Haibara alzó una ceja, al ver esa mano extendida con la palma boca arriba, ella siguió caminando sin darle importancia, pero al ver como la mano seguía en la misma posición no dudo en cuestionar.
— ¿Que estás haciendo? —Preguntó deteniendo su acción inicial de dividir su Daifukumochi por la mitad.
— Esperando que compartas —Contestó Conan y su mirada iba a la masa blanca.
— Es mío —Refuto— Si querías te hubieras comprado uno.
— En ese momento no quería —Se justificó— Ahora quiero.
— No me interesa tus bipolaridades —Repuso— No te voy a dar —Rectificó— Si lo quieres tanto —Argumentó— Ve y cómprate uno.
— No puedo creer que seas tan egoísta —Asombrado— ¿No me vas a compartir?
— No —Y partió la masa blanca por la mitad.
Al ver como Conan la miraba, Haibara frunció el ceño.
— No creas Kudo que cambie de parecer y te voy a compartir —Explicó— Lo divido por simple comodidad.
El pequeño detective bufó mientras se cruzaba de brazos. Entretanto la veía ahora morder con afán.
— ¿No me vas a compartir? ¿De en serio?
Ella negó con la cabeza sin querer hablar con la boca llena. Al ver que la masa blanca iba a desaparecer muy pronto, sin pensarlo Conan acerca su boca a la de ella y muerde un pedazo saliente.
Haibara que se da cuenta de la acción que implementó, su mirada se dilata como la del detective que ahora se da cuenta lo que en realidad está haciendo, quien está muy cerca de los labios de Haibara.
Las mejillas de los dos se colorean, más la del muchacho, quedándose callados por un rato mientras se alejan simultáneamente y tragan el pedazo de alimento con dificultad.
Conan carraspea, Ai chasquea su lengua.
— Me sorprendes —Comenzó la pequeña científica— Realmente no estoy segura si eres: La primera opción, un muerto de hambre o la segunda opción, un pervertido.
Conan sintió sus mejillas enrojecer con mayor intensidad por lo dicho, lo cual, estaba fundamentado.
— O las dos opciones.
Dio un suspiro y le ofreció la mitad que quedo del Daifukumochi.
— Que quede claro que no te estoy compartiendo es una medida preventiva por si en minutos o segundos se te ocurre comer mi boca.
Al aceptarlo, Conan se dio cuenta que debía ser las dos opciones.
