Dragon Ball, Dragon Ball Z, Dragon Ball Super, Dragon Ball GT no me pertenecen. Uso sus personajes sin fines de lucro.

Tulipanes y Margaritas

Prólogo

La música, delicada, sonora, suave y sublime. Las notas grandiosas inundaban el gran auditorio. Propia de la escena, la música llenaba los oídos de todos los allí presentes, se contenía genuina en sus mentes, los maravillaba, los inmiscuía en la escena; a ello contribuía el acto que se estaba llevando a cabo, protagonizado por la decena de muchachitas perfectamente maquilladas, vestidas y perfumadas que se movían con gracia y ligereza en el escenario. Todas de blanco, salvo una, salvo ella.

Los tonos altos, cargados de múltiples emociones de los compositores de la hermosa música la llevaban de un lado a otro; de su rostro, no desaparecía la sonrisa orgullosa propia de su clase y ascendencia. Ella sonreía como ninguna otra, y se movía como ninguna otra. Ella era, la más pura exaltación en el escenario. Era por ella que ese grupo de personas en el público, que tanto llamaba la atención de los otros presentes (por su excentricidad, fama y fortuna), sonreían con orgullo, en especial la cabeza de ese grupo, sonreía idéntico a ella, sin despegar el ojo del cuerpo vestido de rosa.

Nadie estaba al pendiente de la peculiar sonrisa de ese personaje, sólo ella y él, como una complicidad entre los dos. Ver esa sonrisa la motivaba, la llevaba a demostrar su habilidad, sus pasos impecables que despampanaban al talento mismo, que reducía al resto de muchachitas en las escena. Porque para ella, esa sonrisa significaba todo después de su pasión.

Todo.

La sonora alcanzó su momento cumbre; las personas se quedaron sin habla, maravillados con la joven de cabello azul que daba vueltas perfectas y sincronizadas, sin tambalear, sin caer, sin fallar.

Y todos aplaudieron, a salvo del excéntrico hombre en la tercera fila, qué sólo sonreía. Pero para la bailarina en escena, esa sonrisa valía más que mil aplausos.

El grupo de la tercera fila, no sólo estaba conformado por ese hombre extraño. A su lado, estaba su mujer, idéntica a la joven que acababa de culminar su debut de la noche, seguida de una mujer pálida de cabello negro y vestida con ropa tradicional de antiguas dinastías, luego otro hombre tan excéntrico como el de la sonrisa orgullosa por su gi y cabello de estilo punk quién estaba irremediablemente dormido, tan dormido como la muchacha que le seguía (de una edad cercana a la de la protagonista de la escena e idéntica a la mujer pálida), un joven de color, un hombre verde, un hombre parecido al de gi, pero vestido de traje y utilizando unas gafas, una mujer de cabellos como la misma noche y ojos azules como el mar, el mismísimo Mr. Satán, un par de muchachos (quién sería el hermano de la protagónica y el mejor amigo de éste) vestidos con traje, un cerdo, un anciano, una hermosa mujer rubia, una joven rubia a su lado, un hombre pequeño y con seis puntos en su cabeza y un hombre con una cicatriz en forma de cruz en el rostro.

—¡Felicidades, Bra!

—¡Felicidades, señorita Brief!

—¡Señorita Brief, lo hace de maravilla! ¡Es usted grandiosa!

—Gracias, gracias, gracias…

Se abrió paso entre las personas que se acercaron a adularla. Era la estrella de la noche, la más brillante estrella, la más resplandeciente.

—¡Ahí viene Bra! Vamos. —Declaró la madre de la muchacha, haciéndole señas al grupo para acercarse a ella. La mujer a su lado asintió.

—¡Sí!—Milk sonrió, con un pañuelo en su mano que había sido el encargado de secar las lágrimas que se le escaparon en la presentación. Cuando volteó hacia el grupo, ya de pie y encontró a su marido y nieta dormidos, no pudo sentirse más indignada. — ¡Gokú! ¡Pan!

