Hola! Este es mi primer fic SasoIta o ItaSaso, como ustedes le prefieran decir ^^ Espero que les guste y sea de su agrado. Esta un poco largo pero... bueno... no sé a que vino eso ^^u

ATENCIÓN: Naruto no me pertenece, es de Masashi Samma. Asesino de mis sempais Akatsukianos TT^TT


GRAFITI

SASOITA

Itachi PO´V

Me detuve nuevamente a ver la pared siendo pintada por él. A mí nunca me habían gustado los grafiti, los odiaba. Realmente no tenía muy buena opinión de ellos, ni de las personas que los hacían. Me desagradaba que las paredes bien pintadas y de un solo color, elegante, chillón, ridículo o bonito se vieran opacadas por aquello rayones estúpidos.

A Tobi, le parecía que eran algo interesante, sin embargo. Y él le había dado permiso al amigo de su "sempai" para que pintara algo en la pared de la casa. En realidad también era una persona conocida, pero casi nunca cruzábamos más que unas cuantas palabras corteses y ya.

-No sé por qué has dejado que la pinte. El color que tenía estaba muy bonito- le dije mientras Tobi me alcanzaba después de cerrar la puerta de la casa.

-Pero Itachi san- me dijo con una de sus sonrisas de oreja a oreja –Sasori san es todo un talento en la escuela de arte. Deidara sempai siempre habla de él-

Sí, Deidara siempre hablaba de él. Parecía que le gustaba, de no andar con Tobi lo pensaría. Más le valía o le partiría la boca por engañar al pobre de Tobi.

Mire de nuevo la obra de Sasori mientras íbamos caminando los dos. En la pared había un cielo gris metálico con algunas tonalidades blancas que parecían nubes. Al parecer, Sasori estaba dibujando un puente de piedras grises y opacas, debajo de él yacía agua corriendo pálida y brillante. Lo rodeaba un escaso manto de tierra lleno de pasto y flores coloridas, de hecho, de no ser por ellas, el color de esa "obra" no sería para nada llamativo. El "artista" estaba realmente concentrado, con los labios finamente apretados, y con los ojos ligeramente entrecerrados. Tenía una mancha de pintura azul en la mejilla.

Pensé que se veía realmente bien, con aquello leonados ojos brillando mientras lanzaba el espray sobre el puente y le daba sombra.

-¿No te parece, Itachi san?- me pregunto Tobi haciendo que girara a verlo.

-Eh… ¿qué?- pregunte

-¿No me has estado escuchando en todo este rato?- pregunto Tobi negando con la cabeza, como si estuviera regañando a un niño pequeño

-Estaba pensando en la tarea- le conteste mientras comenzaba a avanzar con semblante tranquilo.

-Hum- dijo Tobi y acelero el paso para alcanzarme -¿Estás seguro? No le quitabas el ojo a Sasori san-

-Ehm… es que…- dije poniéndome ligeramente rojo –Pensaba… que…- busque en cualquier parte alguna reserva de inteligencia que siempre era elogiada por maestros y envidiaba por las demás –Pensaba en si ese chico no va nunca a la escuela. Ha estado pintando durante dos días y no ha parecido preocupado por ir a la escuela-

Tobi me miro riendo y yo lo mire con una ceja levantada.

-¿Qué pasa ahora?- le pregunte

-Es que la escuela de arte ahorita está de vacaciones Itachi san, ellos solo trabajan por cuatrimestre. Así que…- dijo él dejando a lo obvio su explicación.

-Ya veo- dije mientras seguía el camino a la escuela con Tobi hablándome de su cita con Deidara el día anterior.

- El período Asuka, está marcado por la introducción del budismo en Japón, generalmente fechado en el año 552. La llegada de esta religión trajo consigo una serie de conflictos dentro del país…- decía Kakashi sensei al centro del salón frente a todos nosotros, mientras sostenía un libro delante de la cara y prácticamente leía en voz alta.

Su voz, comúnmente me dormía y arrullaba. Y aunque hacía siempre un esfuerzo por ponerle atención, hoy no era uno de esos días.

