Naruto no me pertenece y este fic solo tiene el objetivo de entretener.
El personaje de Ayame siempre me a parecido agradable, está entre mis féminas favoritas, en esta historia probaremos un mundo nuevo para naruto, como seria su vida si fuera "normal", pero al final de cuentas, todos tenemos un destino, comprobemos si Naruto podrá deslindarse de este o su camino ninja ya estaba marcado.
Y como siempre acepto todos sus comentarios, buenos o malos xD
Todos los días, desde hace tiempo era perseguido, pateado, golpeado ,quemado e inclusive cortado con las armas de quienes consideraba su ejemplo a seguir, este pequeño de ojos azules y marcas en las mejillas se preguntaba , por qué lo lastimaban, el no era malo, el solo era un niño; el Hokage por su parte no parecía prestarle mucha importancia, nunca intervenía, nunca hacia nada.
-Ya no quiero ser un ninja…solo quiero morir – eran los pensamientos del pequeño rubio. ...
Era de noche en la Aldea de la Hoja, entre sus calles, en un callejón, donde apenas toca la luz de la luna, se haya el pequeño niño de nombre Naruto, acababa de recibir su "paliza" del día, tirado en el piso, con su ropa rasgada, su piel cortada y quemada, lamentaba su existencia. Desde hace tiempo había dejado de sentir dolor, se había acostumbrado a las frecuentes golpizas pero aun continuaba teniendo miedo.
-Odio a los ninjas -pensaba fervientemente.
En un principio los admiraba, los idolatraba, observaba como eran respetados, aceptados y reconocidos por todos los habitantes de la aldea.
-Yo, seré Hokage – se decidió el pequeño, pero esa idea se fue rápidamente quebrantando, cuando poco a poco, sus "ídolos" empezaron a sumarse a las hordas de personas que buscaban lastimarlo.
-Muérete maldito monstruo!- eran las palabras que recibía de quien alguna vez tomo como ejemplo de vida.
Cada vez que le preguntaba al Hokage -¿Por qué, porque me odian?, yo no eh hecho nada malo-el anciano de pelo blanco solo guardaba silencio y le entregaba el dinero de la semana. Así fue como poco a poco su pequeña alma se empezó a romper, comenzó a pensar que todo el mundo era malo, que todos mentían, que siempre estaría solo.
...
-Oye!…estas bien!?…que te ha pasado!?.
Aquella voz lo regreso de su letargo, de aquel sueño del que no quiso haber despertado
-Papa! , papa! Ayúdame!?...Papa!
El pequeño niño entreabrió los ojos, su vista era borrosa, pero logro percibir la silueta que sobre el se encontraba, -Un ángel?-pensó el pequeño, quien cayó víctima del cansancio.
….
Un sensación de calor empezó a invadir el rostro de aquel infante, un calor que le era agradable y también marcaba el inicio de un nuevo dia, abrió sus ojos para mirar el techo, un techo que esta vez era diferente, sabia por costumbre como era el techo de su casa o de la habitación del hospital en la que habitualmente despertaba, pero este techo era diferente, al grado de ajustarlo, dio un brinco del susto, golpeándose la cabeza.
-Auch!-el chico sobo su cabeza y comenzó a observar donde se hallaba, era una habitación de color rosa, y solo había unas cuentas cajas repartidas en el lugar, miro sobre que estaba, era una pequeña cama como la suya, solo que esta se sentía mas sueva, mas cálida y tenia un peculiar aroma que le causo interés al pequeño, tomo las cobijas y las pegó a su nariz, aquel aroma le gustaba.
-Ah! Ya despertaste.
Se espanto al escuchar la voz, soltó las cobijas y volteo hacia el origen de aquella voz, ante el había una niña de cabello castaño, ojos negros y piel morena, aquella niña sonreía y llevaba en brazos una charola con un tazon humeante, cuyo aroma atrapo rápidamente la atención de Naruto.
-Pareces estar bien, eso es bueno.
La niña se acerco a la cama, ante la mirada de aquel temeroso niño, dejo el tazón sobre una mueble que estaba al lado de la cama, y al instante comenzó a acercarse al chico, este con miedo se hizo a la orilla de la cama, topándose de nuevo con la pared.
-Oye que haces, tengo que revisarte- pero Naruto, comenzó a moverse, llevado por la inseguridad buscaba alejarse de la niña quien intento agarrarlo, cosa que el ojiazul no permitía.
Ven aquí!-grito la niña mientras se lanzaba sobre el pequeño Naruto quien con un ágil movimiento esquivo a la niña, quien cayo sobre la cama, rápidamente el niño bajo de esta y corrió hacia la salida –No escaparas!-la niña se incorporo fácilmente y brincado desde la cama, brinco hacia el pequeño rubio-Te tengo!-la niña estiro sus brazos hasta el rubio quien con un brinco volvía a escapar de su captora, pero esta no se rendiría tan fácil pues callo de pie y continuo su casería, Naruto corrió hacia la puerta.
-A donde crees que vas?-hablo la niña, Naruto rápidamente abrió la puerta , pero se topo con un hombre alto , piel morena y ojos rasgados.
-Pero que tenemos aquí? – miro al hombre con una sonrisa a Naruto, quien cada ves sentía mas miedo.
-Papa! Agárralo que se le están cayendo las vendas.
El hombre miro al pequeño rubio y miro como algunas vendas colgaban del crio.
-Vaya, vaya, tenemos a un chico rebelde eh?-rápidamente el señor se fue sobre Naruto quien brinco hacia tras, esperando escapar de aquel gran hombre, pero no recordó que la niña estaba cerca y prácticamente recibió un tacle de ella.
-Te tengo!- hablo gloriosa la castaña-Ahora, déjame revisarte.
No! No por favor no me pegues!- el pequeño Naruto cubrió sus rostro con sus manos, tanto la niña como el hombre quedaron sorprendidos por la reacción del chico, ambos notaron que algo andaba mal, aunque desde la noche pasada, ya sospechaban algo asì, pues le hallaron en mal estado, aunque ambos esperaba que solo hubiera tenido un accidente.-No!, no eh hecho nada malo! –Siguió llorando el pequeño.
-Tranquilo-hablo la niña con voz dulce-Solo quería revisar que estas bien.-se hizo a un lado dejando de aprisionar a Naruto, quien aún permanecía cubriendo su rostro y llorando.
-Otosan – la niña miro a su padre, el hombre parecía triste al ver a aquella criatura temer, el hombre miro a su hija quien sentía lo mismo y miraba con preocupación a aquel chico, paso a un lado de ambos críos y tomo el tazón.- Otosan este no es momento para co…
El hombre sonrió a su hija, se acerco al niño quien se encontraba en posición fetal y con sumo cuidado dejo el tazón al lado del niño, camino a la puerta y con la mirada llamo a su hija.
-Pero Oto…-sin decir una palabra el hombre solo volvió a sonreír, sabía que intentar hablar con el niño en ese momento sería imposible, o que intentar forzarlo solo complicaría mas las cosas, con la cabeza volvió a indicar a su hija que dejase el cuarto quien a regañadientes salió del lugar, emparejo la puerta del cuarto y junto su hija se retiro, pues aun con el dilema del niño, tenia cosas que arreglar.