Sus gritos los hicieron despertar, desorientados; Gokú no había terminado de espabilarse, se estaba estirando cuando la susodicha mujer lo haló de su oreja derecha. Sus gritos agraciados de dolor no lo salvaron, ella lo arrastró con él yendo detrás de los padres de la joven de rosa.

—¡AYAYAYAYAYAY! ¡Milk!

—¡Vamos! ¡Vámonos! No es posible que te quedes dormido en un lugar tan importante.

Y mientras ellos iban hacia donde estaba la muchacha de la noche, Pan, la nieta del maltratado hombre, se estiró en su asiento con aburrimiento. Sus padres le siguieron a sus abuelos, dejándola ahí, no sin antes decirle que se apresurara. Pan los vio alejarse, cuando una mano se interpuso en frente de ella. Una mirada alegre se posó en ella; Pan tomó la mano de Uub y junto a él avanzó. Ya varios de los guerreros Z se les habían adelantado.

—¡No puedo creer lo que veo! —Exclamó el muchacho, sin dejar de sonreír y sin quitarle el ojo de encima a la muchacha, en extremo divertido.

—Cierra la boca. —Masculló ella, obstinada, bajando la falda del vestido rojo tanto como podía. Ese vestido del que el discípulo de su abuelo no quitaba la mirada.

—No me imagino cuánto batallaron tu madre y tu abuela para ponértelo. —Agregó, mientras veía al resto de sus amigos acercarse a la hija de Vegeta y Bulma. —Luce muy bonita.

—¿Ella o Marr...? ¡Auch! —.Exclamó ella al recibir un codazo en las costillas.

—¡SShhhh! ¡No lo digas tan alto!

Pan lo miró mal y se alejó de él; ahí iba Uub a intentar acercarse a la hija de Krilin y Número Dieciocho. Pan negó con la cabeza, cuando el muchacho se disponía a intentar conquistar a la angelical Marron se ponía insoportable. Caminó entre los guerreros Z, acercándose a su familia y entonces, los ojos celestes de la protagonista de la noche la ultrajaron.

—¡Pan! —Exclamó, yendo hacia ella. No quería oírla, pero ahí estaba, lo iba a decir—¡No puedo creerlo!

—Sí, sí, sí… No eres la primera que lo dice, Bra. —Dijo, desviando la mirada y tratando de mitigar el rojo de sus mejillas.—Estuviste grandiosa.

—Gracias. ¿Pero cómo lo sabes? Dormiste casi toda la función.—Descubierta. Bra cruzada de brazos. Pan se encogió de hombros y contraatacó.

—Bueno, tú te duermes en mis entrenamientos.

Bra rodó los ojos.

—Bueno, para empezar…

—¡Felicidades, Bra!

La mano de Trunks le despeinó el perfecto peinado, y la mano de Goten en su pequeño hombro casi logra que los ramos de flores se le cayeran de las manos. Bra agradeció brevemente al par de amigos, pero en cuánto pudo se alejó de ellos y se puso junto a la hija de Gohan.

—¡Gracias, gracias! ¡ATRÁS! —.Gritó, luchando por acomodar los mechones azules que se le habían revuelto. Los híbridos rieron sin dudarlo.

—¡Pero qué tenemos aquí! ¿Quién eres y qué hiciste con Pan?

—¡Muy gracioso, Trunks!

—Dejen de pelear ustedes dos. Vamos, es la noche de Bra. —Agregó Goten, con una cámara en la mano interviniendo la batalla campal de la nieta de Gokú y el hijo de Vegeta. —¡Oye Uub! ¿Nos tomarías unas fotos? —.El nombrado, qué estaba a unos metros de ellos tratando de entablar una conversación con la hija de Krilin, asintió y tomó la cámara del pelinegro.

—¡Muy bien, júntense todos!

