Titulo Original: El camino de un Shinobi no Gatana.
Tipo: Fanfict, Drama, Acción, Comedia.
Quizás un poco diferente a la historia real (No mucho)
Disclaimer: Naruto no me pertenece sino a Kishimoto.
Advertencia: Uso de lenguaje soez, algo de OverPower (ligero, ya verán el porqué después del capitulo 17). Contenido +18 por el gore y la versión Original estaba planteado para dos parejas para comedia, pero veré como hago eso ahora.
─Capitulo 0─
Un inicio diferente
Dice que la vida a veces tenemos segundad oportunidad pero esta en nosotros aprovecharlas…
El clan Uzumaki de la Uzushigakure no sato, fundador del Uzu y gran parte de konohagakure, eran temidos por su uso del fuunjutsu. Se decía que los Uzumaki son familiares lejanos de los Senju, ya que Hashirama Senju Había pactado con ellos un matrimonio para unir ambas aldeas; su matrimonio fue con Mito Uzumaki.
Después de que la aldea fue destruida, los pocos sobrevivientes fueron esparcidos en varias partes. Cabe destacar que ellos sellaron un lugar muy importante en Uzu y mandaron a la princesa y heredera del clan a Konoha ya que ella se convertiría en la siguiente Jinchuriki del Kyubi no Youko debido a que era ya una tradición en clan hacerlo. Desde que Hashirama y Madara pelearon en la valle del fin y sellaron el kyubi en Mito, Mito y Kyubi hicieron un pacto solo aquel clan podía ser su contenedores y como muestras de buena voluntad se les entrego el contrato de los zorros. De hecho el Kyubi no parecía ser mala persona solo que le daba su poder aquel que fuera digno de vencerlo en una batalla, claro a las mujer del clan se les hacia mas fácil por su habilidad de hacer cadenas de chakra.
Solo si su contenedor era lo suficientemente fuerte el kyubi el su jinchuriki fusionaba su fuerza y se lograba un poder excepcional. Bueno a lo que nos conviene [1]. Después que Kushina y Minato se conocieron se casaron, estando esperando ya apunto de nacer su hijo, paso lo improbable. Un hombre enmascarado asaltó la barrera donde se hallaba la pareja llevándose a Kushina y liberando el Kyubi que bajos los efectos de Sharingan, lo que provocó que se alocara y arrasaba la aldea entre tanto Minato intentaba salvar a Kushina para luego llevarla con su pequeño recién nacido.
Había poco que hacer en cuanto al desastre que había causado la enorme bestia anaranjada. Sus ojos feroces podían ser vilusmbrados en el horizontes, rasgados por la púpila y ensangrentado; se podía sentir un odio no profanado desde tiempo inmemorables. «Miserables humanos y su poder», claramente era las palabras que profanaban entre tanto se acercaba a la villa que había estado en paz durante tanto tiempo. Con sus uñas y su pelaje erizado abrió su boca y salió de ella una pequeña bola de chakra negra que se fue lanzada hacia la puerta principal de la Aldea. Suspirando y esperando su muerte, los Jounin, Chuunin y el mismo Tercer Hokage de Konoha se detuvieron en su respiración en seco. Sin embargo no fue necesario tantas prisas, un destello amarillo logró hacerse en escenario teletrasportando la Biujidama a las afueras de la cercanía del pueblo protegido por el sistema ninja.
Hiruzen, Tsunade, Jiraiya vieron al cielo notando su esperanza; el cabello amarillo con la túnica blanca lo confirmaron: el Yondaime había llegado a tiempo.
──Tsunade-sama ayuda a Kushina-chan y a Naruto-kun— el joven Kage de la aldea temía por la vida de sus hijo y esposa, no era para menos teniendo en cuenta la ferocidad de la bestia pero no era eso lo que de verdad tenía miedo sino por el sujeto que los atacó previamente. Algo le decía que no solo venía por el Kyubi sino por su propia familia. Lo intentó una vez, por lo que podría suceder otra vez.── Sandaime-sama, Kakashi, Jiraiya ayuden a contener el Kyubi mientras yo le quito el control a ese enmascarado ──suspiró con molestia por haber dejado que todo lo eso sucediera.
