Vivir Sin ti

Capitulo 1

Despierto con un terrible dolor de cabeza. Todo me da vueltas y la luz del sol me destroza las pupilas ¿Por qué siendo Nueva York una ciudad tan nublada tuvo que amanecer hoy tan soleada? De mala gana me doy un baño, me pongo mi camisa negra y pantalón gris con corbata azul , ella me la había regalado la navidad pasada…

Poco tiempo después, llego como puedo al hospital New York- Presbyterian, mi amiga, la máquina de café de la entrada, me ayuda a sobrevivir el camino del elevador, me encuentro a mi amigo Andrew al entrar, ¡Rayos!

- Llegas tarde, Shields.

- Lo lamento, mamá- le respondo a mi amigo de la peor forma y en el fondo me arrepiento, no es su culpa.

- Debo advertirte que tu primo te está buscando por todo el hospital.

-¡Rayos! justo cuando creí que las cosas no podían ir peor.

- No se ve muy contento.

- Entonces creo que terminaré de arruinar su día.

- Amigo… ¿de verdad estas bien?

- De maravilla, Hansford. ¿Por qué no iba a estarlo?

- Claro…como tu digas. Te veré después.

Me siento ligeramente mal por mi amigo, pero no estoy de humor para nada y tampoco lo estoy cuando me paro ante Zafiro Black diez minutos después.

-¿Estás demente, Darien? Llegas tres horas tarde, tenías una cirugía a las ocho, tuve que enviar a Kou a suplirte

- Perdón, mamá. Me quedé dormido.

- Darien, no estás bien.

- Estoy bien, solo…ayer me desvelé.

-Todos los días es lo mismo. Hace dos días tuvieron que sacarte a rastras de Clarck´s , has llegado con aliento alcohólico varios días, no puedes seguir así.

-Demándame o despídeme. Ahora si no te importa…

- Me importa, eres mi primo. Así que haré algo.

-¡Claro que no! Tú no puedes…-intento reclamar, pero veo a mi primo escribir algo en una tarjeta y dármela con la mayor seriedad.

-Debes estar allí a las tres. Sabré si no vas.

-No iré. No necesitas pedir informes-me resisto sin tomarla.

- Si no vas…notificaré a la tía Gea de todos estos incidentes…sería una pena que tuviera que arruinar sus vacaciones en Francia para venir a corregir a su hijo… ¿no lo crees?-¡Maldito miserable! Usando a mi madre como chantaje- eso pensé. No te atrevas a tocar a ningún paciente hasta que te pongas algo para cortar esa resaca, puedo oler el alcohol desde aquí-acaba Zafiro caminando hacia mí y poniendo en el bolso de mi camisa el maldito papel.

-¡Vete al diablo!- gruño y camino hasta la puerta.

- Darien…-me llama y yo me detengo- de verdad lamento que todo esto ocurriera, pero a ella no le gustaría verte así.

-No te atrevas a nombrarla- me enojo mirándolo con odio- ¡tú no sabes nada!

Salgo de su oficina y de verdad me siento mal por hablarle de ese modo. Pero no puedo hablar de esto…aun no, duele demasiado. Sobrevivo lo mejor que puedo el resto del día, a las tres de la tarde en al lugar donde me citó el mal nacido de mi primo. No quería ir pero sabía que si no cumplía Zafiro era capaz de llamar a mamá, él no amenazaba en vano, era hombre de palabra. Lo primero que encuentro al llegar es a una mujer castaña sentada en un escritorio hablando ante un grupo de gente.

-Bien, chicos. Es agradable saber que todos están aquí ¡una semana más que estamos completos!- habla la castaña. Todos aplauden y sonríen haciendo gran escándalo, como si estar ahí fuera una gran odisea.

La puerta se abre y me muestra, ellos me miran con recelo, pero la castaña sonríe.

-Bienvenido, señor Shields. Chicos, les presento a Darien Shields, él se une a nosotros a partir de hoy. Señor Shields, ¿desea decir algo?

-Solo finjan que no estoy aquí. - digo mientras me siento malhumorado en un rincón del salón.

-Yo tengo algo que decir- dice una chica de no más de trece años, cabello negro y ojos amatista- quiero contarles que hoy me dieron de alta del hospital ¡no más agujas!

-¡Felicidades, Hotaru!- dice la joven y todos celebran, parecen ser muy optimistas.

- Gracias, por fin podré comer algo de comida con sabor en casa , mi cama también es mucho más cómoda que las del hospital-La chica se sentó entre felicitaciones, otra más de cabello turquesa se puso de pie.

-Yo pude retener todo mi desayuno. Tenía semanas enteras deseando comer unas fresas, hoy por fin pude-explica como si fuese la gran hazaña. Una más, de largos cabellos rubios se pone de pie

-Yo bajé un par de kilos ¿no luzco genial?- añade ante las exclamaciones de felicitación, muy bien, es bastante, me pongo de pie, esto es demasiado estúpido, para poder estar aquí.

