Advertencias:
Este fic es yaoi (ChicoxChico) si no te gusta no lo leas.
El fic es RiRen, lo que quiere decir que Levi es el seme (activo) y Eren es el uke (pasivo).
Este fic es completamente ficticio, ambientado en un universo alterno (U/A).
El fic es únicamente para personas mayores de edad, ya que contendrá lemon más adelante.

Disclaimer: Todos los derechos reservados. Shingeki no Kyojin no me pertenece.


Dedicado especialmente a Jeaninne; la Alien que fue una de las primeras personas en apoyarme desde que escribí uno de mis primeros fics en este fandom, se ha vuelto alguien muy especial en mi vida. Gracias por haberme ayudado a encontrar un título digno a la historia. Todo el fic es para ti, cariño, disfrútalo.


Painful.


Capítulo 1:

Mis ojos eran verdes, sin embargo no lucían, la luz de ellos desapareció desde hace mucho. Mi cabello era castaño y lacio, pero estaba tan despeinado que parecía un nido negro para pájaros. Mi piel era canela, pero en ese momento estaba pálida. Estaba vivo, pero parecía un cadáver en descomposición. Sonreía, pero no era feliz, solo quería desaparecer.

Cerré los ojos dejando que una tibia lágrima resbalara por mi mejilla. Lo hice de nuevo, la sangre volvió a escurrir fuera de aquella cortada y ese escozor tan familiar hizo que me hormigueara el brazo.

—Estúpido niño emo —me susurré mientras escondía mi cortada bajo la manga de mi sudadera negra—. Nadie debe saberlo, no comprenderán la razón.

Alcé mi rostro para verme una vez más en el reflejo del enorme espejo empañado del baño. Mi rostro lucía borroso, y eso me hizo sentir aliviado, pues no quería saber qué clase de mueca idiota tendría en él ahora.

Inhalé y exhalé dándome ánimos para salir de ese cuarto, el silencio que había afuera me incomodaba un poco, probablemente mi madre estaba dormida y no quería despertarla con el rechinido de la puerta al abrirse.

Volví a inhalar abriendo con mucho cuidado la puerta del baño, el frío me recibió y el sonido de la puerta rechinar también. Mi boca formó una mueca de nerviosismo porque el sonido logró hacer eco por el pasillo, lo que menos quería era despertar a mi madre, temía que me regañase por no haber asistido a la escuela ese día.

Para mi suerte, al salir del baño no oí ningún ruido que comprobara que mi madre ya se hubiera despertado, así que caminé a paso rápido a mi cuarto, podría esconderme ahí hasta que mi madre fuera a trabajar…

—¡Eren! —escuché claramente la voz de una mujer a mis espaldas, así que me giré lo más rápido que pude y di varios pasos atrás en un débil brinco.

Era mi hermana mayor Mikasa, que me miraba con un aire de frustración muy similar al de mi madre Carla.

—Hola, Mikasa, ¿Qué crees? llegué tarde y no me dejaron pasar —le mentí haciendo mi mejor cara de frustración fingida. Ni siquiera salí de casa cuando decidí no entrar, pues no tenía muchas ganas de ser golpeado por Jean y su ejército de tarados.

Ella me miró seria y al final suspiró llevándose la mano al rostro para después frotar sus sienes con delicadeza, ese acto me recordó a mi madre.

—¿Acaso crees que eso es un juego? —preguntó ella, al parecer cansada de mi actitud despreocupada—. No has ido en dos días, Eren, ¿Qué harás al respecto?

—Tranquila, le pediré a alguno de mis compañeros todos los trabajos para ponerme al corriente.

Ella se quedó callada pero al final asintió dándose por vencida, vi claramente como acomodó mejor la bufanda roja que le regalé hace una semana, en su cumpleaños número veinte.

Estaba por retirarme a mi cuarto cuando ella me tomó del antebrazo con fuerza. Mi corazón pareció haber saltado hacia mi garganta y comencé a sentirme ahogado por mi respiración acelerada.

Para mi suerte ella solo me había tomado el brazo para detener mi andar, y no para revisar si tenía cortadas como yo lo había creído.

—¿A dónde crees que vas?