Los tres asintieron en su debida atención de sus deberes, esperando lo mejor de aquel desfavorable momento. Minato estaba aun pensante de aquel momento ya que ese sujeto lo obligo a usar su mejor arma "Hiraishin no Jutsu", en su mente venia el momento en que se preguntaba si podría luchar contra él, pues era demasiado fuerte debido a que se hacia intangible. Sin embargo no tardó en imaginar una forma de contrarrestar su adversario.
──Yondaime-Sama, el Cuarto Hokage el Konoha y el no Kiiroi Senkō s [2] ──lo miró por debajo del ojo para luego soltar un suspiro de lástima──. Que patético eres…──Ante él estaba aquel sujeto que invadió la sala de parto matando a todos y casi a su familia de no haber llegado a tiempo; su mascara blanca cubierto por un manto negro con nubes rojas y en su único ojo visible un Sharingan en forma de Shuriken amenazaba al rubio mientras se burlaba sarcásticamente.
Minato sentía en su interior arder la desesperación inoportuna de la burla ocasionada por aquel desgraciado hombre, lo estaba provocando ya que quería que perdiera los estribos y en el proceso su vida. Se calmó sabiendo de sus intenciones y lo miró con una sonrisa confianza tras recordar su plan de hacía pocos momentos había ingeniado.
──No seas estúpido yo acabare contigo, aquí mismo. Yo el Yondaime Hokage de Konagakure no sato, juro darle un futuro a mi familia── Su decidía forma de reaccionar mostraba que su calma había vuelto mientra el enmascarado ahora bufaba con un tono fastidiado por no haberle podido hacerle que se saliera de las casilla; luego la voz del ojiazul se volvió aguda y con algo de cólera tras volvía abrir la boca──. No se ni siquiera quién eres, pero no te dejaré continuar con tus intentos de acabar con mi villa a la que tanto protegí y cuidé, menos a mi familia.
El de la capucha negra lo miró nuevamente con cierto aire de malicia mientras ahora se hallaba de frente con un tono desafiante en su voz para cuando se dirigió al Kage de nuevo.
──En sí, no tengo porque decírtelo pero supongo que cómo no seguirás vivo para contarlo no habrá problemas ──dijo aquello como si su victoria estuviera asegurada, se hallaba luchando con un Kage pero no parecía molestarle en absoluto más bien dejaba verse muy confiado como si supiera el futuro del aquel hombre que una vez fue el héroe de la Tercera Guerra Shinobi──, puedes llamarme Madara.
Minato estaba muy sorprendido que negó tan insolencia que había dicho aquel hombre, sabía que estaba tratando de desequilibrado mentalmente y que debía mantener la calma «Madara murió hace años este sujeto debe ser una farsa o ¿no?» pensaba el aún en dudas. Aquel sujeto solo jugaba con él «puede ser que sí, puede ser que no» aseguraba mientras caminaba hacia él mientras se disponía atacar diciendo «eso lo averiguaras en la otra vida»
El autoproclamado Madara, se lanzó contra el Yondaime en una pelea de Taijustsu pero justo en ese instante, Minato aprovechó y con un sello le quitó el control a "Madara" quien solo atinó a maldecir su suerte. [3] Tal como sucedería en un mundo paralelo a nuestra historia, la batalla se desarrolló con el mismo ritmo que pasaría en otra dimensión. La lucha y victoria fue para el rubio tras el forcejeo con su oponente siendo vencido fácilmente, el sujeto pensó que iba a poder ganarle por algo era el Kage, ¿no?
──Volveré por el Kyubi, no lo olvide Minato-san... ──se oyó tras un gemido dejado al viento como lo último que se escuchó de su persona.
[...]
En el campo de batalla el Sandaime Hokage, animaba a resistir el ataque mientras su amado héroe llegaba aún entre agitados suspiros por aquella batalla con el otro enemigo en su lista; tras una leve explosión de humo en el cielo y de la nada apareció en un sapo Namizake Minato con la clara determinación de acabar con el zorro, su única forma era sellarlo en algún recién nacido: su propio hijo.
—Gracias por aguantar pero yo me encargo—les dejó con la confianza de que sería así. Su esposa quien había estado mal desde que le fue extraído el Biuji, se había recuperado gracias a Tsunade quien la acompañaba tras haber sido una orden traerla al sitio de la batalla por la misma pelirroja, había tenido el mismo pensamiento del rubio y por ello trajo al rubio menor. Sabía del contrato del Kyubi con su clan y la razón por la que habían sido escogido para ser sus portadores, ella tenía en gran apreciación su relación especial además de que sospecharía que esa "mujer" lo cuidaría muy bien.