- Dr. Shields ¿nos contará algo?-pregunta la castaña que parece dirigir a aquel ato de locos.

- Si. Es genial que la niñita vaya por fin a su casa, que la modelo lograra comer y que la rubia bajara de peso. Mi día fue terrible y se terminó mi café, tuve que comprar uno de la máquina del hospital que es horroroso, también estuve a dos pasos de ser despedido, me obligaron a venir aquí y tengo resaca. Así que me largo, sigan teniendo buen día.

-Así que se va el imbécil.- dice una voz femenina a mis espaldas, yo me giro indignado. Una hermosa muchacha de ojos amatista y cabellos negros me mira desafiante, yo casi me desmayo al verla ponerse de pie, un corto vestido negro con medias obscuras y botines visten a la chica que luce tan hermosa como enojada y vaya que está enojada.

-Rei…no es necesario- se llama Rei…

-¿No es necesario? Este idiota minimiza a todos en este salón ¿y no es necesario?

-Estamos bien…-susurra la jovencita adolescente- lo entendemos…

- Lo lamento, mejor me voy. Hoy no estoy de humor para ser optimista luego de este idiota- gruñe la muchacha mientras se pone su abrigo rojo que le queda de muerte y me empuja al salir- ¡Idiota!-Últimamente muchos me llaman idiota, pero la forma en la que ella lo hace…es diferente. Me hiere.

Todo es demasiado incomodo y me retiro en silencio. Me topo en la salida con la linda muchacha. Está enviando unos mensajes por su celular y me mira molesta, así que se gira para ignorarme.

- Te dejo Otou San….Un idiota acaba de llegar. Iré a casa más tarde.

- Señorita…quiero disculparme…

-¿Por ser un idiota? Descuide…a algunos les pasa de nacimiento- Ella sigue su camino hasta donde toma una bicicleta roja, apenas logro detenerla

- Disculpe, Soy Darien Shields

- Escuché su nombre allá adentro, no se esfuerce en repetirlo, en realidad no me importa- añade cortante.

-Es importante, un nombre siempre lo es, el de usted es Rei. Rei…yo…quiero disculparme, fui un idiota, pero…no he tenido un buen día, ni una buena semana…mucho menos un buen año, yo…

- Escuche. Quizás quiera que diga "oh, pobre hombre" pero no me interesa.

-¡Mi novia murió en un accidente el año pasado!- consigo externar, ella no se ve dolida ni preocupada, ni nada en absoluto. No se inmuta, me mira con esos glaciales ojos amatista y me mide de arriba abajo.

-Su novia murió el año pasado…¡Que triste! lamento escucharlo, todos morimos alguna vez, eso es difícil, pero ¿sabe algo? todas las personas que estaban en ese salón tienen muchos motivos tan válidos y difíciles como el suyo y nada le da derecho a ser grosero, arrogante y déspota por sentir que su problema es más fuerte o más importante que el de ellos. Usted tiene que lidiar con la muerte de su novia y lamento escucharlo, pero ¿sabe algo? La lastima no es algo muy común en mi. Además, con la lástima que siente por usted mismo es suficiente… y ni eso ni nada lo disculpa por lo que hizo allí dentro, así que, siga auto-compadeciéndose y siga siendo un imbécil , pero por favor no regrese aquí a mostrar delante de todos su miserable estado anímico y deplorable educación.

Ella se aleja en silencio sobre su bicicleta. Las palabras que me dice me hieren más que cualquier golpe, no sé por qué, pero cuándo pensé que las cosas no podrían doler más, encuentran un nuevo nivel de dolor…

-Gran trabajo, Shields- me regaña mi primo al día siguiente de mi fatídico encuentro con esa chica de ojos amatista.

-He llegado temprano, si te das cuenta tampoco he bebido- me defiendo cuando estoy en oficina de mi serio primo.

-¿Qué fue eso de ayer en el grupo de autoayuda?

-¿Te dijeron?

-¡Claro que me dijeron! la tanatóloga me llamó enfurecida.

-¿Por qué me mandaste a ese grupo, Zaf? Es un grupo de gente moribunda, patética y miserable.

-Porque no he conocido a nadie más muerto en vida que tú, primo…Escucha, sé que te duele lo de Serena, pero ya ha pasado un año y la vida sigue…

-Es fácil para ti decirlo. Esmeralda está contigo-respondo con tono frustrado.

-Eso no tiene nada que ver, sabes que soy tu familia y nos duele verte así.

-Quizás solo deberías dejarme morir…

-No. No voy a hacerlo.

-No me voy a sentir mejor conviviendo con moribundos, Zaf.

-Vamos a hacer algo. Tú irás por un mes a las juntas del grupo de autoayuda, harás todo lo que hacen los demás, participarás… si en un mes no ha cambiado algo en ti…me rendiré, harás lo que tú quieras, tomar cianuro si deseas, y no intervendré.

- Bien… ¿me das tu palabra?

- Sí- responde lacónico, como siempre, pero sé que en Zafiro todo siempre es recto y firme.

