"Que tú vengas del cielo o del infierno. ¿Qué importa?".

Poco importa de dónde provienes; cuando me miras, los secretos del mundo dan igual. Tus ojos, tan perlados como los míos, son un mar profuso de amor.

Da igual a quién admiras en silencio, mi corazón es tuyo. Ya es tarde para lamentarlo.

Te anhelo, incluso teniéndote en mis brazos. Quizás sabes mejor que nadie lo que siento. No puedo distinguir tus intenciones, ¿tu mirada es de amor o de consuelo?

Si estás conmigo para borrar los males de tu alma, no importa. Estás aquí y eres mía, al menos, mientras Naruto no te vea.

¿Qué más da de dónde vengas? Te amaría de todas formas. Incluso si fueras el mal encarnado, aun si tuviera que morir en tus manos.

Eres una contradicción tan hermosa que me es imposible no desear vivir en tus ojos y morir en tu pecho. Quiero ahogarme en tu cuerpo, en tu piel y en tu calor. Quiero renacer en tus perlados ojos, que siempre brillan con tonos distintos, pero jamás dejan de ser preciosos.

Que tú vengas del cielo o del infierno. ¿Qué importa?