Elizabeth POV
Sweet Amoris... Sweet Amoris... Un poco empalagoso para mi gusto, pero no hay nada que hacer. Según muchos, es el mejor instituto de Francia y me mandaron con beca, por lo que no puedo reclamar. La suerte es que, como mis padres no tienen que pagar el insti, me mandan dinero cada mes (y es una suma bastante generosa, a decir verdad). Nunca me a gustado recalcar mi "estatus económico", pero no estamos para nada faltos de dinero. Tengo un IPhone (el segundo, ya que el primero se lo regalé a mi mejor amiga porque no me gusta tanto "lujo", pero mis padres me compraron otro y me obligaron a conservarlo), un IMac (este es el tercero, ya que el primero "desapareció" misteriosamente un día y luego de dos semanas apareció hecho pedazos en la puerta de la casa y el segundo murió repentinamente luego de que, por alguna razón, tres litros de Coca-Cola calleran sobre el), ropa de marca (de esa no me quejo, amo la ropa). La verdad es que no me considero millonaria, pero el dinero me sobra (por esa razón, todos los meses dono un cheque con varios ceros a la caridad). Aquí en Francia vivo con mi excéntrica tía Ágatha, pero no me quejo, ya que la tía tampoco está corta de presupuesto y tiene una casa INMENSA, para qué decir que mi habitación tiene recibidor, living, baño enorme y walking closet con control remoto y un gran balcón con vista a la playa y que al principio, mi tía había comprado dos televisiónes (una para el "living" y otro para enfrente de mi cama "king size") de 90 pulgadas. Yo las rechazé inmediatamente y las doné a un hogar de ancianos, así que la tía me compró dos nuevas de 84, aunque tampoco mejora mucho. Lo único por lo que no alegué fue para la consola Xbox 360, la PlayStation 3 y la Wii (con Wii U), los dos (para living y pieza) estéreos enormes (con tocadiscos y equipo de Dj incluido) con millones de discos en diferentes estanterías especiales, y los largos y grandes libreros repletos de libros. Por mi pieza habían diversos pósters: Nirvana, Winged Skull, Queen, Pearl Jam, Metallica, Pink Floyd y muchos, muchos más. La verdad es que no se parecía a mi antigua habitación, pero me agradaba mucho. Nunca me he preocupado mucho en la imagen que presentaba a los demás, pero esa mañana me preocupé un poquito más. Usé una polera ancha cuadrillé rojo con negro, cerrada debajo de busto con una polera corta y ajustada negra por debajo, unos leggins grises con agujeros, unos lentes de sol, un jockey negro de lado y unas botas negras con algunas hebillas. Dejé mi cabello color miel suelto caer rebelde por mi espalda y uno de mis hombros, sobrepasando mi cintura con ligeras ondas en el. A mis ojos grises simplemente les puse un poco de delineador negro y un rimel transparente y el los labios un simple brillito color rosa. No me consideraba para nada fea, pero tampoco una preciosidad.
Me apresuré en bajar las enormes escaleras que parecían haber salido de un palacio y me encaminé a la gran cocina.
-Jennie, ¿Cómo estás hoy?- le pregunté a nuestra cocinera con amabilidad. Yo les tenía un especial cariño a todas las personas que mi tía tenía a nuestro servicio.
-Muy bien, Señorita Bradbury- dijo con una sonrisa.
-Vamos Jenn, sabes que no me gusta que me traten de "Señorita Bradbury", solo dime Liz, Lizzie, Eli, Elize o como quieras- le dije con una suave risita.
Ella solo asintió con otra sonrisa y comenzó a preparar mi desayuno. Saludé a todas las chicas que estaban ayudando en la cocina y a las que entraban a esta. Rápidamente me comí los waffles con syrup y me tomé mi café descafeinado (ya que todos insistían en que no necesitaba más energía) de un trago, emocionada porque en pocos minutos partiría a un nuevo instituto. Me despedí de todas rápidamente y salí pitando por la puerta, encontrándome con mi tía que me esperaba sonriente junto a la puerta, en pijama.
-Tía, ¿No pensarás en ir a dejarme a la escuela así, verdad?- pregunté, horrorizada ante la idea.
-¡Ay noo! Por supuesto que no además, ¿Quién dijo que yo te llevaría?- dijo sonriéndo, señalando hacia afuera con su dedo índice.
En la calsada se encontraba algo que me dejó boquiabierta. La verdad es que llegar en un auto así a la escuela... pero no podía no aceptar. Porque, vamos, si abres tu puerta y te encuentras con un Hammer limusina con chofer esperándote...
-Tía, esto es...- no encontraba palabras, por lo que la abrazé con profundo cariño y no por el regalo, sino por como se preocupaba por mí. Sinceramente, un taxi no me habría importado.
-De todas formas, es temporal-me dijo, sonriéndo, cuando la solté- Todavía falta un poco para tu cumpleaños. Para esa fecha, iremos a comprar el auto que quieras ¿Te parece?-
-¡Claro!- exclamé emocionada, abrazándola nuevamente- Bueno, me voy- la besé en la mejilla y me alejé cargando con mi bolso con el estampado de Pink Floyd cargado de mis libros predilectos para leer, libros de materia de escuela, mi celular, mis Beats y mi PSP.