—Err… ¿a mi cuarto? —dije con inseguridad, ella en respuesta negó con la cabeza.

—Yo no haría eso si fuera tú, no si quieres que mamá se dé cuenta de que no fuiste al instituto. Lo mejor es que me acompañes a la escuela, tengo que ir por un cuaderno y después de eso te invito a almorzar.

Estuve a punto de gruñir y quejarme pero al ver sus ojos grises me di cuenta de que en verdad no le había causado gracia el que no haya ido a la escuela. Suspiré resignado, de todas maneras visitar la universidad de mi hermana y comer algo después no sonaba tan malo si me lo pensaba dos veces.

Le sonreí y caminé rápidamente hacia afuera de nuestra pequeña casa siendo recibido por el típico aire frío de febrero. Allí nos esperaba el pequeño auto de mi hermana que ella misma había comprado con sus ahorros. Me subí al asiento del copiloto y conecté mi celular al estéreo que ahí se encontraba.

Mikasa entró al auto segundos después con una media sonrisa en los labios.

—¿Pondrás música Indie* o te decidirás por Metalcore* esta vez? —preguntó mientras encendía el vehículo.

—Excelente pregunta, pero esta vez te dejo elegir a ti —respondí mirando como su pequeña sonrisa se extendía, aquella sonrisa me hizo sentir incomodo, era tan parecida a la de 'ella' que sentí escalofríos.

—Quiero a Muse* —respondió y soltó una risita aguda después de eso.
El auto comenzó a avanzar entre las calles húmedas por la nieve derretida. A través de la ventana del auto el ambiente era similar al de una película de miedo, los pinos enormes y el cielo gris le daban un toque tétrico al pequeño pueblo de Shiganshina, sin embargo el clima la mayoría del año era igual; carente de color, solo matices azules y grises, algo casi parecido a mí.

Sí, el pueblo encajaba conmigo.

Dejé de soñar despierto cuando el auto redujo su velocidad hasta quedar prácticamente inmóvil en la acera, fijé mejor mi mirada para darme cuenta de que ya habíamos llegado a la escuela de mi hermana.

—¿Bajarás? —preguntó Mikasa quitándose el cinturón de seguridad con lentitud.

—No, gracias.

Ella negó con la cabeza y abrió la puerta saliendo inmediatamente, la miré con atención, estaba rodeando el auto hasta llegar a la puerta que estaba a mi lado, la abrió con tanta fuerza que creí que iba a arrancarla y me miró con furia.

—Creo que no me entendiste, ¿Bajarás? o tal vez quieras que le diga a mamá que no has ido al instituto en dos días —la forma en la que lo dijo fue tan igual que la de mi madre cuando me regañaba que supe en seguida las consecuencias de quedarme en el auto. Ella sonrió cuando me vio salir del auto—. Pero al menos sonríe, no te estoy pidiendo algo tan complicado.

—Ya es complicado el hecho de que me pidas algo.

—Pero esto es mucho más accesible que pensar en qué le dirás a mamá ¿No lo crees?

Me quedé callado dispuesto a seguirla hacia la facultad de Literatura. Aquella escuela era muy importante, no solo por el prestigio que tenía, sino porque era una de veinte de todo el pueblo que manejaba Literatura y Música, varias personas pelearían por el lugar que mi hermana ocupaba.

Cuando llegamos un chico de pelo largo y rubio, ojos profundamente azules, vestido con un suéter de color verde oscuro y pantalones cafés nos esperaba de pie cerca de un salón sosteniendo varios libros de pasta gruesa. Mikasa y yo lo reconocimos de inmediato, era Armin Arlet, el chico que siempre estudiaba con ella y por supuesto también era su amigo.

—Hola, Mikasa, Eren —saludó energéticamente tambaleándose un poco por el peso de los libros.

—Hola, Armin —saludamos Mikasa y yo al unísono.

Armin volteó a verme casi de inmediato sonriéndome como si fuéramos amigos de toda la vida.

—Eren ¿Qué te parece si recorres la escuela por un rato? Tengo que hablar con tu hermana a solas.

Mikasa miró a Armin con un aire molesto.

—No le dejaré estar por aquí solo.

