Hola! Soy yo de nuevo, mil perdones por no haber terminado "My Boyfriend: The Mortal" no se me dan muy bien los fics de ese tipo, con seres sobrenaturales, la inspiracion nunca me ayuda, pero voy a tratar de terminarlo, por ahora les traigo este nuevo, espero que les guste, se me ocurrio mientras escuchaba "El Olvidado" de Ska-P, y bueno, eso, ¡enjoy! ^^

Bella pov.

Caminaba apresurada, la fuerte nevada me sorprendio cuando aun estaba en la tienda, en busca de viveres, mi camioneta no habia arrancado, por el frio. El temporal era el peor que se habia vivido aquí, en Chicago, desde hace dos decadas.

Estaba por entrar a mi pequeña casita cuando note, con horror, que el montículo de nieve a mi lado se movia, deje caer las bolsas que traia y me acerque sigilosamente, cuando por fin retire la gruesa capa de nieve, solte un chillido ahogado, era un hombre, su piel tenia una tonalidad morada y sus labios estaban azules, completamente hipotermico, siguiendo mi instinto, y olvidando completamente el frio y la horrible nevada que caia pesadamente sobre mis hombros, fui por la plataforma con ruedas que utilizaba para llevar las nuevas plantas al vivero, y con esfuerzo, consegui acomodar al enorme chico sobre esta, y lo adentre en mi morada, lo acomode en mi cama, el aun estaba desmayado, no sabia muy bien que hacer, sabia que si intentaba darle calor demasiado rapido podria darle un shock y morir por una disfunción cardiaca, a menos que... le brindara calor corporal; y yo no estaba dispuesta a verlo morir.

Prendi la calefacción, y me quite toda la ropa abrigada, me puse mi pijama, que consistia en una camiseta de tirantas y unos pantalones pescadores, me acomode, de modo que el misterioso joven quedara entre mis piernas, acomode las pesadas frazadas sobre nosotros, lo abrace con fuerza y rece porque fuera suficiente y lograra mantenerlo a salvo.

Unas horas después, cuando comenzo a volverle el color, y sus mejillas comenzaron a tornarse rosadas, volvi a respirar tranquila, y pude mirarlo con detenimiento, era obvio que vivia en la calle, sus ropas estaban hechas jirones, muy desgastadas y sucias, sin embargo, parecia un angel, era el hombre mas hermoso que habia visto en mi vida, su rostro palido, su mandibula fuerte, sus labios rosados y finos, su nariz recta y su cabello de un extraño color, mezcla de chocolate y trigo, le escuche suspirar, y se acomodo, frotando su nariz contra mi vientre como un niño pequeño, no desperto, pero una pequeña sonrisa se formo en sus labios, roja como una grana, decidi que el ya habia entrado en calor y seria mejor que yo me retirara.

Sali de la cama con cuidado, y baje a la cocina, donde rebusque en las bolsas del super algo para la cena, una sopa le devolveria el calor que pudiera faltarle, sin duda.

Edward pov.

Un hombre me empujo al pasar a mi lado, tirando la caja donde tenia los pañuelos que intentaba vender, el hombre solo me dirigio una mirada de colera y asco, como si yo hubiese sido el culpable, y se sacudio el traje, antes de seguir caminando, me trague la ira que queria salir, ya estaba acostumbrado. Me arrodille en la nieve, juntando los pañuelos, y volviendo a ponerlos en la caja, nadie habia querido comprarme ni uno solo, se limitaban a mirarme con desprecio y murmurar cosas como "vaya a trabajar" cuando pasaban a mi lado. Que facil era para ellos decirme que vaya a trabajar, nadie quiere contratar a un indigente, cuando te piden tu dirección y les dices que es bajo un puente, las puertas se cierran en tus narices, nadie confia en un pobre, al parecer, ser indigente es un pecado capital, como ser asesino, para ellos.

Decidi volver a mi caja de cartón, alli, bajo el puente de hormigón de la autopista, no iba a vender nada el dia de hoy. Cuando comence a caminar, la visión se me puso borrosa, y perdi un poco el equilibrio, mareado y desorientado, me dije a mi mismo que debia darme prisa por salir de la avenida, era normal que comenzara a sentirme tan mal, hace tres dias que no probaba bocado. Segui caminando, dando tumbos, y la gente me observaba asqueada y con superioridad, escuche a una mujer anciana decirle a su amiga "mira, para eso piden dinero, para emborracharse", y quise darme vuelta y decirle "no, señora, no estoy borracho, solo que por gente como usted, todos creen que los que son como yo no merecemos vivir", pero en vez de eso agache la cabeza y segui caminando.

Vi salir a una chica corriendo desde una casa, mas adelante, y a pesar del malestar y el dolor corporal que padecia, no pude evitar pensar que acaba de ver a un angel, su cabello castaño caia en cascada por sus espalda y flotaba alrededor de ella mientras trotaba al cruzar la calle, su palidez resaltaba el rubor de sus mejillas y sus ojos chocolates brillaban como dos estrellas, segui caminando al verla desaparecer por una esquina, luego, senti mis fuerzas desaparecer, camine unos pasos mas hasta desplomarme en la acera, y todo se volvio negro.