Sonrío y sello el trato con mi primo. Normalmente no cedería ante nadie sobre mi vida, pero sé que a Zafiro le importo, somos como hermanos y voy a hacerle caso, al menos para demostrarle que está equivocado.

Trabajé el resto del día con normalidad, por primera vez en mucho, mucho tiempo, no tuve ningún problema para sobrevivir el día, incluso tomé un mal café y no me quejo de él. Fiel a mi palabra volví al lugar ese, cargando dos cajas de pizza dentro de una bolsa negra.

-Bienvenido, Señor Shields…- me dice la castaña con algo de recelo cuando llego por la tarde al grupo de ayuda.

-Yo…quiero disculparme por mi comportamiento de ayer- cuento cuando entro al salón, todos me miran con duda, mis ojos escanean el entorno hostil y noto enseguida que la pelinegra de ayer me mira con coraje evidente- tuve un pésimo día y…

-Señor Shields…

-Darien. - corrijo a la castaña.

-Bien, Darien. No sé si le explicaron sobre nuestro grupo, es un grupo de tanatología. Las cosas malas las conocemos de sobra, así que nos concentramos en las buenas. Venimos aquí después de un largo día de quimioterapias, de medicaciones, de luchar contra todo y contamos lo mejor que nos ha pasado. ¿Cree que pueda hacer eso?- ¿Puedo? En verdad no sé, pero como en automático, asiento. La castaña me invita con un gesto de su mano a que tome la palabra, bien, todo sea porque Zafiro deje de ser mi nana.

-Hoy…-inicio ys e me corta la voz- hoy logré salvar a un herido de bala, anoche fue el primer día que conseguí no beber una copa en un año…

-Ese es un gran avance, Darien- dice conforme la castaña.

-Y de camino a aquí compré pizza para todos- digo exponiendo las cajas que llevaba, dejándolas sobre la mesa de al lado, e intentando que esa acción convenza a todos de perdonarme.

-Sería genial si no fuera porque la mayoría de los que están aquí no pueden comer grasa- interrumpe la joven de ojos amatista y largo cabello negro, creo que a "Rei" no la he convencido.

-¡Al diablo la dieta!- interrumpe la jovencita de corta melena, que se pone de pie y toma una rebanada de pizza- tenía meses que no comía una de estas…sabe a gloria.

-No pasará nada si probamos todos, ¿no?- se emociona la de cabello turquesa que se une a la joven. De repente todo el grupo está sobre la caja de pizza comentando y bromeando, la de ojos amatista sigue en su lugar mirándome poco convencida. No puedo evitar acercarme a ella.

-Rei, quiero disculparme por…todo lo de ayer- le digo a la joven mientras me acerco a su lado, sigue mirándome como si quisiera matarme.

- Disculpa aceptada- me dice mientras se pone de pie y camina hacia la puerta- Chicos, un placer verlos, me voy a casa, disfruten la pizza- Todos presentan quejas pero no pueden detenerla. Yo no lo intento, pero la sigo hasta el pasillo de la salida.

-Rei- la llamo, ella no se detiene- Rei ¿quieres detenerte?

-No.

-¿Por qué me odias tanto?- le reclamo mientras sigo caminando para alcanzarla, es rápida.

-¿Quieres saber por qué?- se enoja- todos aquí tienen que luchar todos los días para sobrevivir un día más ¿tú necesitas un motivo para desear vivir? Qué valiente. No me gusta la gente como tú, que cree que es el centro del universo y que solo sus problemas y sus penas son importantes, menos aún si eres injusto con el resto del mundo que no tiene por qué soportar tus depresiones-Caminamos hasta la puerta, no me había dado cuenta pero la chica ahora luce un pantalón rojo con una blusa negra de encaje, hay algo que le hace ver como una diosa, quizás la maleta negra que la acompaña la hace ver aun más interesante.

-¿Quieres al menos conocerme para emitir una opinión?-le digo molesto, no sé si por lo que dijo de mí o porque me estaba distrayendo mirándola.

-No me interesa, gracias por tu oferta. Tengo personas más interesantes que conocer. Ella se gira y sin más se aleja de mí, no he de dejarla que se vaya así, no esta vez, así que corro para alcanzarla hasta la calle.

- En Nueva York el acoso es un delito ¿lo sabes?- me dice mientras camina, qué suerte que hoy no traiga su bicicleta.

-Soy libre de caminar por donde me plazca, casualmente vas para el mismo sitio que yo.

- ¿De verdad?

- Si.- le digo sonriente, ella me pone mala cara, pero sigue su camino, Central Park es su destino porque hacia allá caminamos ambos.

-¿No piensas irte?- me interroga mientras saca su cámara fotográfica profesional, yo me tiro en el primer arbusto que me encuentro.

- No. Me place tomar el sol- respondo mientras tira su maleta junto a mí. Para mi suerte tiene una placa de identificación "Reiko Hino"…así que ese es su nombre completo.