Las jovencitas se colocaron una junto a la otra, Bra sosteniendo todos los ramos repletos de rosas como sí nada, haciendo alarde de la fuerza saiyajin (y únicos casos en que le era necesaria) y Pan con las manos halando el vestido, para que la falda cubriera tanta piel como pudiera. Las dos sonrieron de oreja a oreja.

—No seas ridícula Pan, estirarás el vestido. —Dijo la peliazul, sin dejar de sonreír ni de apartar la mirada de la cámara.

—No me interesa. —Respondió Pan del mismo modo que su amiga. —Después de esto lo haré trizas. Agradece que me lo pusiera, porque no volverá a pasar. —La sonrisa se le ensanchó como nunca.

Goten colocó una mano en el hombro de Pan y Trunks lo hizo en el hombro de Bra, sonrieron de par en par y se abrazaron entre ellos por los hombros.

—¡Digan whisky!

—¡Whisky!

El flash impactó en los ojos de los cuatro.

Las fotos continuaron, con el resto de guerreros Z en ellas, entre risas y poses ridículas, entre bálsamos de alegría; el maestro Roshi intentando manosear a las mujeres, Vegeta gritándole a Gokú, Yamcha con comentarios estúpidos, Bulma peleando con Milk y Dieciocho, Uub tratando de alcanzar la mano de Marron, el borde del vestido de Pan roto, Goten burlándose de Trunks por haber resbalado, todos los guerreros riéndose de Goten por resbalar encima de Trunks y, finalmente, la reunión en Corporación Cápsula que no podía faltar.

Un año más tarde

El silencio instalado. Las luces fosforescentes del consultorio iluminándolas, a ambas. La mayor de las dos no quitaba la mirada del lugar por donde había desaparecido el doctor minutos atrás, a la espera. Ella, por el contrario, no podía esperar más. La impaciencia la llevaría a apretar con fuerza sobrehumana la mano que su madre le ofrecía. No podía tolerarlo más. A diferencia de la de ojos enormes y azules, ella miraba por todos lados, sofocada. Quería salir de ahí, quería hacerlo cuanto antes, quería que ese hombre se apresurara y dijera que todo estaba bien, qué podían irse. Qué podía ir a entrenar con su abuelo y Uub, qué no se preocupara, qué era fuerte.

Y el hombre de la bata blanca regresó.

Ella sonrió.

—¡Bien! Ya podemos irnos, ¿No es verdad, doctor?

—Pan. —Instó Videl indicándole con la mirada que guardara silencio, pero Pan no quería, ella deseaba irse de una buena vez.

Miró al suelo y luego al doctor.

Él suspiró, entre la seriedad de su expresión. Y Pan tuvo un mal presagio, uno verdaderamente peligroso.

—Señora Videl, señorita Pan. —El doctor, con un informe en sus manos, se sentó frente a ellas al otro lado del escritorio lleno de figuras decorativas y fotos de unos niños. —Me temo que la señorita Pan tendrá que guardar reposo.

—¿Reposo? —Inquirió su madre.— ¿Cuánto tiempo?

—Dos meses. —Declaró el doctor. Los ojos de Pan se le saldrían de las cuencas. —Nada de cargar peso, nada de artes marciales.

—¡¿Dos meses?! ¡Está usted loco!

—¡Pan, silencio!

—Dos meses. Es por su bien, señorita Pan. Sí quiere continuar entrenando, necesita dejarlo por al menos dos meses.

Pan se quería morir.


Inspiración. Me inspiré tanto que tuve que publicarlo y aquí está; no saben cuánto desarrollo surgió en mi mente con esto. No pude detener la inspiración.

La historia será una locura. Sus objetivos principales, son evidentemente, las amistades entre Pan y Bra y Goten y Trunks.

No sé que surja. No sé como se lo tomen, pero aquí está.

Gracias por leer

MioSiriban