Fandom: House M.D.

Pairing: Huddy.

Spoilers: cuarta temporada.

Resumen: House despierta en una cama de hospital sin recordar nada.

Comentarios: Este drabble parte de un spoiler en el que contaban que House iba a tener un accidente y perdería la memoria (lo que luego fue el 4x15, House´s dead).

NatY

RE-CONOCER.

Siento un ruido y mi cabeza empieza a procesar datos sin sentido y a relacionar palabras a toda velocidad. No tardo mucho en llegar a la solución -una bolsa de goteo- y menos todavía en darme cuenta de que es para mí. Y me pregunto por qué coño sé tanto de hospitales...

Abro los ojos suavemente y observo a mi lado a una mujer de unos cuarenta años que está colocando la bolsa ya colocada. Su pelo negro y ondulado me impide ver su rostro, pero sé que está nerviosa. ¿Cómo y por qué lo sé? No tengo ni idea.

-Buenas tardes -me dice sorprendiéndome, ya que en todo momento está de espaldas y no puede verme con los ojos abiertos.

-Hola... -le contesto con voz ronca.

-Deberías seguir durmiendo -ordena girándose para mirarme.

Mi mano derecha parece tener vida propia cuando de repente se lanza hacia la pierna que me duele. Demasiado. Ella, como si nada, echa mano a un bote naranja que hay encima de una de las mesas que están al lado de la cama y me lo da.

-¿Para qué es? -pregunto inocentemente.

-Para el dolor de tu pierna House, para que va a ser.

-¿Me das agua, por favor? -pido cortésmente.

-¿Desde cuándo necesitas agua para tragar las vicodinas? -pregunta curiosa y con una ligera sonrisa en la cara. -Eso sin tener en cuenta el por favor...

Yo sólo levanto los hombros en señal de no saber que contestar.

-House... ¿Estás bien? -interroga claramente preocupada. -El golpe fue fuerte pero...

-¿Puedo hacerte una pregunta? -la interrumpo. Ella asiente con la cabeza. -¿Dónde estoy?

-¿No sabes dónde estás? -niego con la cabeza. -¿No reconoces el lugar? -vuelvo a negar.

Rápidamente, empieza a hacerme preguntas básicas como "¿cuál es tu nombre?" o "2+2"; preguntas para las que, por suerte, sí tengo respuesta.

-Y, ¿no te acuerdas del hospital? -niego de nuevo. -¿No recuerdas que trabajas aquí? -niego sorprendido por aquella revelación. -Greg... ¿Me recuerdas a mí? -niego por tercera vez consecutiva.

Y es ahí cuando veo el dolor saliendo a través de sus ojos grises y cuando un garrotazo golpea mi muslo derecho como si buscase que sintiese la angustia que emanaba de aquellos ojos.

Levanto la vista de mi pierna y nuestras miradas conectan, cada una con sendos sufrimientos, cada una con sus propios problemas. Y harto de ver tanta tristeza, abro el bote naranja.

-Toma -le digo ofreciéndole una de las pastillas.

-¿Qué...?

-Cógela y trágatela. –ordeno mientras le ofrezco el vaso de agua que ella me dio segundos antes. Al ver su mirada de incomprensión, decido explicarme mejor. -Es para el dolor mujer, para que va a ser.

Ella pestañea una sola vez, pero en ese ligero lapsus de tiempo, el gris parece haber cambiado. Siguen teniendo un atisbo de tristeza, pero ahora abunda un brillo de alegría. Y ella sonríe. Y yo sonrío porque ella sonríe.

Y es ahí cuando me pregunto quien coño soy para conseguir que esa mujer pase de la más absoluta tristeza a la más radiante felicidad con tan sólo una frase. Y es entonces cuando me pregunto quien coño es para conseguir que sienta mil sacudidas dispares con tan sólo una mirada.