Ahora mismo tenía el libro de La Historia de Japón y sus Eras completamente cerrado, y arriba de él estaba un cuaderno abierto por el que pasaba un lápiz y de vez en cuando una goma. Yo no me consideraba para nada un artista, y por mucho podía aspirar a dibujar de vez en cuando muñecos de palo, como le decíamos todos de pequeños.

Había querido hacer un paisaje: olas de mar golpeando una roca con fuerza, un cielo claro y unas gaviotas volando hacia el sol. Un barco surcando alta mar, y un delfín saliendo del agua. La imagen estaba ahí, era lo más real que pudiera haber visto en mi propia cabeza.

Mire una vez más el "trabajo". Esto más bien parecía un montón de líneas rectas y unas cuantas variaciones sobre algo parecido a un triangulo chueco. El barquillo era otro triangulo escaleno con un palo que salía de un trapecio al revés. El delfín, un extraño ovalo en vertical con varios triángulos chiquitos que poseía un ojo que se veía demasiado grande.

Suspire y deje el lápiz a un lado.

El arte no era lo mío. Y a todo esto ¿por qué había empezado a dibujar? ¿Creía poder hacer algo que impresionara a alguien como Sasori? ¿O simplemente estaba tan acostumbrado a ser el mejor en todo que me fastidiaba no poder ser mejor que Sasori?

Bueno, eso tenía más sentido.

-Señor Itachi- escuche a Kakashi sensei y levante la mirada -¿Me podría decir en qué tipo de arte se basaba esta era?-

-En el arte budista- respondí sin titubear. Kakashi asintió.

-Muy bien. Eso es correcto Itachi. El arte budista en la era Asuka fue encargado por el mismísimo príncipe…-

Y con eso retire la mirada de Kakashi a la ventana. ¿Lo ven? Tenía sentido, incluso si no ponía atención a la clase sabía responder, así que podía ser que me causara envidia que Sasori fuera mucho mejor artista que yo.

-Pss. Itachi- dijo Kisame a mi lado y gire a verlo –Eres grandioso- me dijo en un susurro, cuidando de que Kakashi no nos escuchara –Ni si quiera estabas poniendo atención. Estabas dibujando ¿no?-

Me limite a asentir con la cabeza una vez. Kisame me sonrió.

-¿Puedo ver?- pregunto. Yo mire mi horrible dibujo, lo mire y negué con la cabeza -¿Eh? ¿Por qué? ¿No le enseñarás tu obra de arte a tu mejor amigo?- sonaba ofendido

-No- le respondí en un susurro y cerré el cuaderno, cuidando de que no viera nada del dibujo. Kisame frunció el ceño y se volvió a enderezar en su asiento.

Las clases transcurrieron aburridas y el resto del día fue bastante común, como solía serlo siempre. Al fin las clases se acabaron y suspire de alivio.

Tobi y yo llegamos a la casa. Sasori seguía ahí pintando.

-¡Hola Sasori san!- le grito Tobi y Sasori giro a verlo, le saludo con la mano. Tobi rió mientras entrabamos a la casa –Vaya, ya lleva la mitad del trabajo- me dijo Tobi con una sonrisa

-¿A penas la mitad?- pregunte asombrado. Si a la mitad ya parecía sorprendente no me lograba imaginar cómo sería terminado.

-Sí- contesto Tobi mirándome como si le hubiera propinado una buena colleja sin razón.

-Impresionante- dije mientras cerraba la puerta.

Media hora después tocaron a la puerta. Yo estaba sentado leyendo, estaba a punto de pararme cuando Tobi salió corriendo.

-¡Me voy al cine con Deidara sempai!- me grito mientras abría la puerta y efectivamente, alcance a ver a Deidara.

-Hola Tobi, hum- le dijo poniéndose ligeramente rojo, luego alzó la cabeza por encima del hombro de Tobi –Hola Itachi-

-Hola Deidara- le dije apartando la vista del libro y mirando a Deidara, le salude con la mano.

-Bueno, ya nos vamos Itachi san- dijo Tobi sonriente mientras cruzaba la puerta

-Nos vemos, Itachi hum- dijo Deidara

-Nos vemos. Diviértanse- les dije antes de que la puerta se cerrara con fuerza, yo no era muy educado pero ¿Eso no era muy grosero?