-Como quieras…solo no estorbes-es su respuesta plana y algo violenta. Es un hecho, luego de mucho tiempo, estaba deliberadamente cruzándome en el camino de una mujer, en verdad no entiendo qué me atrae tanto de esta chica. Es muy diferente a todas las mujeres que he conocido, es diferente a todo lo que he amado y sobre todas las cosas, es diferente a "ella" A Serena…

Sin darme cuenta tengo la vista clavada en ella, fotografía todo a su paso, niños jugando, árboles, perros paseando ¿qué le llama tanto la atención? No lo sé, quién será, qué hará, qué le gustará, que detestará, quienes serán sus amigos…de repente parece que quisiera saberlo todo de ella, y de pronto la veo…la veo sonreír ante una pequeña niña que se acerca a ella a ofrecerle un caramelo, tiene la sonrisa más hermosa del mundo. De repente gira su rostro y me descubre mirándola. Un sonrojo de mi parte y ella levanta su ceja izquierda, caminando hacia mí con el caramelo.

-¿Qué tanto miras, tonto?- refunfuña con un tono que no suena del todo hiriente.

- Tengo hambre ¿comerías conmigo?-lanzo de la nada, hasta parece que esas palabras no salieron de mi boca…¿Estaba invitando a una chica a comer? ¿Yo?

-¿Por qué habría de perder mi tiempo comiendo contigo?- se burla ella.

-Soy una compañía agradable.

- Lo dudo- sonríe y su celular suena- ¿sí? voy para allá, espera por mi… ¿de verdad mueres por verme? Claro…yo igual, te veré en diez minutos-habla con una sonrisa bailando en sus labios, espero a que me diga algo pero solo se acerca a mí para tomar su maleta y poner dentro la cámara-debo irme, Shields. Te veré después en la junta del grupo…o quizás no- me dice con el mayor desinterés.

-¿Puedo llevarte?

-No. Deseo ir por mi cuenta, gracias, además me gusta caminar-asegura y se va de prisa, sin decir adiós, sin mirarme siquiera, y yo la veo perderse en la nada. Algo dentro de mí me grita que la alcance, mi lógica me dice que debo parar esta escena surrealista e ir a casa. No estaba actuando dentro de mis estándares de comportamiento, yo no invitaba chicas a comer, yo no me ofrecía a llevarlas, yo no me les quedaba mirando, ni las seguía aunque me corrieran, yo no era así…¡Demonios!

En mi departamento intento estudiar algo, pero no puedo y termino encendiendo mi computadora portátil para investigar algo sobre Reiko Hino. En este tiempo, es posible encontrar datos de todo mundo en la red, así que entro al buscador y tecleo el nombre. La chica resulta ser hija del Embajador de Japón, Takahashi Hino, un diplomático que ha salido varias veces en el Times. El hombre tiene una esposa preciosa y habla de su única hija Reiko Hino pero ella no aparece en ninguna foto por lo que me decido a investigar más.

Reiko es sorprendente, encuentro un par de revistas y anuncios donde aparece ella, algunos desfiles de moda, pero nada en el último año, de verdad luce preciosa como modelo, aunque no podría verse más hermosa que esta tarde con su cámara fotográfica.

Paso el resto de la tarde acosando cibernéticamente a la bella señorita Hino, creo que me he obsesionado con esta mujer, pude haber continuado investigando sobre ella, pero alguien toca a mi puerta como si el mundo fuer a acabarse.

- ¡Andrew!

- Vine a visitarte ¿por qué tienes esa cara de "me has sorprendido"?

- Por nada- refunfuño

-¿Estabas viendo pornografía?- me interroga el inoportuno rubio examinando el televisor y luego mi computadora.

-¡Aléjate de allí! ¡No te importa!-intento detenerlo pero es tarde.

-¡Oh! ya veo…es peor que pornografía… ¡SHIELDS! ¿Estás acosando a una chica?-lanza burlón.

-No estoy acosando a nadie, es una chica que conocí en el grupo de autoayuda… somos amigos.

-Así que ella te hizo regresar a tu segunda sesión y con diferente actitud ¿eh? Ya s me hacía raro de ti.

-¿Zafiro te contó?

-No, Zaf no. Makoto, Tu terapeuta-lanza con normalidad, pero yo me he quedado de piedra.

-¿ella? ¿Tú y ella?

-¿Quién crees que le pasó el contacto a tu primo del grupo?

-Hansford…¿te acuestas con mi terapeuta?-lanzo algo impresionado.

-¡Hey, hey, hey! Más respeto, Shields. Si…me acuesto con ella, pero si… también tenemos una relación ¿sabes? Llevamos un mes saliendo-asegura mi amigo.

-¿Un mes? ¿Y no me habías hablado de ella?-me asombro del record de Andrew, que cambiaba de chica como de calcetines.

-¿Cómo iba a hablarte de algo si te la pasabas alcoholizado? Además parecía que no te importaban mis cosas, todo el tiempo de malas, perdido en tu depresión, tratando a todos como basura…

-No ha sido fácil convivir conmigo, ¿verdad?