Después de agotar al Kyubi y con la ayuda de Kushina, lograron sellar todo el chakra del zorro dentro de aquel bebe incluyendo su alma la cual permanecería dentro de subconsiente esperando por el día en que lo visitara. En un principio, ellos dudaron de que podría soportarlo pero se sorprendieron al ver que las misma reservas de Naruto eran tan comparables con la de un Jounin, pudieron asimilarlo.
Había algo era curioso dentro del chico, era una marca en su cuello en forma de un lobo en espiral que luego desapareció. Eso desconcertó al par un rato. Después de haber sellado en naruto el Kyubi no Yoko, se despidieron de su hijo no sin antes dejar una gran cantidad de chakra sellado junto a ellos lo suficiente para estar una semana junto a el entrenado y claro, las famosas palabras de ambos para finalizar.
──Sarutobi-Sensei ¿Que vamos hacer ahora? ──el anciano estaba temeroso de que el consejo tomara alguna acción en particular, sin embargo despejó su mente para acercarse al recién nacido en pasos cortos.
──Parece que Minato le dejo como regalo un kunai de lo suyo, que cosa ¿no? —Expresó una vez que notó lo curioso de la vida, habían sacrificado su vida al hacer el pacto con el Shingami y Sarutobi se hallaba algo deprimido por tal asunto. No obstante, no tardó mucho en ver su felicidad disipada tras un regreso inesperado, el enmascarado volvió a aparecer y su mirada sumado a un chakra extrañamente fuerte que despedía una sed de sangre y venganza hizo pesado el ambiente incluso para el mismo Kage, sin duda podría ser un Genjutsu de alto nivel. El sujeto avanzó hacia ellos sin que pudiera hacer algo correctamente.
──Parece que reclamare lo que es mío ──rió tomando al chico en un abrir y cerrar de ojos abriendo un vórtice y reapareciendo cerca de Mizu no kumi (País del Agua). Estaba contento de haber podido llevarse al muchacho, quizás podría entrenarlo para que le sirviera a él, fuera su arma definitiva y luego usarlo tantas veces como quisiera; era un sinfín de posibilidades en aquel momento, dejó eso de lado y suspiró al estar lejos del alcance de todos. La técnica que había usado aunado a toda la batalla anterior habían requerido mucho chakra de su parte más no tenía porque preocuparse, ¿o no?──. Aquí ya no podrán hacer nada ──Ladeó y se recostó de un árbol para descansar.
No muy lejos de allí, un grupo de otra aldea venía en un desfile uno tras otro para llegar rápidamente a la villa donde habían nacido. Su paso era probablemente relacionado con su misión anterior, llevaban prisa por regresar tras haber hallado un gran problema en el camino.
──Vamos, hay que llegar rápido a la aldea ──lo comandó un chico no muy mayor de ojos morados y cabellera castaña, parecía el líder del grupo y sus subordinados parecían respetarlos. Madara se inquietó tras escuchar unos pasos acercándose. El sujeto de ojos morados iba muy por delante de los demás y pronto se encontraría con el hombre, supo que alguien venía pero con su fatídico encuentro anterior y todo lo que implicaba, había dejado secuela y no podía moverse correctamente. El sujeto pisó un árbol llegando al claro donde se hallaba el enmascarado con el bebe en brazos apretándolo mientras éste comenzaba a llorar──. Tú, él que esta allí ──llamó su atención tan rápido como se dio cuenta de lo que apretaba contra su regazo, la forma en que estaba más la ropa que tenía no le daban una buena espina al hombre──, ¿qué haces con ese bebe? No pareces ser de por aquí y tu forma de actuar no me gusta ──su tono de voz era muy firme y pondría en seco a cualquiera que se sintiera superior.
Madara dio un respingo tratando de levantarse, componiendo su postura y tratando de no verse intimidado ante tal sujeto──. Y, ¿quién va a detenerme, un mocoso como tú? ──preguntó con mucha arrogancia. El encapuchado estaba seguro de sí mismo y sus habilidades que ni siquiera se preocupó por saber quien era.