Subí rápidamente luego de saludar a Charlie, el chofér. A los pocos segundos, partimos rumbo al instituto. Abrí la ventana y admiré el paisaje. Inglaterra era hermosa, pero esto era increíble: urbano y rural convivían con una armonía envidiable. Por todas partes había parques y los edificios no abundaban. Sonreí y me asomé a la ventana, aspirando ese aire puro y nuevo. Muchas personas miraban boquiabiertos mi vehículo, otras me observaban a mí, embobados. "Deben reconocerme de alguna de las revistas en las que aparecía con mi padre o sola, sobre letras grandes que decían cosas como: "Elizabeth Bradbury y su nuevo novio" o "La heredera de la fortuna Bradbury becada para Francia" y muchos más. Les sonreí a los chicos que me observaban desde una esquina cercana y estube casi segura de que uno de ellos babeó... ¿¡Pero qué digo!? si yo no soy bonita a ese grado... Cerré la ventana y me recosté en el asiento, mientras me servía un jugo de frambuesa del bar de la limusina.
-Señorita, hemos llegado- me anunció la voz de Charlie, un rato después.
Oí a lo lejos su puerta cerrarse y caminar apresuradamente a mi lado del auto para abrirme la puerta, cosa que ya estaba haciendo. Le sonreí agradecida y me encaminé a la entrada luego de despedirme, ignorando los murmullos y las miradas de las personas allí. No bien puse un pie en el instituto, una señora bajita y regordeta, de canoso cabello, anteojos y traje rosado se me asercó rápidamente.
-Bienvenida al Instituto Sweet Amoris, Señorita Bradbury. Es un honor tener a alguien con tan buenas notas y tan buena familia aqui con nosotros- dijo la señora con una gran sonrisa.
- Es un placer, directora- le dije, sonriente.
-Si necesita de algo, estoy a su total y completa disposición- dijo. Asentí agradecida- Ahora, puede pasar a la sala de delegados a recojer su horario o puede ir a recorrer la escuela o lo que usted quiera. El delegado principal es el joven Nathaniel, quien estará encantado de ayudarla siempre que lo necesite. ¿Desea algo más?-
-No muchas gracias, pero si se presenta algo, la buscaré- le dije sonriendo. Ella asintió y luego de lo que me pareció una reverencia, se alejó.
Me acerqué a la puerta que lleveba el cartel: Sala de Delegados. Abrí la puerta y me introduje en la sala con rapidez. Dentro solo había una persona: un joven que estaba de espaldas, organizando unos papeles. Tenía cabello rubio y lucía una camisa blanca y un pantalón formal color café claro.
-Disculpa, ¿Eres tu Nathaniel?- dije con voz que sonó segura, pero por dentro moría de los nervios. El chico se giró rápidamente, seguro lo había asustado.
Era bastante guapo. Tenía una expresión asustada cuando se giró, pero luego esa expresión cambió a una de desconcierto, luego a una de estupefacción y embobamiento y finalmente a una cálida sonrisa.
-Sí, soy yo. Y tu debes ser...- dijo, mientras consultaba sus papeles. De pronto sus ojos se abrieron como platos y su boca se deslizó varios centímetros. Me miró y dejó caer sus papeles, completamente sorprendido.
-¿Nathaniel, estás bien?- pregunté dudosa y un poco preocupada. El rápidamente volvió a la compostura, levantó los papeles y volvió a sonreírme como antes, solo que ahora un pequeñísimo sonrojo cubría sus mejillas.
-Si, lo siento... Es que nunca imaginé que...- no terminó de hablar, porque le interrumpí.
-¿Que yo fuera Elizabeth Bradbury, heredera de la gran fortuna Bradbury y de muchas propiedades alrededor del mundo y de la empresa de abogados Bradbury?- le terminé la oración, la había escuchado muchas veces ya.
-Lo siento- dijo Nathaniel, enrojeciendo un poco más.
-No importa, tranquilo- le dije, con una sonrisa tranquilisadora. Justo en ese momento, entro un pequeño perrito por la puerta. El pequeño can pasó literalmente como si yo no estuviera, probocando que cayera al suelo y mi bolso se abriera, botando todo lo que tenía dentro. Luego de mascullar algunos insultos, comenzé a recojer mis cosas.
-¿Te gusta leer?- preguntó Nathaniel, mirando todos mis libros mientras los recogía.
-Adoro leer- aclaré, sonriéndo.
-Al parecer, también la música y los videojuegos- dijo entregándome mis Beats color rojo con azul, mi IPhone con carcasa de Rolling Stones y mi PSP.
-Si- murmuré divertida. Luego de guardar mis cosas y de tomar mi nuevo horario y la llave de mi casillero, salí de la sala dispuesta a encontrarlo y guardar los inservibles libros de materias, para dejar conmigo los de lectura.