Pasaron otros cuarenta minutos. Ya me dolía la espalda y el trasero por estar sentado leyendo. Camine hasta la cocina y abrí el refrigerador. Estaba vacío. Suspire. Me dirigí a mi cuarto y saque dinero, camine hasta la puerta y salí.

Tenía ganas de unas galletas. De chispas de chocolate.

Todavía cuando salí me encontré con Sasori. Mire unos segundos el grafiti que ocupaba la mitad de la pared, y me pregunte qué es lo que pondría al otro lado. Fui a la tienda y regrese.

Sasori era impresionante. Recordé el horrible dibujo que había hecho y me sentí idiota, un bebé pintarrajeando, comparado con… el artista que era él. Me senté en la banqueta a verlo dibujar. Ahora tenía ligeramente manchado el pantalón de mezclilla.

Pasaron un par de minutos, yo seguía admirándolo a él, y entonces Sasori giro la cabeza y me miró.

-¿Qué pasa?- me pregunto y sentí que la voz se me iba, casi me atraganto con la galleta.

Cuando al fin logre pasarla me aclare la garganta –Na…Nada- dije y tosí un poco.

-¿Seguro?- me pregunto –Te la has pasado mirándome-

-Sí, estoy seguro- le conteste poniéndome rojo –Es solo, estoy viendo tu grafiti-

Sasori frunció el ceño y me miro. Uno podría decir que molesto.

-Eso no es un grafiti- dijo, en realidad, sí parecía que se había enojado.

¿No era un grafiti? A mí me lo parecía. Fruncí el ceño.

-Ah ¿no lo es?- pregunte

-Claro que no. Un grafiti, además de ser ilegal, es una pintarrajeada de mierda- dijo acercándose a mí y sentándose a mi lado –Eso- dijo señalando su trabajo –Es un mural. Una cosa muy distinta-

Antes de mirar la pared lo observe a él. No podía creer que hubiese una obra de arte mejor que él. Y si tan solo pudiera…

Sasori me miro y yo gire la mirada hacia la pared, fingiendo que ahí había estado todo el tiempo.

-Bueno… es que… yo no soy muy bueno con esto del arte- dije encogiéndome de hombros.

-¿Eso te parece arte?- pregunto Sasori con burla en la voz.

Genial, lo que me faltaba, otra equivocación real. Por eso me limitaba a los condenados libros.

-¿No lo es?- pregunte avergonzado.

-Claro que no- dijo Sasori levantando la mirada al cielo –Hay artistas que capturan eternamente la pintura. Que tan solo con verla, puedes sentir la brisa del mar golpeándote el rostro- cerró los ojos, como si de verdad pudiera sentirlo él –Que pueden hacerte sentir el calor del sol y el agua y la arena correr entre los dedos de tus pies… el aroma de las flores y el vértigo de una paisaje tomado de gran altura…-

Lo mire y observe su rostro apacible. Sasori seguía haciendo poesía de las pinturas.

¿Y qué? ¿Qué importaban los artistas que te hacían sentir esas cosas?

Yo había ido a miles de museos de arte y nunca había sentido nada de lo que decía Sasori. Sí, era impresionante lo que podían hacer. Pero me limitaba a verlas.

Sasori veía mucho más allá.

Sasori distinguía los colores uno de otros. Cuando yo decía amarillo, Sasori decía amarillo como el sol, como esta flor, como una manzana, como el oro. Cuando yo veía olas y espuma, Sasori las veía igual, pero las sentía.

¿Pero y qué? Desde la primera vez que lo había visto pensé en otra manera sobre los colores. Trataba de encontrar los colores verdaderos a los suyos, a los que ondeaban en él como una bandera.

Como sus cabellos. Al principio los veía como el fuego, pero ¿qué tenían realmente de parecido a eso?, si, parecían cobrar vida con el viento, pero el fuego era demasiado anaranjado. Luego los comparaba con la sangre, pero que triste era pensar en eso, la sangre parecía demasiado seca, demasiado opaca. Luego comencé a compararla con una fresa. Luego con una manzana. Y esas dos me gustaban. Porque la manzana era el color más cercano a sus cabellos cuando en la sombra estaba, y se iluminaba un poco. Parecía un velo de fresas entonces.

