted…
- Pues me va a perdonar, pero hoy tuve un día muy difícil y tengo sueño, así que si me disculpa…
De inmediato, Robert Langdon colgó el teléfono y se echó a dormir, esbozando una sonrisa de tranquilidad.
Mientras tanto, en algún lugar de Italia, esa misma noche…
- ¿Es usted Umberto Eco?... ¿El profesor de Semiología Umberto Eco?