Al salir, me dí cuenta de que la primera clase ya había comenzado, por lo que me ausenté a ella. Como los pasillos estaban vacíos, abrí mi bolso y guardé mis lentes Jack para sacar mi vcelular y mis Beats. Me puse los audífonos y los conecté con el teléfono poniendo una canción al azar a todo volumen. "Another brick in the wall part II" llenó mis oídos, permitiendome sumergirme en la música que tanto amaba. Caminaba por los pasillos buscando el casillero 458. Cuando lo encontré, la canción ya había terminado. Ahora sonaba "Even Flow"de Pearl Jam y comenzé a cantarla, ya que los pasillos estaban desiertos. La verdad, no cantaba nada mal. Luego de dejar todos esos pesados libros, salí al patio a disfrutar aquella hora libre antes de comenzar definitivamente las clases. Me puse mis lentes de sol y me dirigí a una banca. Mientras revisaba mi Facebook en el celular, no me dí cuenta de que un chico me observaba curioso sentad a la sombra de un cerezo, fumando un cigarrillo. Ya que pensé que estaba sola, comenzé a cantar más fuerte:
Even flow
Thoughts arrive like butterflies
Oh, he don't know
So he chases them away
De pronto, algo me tapó el sol. Dejé de cantar y alzé la mirada. Frente a mi estaba un guapo pelirrojo con mirada burlona de finos rasgos y olor a cigarro mesclado con chocolate. Pero lo que más me llamó la atención fué su polera: Llevaba el logo de Winged Skull. Tomé mi celular y puse pausa a la música. Me saqué los audífonos y los dejé en mi cuello.
-Tú eres la novata ¿No?- preguntó con tonito burlón.
-Así es- dije poniéndome de pie y ajustándome el jockey, quitándome el cabello del rostro- Mi nombre es Elizabeth, Elizabeth Bradbury- dije, extendiendole mi mano cordialmente.
El chico me miró con atención y luego sus ojos se abrieron un poco más. Su rostro mostró asombro.
-Así que tu eres la chica...- murmuró analizándome de pies a cabeza y centrando la mirada en mis pechos. Inmediatamente tomé su mentón y lo dirijí a mi rostro de nuevo, con el ceño fruncido.
-Normalmente, las nuevas siempre son tablas de planchar. Me sorprendes, Elizabeth- un pequeño sonrrojo apareció en mi rostro, pero lo disimulé.
-Por favor, dime Liz- le dije sonriéndo y tendiéndole mi mano.
-Castiel- dijo, tomando mi mano y estrechándola.
-Veo que te gusta Winged Skull- dije, observando su polera. El me miró totalmente sorprendido.
-¿Cómo...- iba a preguntar, pero lo interrumpí.
-Amo Winged Skull. También Pink Floyd (le señale mi bolso), Rolling Stones (le mostré la carcasa de mi celular), Metallica, Nirvana, Queen, The Beatles y muchas más- dije, sonriendole.
Su expresión de asombro no desaparecía, lo que me parecía muy gracioso. Miré mi reloj y me dí cuenta de que quedaban menos de cinco minutos para el cambio de clase, por lo que me despedí rápidamente y salí pitando. En el pasillo choqué con algo que no ví bien, ya que estaba con los lentes de sol. Ese algo soltó un gritito y dos gritos más lo secundaron. Me saqué rápidamente los lentes, tomé los audífonos y mi celular y los guardé en mi bolso.
-Lo siento, no me había sacado los lentes y no te ví- me excusé con una chica rubia que se quejaba en brazos de una morena y de otra con pinta de asiatica.
-¿Pero quién diablos eres tú y como te atreves a...- no terminó de gritarme porque me miró a la cara.
-Tu.. tu... tu...- decía la morena, estupefacta.
-E... Ere... Erees...- decía la asiatica.
-¡ELIZABETH BRADBURY!- gritó la rubia, desatando murmullos de parte de todos los alumnos que estaban en el pasillo.
-Si- mascullé, algo molesta.
-Yo soy Ámber y estas son Charllotte y Li- dijo señalando a la morena y a la asiatica, respectivamente.
-Un placer, chicas- dije, sonriendoles amistosamente. En ese momento, se acercó una chica de cabello color caoba y ojos verde esmeralda, luciendo una blanca sonrisa.
-Hola, soy Mayory, pero puedes decirme May- dijo la chica, tendiéndome la mano.
-Hola May, soy Elizabeth, pero puedes llamarme Liz- le estreché la mano y le sonreí ampliampente. Ámber bufó.
-Liz, si te unes a nosotras, todos te respetarán y admirarán más de lo que ya hacen. Por lo demás, te juntaras con... buena gente- dijo, mirando con repulsión a May.
-Yo pienso que la buena gente no usa toneles enteros de maquillaje ni se dedica a catalogar alumnos, así que si me disculpan, me voy con May- las cuatro chicas me miraron sorprendidas y May se prendió de mi brazo mientras me llevaba a Historia, que nos tocaba juntas.
Pude escuchar a Ámber susurrar a mis espaldas: -Esto no se quedará así...-
GRACIAS POR LEER! REVIEWS PLIS!