──Yo no soy ningún mocoso ──ese chico odiaba que lo confundiera por su apariencia y detestaba que la gente fuere así todo el tiempo que lo viera, sobre todo cuando eran desconocidos malintencionados como el que tenía en frente──. Yo soy el Yondaime Mizukage: Yagura Karatachi, Jinchuriki de Sambi ──le gritó prácticamente pues ya era la vigésima vez que le decían eso ese mismo día, no tenía porque seguir aguantándose ese detalle. Sin embargo, de parte de Madara seguía maldiciendo su suerte «otro kage esto es una broma no pude ir a otro lado» pensó tras luego tratar de moverse, pero de entre las sombras y las cercanías a Kiri, salieron unos 30 Jounin y ANBU.
── ¡Suéltalo ya! ──ordenó una vez más acercándose sacando su arma.
──Que mal, tendré que retirarme ──rió con desgano. No obstante, no previó ser aprisionado en agua por alguien que lo tomó por sorpresa. El sujeto era alguien despiadado y poseía una enorme espada con filo inquebrantable. Zabuza, uno de los siete espadachines de la niebla logró tomarlo con la guardia baja. No dio chance de reaccionar, justo en el momento en que estaba siendo formulada la prisión usó el Sushin no Jutsu para acercarse y tomarlo antes de que se completara. Yagura agarró el niño y empezó a huir dejando al sujeto de capucha con el Shinobi no Gatana. El enmascarado de Madara no puedó hacer más nada que solo huir abriendo un portal para retirarse debido a que no contaba con las fuerzas para poder hacerle frente, pero antes juró que regresaría por el Kyubi. El castaño, quien se había puesto distante logró escuchar aquello parpadeó dos veces al enterarse del estado de Jinchuriki del joven rubio, lo miró entre su regazo ahora y soltó una mirada apacible y tierna como si fuera su hermano menor el que tomase.
──Así que también eres como yo, tal vez seas como mi hermano de ahora en adelante y el de Isbou ──pensó recordando a la enorme tortuga dentro de su interior, la cual se perturbó un poco por tal idea descabellada──, bueno debo apurarme a llegar a la aldea.
No tardaron mucho en salir de aquel claro en mitad del camino y ahora ya se veían a las puertas de Kirigakure no Sato. Al llegar a la aldea fueron recibidos en la torre del Mizukage donde ya mas tranquilo estaba Zabuza, Haku, Mei, Ao, y en ese momento Konan de Amegakure no Sato como embajadora de Ame en la niebla. El ambiente estuvo tenso hasta que llegaron, pero inesperadamente las cosas se pusieron algo bizzaras en cuanto un individuo de cabellera rubia entró en brazos del actual Mizukage de la región.
──Oh que lindo bebito, ¿cómo se llama Yagu… ?──Aquella mujer que tenia pinta de infantil por su forma de decir las cosas, era una chica de pelos rojizos y una mirada fría como la mayoría en Kiri. Yagura le volvía aparecer una vena en la cien por la forma de llamarlo, le dijo por vigésima vez ese día que no le dijera "Yagu", estaba muy enfadado pues era la única que casi no la respetaba, no obstante, esa chica no tenia remedio. Cada vez que se le metía algo en la cabeza nadie se lo sacaba.
──Ta bien Yagu, ¿pero cual es su nombre? ──volvió a insistir nuevamente con el diminutivo sacando un suspiro de resignación en cuanto venía venir sus palabras.
—A ver Naruto, Na- ──iba a seguir pero se detuvo a leer bien el nombre que constaba en una muñequera que traía puesta desde que le pusieron nombre en Konoha── ya va no se ve bien ──trató de limpiar la emplastadura de hierro que se había dañado por tantos acontecimientos──. Su nombre es Namizake Uzumaki, Naruto ──El Kage ahora estaba sorprendido── Ya va imposible Namizake, el uno que conozco con ese apellido es el Yondaime de Konoha, pero ¿cómo es que su hijo termino aquí? ──se preguntó en voz baja.
En ese momento que ni siquiera había terminado sus últimas palabras cuando llegó un ANBU con información del ataque a Konoha por el Kyubi y la muerte del Hokage y su esposa, aquella información le permitió al Kage tener una vista más amplia de la situación del joven Naruto, a quién llamó «Naruto Uzumaki» por temor a los ataques o secuestro de Kumo e Iwa. En aquel entonces, Kiri y Konoha, habían tenido buenas relaciones con Uzu por lo que se dignaron a cuidarlo dado que en Kiri no había discriminación por los Jinchuriki. Yagura decidió enviar un mensaje a Konoha explicando la situación y una carta de alianza con el fin una relación entre Kiri y Konoha, la cual nunca se había formado, naciera aquel día de temor para los de la Hoja.
