Disclaimer.- Ninguno de los personajes de Shaman King me pertenecen u.ú

Dedicado a: Todas las personas que comprenden las palabras puestas en las historias.


Doomsday


¿Verdad que es curiosa esa sensación de maldad que recorre cada fibra de tu cuerpo?, piensa.

Se sabe invencible, indestructible, y tan maligna quema todo lo que toca. No hay nadie ni nada, todo está enterrado en lo profundo de su consciencia. Su boca siente un sabor amargo mientras se sienta en la silla de la mesa del jardín. Una delicada brisa está cayendo sobre la tierra y el poco viento que transcurre deja a su paso tenues susurros los cuales se le hacen los más exquisitos gritos del dolor a su alrededor.

Sentado y aparentemente sereno, levanta la cara con los ojos cerrados hacia el cielo; minuto a minuto ese rencor aumenta en su corazón y lo comprime de forma dolorosa. Tal vez, pronto, él deje de respirar.

Sería bueno gritar, no lo duda, pero no… por esta vez, tratará de vencerlo en su propio juego¿verdad?

Está observándole, él sintió su presencia siguiéndole desde que se alejó corriendo del parque donde le vio de nuevo. No es capaz de enfrentarlo aún, no para vencerlo de forma definitiva. Podría acabar con él con tan sólo exclamar unas palabras, pero el ojiverde sería el derrotado antes¿cierto? Si lo pudiera ignorar… ¡esa es la única forma de ganarle! Pero está claro que no puede.

- ¿Sabes algo, Lyzerg? – preguntó Anna, cubriéndole de la brisa con el paraguas que llevaba en la mano –. No podrás avanzar al futuro hasta que no afrontes el pasado.

Bajó la mirada y asintió. Ella tenía razón, pero ¿qué tenía que afrontar? Exactamente¿qué era lo que más le causaba problemas?

- No está mal lo que sientes, lo incorrecto es que huyas de esa forma…

Dicho esto, se marchó y de nuevo se volvió a quedar a la expectativa, la desesperación entonces hacía su aparición y la angustia irracional pronto vencería a la tranquilidad.

- ¡DEJA DE ESPIARME! – gritó, agarrando su cabeza con ambas manos –. Para ya ese hechizo…

Y eso, era lo llamado "ruego digno". El otro sonrió, cínico como siempre, y se marchó. No tenía que aparecerse ante el peliverde para causarle más dolor, era mucho mejor si sólo le hacía saber que siempre le observaba, que estaba a su acecho y que jamás le dejaría en paz. Así, tal como en veces anteriores, volvió a funcionar; únicamente que ahora había una pequeña diferencia: Lyzerg estaba desesperándose más de lo normal, antes de lo que pensara el ojiverde le vencería.

- Lo voy a lograr – se prometió, mientras Morphine a su lado le acomodaba un mechón de cabello –. Morphine, él pagará…

El hada mostró la mirada triste por su amo, nada podía hacer para detener el curso del destino: El enfrentamiento final de Hao y Lyzerg. En secreto, ella sabía que Lyzerg blandiría en su corazón una daga para detener el recuerdo que profanaba su mente sin reparo ni descanso y así tener una oportunidad para vencer al amo del fuego.