[NejiTen - R+16 (Lemon y Lenguaje Adulto)]
Advertencia: Este fanfic esta realizado con información verídica acerca del shogunato de la familia Tokugawa, solo han sido reemplazados los nombres, pero bajo ningún concepto esto representa la figuración de un momento histórico en particular.
Todos los derechos de los personajes mencionado referentes al manga "Naruto", pertenecen a Masashi Kishimoto, y a la compañía correspondiente.
Capitulo 1
Era una tarde fría de ese febrero de 16…, a pesar de que se asomaba la primavera al siguiente mes. Había sido raro el clima por que a esas alturas ya se vislumbraban los primeros capullos de los árboles de cerezo allí en Kyoto. Pero este mes, nadie sabía por que ellos tardaban en florecer.
Era obvio que el incidente asombraba a la mayoría de la ciudad, que lo consideraba una señal inminente de que algo malo estaba por suceder en el mes venidero, pero quien pareció más interesado en estudiar ese fenómeno, era alguien que residía en uno de las edificaciones mas importantes de la ciudad: el Castillo Nijo*.
Neji Hyuuga, hijo del shogun, había estado muy molesto al ser trasladada la familia unos años atrás, a este castillo, que según las propias palabras de Neji, era "Un lugar que parece opaco y sin vida, en comparación al castillo de Tokyo". Por ese entonces solo tenia 10 años y aun no contaba con la sabiduría suficiente para distinguir la belleza en cada una de las cosas.
Como era el próximo heredero al cargo de shogun, debía ser instruido. Pero las ciencias botánicas recién le habían sido reveladas a los 12 años, donde descubrió las maravillas con las que contaba el propio palacio. Desde aquel entonces, había recorrido los grandes jardines, cercados por enormes muros, que lo mantenían seguro, pero a la vez confinado como en una jaula.
Como rara vez podía salir, para su protección y por orden de su padre, decidió admirar todas las bellezas botánicas, que había descubierto con su nuevo conocimiento, entre ellos los vastos y fragantes árboles de cerezo, cuyo aroma lo cautivaba y lo hacía sentir en otro mundo.
Entre todos lo árboles que tenía el palacio, uno en particular había llamado la atención del joven Neji: Era uno que crecía torcido a diferencia de los otros, y tenia aspecto como quemado o chamuscado por el tiempo, pero daba las flores mas fragantes y los frutos mas dulces, según lo había sabido comprobar el.
Además durante años posteriores, tambien supo que era el primero en dar frutos, como si el fuera el líder, y los demás esperaran su señal para florecer.
Ahora, el tenia 20 años, y seguía amando y atesorando ese árbol como si el mismo lo hubiera plantado. Más allá del frío, allí estaba, debajo de el mirándolo profundamente mientras leía unos de sus pergaminos de estudio. Le asombraba que durante esta época del invierno, no hubiera clima más templado, y no hubieran empezado a asomar de él, nuevos capullos, anunciando la venida de la primavera.
Temía que se estuviera muriendo, pues no sabía su edad exacta, o no la estimaba. Este árbol había atestiguado como se había convertido de un niño curioso con ojos traviesos, a un adulto serio y cerrado. Era casi como una parte de si mismo, algo que lo habia ayudado a expresarse y a ser quien era, en un mundo donde solo debia seguir ordenes y protocolos. El solo pensar en eso, lo hizo analizar toda su vida, desde que tenía memoria hasta ahora.
Desde el momento que había nacido, su padre, el shogun en jefe, Hizashi Hyuuga, lo había comprometido por matrimonio con la hija de Yoshimura Ama, jefe del Tairo**. Ella era Tenten Ama, una chica de su misma edad pero totalmente distinta a el.
Desde el día que se entero de este acuerdo, cuando se hicieron las introducciones formales, a los 5 años de edad, Tenten nunca dejo de perseguirlo. Aunque eran niños, y no entendían el significado de semejante compromiso, Neji rechazaba constantemente a Tenten, por ser fastidiosa e intranquila, a diferencia de el que era tranquilo y curioso.
Hasta el día de hoy, cada vez que se encontraban, siempre había buscado una excusa para evitarla, o dejarla rápidamente cada vez que se cruzaban sus caminos. Pero de algún modo ella siempre sabia donde estaba, y lo encontraba.
Su cuerpo también había cambiado en ese periodo de tiempo, y ahora su cabello negro y largo acentuaba una cara de facciones fuertes pero hermosas, y destacaba más que nada sus ojos gris plata, lo suficientemente claros como para llamar la atención de cualquiera. Su altura y su postura, refinada y esbelta, como corresponde a alguien instruido en las artes marciales y de guerra, le daban una complexión musculosa y apuesta, que le había valido la atención de numerosas señoritas en la corte del palacio, pero el había desestimado a todas, ya que estaba comprometido. No era porque quisiera, solo le fastidiaba el no poder tener la libertad de elegir.
