Crepúsculo…not mine…la historia…complete mine, baby.
Summary: Bella no tiene padre, ni madre, sólo un sustituto tutor que vive en estado emo y se dedica a joderle la vida en silencio. ¿Quieres conocer mi historia? Resulta que cierta parte de mi lo odia…pero otra diferente sólo ruega por cogérselo.
Espero les guste ;)
Con cinco reviews pongo primer capi, dale al green bottom y sigue leyendo.
Que los disfruten guapas…
El único medio de vencer en una guerra es evitarla.
George C. Marshall.
Prólogo.
Viernes.
Una oveja, dos ovejas, tres, cuatro, cin…
- ¿señorita Cullen?- la chillona voz palpitó en mi cabeza.- ¡señorita Cullen!
Levanté el rostro y lo enfoqué entre mis pestañas, parpadeando para incorporarme.
Otra vez el mentecato profesor me despertaba de mi sueño reparador de un puto salto.
¿Es que no veía lo profunda que estaban mis ojeras? ¿Él nunca había estado todo un día sin dormir?
Intenta vivir para trigonometría con eso, tarado.
- ¿sí?- bostecé.- estaba haciendo un pequeño repaso mental, señor Varner.
Jodido cerebro poco ocurrente.
- ¿repaso mental? –levantó su ceja ultra depilada.
Toda mi estadía en el instituto estuve investigándolo, durante todo este tiempo. Pero, nada. Hasta el día de hoy no estoy segura si mi muy "estimado" profesor es todo un macho heterosexual, o un infortunado individuo desviado hacia su propio género masculino.
Gay.
- sip.- refregué mis ojos para despejarlos.- es una nueva forma de estudiar que me enseñó mi tutor.
El señor Varner, quien tenía un aprecio bastante sucio hacia mi tutor, abrió la boca hasta que mis ojos se toparon con sus amígdalas y su asqueroso desayuno matutino.
¡Pero qué hambre de mierda que tengo!
- ¿el señor Cullen?- rodé los ojos al escuchar su-mi apellido como si fuera algo más que mi simple patrón.- dudo que alguien como él inculque una enseñanza tan autodestructiva.
Aja, si el santo señor Cullen no puede ni matar una mosca.
- ¿verdad?- le sonreí inocentemente.- eso mismo le dije yo.
El viejo amanerado abrió la boca para hablarme y cundirme en su sermón mañanero, sepa Dios que más. Pero gracias a mi adorado timbre, que siempre se encargaba de salvarme de situaciones como estas, tuve tiempo de dar un salto, agarrar mis libros y sonreírle de una manera encantadora.
- que tenga un lindo día, señor Varner.
Reí entre dientes y me apresuré. Armé el celular del bolsillo, cambiándole la batería agotada por una de las nuevas.
Ventajas de ser una Cullen. Tener baterías y teléfonos para regalar como condenada. ¿Todavía existen los cargadores a corriente?
- ¡para ahí, nalgas!- escuché el gritó antes de voltear al pasillo.
Y. Una. Mierda.
Reí a todo pulmón, mientras todos los demás a mi alrededor me lanzaban miradas de miedo y me miraban como si tuviera cinco cabezas y tres culos de más.
- ¿Qué carajos pasa contigo, chucho? ¿No te había dicho que eras más del noventa por ciento de mi escarmiento?
Su sonrisa blanca resaltó aún más mientras crecía, sus ojos se achicaron lo más que pudieron en su cuerazo de tipo.
Cuerazo, cuerazo, de tipo.
- me ofendes, culo de muerte.- tomó mi bolso y se lo echó al hombro.- no sabía que era para ti nada más que un castigo.
Bufé y le pegué un considerable golpe al costado.
- sabes a lo que me refiero, moreno. Tony dice que eres una mala influencia para una persona tan susceptible como yo.
Fue su turno de bufar a lo grande, ganándose las miradas de las chicas que siempre se paraban a mirar los culos en las esquinas.
- Cullen se está volviendo más y más tedioso con la edad.- sus ojos centellearon y yo volví mi vista al piso para no mirarlo.- me sorprendería si no llegara a la menopausia el año que entra.
Reí sin ganas y tomé la dirección contraria a la cafetería.
