Pájaros en la cabeza.

1.- Cambiar por él

Desde que era pequeña, he sentido gran devoción por mi hermano mayor, le amo desde que tengo uso de razón y le quiero más cada día.

Pero a pesar de lo que haga, siempre me rechaza, me evita y puede que me odie.

En cambio, esta todo el día pendiente del Lorinaitis y el asiático del sur. ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, si! Yao... Wang Yao.

Por culpa de ellos, siento que mi hermano se aleja cada vez más de mí y eso hace que les mire y trate mal, yo no quiero caer mal a la gente, lo que pasa es que no quiero que me desplacen más de su lado.

Sé que mi hermano lo ha pasado mal y que se ha preocupado siempre por Yakaterina y por mí, y que cuando Padre se enfadaba y oía gritos, era que pegaba a Ivan y a Madre.

Si solo pudiera quedarme a solas con él, me bastaría para poder decirle todo lo que siento por él, e incluso para estar en su compañía.

Aunque claro, a lo mejor le agobio demasiado, sería mejor pasar de él, pero...

¿Qué hago si no me hace caso? Al menos lo intentaré. ¡A partir de mañana seré diferente! ¡No llevaré ningún cuchillo! ¡No agobiaré a hermano! ¡Seré amable con todo el mundo!

Al día siguiente me levanté temprano para asearme, poniéndome mi vestido favorito. Guardé mis cuchillos en un cajón vacío y bajé al comedor a desayunar.

-¡Buenos días Natasha!-dijo Yakaterina nada más entrar yo al comedor.

-Buenos días, Yakaterina, buenos días, Ivan-saludé a mis hermanos con una sonrisa.

Él estaba en el antiguo sitio de Padre, bebiendo el café sin saludarme, en otra ocasión, hubiera corrido a sentarme a su lado y abrazarle.

Hoy soy diferente.

Intenté guardar mis emociones, fui despacio a mi asiento, al lado de Ivan y enfrente de Yakaterina.

Las sirvientas me sirvieron el desayuno y comí con una sonrisa en la cara, me dí cuenta de que Ivan y Yakaterina me miraban extrañados.

-Ammm... Natasha ¿Te ocurre algo?-me preguntó Yakaterina algo confusa.

-No, nada ¿qué me iba a suceder?-le dije con una sonrisa.

-¿Has tenido un sueño bueno? Es que te estas comportando de una manera muy extraña...-dijo Yakaterina.

-No, estoy perfectamente-le contesté.

Miré de reojo a Ivan que me miraba sorprendido por encima del periódico, tomé un trago de café y me limpié con la servilleta. Las sirvientas me retiraron los platos y esperé pacientemente a que mis hermanos terminaran.

Una vez terminado el desayuno, me retiré y empecé a deambular por la casa, llegaron Lorinaitis y sus hermanos a casa, Ivan fue enseguida a recibirlos. Yo sabía perfectamente porque estaba tan contento de que llegaron esos tres. Por diversión.

Lorinaitis empezó a ordenar informes y demás cosas en la biblioteca, el aburrimiento me podía y fui a la biblioteca, no ha hacerle compañía, solo a leer historias antiguas o cualquier cosa interesante.

-B-Buenos días, señorita Natasha-tartamudeó Lorinaitis al verme entrar.

Quise insultarle y mirarle mal pero no podía porque quería cambiar, por Ivan, en vez de lo habitual mientras caminaba le sonreí y fui a las estanterías del fondo a escoger el libro adecuado.

Lorinaitis se quedó anonadado y le costó seguir con el trabajo. Estuve toda la mañana y toda la tarde leyendo. Finalmente cuando me dirigía, después de la cena a mi habitación me crucé con Ivan.

Él se quedó parado un momento por si le hacía algo.

Me paré en seco y le dediqué una sonrisa.

-Buenas noches, hermano. Espero que descanses esta noche-le dije.

Habitualmente, habría saltado encima de él y le hubiera dicho miles de cosas.

Pasé de largo y fui directa a mi habitación. Una vez en mi cuarto cogí mi almohada, hundí la cabeza y comencé a gritar. Solamente para quitarme las emociones que tuve que guardarme hoy.

Esto es una prueba y mañana será otra.

Porque voy a cambiar por él.