Y sus ojos. Eran cafés en la sombra, tanto que podían pasar por grises. Y en la luz eran leonados, brillosos como el oro.

Su piel con diferentes tonalidades, tan blanca como la nieve, o como las nubes, de repente tenía unas manchas rojas de de color en las mejillas.

-Y podría sentirlas con las diferentes tonalidades de la luz del sol…- seguía diciendo Sasori.

Su melodiosa voz te envolvía. Parecía hipnotizarte el hecho de que sus labios se movieran un tanto toscamente, otro de manera suave, y de su garganta saliera una voz tan perfecta…

-¿Nunca has sentido eso al ver una verdadera obra de arte?- me pregunto Sasori mirándome con una sonrisa. Tan solo supe medio que apartar la vista de sus labios a sus ojos, aturdido.

-Eh… sí- le conteste

-¿De verdad?- pregunto Sasori entusiasmado, como si pudiera haber descubierto que yo era un obsesionado con el arte igual que él o igual que Deidara.

Como si pensara que lo que había estado diciendo era una tremenda gilipollez. Pero no lo era, no lo era cuando lo decía y sus ojos brillaban, cuando la sonrisa le iluminaba la cara, y cuando se ponía ligeramente colorado mientras hablaba.

-Sí- conteste. Él me miro a los ojos con una sonrisa y yo le correspondí la mirada sonriendo.

-No te ves con cara de apreciar el arte- me dijo burlonamente -¿De quién es la obra?- pregunto justo después.

-Ah…- dije, ¿qué se supone que respondería a eso? Yo me había estado refiriendo a él ¿No sería raro decir que de Dios era la obra y que la tenía delante de mí? –Yo… no…recuerdo su nombre. Fue hace… mucho tiempo-

-Ah- dijo él y parecía decepcionado.

Suspire lleno de alivio. De la que me había salvado.

-¿Quieres?- le pregunte extendiendo las galletas, él asintió y cogió una, se la llevo a la boca y la mordió… demonios… nuevamente sentía lo que él decía sentir con las obras de arte, casi podía saborear su boca.

-¿Sabes? Es fácil hablar contigo- dijo Sasori mirándome.

-No pareces una persona que hable mucho- le dije burlonamente. Sasori me miro con una sonrisa, con una galleta a punto de entrar a su boca

-No. No lo hago. Así que es un cumplido, Itachi- me dijo y asentí soltando unas gracias inaudibles, dudaba si quiera de haberlo pronunciado. Hubo un silencio por varios segundos, antes de que lo volviera a romper él -Es una lástima que no te acuerdes- dijo Sasori –Pero bueno, no importa-

Sasori sacó de su bolsillo el celular y miro la hora. Se puso rápidamente de pie.

-¿Qué pasa?- pregunte mirándolo

-Nada. Ya tengo que irme- me contesto –Bueno, nos vemos mañana Itachi- dijo eso y corrió hasta donde había dejado las botellas de spray, luego salió corriendo por toda la calle como si lo fuera persiguiendo el diablo.

-Seguro- susurre mientras lo veía desaparecer por la calle.

-¡Hola Itachi san!- me grito Tobi al oído y pegue un grito y me caí de mi cama -¿Cómo estás?-

Parecía realmente feliz.

-¿Qué te pasa?- le pregunte poniéndome de pie -¿Deidara te ha dejado llegar a segunda base?- añadí burlonamente

-¡No!- grito Tobi poniéndose colorado -¿Qué cosas piensas Itachi san?- pregunto ahora avergonzado –Ayer Deidara se enfermó del estomago y no pudimos salir a ver la película-

-¿Entonces?- pregunte de mal humor

-Es solo que… Sasori san te está buscando-

-¿Saso…?- comencé y se me bajo el coraje -¿Qué día es?- pregunte

-Sábado Itachi san- dijo él –Te has quedado súper dormido en el sofá. Como Tobi es un buen chico lo ha traído a su cama cuando llego de su cita-

-Vaya. Gracias- le dije –Ahora salte, debo cambiarme…-

-Yo no te recomendaría hacer eso, Itachi san- dijo Tobi –Recuerda que a Sasori san no le agrada esperar-

-Vaya- dije entonces y lo empuje a la puerta y bajé con él, tratando de arreglarme el cabello un poco porque seguía teniendo la misma ropa de ayer.