[...]
En la apacible Konoha, un consejo se reunía para discutir los asuntos recientes, como siempre, no perdían el tiempo tras los acontecimientos y los resultados. Ahora ellos, todos los clanes y los vegestorios de los ancianos que se juntaba con Danzo, estaba juntos en un mismo lugar. Aún los estragos del ataque estaban presente entre los asistente, habían habido muchas bajas importantes incluyendo al que era el actual Kage de la Villa y habría otras cosas más por declararle a la población, sin embargo, algo más estaba preocupando a los reunidos que esas cosas.
── ¿Cómo diablos dejaste escapar al hijo del Yondaime, Sarutobi? ──preguntó Danzo con tono furioso debido a que ya que tenía planeado usarlo en sus planes futuros con la raiz o algo peor.
──Deja de estupideces Danzo ──habló Hiruzen tomando su pipa y exhalando aquel humo mientras lo miraba resentido──. No fue mi culpa, lo único que podemos hacer es enviar un escuadrón a buscarlo ──cosa que debieron haber hecho pero que fue pospuesta por un incidente que surgió con algunos miembros del Clan Uchiha.
Muchas fueron las reacciones de los diversos espectadores que estaban presentes, por una parte Tsunade se fue de la aldea, Kakashi quedó más frío que el hielo por toda las noticias que llegaba y trataba de procesar; los demás clanes no hicieron ningún tipo de berrinche solo recordar que el hijo de su mejor amigo Minato Namizake: Naruto Namizake Uzumaki había posiblemente muerto, bastó para que un silencio sepulcral llenara la habitación en el momento. Todos se miraron las cara en cuanto lo que sugirió el viejo de los monos era algo real pero la vez delatador, mandar a los ANBU por todo el país del fuego para encontrar a Naruto haría que las sospechas de las otras villas se vieran reflejadas en Konoha y los expondría a un ataque de Iwa y Kumo con quienes estaban tratando de parecer fuertes. Los debates fueron y vinieron más buscar al Uzumaki fue su prioridad mientras seguían discutiendo dichos asuntos, no obstante, con el paso de la noche y la llegada del amanecer los escuadrones ANBU quedaron desilusionados de no poder haberlo hallado.
[...]
Se había dado por terminado la reunión de regreso a Kiri mientras una Mei jugaba muy simpáticamente con aquel bebe. Los demás estaban haciendo otras cosas entre tanto Yagura se encargaba del papeleo enorme que había dejado acumular por dos días, decir que suspiraba derrotado sería mucho para describir lo agotador que se sentía hacer todo aquello después de una misión con tantos contratiempos.
── ¡Que bello bebe! ¡Verdad! ──la chica usaba su dedo para acariciar la mano del bebito mientras éste le veía muy alegre con una sonrisa por la que ella mataría por atesorarla, era diferente a las sonrisas sádicas que tenía los miembros de Kirigakure, incluyéndola, por lo que era algo reconfortante verle: era tan inocente──. ¿Te quieres quedar conmigo, verdad que si? Siiiiiiiii ──respondió alargando el sonido del as "i" al final de su última oración. Estando en la oficina de Yagura, aquel comportamiento desvergonzado estaba comenzando a irritarlo, haciendo que empezara a rogar por que se detuviera. No obstante, ahora que analizaba bien los asuntos, ¿quién lo cuidaría? Era algo ya importante para la aldea, pero no hubo manera de que Mei inmediatamente no se dispusiera para la tarea de madre sustituta. Sin embargo, dada su forma de ser el Kage se vio con una cara de pavor de saber que le pasaría al bebe si lo dejaba en sus manos, pero Konan también la levanto inesperadamente por lo que todos los aún reunidos se precipitaran a a sorprenderse por su reacción. Un por qué resonó por la habitación.
──Pues ya que soy la embajadora y tengo que quedarme aquí, supongo que porqué no ──dijo mientras se acercaba a donde estaba Mei con el bebe──, además es muy lindo ──las mujeres y sus delirios por los bebes recién nacidos, siempre queriéndolos cuidar y cargar, y esas cosas. Quizás eso significaba el sentido maternal, ¿una habilidad oculta de las Kunoichi de la Aldea más sangrienta entre las 5 grandes naciones ninjas? Yagura respiró hondo, por lo menos había hallado una solución temporal a la situación por lo que ahora podía atender otros asuntos relacionados dando a entender que había aceptado su oferta.