- Cullen no tiene más de veinticinco. La menopausia llega por los cuarenta, bruto. Además, él puede ser muy madre pero sigue sin conseguirse los ovarios y la vagina.
Jacob se detuvo y me agarró del brazo para detenerme con él. Suspiré al aire.
- moreno…
- él se va a enterar, Bella.- su rostro se contrajo con una seriedad muy poco usada por mi amigo.- van a llamar a Edward si se enteran que has hecho novillos otra vez, sabes lo exagerado que se pone y que adora tener motivos para atormentarte.
Me volteé a él y caminé hasta cruzar mis brazos por su cuello.
- ¿en donde encierras a Black, empollón? Lo quiero de vuelta antes de que de vuelta a la puta llave de mi auto, ¿de acuerdo?
El moreno se estremeció insignificantemente, aun lo suficiente como para que mis torpes sentidos pudieran percibirlo. Su brazo se asió a mi cintura y me hizo correr al auto, metió la mano en mis bolsillos traseros y me empujó al copiloto.
- me encanta ser yo la mala influencia de los dos, culona.-él rió mientras lanzaba las llaves de una mano a la otra.
Me abracé a mis piernas y las subí sobre el asiento.
- cállate y conduce de una vez por todas, Jake.
….
….
…
- ¿en donde mierda hallas todas estas fiestas?
Me encogí de hombros. Ni yo conocía al dueño de la casa.
- ¿importa ya?- bebí de la botella de *Stella Artois hasta dejarla a la mitad.- tienen de éstas a montones, heladas y gratis.
- personalmente me gusta más la Heineken, no sé cuál es tu obsesión con esas bebidas. Hey, deberías de bajarle al alcohol, bella. Aún es temprano, y si además llegas pasada, Cullen te patea.
Reí y le di otro trago.
- Edward no patea ni a la pelota, Jake.
Jacob se echó un puñado de papas a la boca y le dio un sorbo a su cerveza.
- aun así.- masticó.- estoy convencido de que Billy me romperá la mitad de la moto para cuando llegué a casa. De seguro ya llamaron del instituto para darle la buena nueva.
Acomodé mi culo sobre la incómoda mesa, pasando un brazo por sus hombros.
- es nuestro último año, moreno. ¿Has pensado en eso?
Su brazo cruzó a mi cintura y apretó su mano en esa curva pronunciada.
- será un honor graduarme con un capullo como tú, Bella.- hundí mis uñas en su hombro.- Ouch, es una broma, culona. Juro no dejar de mirarte el traste entretanto estés adelante. En serio. Disfrutaré al máximo este último año, puedes influenciarme de las maneras en que quieras. Te sigo como a tu perrito faldero, castaña.
Sonreí y lo apreté a mi lado, cuando su agarré me atraía hacia él, me zafé.
Cuidado con esas manos.
- es hora de irnos, Jacobo.- se apresuró a tragarse lo que le quedaba de la cerveza.- supongo que quieres poder reconocer el cuerpo cuando llegues a la Push.
Tomó mi mano y comenzamos a atravesar el mar de jóvenes entre ebrios y drogados, todos bailando animosamente una canción de letra sucia.
- Eduarda te va a cortar en pedazos, Isabella.- metió su nariz en mi pelo y aspiró.- tu cabello huele a fresas en putrefacción.
Abrí los ojos escandalizada y me llevé todo el pelo a la nariz.
- ¡mierda santa! Mi cabello huele entre cigarrillo y marihuana.- me golpeé la frente.- ¡esto es genial! Edward me va a rapar al cero y me va a encerrar de por vida. ¡Una mierda de fiesta la de esta casa!
Jacob se movió a la puerta incorrecta y me tiró las llaves. Las atrapé en vilo.
- ¿quieres que conduzca?- enarqué una ceja.- ¿y eso por qué?
Jacob me miró y sonrió lánguidamente, su rostro estaba más blanco de lo común y su mano se aferraba al marco de la puerta.
- te ves fatal.- reí.
De un solo movimiento la cabeza de Jake desapareció, un horrible sonido salió directo de su garganta y algo que no quise imaginar chocó contra la calzada.