—Mikasa, es importante… Es acerca de Sasha—Armin susurró cerca del oído de Mikasa esperando que no lo oyera, sin embargo lo escuché fuerte y claro.

La cara de Mikasa cambió a una de sorpresa y una sonrisa demasiado maliciosa se asomó por sus labios.

—Eren ¿Por qué no vas a la facultad de música? tienen un escenario muy bonito —sugirió Mikasa y yo bufé en respuesta. Al parecer solo sobraba en el lugar.

Decidí darme la vuelta e ir al lugar mencionado, lugar que no conocía pero al fin y al cabo no podía regresar al auto ya que mi hermana tenía las llaves en su bolsillo.

Pregunté por el escenario a gente que no conocía, lo cual era molesto por no decir humillante, y cuando creía que al fin llegaría me perdía y así unas tres veces.

Terminé rendido en el piso de algún pasillo que no reconocí a simple vista y cerré los ojos. Tal vez Mikasa ya hubiera terminado de hablar con Armin, y al no verme cerca, decidiera buscarme.

De pronto en el eco de aquel pasillo pude escuchar el débil sonido de un piano a lo lejos, la canción que sonaba era algo rápida.

Abrí los ojos de golpe y me levanté siguiendo el sonido. La persona que tocaba parecía saber muy bien lo que hacía, sonaba demasiado armonioso.

El sonido era cada vez más fuerte cuando llegué a un salón, sin detenerme a pensarlo dos veces abrí la puerta quedando a unos metros de un enorme piano de cola.

Ahí lo miré, sentado en el banquito del piano, moviendo los dedos con gracia y rapidez.

Sus ojos estaban entrecerrados, sus labios delgados estaban un poco separados mientras el chico suspiraba y sus cejas delgadas se juntaban para darle un aire más concentrado.

Tenía un precioso perfil, todo su rostro era finamente masculino. Me quedé quieto, congelado, solo podía verle tocar.

—Sleepwalking* —dije con voz aguda arruinando el ambiente. Él abrió los ojos pero no dejó de tocar.

—Sí —respondió segundos después. Su voz era gruesa y profunda pero al mismo tiempo demasiado aterciopelada.

Volví a quedarme quieto mientras él terminaba de tocar la canción. Cuando lo hizo volteó a verme mostrando así sus ojos color olivo.

—Tocas muy bien —dije cuando el contacto visual me pareció incómodo.

—Gracias —dijo fríamente—. Tú tienes buenos gustos a pesar de ser un mocoso.

Sonreí suponiendo que eso era un halago, pero me costó un poco de trabajo mantener la sonrisa cuando lo vi levantarse del banquito e ir hacia mí.

El hombre extendió su brazo y yo estreché su mano con la mía casi de inmediato haciéndolo gruñir silenciosamente.

Su mano era caliente en comparación con la mía que parecía estar hecha de hielo. Él pareció darse cuenta, sin embargo no dijo nada y apretó más mi mano, como si quisiera transmitirme su calor.

—Soy Levi Ackerman —dijo con ese aspecto serio, me pregunté si así era con todos o solo conmigo, el mocoso que escucha Bring Me The Horizon* y que además interrumpió su pieza musical.

—Yo soy Eren Jaeger —respondí con nerviosismo soltando su mano delicadamente…


Fin del capítulo.

N/A: Sé que fue muy corto pero solo porque es la introducción, los demás capítulos serán, obviamente, más largos.

Una cosa, al final de cada capítulo pondré un playlist que serán las canciones que se aparecen en el fic. En este capítulo solo añadiré las canciones que se mencionaron, en los siguientes capítulos las canciones serán en las que me inspiré para escribir.

Indie, Metalcore* Géneros musicales completamente distintos. El término indie es usado para referirse a un sonido nuevo presentado por un músico. El metalcore es un género de fusión musical que incorpora elementos del hardcore punk con otros del heavy metal.

Muse* Es una banda británica de rock.

Sleepwalking* Es una canción del grupo Bring me the Horizon, del álbum Sempiternal.

Bring me the Horizon* Es otra banda británica, tocan rock alternativo y metalcore.

Playlist:

Sleepwalking — Bring me the Horizon (Michael Campa piano cover).


¿Review?