Bajamos y lo encontré sentado en el sillón, con el libro que había estado leyendo anoche antes de dormir.

-Hola- dijo Sasori sonriéndome y dejando el libro en el sillón -¿No te he despertado?-

-Tú no- le conteste sonriéndole

-Bueno, ¿no te he mandado despertar?- pregunto sonriente

-Ah… sí bueno, ya estaba a punto de pararme, solo estaba recostado- le conteste encogiéndome de hombros.

-Estaba roncando- dijo Tobi riendo y lo miré con furia

-¿No tienes algo mejor que hacer, Tobi?- le pregunte molesto y Tobi asintió y se fue caminando a la cocina. Mire a Sasori -¿Qué te trae por aquí?-

-Deidara enfermo- dijo. Y Eso me interesaba… ¿por quéee? –Teníamos planead ir hoy a un museo. Ya habíamos comprado los boletos- sacó de su bolsillo efectivamente unos boletos rosados -¿No te gustaría ir?-

Me quede callado, mirándolo con estupefacción. Ahora si me interesaba que Deidara se hubiera enfermado.

-Sí, ¿por qué no?- respondí tratando de sonar indiferente –Me gusta ir a esos museos-

-Eso no es cierto Itachi san- dijo Tobi con una paleta en la boca –A ti no te gusta nada el ar…- antes de que pudiera terminar la oración le avente un cojín -¡Auch!-

Sasori me miro con una ceja levantada. Lo mire sonriendo nervioso.

-Claro, ¿a qué hora es eso?- pregunte

-Bueno, ya tendríamos que estar saliendo- dijo Sasori. Por alguna razón su cara me dijo que no esperaría nada a que me cambiara o desayunara, así que asentí.

-Entonces vamos. Nos vemos luego Tobi- le dije con un tono de amenaza en la voz

-Hasta luego…- susurro Tobi sobándose la cabeza.

Al salir me quede viendo la pared en la que dibujaba Sasori.

-¿Qué pasa?- escuche que me pregunto -¿Hay algo mal?-

-No, para nada. Es perfecta. Tienes mucho talento, Sasori- le dije sonriéndole. Era considerablemente más pequeño que yo y eso me parecía adorable.

-Gracias- dijo sonriéndome.

Oficialmente ir a un museo de arte era lo más aburrido que me imaginaba haciendo en un sábado, en especial teniendo en cuenta que me estaba dormido parado. Daba gracias a Kami que Sasori estuviera tan emocionado con las obras que parecía no notar mi aburrimiento. Aunque también agradecería que no se la pasara diez minutos viendo cada cuadro y diciéndome todo lo que veía y sentía con él.

No me malentiendan. Era bastante agradable pasar tiempo con él y escucharlo hablar y hablar. Pero a ver… ¿qué podía tener tanto un cuadro de fruta que le deleitara tanto?

También era bastante estricto con lo que veía. Me decía que iba bien o no en una pintura, señalándome y girando mi cabeza cuando parecía obvio que no hallaba ningún problema con lo que decía. Después de un rato, solo fingía no verlo para que Sasori me tomara de la cabeza y me guiara, tratando de señalarme el error.

Después de tres horas de estar ahí con la mar de gente, y visitar a penas la mitad del museo Sasori me dijo que si quería comer. Y yo por supuesto que no me negué.

-Quiero una hamburguesa triple con queso y sin cebolla. Unas papas fritas y un helado cubierto de chocolate con un refresco grande de coca cola- le dije a la dependiente. Sasori se me quedo mirando sorprendido -¿Qué? Tengo hambre-

-Sí…- dijo la chica que nos miro y luego dirigió su mirada a Sasori -¿Y tú qué quieres, lindo?- pregunto con una sonrisa lasciva, igual que conmigo, pero me atrevo a decir, que con menos ganas

-Yo quiero un refresco grande de Manzana, una hamburguesa Jumbo con doble carne, helado cubierto de chocolate también, unas papas grandes y un bollo cubierto de mermelada- dijo con rapidez. Ahora yo gire a verlo igual o más sorprendido que él

-¿No cenaste a caso?- pregunte

-Claro que sí. También desayune- agrego con una sonrisa. La camarera fue a por nuestras órdenes.