-Amigo…ha sido un año difícil para todos…los que te conocemos entendemos, pero honestamente, no iba a hablarte de que me estaba enamorando cuando sabía por lo que pasabas-asegura Andrew poniendo su mano n mi hombro.

-Lamento haber sido tan idiota.

-No digas eso, no la pasaste fácil…

-Ustedes tampoco. He sido un idiota, he hecho pasar los peores ratos de su vida a la gente que me quiere, y no era necesario…

-Bueno… la verdad sí, no fue fácil, menos sacarte de los separos.

-¿sacarme de los separos?-cuestiono recordando entre sueños la escena. Debía estar muy tomado para no tenerlo claro.

-Al final me hice amigo de los policías, me daban descuento por semana- sonríe resignado el rubio

- Gracias, amigo, pero…la verdad es que no quiero volverles a hacer pasar un mal momento por mi culpa, no tengo derecho a arruinar sus vidas ni las de nadie por mi estado depresivo.

-Somos tu familia y no la estabas pasando bien, pero de verdad me alegro que tengas esa actitud, el más perjudicado eras tú mismo, créeme, no te dejabas ayudar.

-Lo sé, pero digamos que alguien me ayudó a dejar de sentir lástima por mí.

-¿En serio? Preséntame a esa persona, le invitaré un par de tragos de agradecimiento, logró lo que nadie.

-No me parece que sea viable, ceo que a esa persona no le caigo muy bien.

-Entonces tienes una nueva misión-sonríe mi amigo.

-¿Quieres una cerveza?-le invito.
-No, hoy no. Solo quería asegurarme de que mi amigo fuera esa persona que me contaron que compró pizza para una decena de personas que no conoce.

-No puedo creer que Makoto y tu…

-Cuida de nuestro secreto.

- No diré nada. Pero me contarás la historia ¿de acuerdo?

-El fin de semana, quizás, amigo. Hoy tengo prisa, justo voy a cenar con ella, nos vemos, y de verdad, me alegra que haya regresado el Darien que conozco-palmea mi brazo Andrew, y se aleja; yo me quedo a solas con una sonrisa de tonto, recordando las palabras de mi amigo sobre mi MISIÓN y los ojos amatista de Rei, pero de repente me topo con "la foto" Serena y yo en una fiesta de su escuela, ella luce sonriente y yo feliz, las cosas eran simples en aquel entonces, yo creía que tenía mi vida planeada, luego el accidente, luego nada…

- Dios…qué estoy haciendo…-froto desesperado mi cabello, sintiéndome terriblemente mal de estar haciendo todo esto, cuando casi acabo de perderla.

Me voy a mi habitación e intento dormir, las peores pesadillas me aquejan, el sueño de Serena reclamándome el intentar olvidarla y de esa misteriosa mujer que me arranca la lógica y tira al diablo toda mi defensa, me acosan toda la noche. ¿Qué tiene Rei Hino que me vuelve loco y me arranca las dudas? No… no debo, juré amarla por siempre…

Cuando amanece intento ir a trabajar y consigo llegar a tiempo pero mi día no va muy bien, la culpa me aqueja y me esfuerzo por no ir al grupo de autoayuda, casi lo logro pero al final me decido, era tonto huir, y estaba el peligro de que se enterara Zafiro, así que, arrepentido, me lanzo hacia allá pero llego tarde, casi al punto de terminar.

-Lamento llegar tarde- me excuso, pero estoy bastante apenado, la castaña me mira asombrada y Rei, apenas y me mira, está al frente con una exposición de fotografías del día de ayer ¡demonios, me la he perdido!

-No te preocupes, agradecemos que llegaras- dice la castaña-pero ya nos vamos, es una pena porque seguramente te hubiera gustado ver la exposición de Rei, Darien. Fue fantástica-comenta ella.

- Lo…lamento- digo sintiéndome verdaderamente culpable.

-Bien, creo que es todo por hoy, chicos. Rei, gracias por hacernos esta bella presentación.

-Fue un honor. Chicos, los dejo, debo llevar todo esto a casa-responde la pelinegra.

-Rei, si esperas un poco, Haruka puede llevarte, vendrá en un momento- dice la de cabello turquesa.

-No, gracias, Michi. Lo tengo resuelto ya-responde ella con amabilidad que conmigo jamás había usado.

-Te llamo Más tarde, Mako-chan. Buen día a todos-se despide. La pelinegra toma su lona gigantesca y me empuja para salir, yo ignoro a todo el grupo y salgo detrás de ella, atraído por su magnetismo.

-¡Espera!- la llamo- Rei, te ayudo.

-No necesito tu ayuda ni la de nadie- me dice ¿dolida? No…dudo que algo pueda lastimar a esta mujer de Hierro.

-Oye, de verdad lamento no haber llegado…yo…

-¡Reiko!- escucho una voz masculina nombrarla, algo dentro de mí se enciende molesto al notar al hombre alto y de traje oscuro que se acerca a ella.