- ¡excelente!- vociferé abriendo la puerta y tirándome de un golpe dentro del auto.
Luego de unos minutos Jacob entró y suspiró, pasándose las manos sobre su rostro sudado.
- larguémonos de aquí.- dijo con su voz ronca.- has volar a la máquina, Bella. Llévame a que Billy me corte de una sola vez el pito.
Arranqué el motor y abrí las ventanas hasta el tope. Jacob se fue maldiciendo por todo el camino, mientras tragábamos mentas y me llenaba el cabello de desodorante ambiental.
- ya, bájate.- lo corrí cuando llegamos.- tengo que llegar antes de que la Bestia note que Bella ya no está.
Jacob tomó mi mano y la acarició.
- ¿te veré otra vez?- dijo en son dramático, reí.- digo, si Billy no me mata y Cullen no te encierra en una torre. Aunque eso no es mucho problema, avísame si te cambia de país.
Apreté su mano y con mi brazo acerqué su cuello hacia mí.
- dudo que para mañana seas capaz de caminar, chucho.
Cuando sus labios chocaron con los míos, con un leve roce que me había dejado ansiosa de más, la puerta del lado de Jacob se abrió y sus labios se vaporizaron lejos de mí.
- me lleva la santa mierda…
- ¡Jacob Black!- la voz de Billy salió de lo más hondo de su pecho.- cuida esa boca antes de que te la parta de un merecido puñetazo. Señor Cullen, lamento la situación en la que Jacob pone a su… hija.- me retorcí en asiento.
- él no es mi padre.- gruñí.
Sus ojos verdes, inyectados en sangre, me lanzaron una mirada de furia.
- cállate, Isabella.- se volteó.- no se preocupe, señor Black, dígame Edward. Créame que sé de muy buena fuente que Jacob no tiene toda la culpa. Pero no se preocupe, algo como esto no volverá a ocurrir.
Sí, seguro.
Vi escasamente como Billy le golpeaba la pierna a Jake. Edward cruzó unas cuantas palabras con él y su padre, sin volver a mirarme de nuevo.
- muchas gracias, Edward.- Billy volvió a golpear el cuerpo de Jacob.
El moreno bufó y se encogió de hombros, me miró y sonrió un poco, con su típica mirada de "¿te lo dije o no, culona?". Miró hacia el lado disimulando cuando Edward lo cachó, fue a su derecha cuando su semblante se quebró violentamente.
- ¡me jodiste la moto, papá!- salió de mi campo visual, pero seguía escuchando como lloriqueaba.- que carajos le hiciste, ¿le pasaste el tractor un montón de veces por encima?
Me mordí el labio. Todo esto era mi culpa. Lo relegué, a mi me venía algo peor.
- adiós, señor Black. Insisto con lo que le dije anteriormente.
- por supuesto. Adiós.- Edward cerró la puerta.- ¡te vas a tu cuarto inmediatamente, Jacob! ¡Ya vi que te escondiste en el garaje!
Moví mis dedos en el manubrio, asustada y enojada, Edward se paró frente a mi ventana.
- a la casa. Ahora. Isabella Marie.
¿Eso es buena señal?
No se agachó a mirarme, ni eso. Su mano traspasó y cruzó hacia la llave, hizo partir el auto. Miré todo el tiempo hacia la luz intermitente de mi bluetooth, evitando a toda costa la mirada criminal que tanto conocía de Edward.
- no creas que sea una buena señal, no voy a armar escándalos.- cuchicheó.- prefiero esperar a llegar a la casa.
¿Edward me leía la mente?
Su mano salió y poco después sentí el rugido de su motor a mi lado.
- tienes quince minutos para llegar a casa.- me gritó.- ni uno más.
Arranqué y me fui lanzando maldiciones a todo lo que veía. Sí, sobre todo al espejo retrovisor.
Definitivamente, Edward Cullen, iba a acabar con mi salud mental y corporal.
¿Les gustó la idea?
Si quieren más…sólo hay que pedirlo.
Se aceptan flowers, caca, sugerencia y demases.
stella artois...marca de cerveza deliciosaaa, no beban si son menores de 18 añossss, o no les gustará.
besotesss...niss ;)