-¿Siempre comes así?- le pregunte

-No puedo evitarlo, simplemente me da hambre- dijo él mientras se encogía de hombros.

Ahora íbamos caminando por los pasillos del museo en silencio. Sasori ya no me decía nada sobre las obras y se limitaba a caminar de un lado a otro. Yo, me sentía el idiota más idiota del mundo, ¿Cómo podía haber hecho una tontería de ese tamaño? ¡Yo! ¡Uchiha Itachi! ¿Decirle esa tontería a Sasori?

Cada vez que lo pensaba me ponía más rojo. Y eso no creía que pudiera ser posible.

FLASH BACK

-Oh demonios- dijo Sasori abriendo la hamburguesa y haciendo una mueca de asco.

-¿Qué pasa?- le pregunte dándole un mordico a la mía.

-Esta cosa tiene pepinillos. Odio los pepinillos- dijo mientras se los quitaba

-¿De verdad?- le pregunte –A mi me encantan. Si quieres dame los tuyos, seguro que están buenos-

Sasori se me quedo mirando sonrojándose. A mi lado unos chicos comenzaron a reírse y sus amigas comenzaron a lanzar gritos.

-¿Qué pasa?- pregunte con un hilo de voz -¿Qué dije?-

-Oye amigo- dijo uno de los chicos mientras se reía -¿No vas a dárselos?-

Sasori lo miro con el ceño fruncido. Tapo su hamburguesa y se la comenzó a comer, evitando cruzar su mirada conmigo. No me dio los pepinillos.

FIN DEL FLAS BACK.

¿En qué mundo andaba yo? Mil veces idiota. Era cierto eso de que el amor a uno lo apendeja.

Terminamos al fin el recorrido y caminamos hasta mi casa. Sin hablar. Cuando llegamos, mire a Sasori. Él evito mi mirada.

-Esto… nos vemos luego Itachi- dijo, antes de que pudiera decir algo y se dio media vuelta.

-Sí- susurre nuevamente y me metí a la casa. Un aura depresiva me cubría…

-Hola Itachi san, ¿qué tal te fue?- me pregunto Tobi mientras me iba a sentar al sillón con la cabeza gacha.

-Me duelen los pies, la cabeza. Tengo el estómago revuelto y tengo ganas de vomitar ¿qué te parece?-

-Que te fue bien- respondió él –Dime… ¿Sasori san y tú se besaron?-

Lo mire con los ojos abiertos.

-¡ERES UN ENFERMO!- le grite aventándole un cojín en la cara y subiendo completamente rojo a mi habitación.

Recostado en mi cama. Con la almohada en la cara.

-¿Itachi?- pregunto Tobi entrando al cuarto.

-Largo de aquí- le ordene

-Lamento lo de hace rato… está claro que si Sasori y tú se hubieran besado…- me quite el cojín de la cara y lo mire enrojecido, tanto de coraje como de vergüenza –Ehm… ¿pasó algo malo?-

-Hice una tontería- le dije

-¿A sí?- pregunto él –Porque yo lo hago todo el tiempo y no importa-

-Claro que importa- le dije.

-Bueno, no puede ser tan grave, ¿Qué hiciste?-

Dicen que hablar sobre algo que te molesta siempre ayuda.

-Le dije que me diera sus pepinillos-

Tobi hizo un silencio.

-Y… ¿te los dio?- pregunto Tobi

-No- conteste y entonces me di cuenta de que él hablaba de…Bueno, estaba claro que el que había inventado esa teoría de hablar era un imbécil - ¡NO, TOBI!- le grite escandalizado, lo había vuelto a hacer- Yo me refería a… compramos unas hamburguesas y… él no quería los pepinillos y…-

-Bueno ya- dijo Tobi ahora entre risas –Ahora entiendo. Es que uno se debe aclarar Itachi san-

-¡Idiota!- le grite

-Hum… bueno, no puede ser tan malo- dijo Tobi encogiéndose de hombros –Seguro que para mañana Sasori san habrá olvidado este incidente-

-Ojalá, porque fue humillante-

Resulto que Tobi tenía razón. Sasori se "olvido" del incidente. Al otro día fue a la casa y nos invito a la emocionante experiencia de: Acompañar a Deidara al doctor a que lo inyectaran.