-¡Damon!- sonríe ella- Has venido.

-Me alegró que llamaras, sé que tenía prohibido entrar a tu grupo para ver tu presentación, pero definitivamente había de venir por ti ¿quieres ir por algo? ¿Un café?

-¿Qué tal algo de pizza? No tuve tiempo de comer. Estoy hambrienta.

-Hecho, déjame ayudarte con todo eso, mi coche está afuera-asegura el joven elegante, tomando las cosas que trae ella en sus manos.

- Eres adorable- sonríe con dulzura, abrazando al hombre ese ¡Pero qué diablos! ¿No me acababa de decir que ella podía sola con todo? ¿Por qué a mí no me permite ayudarla y sí a este niño de aparador? Yo me quedo en silencio todo el tiempo, hasta que llamo la atención del tipo que la abraza, quien me mira extrañado.

-Oh, disculpa. ¿Eres amigo de Rei?

-Él…es nuevo en el grupo- explica Rei- apenas lo conozco. Darwin… ¿verdad?

- Darien…

-Claro. Adiós, Darien. Damon ¿nos vamos?

-Por supuesto, majestad-asegura con voz servil el individuo. Ella ríe cristalinamente y yo me consumo de celos, ¿celos? ¡Un momento! apenas y la conozco, tardé años para enamorarme de Serena y esta chica me mueve el piso en tan poco tiempo? ¡Qué ilógico!

La pareja se aleja y yo…yo siento que una parte se rompe dentro de mí al verla marcharse ¿por qué es tan doloroso? Después de todo era evidente que ella tuviera a alguien, era hermosa, joven, inteligente, ¿Qué diablos esperaba de todo esto? ¿Una historia de amor de película?...Que imbécil.

Durante la noche no consigo dormir, me siento muy enojado. Ese tipo ¿qué puede verle ella a ese tipo? Es detestable, tiene cara de patán y seguro es uno de esos herederos play boy que viven de su cuerpo ¿cómo puede gustarle alguien así? Si ella es tan independiente y tan autosuficiente, ¿Por qué se porta como damisela en apuros con él?

Paso una noche de perros y apenas me quedo dormido antes del amanecer, sueño con tipos cínicos y con mujeres hermosas de ojos amatista….que se van con esos tipos, hasta que me incorporo furioso y respiro agitado. Enciendo la lámpara del buró y entonces…

- Darien…

- ¿Serena?- pronuncio aun confundido al ver a mi novia sentada al pie de mi cama.

- Luces sorprendido-la verdad es que no es la primera vez que me encuentro a mi difunta novia, pero la mayoría de las veces la he encontrado cuando tengo un par de botellas de alcohol encima luego de su muerte. Anoche no bebí ni una gota de alcohol, supongo. Debo estar medio dormido, de seguro.

-Solo un poco…

-Me preocupas, Darien…

-¿Te preocupo? Llevo un maldito año yéndome al carajo y ¿apenas te preocupo?-respondo a mi alucinación.

-Me ha llamado tu pesar. Desde mi muerte no había notado en ti tanta confusión, tanto dolor…tanta culpa…

-¿De verdad?- Anoche solo pensé en Rei y en su amigo…su maldito amigo.

-Ya ha pasado mucho tiempo ¿no lo crees? Quizás deberías de empezar a olvidar…volver a amar…

-Serena…-digo con dolor, mirando a mi alucinación, quizá estaba soñando que ella decía aquello que justo quería oir.

-Es una chica linda- Me dice sonriente, no veo dolor en su rostro.

-Me odia.

-Entonces déjale conocer al gran hombre del que me enamoré…No es tan fácil no ceder a los encantos de Darien Shields…-dice mi sueño de Serena con su sonrisa dulce.

-No creo estar listo…yo…quizás…

-El corazón tiene sus propios tiempos, sus propios momentos, sus propias razones…

-Serena…

-Quiero volverte a ver feliz…Enamorado…

-No…yo…te prometí algo y quiero cumplirlo.

-No tengas miedo a vivir…Te amo- me dice ella mientras me besa en la mejilla y se desvanece…

- Serena…-susurro yo antes de quedarme dormido de nuevo, y curiosamente, ahora si puedo dormir.

Departamento de la familia Hino:

Me despierto por la luz del sol y me doy un baño, jamás me ha agradado la posición de Otou- San, pero no puedo quejarme de la vista de nuestro hogar en Nueva York, de verdad es fantástica la vista de central Park desde aquí. Tomo un baño y celebro haber amanecido de tan buen humor.

En mi habitación me termino de arreglar cuando Oka San aparece con una charola que contiene mi desayuno.

-Buenos días, hija.

-Oka- San…no debiste molestarte-le digo al verla.

-Sé que saldrás corriendo en cuanto termines de estar lista. Prefiero asegurarme de que comas tu desayuno y te preparé unas galletas de manzana y avena para que comas en el camino.

-Lucen deliciosas. ¿Saldrás hoy?

