-Entonces… esto es un adiós ¿no?

-Sí… lo siento, de verdad, ojalá hubiera otra forma…

-No, tranquila, no pasa nada, ya sabes que no te culpo…

-Lo sé, pero aun así… duele…

Trataba por todos los medios de no dejar que las lágrimas me asomaran, pero me estaba resultando muy complicado; ya lo habíamos hablado antes de irme, pero aun así estaba el hecho de que no sabía cuándo volvería a verla, y eso era quizás lo que más me dolía. Tenerla tan lejos y no poder estar con ella como hasta ahora se me hacía tremendamente difícil de digerir, sobre todo después de esos dos años tan maravillosos. Me aferré a mi maleta, recordándome a mí misma el compromiso con mis padres, y eso lo empeoró.

Luka, al verme tan dolida, no lo dudó en ningún momento y me dio un abrazo que me hizo sentirme un poco mejor; la gente nos miraba pero me daba igual, después de todo ya no éramos idols y no estábamos atadas a ningún contrato. Además, ya no era ningún secreto que Hatsune Miku y Luka Megurine eran pareja, aunque el detalle de que lo habíamos dejado de ser hace muy poco habíamos preferido guardárnoslo para nosotras mismas. Después de todo los fans de VOCALOID nos seguían queriendo igual desde el primer día, así que no había motivo alguno para preocuparles.

-Seguiremos hablando ¿no?-me susurró ella al oído.

-Claro, eso siempre… esté donde esté…

Luka me abrazó un poco más fuerte, llegando a musitar de forma inconsciente.

-Te quiero…

Cerré los ojos dejando escapar las primeras lágrimas, viéndome obligada a responderla aun a pesar de todo.

-Yo también… siempre…

Aun a pesar de haberlo dejado las dos sabíamos que nunca dejaríamos de querernos, respondiendo más a una especie de fuerza mayor que otra cosa; por un instante ambas quisimos lo mismo, pero optamos por no hacernos más daño y nos separamos tras secarnos las lágrimas.

-Ten buen viaje-murmuró ella.

-Gracias… adiós-musité yo, con voz quebrada.

-Adiós…

Hubo una última despedida agitando las manos y, tras eso, me di la vuelta y me adentré en la terminal dejando atrás a la persona que más amaba.

Mientras facturaba la maleta y me ponían a punto el billete, mi mente era un cúmulo de emociones revueltas que parecía estar a punto de reventar; tras la disolución forzosa de VOCALOID estuvimos todos un tiempo viviendo juntos mientras terminábamos los estudios, viviendo unos meses maravillosos. Finalmente podíamos descansar de verdad tras todo ese tiempo de giras, conciertos, spots televisivos y contratos comerciales para centrarnos única y exclusivamente en nosotros.

En cuanto a Kirihara y su discográfica fueron cuesta abajo y sin frenos en cuanto revelamos absolutamente todo; el resto de grupos e idols que tenían formalizados contratos con él se fueron desvinculando rápidamente en cuanto descubrieron su verdadera naturaleza, múltiples accionistas se retiraron del mercado de valores y en las redes sociales sufrieron un linchamiento digital horroroso que les hizo perder casi todos sus seguidores en Youtube, Twitter, Instagram y demás plataformas. En otras circunstancias quizás me hubiera apenado por ellos, pero en este caso no podría haberme importado menos, sobre todo después de oír las palabras de Kirihara sobre mí y Luka. En poco menos de un mes la discográfica que una vez fue dueña de VOCALOID desapareció por completo y Kirihara y los suyos se retiraron de la distribución musical. Todas las canciones y temas, al ser producidos por terceros, pasaron a ser propiedad de sus respectivos compositores originales y éstos, a su vez, decidieron donarlas al dominio público para que todo el mundo pudiera disfrutar de nuestra música. A nosotros no nos importó, puesto que VOCALOID no éramos solo nosotros solos, sino que toda su comunidad también estaba implicada, por lo que el dominio público era, sin duda, lo mejor para todos.

En cuanto a mi futuro musical se refería no lo tenía del todo claro, probablemente dentro de Japón tendría problemas de un tiempo a esa parte, por lo que apartarme y descansar era, quizás, la mejor opción. Y ese viaje a Estados Unidos seguramente me ayudaría en ese aspecto.

Una vez que la facturación finalizó cogí mi equipaje de mano y me dirigí hacia las puertas de embarque mientras comprobaba mi móvil, mirando las fotos más recientes. Master y Thelma regresaron a Australia y seguíamos en contacto a través de whatssap y redes sociales, todavía no les había dicho nada sobre mi inminente viaje, por ahora prefería dejarlo estar y sacarlo a colación más adelante ya que descansar era la prioridad. Los demás seguíamos mandándonos fotos varias, noticias y memes por lo que la comunicación sería una constante aun a pesar de la distancia.

Aunque ese viaje no era para nada impuesto ni algo parecido, después de todo llevaba mucho tiempo sin ver a mis padres y ya era hora de que volviera con ellos; después de todo lo ocurrido mi madre me llamó para hablar conmigo y, tras una larga pero distendida conversación, accedí a pasar una temporada con ella y mi padre. Y no era para menos, puesto que llevaba sin verlos desde hacía dos años y medio, el mismo tiempo que estuve siendo idol con VOCALOID. De hecho ellos siempre me apoyaron en mi sueño, ya que siendo unos músicos con tanto prestigio era hasta lógico que yo también tirara por la música. De cierta forma se lo debía, además, también les echaba de menos, por lo que iba siendo hora de volver con ellos.

Abordé el avión rápidamente, el cual no iba muy lleno, y fijé la vista por la ventanilla en todo momento desde que despegamos, mirando a las nubes mientras dejaba atrás Japón y comenzando a extrañar más que nunca a Luka. Cerré los ojos, recreándome en mis recuerdos más recientes, y me dormí sin apenas darme cuenta.


Se viene doblete, así que seguid leyendo