──Bueno esta bien el será cuidado por ustedes entrenado por los mejores Jounin, espadachines y por supuesto por su Kage, es decir yo. ──le mencionó incitando a todos que se fueran de allí. «Minato me ayudó una vez, es hora devolverle el favor» pensó antes de empezar a escribir un mensaje junto a Ao quién se quedó para atender algunas de sus funciones como el secretario de la villa──, envía esto a Konoha lo más rápido posible.
──Entendido mi señor.
[...]
Al día siguiente llegaba a Konoha un mensaje con Kiri el cual fue traído por un ANBU de confianza, Hiruzen se hallaba ahora algo ocupado por tener que regresar a su anterior puesto como Hokage sin dudar el porqué lo había dejado: el papeleo. «Podrías haber sido un gran Kage, Minato, pero no tenías que dejarme 9 meses de papeleo» se regañó a su aconsejado dirigente, los ataques de Kushina exigían su completa atención por lo que no tuvo tiempo de realizar ciertas cosas de "menor importancia" según lo explicó un día la Habanero Sangrieto.
──Hokage-sama tenemos un mensaje de Kir,i es importante ──le dijo el Shinobi mientras le entregaba la carta. Hiruzen levantó una ceja por el contenido de la carta ya que era algo extraño que Kiri enviara un mensaje después de algunos acontecimientos anteriores en pasadas guerras.
──Mantén en secreto que esto pasó, ¿de acerco? ──le dijo mientras ahora tomaba el papel──, a ver que dice ──Sarutobi la tomó con cara de «¡qué rayos!, ¿más problemas?» pero al leer la carta todo cambió a una sorpresa.
── ¿Qué dice la carta Sensei? ──preguntó Jiraiya después de salir de una ventana como siempre tenía como mala costumbre el sudichoso espía profesional de baños termales. El anciano mandó a que todos en la habitación se retiraran para hablar con más claridad con su discípulo. Allí fue cuando el Tercero leyó el asunto en voz audible pare el albo.
De Kiri a Konoha asunto importante:
Hokage-sama lamento su pérdida, El Yondaime en un momento me ayudó y es hora de devolverle el favor. Hemos salvado a su hijo de las garras de un enmascarado, nosotros hemos puesto el segundo apellido quedando como Uzumaki Naruto para despistar a Iwa y Kumo, así poder hacerlo un gran shinobi debido a que Kiri no se tiene miedo por los Jinchuriki. Hemos decido que sea él, el embajador de Konoha en Kiri firmando así una alianza entre las dos naciones. Me gustaría que Naruto, recibiera las pertenencias de sus padres así poder entrenarlo con los Justsu de su clan para que se cumpla tal proposito. Además, estoy al tanto de la situación del consejo de la aldea por lo que esto es un secreto de mayor rango. Espero que uno de sus ninjas puede venir a visitarlo y ayudarle escuche que el Gama-sanin es su padrino, sería bueno que el también lo entrenara.
──Esto no puede ser ──dijo el sujeto de los sapos algo incomodo por la declaración de un país con el que no habían tenido contacto desde hace tiempo y por el cual habían estado en relativa paz. Además, no entendí cómo Minato lo había ayudado por lo que se sentía como una trampa──. ¿Qué hacemos Sensei? ¿Podremos confiar en ellos? ──se preguntaba el peliblanco con lo que recibió un sí por repuesta, pues el mismo Sandaime conocía algo de aquel hecho el cual estaba relacionado con la neutral relación que mantenía la Hoja y el la Neblina.
──Eso hubiera querido su padre, que fuera un gran shinobi ──se detuvo a exhalar el humo de su pipa levantándose hacia la ventana donde podía observar las reconstrucciones de la villa tras el ataque──, fuera aquí o en otro lugar ──aclaró teniendo en cuenta los temores de la gente si el muchacho se quedaba allí, quizás lo verían como un monstruo del cual solo se esperaría más destrucción en un futuro. El anciano lo miró nuevamente y se acercó a un pergamino──. Mañana irás en viaje de espionaje, pero en vez de eso, te dirigiras a Kirigakure con todos los pergaminos y pertenencia de Minato y de Kushina ──debía ser así para que no sospecharan de una posible traición a la nación del Fuego y se viera obligado a dejar su puesto y no contar con la bendición del Feudal del país.
──Como usted diga.
Continuará...
