Me he despertado, otro día igual pienso, me quedo cinco minutos más en la cama. Me levanto y voy a la cocina, cocina me gusta llamarla así aunque sea solo algo pequeño, algún día creceré y seré una gran profesional en algún lugar y tendré una casa hermosa jamás volveré a vivir en este remolque que por más que quiera hacerlo lindo no se le puede dar belleza a algo que nunca lo fue. Debo ir a hacer las compras, me da algo de vergüenza pero debo ser fuerte pensar que todo estará bien claro aunque no se vea nada bien. La gente me mira la mayoría con lástima otros más con desprecio. Cierto yo elegí esto ahora las consecuencias deben ser saldadas. Por otra parte si es muy raro lo sé muy raro y cada vez más visible ver a una chica de 16 embarazada. Lo sé. He salido de casa, o si casa me he reído al pronunciar eso. Camino las miradas no tardan en hacerse notar. Bajo la cabeza, no quiero a mi misma me digo que no lo haga pero es imposible. La alzo de nuevo, veo a unos chicos jugando beisbol me acerco a ver recargándome en una cerca que separa al pequeño campo del camino. De pronto un chico me mira no es un chico tiene unos veintidós años bien vestido me pregunto qué hará por aquí, entonces me mira pero no con lástima ni asco me mira como nadie me ha mirado nunca desde lejos siento que lo miro a los ojos de repente sonríe le sonrió igual, se voltea y sigue platicando. Ese chico me ha dado el único momento feliz que he tenido en meses, demasiado corto sólo segundos lo sé pero he sido feliz gracias a ese chico el cual no vuelva a ver jamás, aunque el destino es impredecible...

~Aquel chico era Denny Duquette quién ese día invitado por unos amigos había ido a Chehalis sólo a distraerse y vio a aquella chica rubia que el sol la hacía que sus cabellos se vieran casi como el oro así lo vio el durante ese pequeño momento en el que sus miradas se cruzaron.