Y todo eso lo frustraba enormemente, además de enojarlo, el compromiso junto con los deberes del heredero, no lo dejaban ser libre.
Es por eso que cuando descubrió este árbol, encontró su sitio, donde podía ser el mismo, y revelar sus verdaderos sentimientos sin ser juzgados por nadie. Si el estaba muriendo, sin duda perdería a su gran refugio, porque el era como morirse el mismo: Ese árbol mostraba una apariencia totalmente distinta a lo que el era en realidad, igual que el.
Solo era alguien con un espíritu libre, atrapado por haber nacido en cuna de "príncipe", como le decían a veces.
- Espero que no estés pereciendo- dijo Neji, mirando las ramas del árbol con cierta nostalgia.- Gracias a ti, puedo llamar a este sitio mi hogar.
No sabia que mientras el expresaba su aprecio hacia su árbol predilecto, era observado. Su prometida Tenten, lo miraba desde las escaleras que daban del palacio al patio, con expresión algo soñadora pero preocupada. La que antes había sido una niña revoltosa, ahora era una hermosa mujer, de pelo castaño oscuro y grandes ojos entre verdes y marrones. Su físico se había tornado del de una jovencita apenas desarrollada, al de una mujer con hermosas curvas, digna de ser esposa de cualquiera, por su belleza e inteligencia.
Esto se debía a que en secreto desde hacia algunos años, observando como Neji era entrenado para ser un shogun en el futuro (que era su pasatiempo favorito, en vez de aprender a cocinar platos tradicionales o practicar Ikebana***), ella había observado sus lecciones, y sin que se dieran cuenta, en las noches estudiaba y entrenaba para si; por lo que con los años había adquirido suficiente inteligencia, y habilidad física para batallar con cualquier contrincante en ambos sentidos, y ganarle.
A las mujeres se le era prohibido aprender las artes enseñadas a los hombres y solo debían ser instruidas en la labor de esposas. Tenten como cualquier mujer de buena cuna, había sido educada en ello, pero en secreto también poseía conocimiento de artes exclusivas del genero masculino.
Mientras ella observaba a Neji, noto que algo en el, le decía que estaba mal, por lo que busco averiguar el motivo de su profunda tristeza, yendo a hablar con el. Aunque supiera como reaccionaria después, al menos quería tener la certeza de que sus sospechas eran ciertas.
Neji vio a lo lejos, que una mujer con características similares a su prometida se aproximaba… pero nadie mas parecido a Tenten, que ella misma, conocía, así que su pequeña duda de momento se vio confirmada cuando la tuvo a dos metros de distancia.
Debía reconocer que esa chica era insistente a pesar de que había sido rechazada muchas veces, tanto su compañía como su dialogo. Pero a la vez molestaba a Neji puesto que su tiempo debajo del árbol, le daba paz, y Tenten no brindaba paz: la rompía.
-Me di cuenta de que alguien me observaba pero no pensé que fueras tu.- Neji no estaba de humor como para soportar la presencia de alguien mas, así que fue directo al grano.- ¿Qué quieres Tenten?
-No quiero nada,- dijo Tenten, con voz alegre pero algo preocupada. – Solo quería ver como estabas, Neji-Kun.
-Ya sabes que me desagrada que me digas "Neji-Kun", dime solo Neji.- Las palabras que el soltó, fueron dichas de manera muy ruda, cosa que hirió a Tenten. - ¿Por qué estas en el palacio? No sabía que hoy había junta de gobierno…
-No hay junta de gobierno, por eso no te llamaron. – dijo Tenten, algo apresumbrada- Mi padre solicito verse a solas con el shogun Hyuuga, y me pregunto si quería ir con el. – Y se animo a agregar con cierta confianza:- y dije que si, porque quería verte.
Neji la miro a la cara, y vio algo extraño en los ojos de Tenten. Era ese brillo extraño que tenían sus ojos, desde hacia algunos años, cada vez que lo miraba a el, que lo desconcertaba, por que no sabia que era. Pero no por eso se contuvo de decir algunas cosas:
-No entiendo por que quieres verme. – dijo él, mostrándose indiferente a la presencia de la joven. Su tristeza y rabia, se estaban apoderando de su mente, debido a sus pensamientos.
-Porque me importas- dijo Tenten, con un leve rubor en sus mejillas. – Vi que estabas algo triste, lo leí en tu cara y quise saber que sucedía.
-No sucede nada que te importe.- dijo Neji fríamente, a lo que Tenten le cayó como un cubo de agua helada en la cabeza.
