La casa 9 ¾

Hace un año que me cambie a este pueblo de Londres, es un lugar bonito y todos se conocen bueno casi todos. A las afueras de este acogedor pueblo hay una gran casa con un aspecto aterrador. Nunca he ido a ese lugar, mis nuevos amigos me contaron que en esa gran y oscura casa habita un señor que de lo único que se conoce de él es su gesto fruncido. Rara vez se le ve fuera y lo único que sale de esa casa son muchas voces y ruidos pareciera que hay mucha gente ahí, pero nadie ha visto entrar a alguien o salir. Nadie sabe nada de él, lo único que saben es que vive en la casa 9 ¾.

Lo mejor de este pueblo es que hay muchos lugares donde jugar, hay un pequeño bosque cerca de mi casa es un lugar fantástico de día pero de noche parece que hay cosas extrañas. Los adultos dicen que es un lugar peligroso para jugar, pero yo no lo creo.

-Tres, dos y uno ¡Estén listos o no allá voy!- Ese que grita es Ralph, tienes diez años como yo y es uno de mis mejores amigos del pueblo, es alguien un poco torpe algunas veces y siempre nos mete en problemas a Greg y a mí, pero no hay nadie tan divertido como el- Te encontré Greg ¿A eso llamas esconderte?-

-De acuerdo no fue mi mejor escondite- Greg es alguien muy sarcástico, a veces hasta parece malo, pero solo es el exterior ya que no hay nadie más honesto y leal que él, aunque su honestidad a veces sea un poco cruel- ¿Aún no encuentras a Joey?-

-No, esta vez supo elegir bien su escondite-

-Se está oscureciendo será mejor que lo encontremos rápido, o nos meteremos en problemas-

-Por esta vez admito que tengas razón ¡Joey!-

-¡Joey! ¿Dónde se habrá escondido?-

Esta vez seguro gano el juego, me escondí casi hasta al final del bosque, ahora solo tengo que recordar como volver, creo que debí pensar en eso, el sol empezaba a caer y este lugar se ve un tanto aterrador, camine por unos diez minutos pero no tengo idea así que dirección estoy yendo, trato de mantener la calma pero parece siento como las ramas de estos árboles me fueran a atrapar así que comienzo a correr.

-¡Greg! ¡Ralph! Chicos se que están por ahí- al correr tropiezo con la raíz de un árbol, lo admito tengo mucho miedo, me lastimé la rodilla. Estaba a punto de llorar cuando escuche los pasos de alguien, sentí como se detuvo y al abrir los ojos me paralice del miedo.

-¿Qué haces aquí mocoso?- Era un señor que se veía de unos 50 años tenía unas pocas arrugas, por un momento creí que se traba de un ángel pero su seño fruncido me hizo salir de mi asombro- ¿Qué no sabes hablar?- Dijo con un tono de voz de molestia.

-Estaba jugando… Con mis amigos… Pero me perdí… Y me caí- Tenia aun un poco de miedo el cual me hizo que la voz se me disminuyera.

-¿Acaso no te dijeron tus padres que aquí no es un lugar para jugar? ¿O es que eres tonto?- Esas palabras fueron el detonante para sentirme lo suficientemente angustiado y soltarme a llorar, él señor se inclino y me ayudo a levantarme- No llores, no soporto las lagrimas- Me observo de pies a cabeza y dijo algo en tono de burla-Parece que tienes un problema con tus pantalones-

Al principio no comprendí porque dijo eso, pensé en mi rodilla lastimada pero no era tan grave hasta que mire y me di cuenta porque sentía algo cálido en mis piernas. Me orine del miedo. Me alegra que Greg y Ralph no estuvieran aquí o estaría muerto de pena.

-Dis... Disculpe… ¿Me… Puede… Ayudar?- No puedo verlo a la cara. De seguro estaba a punto de reírse de mí pero aun así ocupada ayuda.

-¿Y por qué debería ayudarte? ¿Qué gano yo con ayudar a un mocoso llorón y asustadizo como tú?- Me dolieron sus palabras pero necesito ayuda. No quiero pasar vergüenza por este incidente.

-Quizá… yo le pueda ayudar… con mandados o algo así- Al fin levante la cabeza y pude ver que no había ninguna expresión en su rostro sentí una fría mirada a pesar de que con la oscuridad no lograba ver su mirada. Intente mostrarme lo más seguro a pesar de estar con los pantalones orinados.

-De acuerdo, sígueme niño- Se dio la vuelta y comenzó a caminar sin mirar atrás, a pesar de ser alguien un poco aterrador no puedo evitar pensar que se ve genial.

Aunque de la mala actitud que mostro estoy agradecido con ese señor, me pregunto donde vivirá no recuerdo haberlo visto en el pueblo. Pasando unos arbustos vi como se detuvo, al detenerme junto a él me quede anonadado y me sentí como un tonto por no haberme dado cuenta de quién podría ser ese señor. Nunca había visto su rostro pero me di cuenta de quién podría ser al ver el número que estaba pintado cerca de la puerta de esa casa.

-9 ¾ -dije en un susurro- Disculpe señor, ¿Cuál es su nombre?- Esta vez gracias a la luz de esa casa, pude ver los ojos de ese señor, eran de un color que jamás he visto, Grises y sentí como si estuviera mirando hielo.

Se acomodo su cabello que parecía un rubio muy pero muy claro y me miro con una sonrisa torcida- Soy Malfoy, Draco Malfoy-

Si han llegado hasta aquí les agradezco mucho de corazón, soy nueva en esto de escribir así espero tengan paciencia por errores ortográficos, les seré sincera escribo esto y me tiemblan las manos jaja, este es el primer capitulo y a la vez como una pequeña introducción. Les agradecería mucho su opinión aunque aun no hay mucho que decir jaja pero me gustaría saber si les pareciera que continué una historia así o mejor busco otra cosa jaja. Gracias por leer nuevamente, hasta luego.