La ciudad de las memorias olvidadas
By
Aline S.V
Disclaimer: Los personajes de La Leyenda de Korra pertenecen a Bryke y los Estudios Nickelodeon, yo sólo los he tomado prestados para divertirnos un poco.
Prólogo
Mako soltó la mano inerte de ella, incapaz de sostenerla por más tiempo. Cerró los ojos con fuerza, gritándose a sí mismo que debía ser fuerte por el resto, había aprendido a mostrarse firme en la adversidad cuando era niño, tenía que aplicar eso de nuevo ahora más que nunca.
Cuando volvió a abrirlos, enfocó la vista en Korra. Su rostro tenía heridas que cicatrizaban de a poco, su pecho subía y bajaba en un compás suave.
Dormía.
Sí, dormía, pero por un tiempo indefinido.
El nudo se instaló en su corazón cuando lo pensó. Recordaba las palabras de Tenzin al salir de la habitación, estaba destruido cuando comunicó que Korra había entrado en un estado en el que ninguno de ellos podría alcanzarla.
La tortura había sido brutal y a pesar de que le dolía, no podía dejar de pensar que era razonable que así estuvieran las cosas, los golpes que había recibido, el control sobre la sangre que el malnacido de Tarrlok había usado sobre ella, la falta de alimento y agua, todo se había sumado para dejar a Korra en ese estado inconciencia.
―Mako―una mano apretó su hombro gentilmente.
― ¿Ya es hora? ―preguntó.
Mako buscó la mano de Asami sobre su hombro, ella aceptó el gesto en silencio, sabía que él necesitaba más confort que cualquiera de ellos en la Isla del Templo Aire. No había forma de negarlo, ni era hora de recriminar nada, para ella era claro que Mako estaba pasando por un infierno.
―Pema y los demás necesitan preparar a Korra para el viaje―musitó.
Él asintió quedamente con la cabeza y se deshizo gentilmente del alivio que la joven heredera le brindaba. Tomando una ultima vista a la chica que yacía inconsciente sobre la cama, Mako se levantó de su puesto junto a ella y avanzó hacia la salida sin mediar más palabras.
La habían vestido como una ciudadana común, su distintiva ropa, sus accesorios de cabello, todo se había ido para camuflarla en caso de emergencia. Ella seguía inconsciente sobre una cama improvisada dentro del pequeño barco que utilizarían para su escapar de la ciudad. Pema estaba junto a ella, cómoda entre los brazos de sus hijos y el cuidado de algunos acólitos.
―Iremos primero al Polo Sur―afirmó Tenzin―debemos poner a salvo a la familia de Korra, serán ellos a los primeros que busquen cuando comiencen a expandir su movimiento.
―Intentarán usarlos como moneda de cambio―Lin dejó escapar el aliento―debemos irnos ya, este barco tiene que estar en altamar antes del amanecer.
― ¡Soltaremos las amarras inmediatamente!
Sus pies lo llevaron junto a ella, Korra parecía una muñeca de porcelana, se dijo, frágil… todo lo contrario a lo que ella era. Sonrió con amargura.
―Mako―llamó su hermano.
―Me quedaré―declaró fuerte y claro.
― ¿Qué? ―el tono ahogado de la voz de Bolin le dolió.
―Korra necesita a los mejores protectores que Ciudad República y las cuatro naciones tienen―aseveró con la misma entereza. Los presentes intercambiaron miradas preocupadas, a Tenzin se le desfiguró el rostro por la sorpresa.
―Mako, Korra necesita que estés junto a ella―unos segundos después añadió: ― ella nos necesita a todos junto a ella.
Mako volvió a sonreír apesadumbrado.
―Yo sé que ella nos necesita―afirmó―pero Ciudad República necesita que alguien la proteja, hay mucha gente desamparada en las calles… niños que necesitan ser protegidos. Korra no se perdonaría que personas inocentes pagaran por su ausencia, por eso quiero tomar su responsabilidad―Tenzin quiso protestar, su dedo índice lo apuntaba y su boca se había abierto para rebatirle, pero de pronto se vio incapaz de discutir―yo sé que no soy el Avatar y sé que no soy tan fuerte como Korra, pero aun sin eso, podemos ganar tiempo.
―Iremos todos entonces―Mako miró a su costado. Asami y Bolin lo miraron con determinación.
―Bolin, tú irás con Korra.
―Yo no voy a dejarte atrás, te guste o no; me quedo―afirmó.
―Entonces, nuestros caminos se separan aquí―Tenzin miró por sobre su hombro a su familia y a los devotos acólitos. Luego miró a Lin que con un asentimiento se alejó hacia algunas cajas apiladas―no puedo ir con ustedes…
―Sabemos, no puede arriesgarse―dijo Asami―usted y su familia son los últimos Maestros Aire, sin ustedes, la cuarta nación se perdería.
Tenzin asintió apesadumbrado.
―Necesitarán entonces un guardaespaldas y una distracción―comentó Lin―lleven a Naga con ustedes.
―Korra necesita a Naga―sentenció el Maestro Fuego.
―Si Naga se queda en Ciudad República, ellos creerán que el Avatar aún está en la ciudad, eso nos dará tiempo para que ella se recupere―señaló la mujer con el tono seco que la caracterizaba.
―Ella tiene razón―asintió Tenzin―Naga será una buena guardaespaldas en caso de emergencia.
Mako hizo una mueca.
―Entonces Pabu irá con Korra―Bolin le hizo un par de morisquetas al animal en su hombro y; con un chillido, el pequeño Hurón de Fuego saltó desde su amo y se escabulló hasta la improvisada cama, acurrucándose junto a la cabeza de Korra.
―Señor, no quedan mucho tiempo para el amanecer―interrumpió un tripulante. Tenzin le dirigió una mirada críptica que hizo estremecer al pobre hombre, pero finalmente asintió.
―Trataremos de mantener contacto, les informaremos del progreso de Korra.
―Si las líneas se cortan no intente contactarnos, será un riesgo que intercepten nuestros mensajes―Tenzin volvió a asentir.
―Entonces está todo dicho.
Los tres adolescentes se miraron entre sí.
Sí, estaba todo dicho.
Mako volvió a tomar la mano de ella por última vez, su pequeño gesto fue acompañado por el de su hermano y su novia, quienes se unieron al apretón.
Era irónico que ese mismo gesto lo hubieran compartido días antes y que una Korra más viva que nunca les sonreía, ahora ella simplemente se encontraba ausente.
―Nos veremos pronto, Korra―susurró Bolin a su lado.
Mako deseaba que así fuera.
El prólogo, ojalá les haya gustado, dejen un comentario para saber sus opiniones.
Sobre este breve Capítulo, la historia toma lugar tras la abducción de Korra por Tarrlok, la tortura dada a Korra es mucho más prolongada y dolorosa, de ahí que no despierte.
El próximo capítulo: El llanto de los inocentes.