Neji siempre la había rechazado de una manera u otra, pero esta vez se estaba excediendo por culpa de su tristeza interna, y porque consideraba que ella era culpable de que en parte el estuviera encarcelado, todo eso lo hizo contestar de ese modo, y Tenten que solo estaba allí mirándolo e intentando ayudarlo, inconsciente del cargo que se le atribuía, insistía en saber que sucedía.
-Si me importa,- dijo Tenten, algo consternada por el hecho de que Neji fuera así de frío con ella, cuando ella no podía dejar de pensar el él. – porque en un futuro no muy lejano, seré tu esposa, y quiero ayudarte en lo que sea necesario…
-¿¡Es que acaso no entiendes?- dijo Neji, casi gritando pero con la voz baja.- ¡Si pudiera, ni siquiera me casaría contigo! ¡Solo lo hago porque es mi deber como hijo del shogun y debo cumplir con los compromisos que me han asignado!
Tenten no pudo evitar que ante ese exabrupto, se le quebrara la voz. Le estaba diciendo que el, si pudiera no querría casarse con ella bajo ninguna circunstancia, cuando ella hubiera dado todo por el, si hubiera sido necesario.
-¿Por qué me tratas de ese modo?- dijo Tenten gritando pero con voz angustiada. Cada palabra que Neji decía era como un puñal en el corazón para ella.- ¿Por qué siempre desde que somos niños me rechazas como si fuera culpable de algo?
-¡Es que lo eres!- dijo Neji furioso, y gritando también- Al menos si no estuviera comprometido contigo, seria feliz casándome con alguien a quien amara ¡Pero me quitaron el derecho a casarme con alguien que realmente ame, por culpa de un estupido protocolo, y ahora aunque no me inspires ni el mas insípido sentimiento de amor, debo aceptarte como mi legitima esposa!
Tenten no pudo soportarlo más. Aunque no sollozaba, las lágrimas se escapaban incontenibles de sus ojos, porque a diferencia de el a ella, ella si lo amaba. Más allá de su indiferencia, más allá de su rudeza, y más allá de que gentilmente la rechazaba, ella lo amo desde que tuvo la edad para estar consciente de que lo amaba. Pero el no… el nunca sentiría eso, nunca sentiría lo desgarrador y lo perturbante que era esa sensación pesada y asfixiante en el pecho, que producía un corazón roto, como ahora Tenten tenia hecho añicos el suyo. Lo único que pudo hacer, aunque fuera llorando, era retirarse con dignidad.
-Pues entonces, si te hago infeliz, no te sientas obligado a estar conmigo.- Tenten forzó una sonrisa, mas allá de las lagrimas que surcaban su cara, cosa que a Neji lo hizo percatarse del error que había sido su exabrupto, y del alcance de sus palabras.- Como no te puedes liberar de tu compromiso, le diré a mi padre que yo te libero, y así no nos casaremos, el respetara mi decisión.- Y al decir estas palabras ella se quebró.- Espero que algún día tu esposa pueda hacerte feliz, ya que yo nunca pude ni siquiera hacerte sentir cómodo conmigo.
Tenten salio corriendo deprisa, hacia las escaleras del palacio, para guardar el poco orgullo que le quedaba, saliendo de ese lugar, dejando a Neji en paz. Su corazón había sido horrorosamente destrozado, y no había nada peor que quedarse con quien le había inflingido el daño.
-¡Tenten…! -Neji salio corriendo detrás de ella, al caer en la cuenta que había actuado como un verdadero imbecil pero antes de que siguiera su camino, se detuvo a pensar.
"Esto era lo que tu querías" se dijo a el mismo "Tu querías que ella saliera de tu vida y te dejara en paz, para poder ser libre".
"¡Pero fu rudo con ella!" se contradijo su otro yo "La hice sentir despreciable, y ahora me doy cuenta de que podría habérselo dicho mejor, y no haber actuado como un completo idiota"
"Pero esa niña necia nunca entendió" contraataco su otro yo "Ella siempre vio que tu la odiabas, y no la querías cerca pero ella seguía insistiendo y se lo merece"
"¡Yo no la odio…!" Pero se callo al recordar, como la había tratado todos estos años. Le había demostrado en cada una de las ocasiones lo poco que quería estar con ella, y lo mucho que le molestaba su presencia. Pero ella con una sonrisa, volvía todos los días, y le demostraba que ahí estaba para el… mas allá de que el la hiciera un lado por eso.
Volvió a sentarse bajo su árbol, esta vez pensando en un recuerdo totalmente distinto a su meditación anterior.
Allí estaba unos años atras, bajo el umbral de la ventana de sus aposentos, mirando a lo lejos a una pareja, que caminaban por los alrededores del castillo, enamorados y despreocupados del mundo.
El con tan solo 15 años, los envidiaba, porque nunca podría ser feliz con alguien a quien amara de veras. Solo podía esperar a tener edad suficiente para casarse con esa niña latosa, por un arreglo entre su padre y el de ella. Mientras cavilaba en si mismo, una silueta imperial que imponía respeto, se acerco al joven, y se digno a llamar su atención.