Aceptamos. Aunque debo decir que cuando Tobi vio que Deidara de plano se sentía horrible y le había dicho primero a Sasori antes que a él se enfurruño y decidió no cruzar palabra alguna con ninguno de los tres.

Cuando el doctor dijo que podía pasar uno con el paciente, Tobi si que se alisto para primero poniéndose de pie al instante, inmediatamente Sasori lo hizo también.

-Ah… solo uno- dijo el doctor mirándolos.

-Ah… Sasori Danna, hum- dijo Deidara sorbiendo por la nariz unos mocos. Jamás había visto tan mal a Deidara, estaba pálido, tenía los ojos con ojeras más pronunciadas que las mías y tosía cada segundo -¿Puede pasar conmigo?-

Tobi y yo nos quedamos atonitos.

-Seguro…- dijo Sasori encogiéndose de homrbos y avanzando hacia Deidara.

-Nada de eso- dijo Tobi con una amenazante voz mirando a Sasori con cara de "te estoy vigilando". –Yo me haré cargo de Sempai-

Sasori lo miró un segundo y luego a Deidara.

-Pero Tobi…- dijo Deidara –Me van a picar…Tú no ayudas a que no me dé miedo, hum-

-Claro que sí, Deidara sempai- dijo Tobi mirándolo también amenazadoramente. Deidara tragó saliva. Nunca veía a Tobi así, o casi nunca… -Yo te acompañare. Eres mi novio y eso haré-

-¿De verdad, hum?- pregunto él –Entonces está bien-

Ambos pasaron con el doctor que los miraba con cara de no haber querido enterarse de nada. Y Sasori se fue a sentar a mi lado.

-Y…- dije -¿No estás molesto por lo de ayer?-

-¿Lo de ayer?- me pregunto

-Sí, lo de ayer-

-¿Por qué habría de estar molesto?- pregunto y note como se ponía rojo –Tú solo… dijiste lo que dijiste-

-Pero no fue nada malo- dije rápidamente –Yo solo…-

Hubo un desgarrador grito de la sala del doctor, haciendo que Sasori y yo giráramos a verlos.

Después de un segundo se cayó.

-Yo solo…- dije para continuar y entonces me volvió a interrumpir el grito.

-¡Basta!- grito el doctor y abrió la puerta, con Tobi de la mano, lo sacó –Usted quédese afuera-

Tobi salió.

-Pero Deidara sempai…- dijo con voz inocente

-¡Nada, lo vacunare sin usted!- grito el señor.

-¡No, no, no!- grito Deidara recostado en una camilla con una blanca nalguita fuera del pantalón –Entonces que entre Sasori Danna, hum-

El doctor miro a Sasori.

-Ya vuelvo, pues- dijo Sasori poniéndose de pie y entrando con el doctor.

La puerta se quedo semi abierta. Por la rendija vi a Sasori acercándose a Deidara y tomándole de la mano. Me sentí abatido. Como si el mundo entero se me cayera al suelo.

-No te preocupes Dei- le dijo Sasori en tono reconfortante mientras el doctor aplicaba alcohol en la nalguita de Deidara –Aquí estoy, ¿vale?-

Deidara asintió rápidamente, como si se preparara para un tremendo golpe. Sasori se inclino y le sonrió tan tiernamente que sentí que algo dentro de mí se quebraba.

-Vale- dijo Deidara cerrando los ojos y apretando la mano de Sasori con fuerza –No se aleje de mí, ¿eh danna, hum?-

-Claro que no lo haré Dei. Nunca- le susurro el pelirrojo. El doctor le miro como si fuera un subnormal, y entonces comprendí porque me había dolido tanto.

Bajé la mirada con la respiración cortándome en la garganta y el pecho. Un fuerte vértigo en el estomago y un dolor bastante agudo en el pecho. Parecido a… ¿Cómo decían? A limón en la herida.

