Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.
Good Enough
Árboles llenos de dulces frutos, flores de todos los colores. El arroyo corta el paisaje, dándole a la enorme casa blanca un aura especial, casi mágica.
Se siente feliz, por primera vez en mucho tiempo. Su vestido, floreado, es maravilloso. También lo son sus zapatillas de ballet. Le gusta la moda, siempre le ha gustado, pero hace tiempo que no se puede vestir de esa forma.
Mira el árbol de manzanas, pues los limones están verdes y nunca le gustaron las naranjas. Toma la más roja de todas, la que está justo en la punta. Le saca brillo y se dispone a probarla. La muerde y siente ganas de vomitar. Tiene gusto a tierra. No lo comprende.
Escucha pasos acercarse. Se da vuelta y lo ve. El chico más guapo que ha visto es su vida. Rubio, alto y con los ojos color topacio, aunque demasiado pálido. Camina lento, pausado, se dirige en su dirección. Llega hasta ella y la mira a los ojos, le sonríe y la toma de las manos. Acaricia su pelo negro, corto y en puntas. Susurra un suave "Alice" que se lo lleva el viento.
Luego la besa. Lento y pausado, con un amor contenido que no comprende. Y desata una ola de emociones que ella no creía poseer. Esperanza, felicidad, alegría. Sentimientos que hasta ese mismo instante creía completamente muertos, enterrados.
Y es ahí, en el preciso instante en el que mira a ese muchacho a los ojos y ve el puro amor que estos reflejan, cuando se da cuenta de que aquello es lo suficientemente bueno, tanto, que no puede ser verdad.
Abre los ojos, despierta. Las paredes blancas, acolchonadas. La puerta blanca. El chaleco que enlazaba sus manos, también. Todo era blanco en aquella habitación. Está encerrada de nuevo, ya no hay escapatoria. Sólo le queda esperar en un largo letargo blanco.