Su padre, Hizashi, se había dado cuenta que desde hacia varios días su único hijo estaba preocupado por algún motivo. Siempre que notaba que algo le sucedía, acudía el mismo a verlo, porque a nadie más había amado tanto como a su propio hijo, excepto tal vez a su esposa Niyoko, fallecida en el parto de su único hijo varón.
Cada vez que lo veía comportarse misteriosamente, su hijo le recordaba a su esposa, porque aunque Neji fuera físicamente parecido a el, su espíritu era igual al de su madre.
-Se que algo te sucede Neji- dijo el shogun sin rodeos.- ¿Es que acaso tu vida en el palacio se te ha hecho tediosa?
-No es eso padre.- dijo Neji, suspirando- Es que últimamente he pensado acerca del amor… ¿Cómo es que sabre de el, si me caso con alguien a quien no amo?
Hizashi miro a su hijo que tenia una mirada profunda y triste en los ojos. Pero reflejaba, ese espíritu anhelante de emociones como el que su amada tenía, cada vez que miraba a su esposo en los primeros tiempos del matrimonio, y con los que vio a Neji, la primera y ultima vez que lo pudo admirar.
-¿Como sabes que no la amas?- dijo Hizashi algo inquisidor.
-Bueno, es claro que no la conozco, además de que ella es una persona muy molesta.- dijo Neji, sin un trazo de emoción en su voz.
Hizashi se sitúo al lado de su hijo, y observo a la pareja de aldeanos junto con el. Más allá de los muros del castillo, por la altura de este se podía ver con detalle los edificios lindantes a este, y a la gente que residía en ellos.
-Pues si aun no la conoces, es porque no le has dado la oportunidad.- dijo Hizashi con una sonrisa en los labios, por lo que Neji lo miro extrañado.- Haz hecho un preconcepto erróneo de ella, porque te ha sido impuesta como esposa. Tu madre era igual.- Neji cada vez que oía de su madre, captaban automáticamente su atención, porque siempre había añorado el no tenerla con el – Como le había sido asignado yo como marido, por acuerdo de nuestros padres, ella empezó su relación conmigo, siendo agresiva e indiferente, y admitió que nunca se enamoraría de mi, lo que yo tome como un reto. Prometí que la enamoraría, costara lo que me costara, y solo en ese momento me casaría con ella.
Neji sabia como había terminado la historia. Todos los cortesanos le habían dicho que su padre y su madre eran la pareja más feliz y amorosa que hubieran visto, aunque no lo expresaran en público. Y así mismo, era de igual de amorosa cuando su hijo estaba en su vientre…
-No pienses que nunca conocerás el amor- dijo Hizashi mirando a los ojos de su hijo profundamente- No te pido que entiendas por que te impuse a Tenten como tu futura esposa, pero créeme, ella es perfecta para ti, porque si no lo fuera, no te habría comprometido con ella...
Neji volvio a la realidad cuando una breve brisa hizo crujir las hojas, que tenia por encima de su cabeza. Dejo de pensar en ese recuerdo, y solo se quedo mirando el cielo. Aun hoy desconocía que le había querido decir su padre, porque persona mas dispar que Tenten a el no existía, y suponía que nunca lo sabría.
De repente, unos gritos lo hicieron perder su atención. Era un criado que se dirigía corriendo apresuradamente hacia donde estaba Neji, por lo que presupuso que era algo grave.
Rápidamente se puso de pie para recibir al criado, que hizo una reverencia apresuradamente hacia el piso, por lo que se golpeo fuertemente, pero eso no le importo.
Lo que decía el criado, lo acentuaban sus lagrimas en los ojos, y su tono chillón de voz, por la desesperación.
-¡Su excelencia- dijo el criado muy agitado y casi sin aliento- El señor Ama, jefe del Tairo, me ha mandado a buscarlo! – recobro medianamente el aliento- ¡Su padre el señor Hizashi-Sama, ha muerto repentinamente ante sus ojos…!
Aclaracion y desambiguacion de terminos:
*: El Castillo Nijo es un castillo japonés localizado en Kioto, Japón. Fue construido como la residencia en Kyoto de los shogunes Tokugawa. Durante el shogunato Tokugawa la capital del país fue Edo (Actual Tokyo), pero Kyoto era donde se ubicaba la Corte Imperial.
**: La función del Tairo era proveer al Japón de un líder temporal capaz en caso de que el shōgun estuviera ausente o incapacitado, aunque raras veces era ocupado. Podia ser solo un hombre mayor, o un grupo de varios, al cual se le asignaba un jefe.
***:El Ikebana es el arte japonés del arreglo floral.