-Sí, querida. Tengo un desayuno con algunas mujeres por obras de beneficencia ¿quieres venir conmigo?

-Suena interesantísimo, Oka- San… pero…debo revelar unas fotografías…

-¿quieres que el chofer te lleve?

-Gracias…pero prefiero usar mi bicicleta…

- Reiko…eso es preocupante para mí, la ciudad no siempre es segura, hay muchos autos, algo puede pasarte, por favor, hija…permite que James te lleve a donde quieras ir…

-Prefiero hacerlo yo, sabes que me gusta ser independiente…

-Claro… entonces ve. Ten un lindo día, hija…-Beso la mejilla de mi madre y salgo de la habitación y de la casa. El otoño comienza a sentirte y me pongo mi abrigo morado, salgo en mi bicicleta con la maleta de mi cámara y mi bolso, amo pasear en bicicleta, me siento tan libre…como si volara.

En un par de minutos llego a mi estudio en la quinta avenida y me pongo a revelar las fotografías que tomé en Central Park hace un par de días.

En la primera sale ese hombre tan desesperante "Darien" no se dio cuenta pero mientras tomaba una de las fotografías conseguí esconderme para tomarle una instantánea, tiene su lado atractivo, una mirada triste y…¿qué ve con tanta insistencia? …. él…. ¿me ve a mi? Quizás solo está viendo a la nada.

- Nee chan. Te han traído algo- escucho a Hotaru decirme, hoy ha venido conmigo a ver mis fotografías.

-¿Qué es, Hotaru?- digo mientras salgo de la habitación obscura.

-Son lirios casa blanca- me explica fascinada al ver el inmenso ramo que se encuentra en mitad de todo.- ¿no son hermosas?-dice emocionada mi amiguita.
-¿Quién manda esto?-pregunto yo.

-No vas a creerlo…- dice sorprendida extendiéndome la tarjeta, que tomo y leo.

-Darien Shields…

-Creo que lo has impresionado

- "Lamento haber sido tan idiota… ¿cenarías conmigo?"

-¿Qué rayos le pasa?-me exaspero y arrugo la tarjeta.

-¡Nee san! No lo hagas, Te dejó su teléfono-se asusta Hotaru y me arrebata la tarjeta, alizándola con su mano.

-Hotaru, no hagas eso, no tiene caso, ¿Acaso espera que le llame? ¿Pretenderá que también le pague la cena? Bien dicen que los doctores tienen el ego demasiado inflado-respondo con desprecio.

-No digas eso, Nee san, él es demasiado lindo, me hace bien, sus ojos son tristes pero honestos, ¡Anda! di que aceptarás salir con él.

-Mejor vayamos por un helado antes de acompañarte a casa- cambio el tema, creo que me he puesto incómoda, pero si creo que comprándole helado a mi amiguita se iba a ir el tema, me equivoqué.

-Nee san, dime que aceptarás salir con él- insiste Hotaru cuando estamos ante un inmenso helado que bien podría manejar hasta casa.

-Hotaru, no creo que sea buena idea, el tipo tiene demasiados problemas, no necesito más de eso en mi vida ahora, además es pedante, prepotente, grosero, arrogante…¡Todo lo que detesto!

-¿En verdad?-pregunta la delgada adolescente, muy bien, esta chica puede no ser mucho mayor que yo, pero realmente puede llegar a sorprenderme, su nivel de madurez es atemorizante…

- Si, en verdad…-aseguro descolocada.

-¿Sabes lo que yo daría por tener tiempo de complicarme la vida? Moriré. Moriré dentro de poco y no podré tener idea de lo que es "complicarse la vida" Nadie me enviará un ramo de flores tan hermoso como el que te enviaron a ti ni me verá de la forma en la que Darien te ve…

-Hotaru, no digas eso, el tiempo….

- El tiempo es relativo, ¿vas a dejar que él decida por ti? No creo que seas de las chicas que permite que nadie decida por ella, Nee san, menos el tiempo…

-¿De dónde sacas todas esas palabras, Hotaru?-digo impresionada.

-Soy un alma vieja. Quizás he muerto y vuelto a nacer más veces de las que puedas imaginarte- yo la miro sorprendida- y leo demasiado…las salas de quimioterapia son aburridas.

-Si algo agradezco de todo este infierno es haberte conocido a ti y a los chicos. No sé cómo podría soportarlo sin ustedes- le confieso pasando mi brazo por su hombro.

-Recuerda, sé positiva "hoy comí un helado inmenso"-dice ella, citando lo que hizo.

-Y nos hicieron descuento- la apoyo repitiendo los mantras de mi castaña amiga- hoy ha sido un día genial, por cierto ¿piensas comerte todo esto?

-Aunque tenga que faltar a la sesión de hoy- asegura solemne la chica tan parecida a mí.

- Entonces voy a ayudarte. No quiero que falte mi hermanita-aseguro, ambas reímos divertidas, a veces…cuando la vida se vuelve tan frágil y cuando la vida es solo un probabilidad, las cosas pueden cambiar su sentido…

New York Presbyterian.