Senti un calor muy agradable, seguido por un suave aliento que acariciaba mi rostro, olia a fresas, me abrace a esa calida sensación y me deje llevar. Soñe con el angel que habia visto, soñe que era ella quien me acunaba en sus brazos y me rodeaba con sus calidas alas de un blanco impoluto, sin embargo, el calor se fue demasiado pronto, aunque no tenia frio, al contrario, estaba muy tibiecito, pero el calor especial se habia ido, espere a que el angel volviera, pero no regreso.

Desperte sobresaltado, acaricie las sabanas y frazadas azules, antes de mirar la habitación en la que me encontraba, era espaciosa, de un tono azul claro y muy luminosa, estaba decorada con jarrones con fresias frescas y habia muchos libros sobre el escritorio y la mesa que se encontraban en la otra punta de la recamara, intentaba recordar lo que habia pasado, hasta que recorde los mareos, el dolor corporal, la debilidad, el angel, y el desmayo ¿alguien me habia ayudado? Eso parecia, sin embargo, resultaba surrealista, nadie se arriesgaria a meter a su casa a un extraño, menos aun a un indigente, eso yo lo se muy bien.

La puerta se abrio, y ¡alli estaba ella! Era el angel que habia visto antes de perder la conciencia, traia enorme bandeja con dos platos de sopa, dos vasos de jugo, pan tostado con mantequilla y dos porciones de tarta de moras, mi estomago gruño audiblemente.

-Veo que ya despertaste- dijo, sonrojándose tiernamente y sonriéndome con dulzura, quede embobado, y solo pude asentir.

-Anda, siéntate para que pueda acomodar la bandeja antes de quedarme sin brazos- bromeo, y me apresure a hacerle caso, golpeándome mentalmente por ser tan lento, ella acomodo la bandeja sobre mi regazo, y se sento a mi lado, tomando uno de los platos y acomodándose para comer –¿te sientes bien?, me diste un gran susto cuando te vi inconsciente ahí fuera- dijo, llevándose la cuchara a la boca, dios, como quisiera ser esa maldita cuchara para tocar sus labios, ella era un angel, pero la reaccion que tenia mi cuerpo al sentirla cerca no era para nada santa...

-si, me siento bien, muchas gracias por todo lo que has hecho por mi- susurre, con voz ronca.

-De nada, es lo que cualquiera hubiera hecho...- dejo la frase a medias, dejándome notar que aun no me habia presentado.

-Edward- complete- Edward Masen, y creo que te equivocas, nadie me ayudaria, la gente cuando ve a tipos como yo, nos pasan de largo- ella sonrio con dulzura y nego con la cabeza.

-Es un placer, Edward- respondio con voz suave- soy Isabella Swan, pero prefiero Bella, y se que eso no es verdad, puede que muchas personas en estos dias hayan perdido la unica verdad real de la vida en su mente, pero te aseguro que somos muchos tambien los que la atesoramos y vivimos por y para ella- no entendi bien a que se referia, supongo que ella tiene fe en la gente- y en cuanto a eso de "gente como tu", Edward, tu mismo marcas esa linea inexistente, no hay tal cosa como gente como tu y gente como yo, solo personas, que viven en el mismo mundo y se necesitan unas a otras-.

-...-no supe que responder a eso, ella tenia un halo de misterio, como si el conocimiento de esa verdad la liberara, la hiciera mas pura. Comimos en silencio, no uno del tipo "no quiero hablarte, come y vete a la chingada de mi casa", sino uno comodo, como si me conociera de toda la vida y disfrutara de mi compañía. Una vez terminamos, Bella se levanto y quito la bandeja de mi regazo con una sonrisa.

-Descansa, trata de dormir un poco mas- dijo, mirándome casi con preocupación maternal, rece internamente porque no notara que mi mirada era otra, no pude evitar recorrer su cuerpo con la vista, desde sus largas y torneadas piernas, pasando por sus anchas caderas, su diminuta cintura, sus generosos y turgentes senos, que se apretaban contra la ajustada camiseta que llevaba puesta, hasta llegar a ese rostro de angel, si, ella tenia el rostro de un angel, pero el cuerpo de un demonio, tan tentador y atrayente, era el demonio de la lujuria. Ella no lo noto, o si lo hizo, lo escondio muy bien, se retiro de la habitación, dejando tras de si su aroma a fresas frescas. Maldije en voz baja, ella creeria que era un maldito depravado violador si seguia viéndola asi, pero no podia evitarlo...

Continuara...

Bueno, es una idea que tuve, se que parece un poco loco todo lo que Bella hizo por alguien a quien no conoce y que podria ser un psicopata, pero todo tiene una explicación que pondre en el proximo capitulo. Tambien contare la histoia de Edward. La idea en si es un poco rara, lo admito, asi que espero sus comentarios, para ver si les agrada y quieren que lo continue.

Gracias por leer!

Mis mejores deseos ;D

******Izzy Armstrong******