-Bien, he terminado- dijo el doctor mientras le daba una nalgada a Deidara. Deidara abrió los ojos, como si hubiera estado dormido por mucho rato, miro a Sasori y se puso de pie, arreglándose la ropa. Sasori le sonrió nuevamente mientras le palmeaba la cabeza.

Espere que Tobi no hubiera visto lo que yo vi. Gire la cabeza y…

-¿Tobi?- pregunte a la sala de espera vacía -¿Tobi?-

En eso salieron los tres del consultorio.

-¿Dónde está Tobi, Itachi hum?- fue lo primero que pregunto Deidara.

No pude evitar mirarlo mordiéndome el labio. Y luego girar a ver a Sasori, y ver lo que había visto en el consultorio. Sentirme mal.

-¿Itachi?- pregunto Sasori.

-Él…- dije –Tobi… esta en… no sé-

Sasori, Deidara y yo fuimos lo más rápido que pudimos a la estación de taxis. Fuimos a mi casa y ahí dejamos a Deidara una vez que nos dimos cuenta de que ahí Tobi no estaba.

-Parece que Tobi no está aquí- dijo Sasori mientras salía de la cocina y yo acomodaba a Deidara en el sillón porque él no quería subir escaleras.

-Claro que no- conteste enojado. Sasori me miro sorprendido y Deidara también – ¿Qué?- preguntes déspota -Después de verlos a ustedes no me sorprende que se fuera-

-¿A qué te refieres con vernos, hum?- me pregunto Deidara moqueando.

-Ustedes saben a qué me refiero- les dije –A esa miradita que se lanzaron en el consultorio-

-¿Quieres decir que Tobi pensó que…?- comenzó Deidara y ahogo las palabras por la tos.

-O claro que no lo pensó- respondí –Lo vio, lo vi. Joder, hasta el doctor lo vio-

-Pero…- dijo Deidara

-Entonces deberíamos buscarlo- dijo Sasori –Para aclarar las cosas-

-¿Aclarar?- pregunte burlonamente –Está muy claro que tú…Y más les vale, en especial a ti Deidara, no haber engañado a Tobi, porque te juro que…-

-¡Yo no engañaría a Tobi, hum!- grito Deidara –Yo lo amo y Sasori es… es mi amigo, es mi danna, pero nada más ¿verdad, Sasori, hum?- pregunto mirando a Sasori

-Ajá- contesto él con mirada triste –Solo eso…-

-Itachi, Sasori… busquen a Tobi- dijo Deidara con voz débil

-¿Y dejarte aquí solo? ¡Ni hablar!- dijo Sasori

-Pero Sasori…-

-Nada de que te vas a quedar con él- le dije amenazadoramente –No pienso dejar que aproveches estar solo con Deidara para que…- comencé a decirle

-¿Para qué?- pregunto Sasori torciendo los ojos -¿Para declararle mi amor? ¡Itachi por favor! Voy en la misma escuela que él, vivo con él, ¿no te parece que ya he tenido muchas oportunidades de hacerlo?-

Abrí la boca para protestar. Deidara miro sorprendido a Sasori. Volví a cerrar mi boca.

-¿Sasori, tú…?- dijo Deidara

Sasori no miro a Deidara, ni tampoco, lamento decir, a mí. Luego, sí levantó la mirada. Luego recorrió todo desde la cocina hasta el sillón de Deidara y lo besó.

Deidara abrió los ojos, sorprendido. Sasori lo acercó más. Yo levante la mano…

Y le pegue un puñetazo en la cara a Sasori.

-¡ITACHI!- me grito Deidara.

Me dolía terriblemente la mano y me recorría una fuerte quemazón en los nudillos. Sasori estaba tirado en el suelo, con sangre en el labio. Mire mi puño, ensangrentado por la fuerza del impacto. Mire a Sasori, con los ojos completamente abiertos, él también me miraba como si no pudiera creérselo.

-Sasori yo…- dije mirándolo –Lo… lo siento-

Y entonces salí corriendo de la casa.

TO BE CONTINUED.


Bueno, ahí esta sempais :D

Espero que les haya gustado y dejen review... porque me gustaría continuarlo y espero que ustedes esperen que lo continúe ^^u... sino... de todos modos dejen un review con sugerencia u.u

Mary is a good girl sempais :D

Matta ne~!