.
De esas veces cuando alguien te demuestra que vales mucho más de lo que tú mismo piensas que vales... ~
.
Naruto NO me pertenece, es una obra del autor Masashi Kishimoto. Sólo escribo por hobby, espero no sea un problema.
.
Entré al aula de clase en silencio.
Sonreía tontamente al recordarlo, sentía una ligera calidez sobre mi rostro. Reí ante mi comportamiento. Yo no era así, pero él me debilitaba. Y era muy molesto.
— ¿Escucharon?
— ¿Qué pasó?
— ¡Noticia nueva en Konoha!
— Kushina Uzumaki tiene novio. Nada menos ni nada más que Minato, ¿entienden? ¡MINATO!
Sus palabras me entraban por un oído y me salían por otro, las envidias femeninas llegaban hasta mí sin causarme ningún tipo de molestia.
— Es imposible —repetían— ¿El habanero sangriento? ¿Con uno de los mejores de la clase? ¡Ja! Ni ella misma se lo cree.
Sus tontos apodos también comenzaron a agradarme de sobremanera. Habanero, como mi cabello; tomate, como mi cabello. ¿Qué de malo tiene que engrandezcan el color de mi cabello? Es lo que en éste momento me hace muy feliz.
— Tus sonrisas a veces me dan miedo —los susurros de Minato se escucharon golpeando mi mejilla con delicadeza.
— ¿Por qué lo dices? No estoy tramando nada esta vez 'ttebanne. —Mi cabello rojo ahora estaba demasiado largo e incomodaba mi andar.
Él tomó un mechón entre sus manos mientras me veía sorprendido.
— Eso es nuevo para mí —me dijo; tomó otro pedazo de mi largo cabello y comenzó a jugar con él.
De espaldas a él sentí un poco de cosquilleo sobre mi cuello. Las miradas de mis compañeras en clase se clavaron sobre mí. Algunas con miradas molestas, otras con cara de sorpresa. Me estaban intimidando.
¡Deseaba gritar y salir de ahí! Me daba un poco de vergüenza ser el centro de atención, y por una razón tan romántica.
Minato seguía jugueteando con mi cabello, pasando sus dedos a través de cada hebra peinándola suavemente.
Estábamos alejados de todos, en las últimas mesas del extremo derecho. Pero aun así sentía cada persona poniendo su atención sobre mí.
— Tsk. —chasqueé la lengua e hice un movimiento de levantarme. Minato posó sus manos sobre mi hombro impidiendo que me pusiera de pie. — Debo darles una lección.
— Deja que hablen, después de todo son palabras. No te han hecho nada malo.
— ¡Pero me alteran los nervios 'ttebanne!
Koji, alias "el idiota que molestaba" comenzaba a hacer entre señas burlas hacia mí y hacia Minato, quien se metiera con cualquiera de los dos: ¡se metía conmigo!
Tomé al estúpido de su cuello y lo zarandeé un poco gritándole cosas. El sensei llegó al aula justo al momento que le golpeé el rostro y aunque intenté defenderme argumentando sus ofensas me mandó fuera de clase. No permitiría mis absurdas peleas una vez más.
Bufando abandoné el lugar y me senté fuera de ahí.
Pasados cinco minutos la puerta volvió a abrirse de par en par.
— ¿Qué haces aquí? —pregunté. Minato se sentaba a mi lado.
— Digamos que Koji no dejaba de decir mentiras y tuve que tomar medidas drásticas —sonrió.
— ¿Le has hecho algo? —estaba realmente sorprendida.
— A veces hay que tomar parte del problema y recurrir a negociaciones hostiles. No puedo creer que no te hayan creído, Kushina. —hasta ése momento no dejaba de mirarme.
Pasados unos segundos en los que tardé en reaccionar escuché:
— Sé que el niño que avisaba sobre el lobo que atemorizaba su aldea mentía para divertirse, pero a veces hay que ver más allá de nuestros ojos y observar que no todo es como uno cree que es. Si ellos no pueden comprender tu corazón, no creerán lo que sale de él.
Uno de sus dedos llevó un mechón de mi cabello y lo pasó tras de mi oreja.
— Gracias. No debiste hacerlo 'ttebanne ahora creerán que estoy siendo mala influencia para ti.
— Si tú eres mala influencia no puedo ni imaginar qué significarían los demás —llevó sus manos a su mentón arrugando sus cejas observando a la nada, pensando.
— Soy mala influencia para ti, te he metido en muchos problemas…
— Problemas de los cuales no has tenido culpa alguna. —Interrumpió.
— Deberías de dejar de creer que todos son buenas personas, 'ttebanne
— Si no les dan una oportunidad, seguirán creyendo que no lo son y terminarán hundiéndose más. —Tendió su mano hasta mí— Vamos. La clase terminará pronto y debemos asistir a la próxima.
Asentí sosteniendo su mano mientras me dejaba conducir hasta el interior donde el sensei se despedía de los demás alumnos.
— Recuerda que quien quiera problemas contigo, se ganará un doble problema como premio. —sus labios besaron mi frente y sentí que todo el calor de mi cuerpo se congestionaba en mis mejillas.
Sonreí e intenté tomar mi cabello como solía hacerlo. No lo logré.
Me sorprendí y me vi reflejada en el enorme ventanal del salón de clase: mi cabello estaba trenzado perfectamente con una argolla que Minato utilizaba sobre el extremo para sostenerla.
— No quiero que te lo cortes, me gusta más cómo te queda así.
Fue su respuesta. ¡Dios! Me volvía nuevamente de colores. Volví a ser el centro de atención.
Era peligroso, pero a pesar de que me molestara las atenciones que todo mundo me prestaba, el hecho de saber que Minato intervendría si alguien hacía algún comentario ofensivo a mis oídos, me hacía querer buscar pelea a propósito.
Las clases siguieron su curso.
.
.
Realmente me cuesta trabajo escribir sobre ellos. Pero me encantan:)
Dudas, críticas, comentarios? Un beso!
Rach~