Extrañamente me siento de un humor fantástico. Doy un par de consultas y ayudo un poco en ER, donde nunca sobra la ayuda. Tenía meses que no se me antojaba pararme por aquí, pero es refrescante la lucha por la vida… un momento ¿yo dije eso? ¿Qué me pasa?.

-Para ti- Dice Andrew cuando me entrega una ensalada con arándanos y queso de cabra, es deliciosa, o al menos es lo mejor que puedo comer en un hospital- gracias por la ayuda en emergencias hoy…

-Tenía demasiadas energías como para desaprovecharlas, amigo- le confieso mientras bebo de mi té verde.

-Luces demasiado positivo, como si fueras a tener una cita.

-¿Cita? No…para nada. Después de comer me daré un baño e iré a mi terapia, tengo el tiempo suficiente para llegar temprano.

-¿La verás?.me pregunta con sonrisa emocionada Andrew.

-Dudo que ella pueda faltar a su sesión, así que… nos encontraremos…-añado como si no fuera importante, y mi amigo olfatea.

- Usas tu loción especial…eso es interesante-asegura mi amigo burlón.

-Solo estoy de buen humor, Hansford…-Él lo duda y sonríe pero sé que no me cree del todo. Un par de minutos más y podré volver a verla, Rei… ¿qué me ha hecho?

-Doctor Shields, tenemos un caso en urgencias que…debería de ver-me dice uno de los internos.

-No, no, Sam. Él debe ir a una cita. No podemos interrumpirlo, puedo hacerlo yo.

-Es un caso extremo, Doctor Hansford. Un paciente ha llegado con una varilla que le atraviesa la cabeza, sigue vivo…y consciente. Creo que es un caso para el doctor Shields…

-Iré con ustedes.

-Amigo, eso quizás sea una cirugía, lo más seguro…¡Indudablemente! Deja que alguien más vaya

-No puedo hacerlo, es mi deber, vamos Sam-me levanto junto con el interno dejando a Andrew, y a pesar de ser un médico dedicado a mi vocación de salavr vidas, ruego que no tarde demasiado, pero me equivoco, el caso obviamente necesita cirugía y cuando finalmente termino es de madrugada, estoy sucio cansado y hambriento…pretendía convencer a la linda chica japonesa de ir a cenar conmigo, moría de ganas por saber cómo reaccionaba luego de lo de las flores, pero…¡En fin! tendrá que ser mañana, el deber llama.

Departamento de la familia Hino

Nuestra reunión de hoy fue divertida. Michiru tocó un poco de violín para todos y nos contó la historia de cómo conoció a Haruka, su novia. Fue una historia conmovedora. El hombre demente no apareció. Seguramente se ha terminado su curiosidad por nosotros y no volverá más, lo cual es maravilloso, se notaba que no pertenecía allí, y si no lo veo más se acabarán los cuestionamientos de Hotaru y mi vida ordenada y sencilla regresará a la normalidad.

-Reiko… ¿sigues despierta?- Me dice Oka san cuando se asoma por la ventana, para mi desgracia aun no lo estoy- ¿quieres que te traiga algo de cenar? Casi no comiste nada.

-No tengo hambre, Oka- San.

-Rei…

-¿Quieres ver el helado que comimos Hotaru y yo esta mañana? Era inmenso- le explico mientras le muestro el enorme recipiente en la pantalla de mi celular.

-En verdad lo era, ¿cómo pueden dos chicas tan pequeñas comer algo así?

-Te sorprendería lo adictas que somos al chocolate- digo con autosuficiencia.

-Me preocupó que tuvieras mal apetito, pero luego de ver la foto de su helado…no puedo creer que no les hiciera daño.

-Somos fuertes. ¿Otou San ya ha llegado?

-Aun no, se detuvo un tiempo en la embajada, parece que tiene algo de trabajo.

-Tengo varios días sin verlo.

-Son días difíciles en su trabajo.

-Lo entiendo…

-Reiko… ¿estás bien?

-¡De maravilla, Oka San!…solo estoy agotada, fue un día largo.

-Entonces duerme, hija- me dice con dulzura mi madre- El mundo necesita un respiro de Rei Hino, necesita tomar fuerzas para sobrevivir a este huracán-añade abrazándome con cariño, que correspondo.

-¡Oka San!…no soy tan terrible…

-Jamás dije que lo fueras…te adoro, pequeña-Ella besa mi frente y sale de la habitación. No sé por qué siento una ligera nostalgia al quedarme sola: "mi día fue excelente", comí un inmenso tazón de helado y recibí un inmenso ramo de lirios casablanca…".y él no vino a la reunión " me dice mi subconsciente, ¡Maldito traidor!…

Despierto feliz de saber que es Sábado, hoy es día que Oka San y Otou San están en casa por lo que yo también me quedo aquí, por la tarde seguramente iré con Makoto a algún lugar o quizás ella salga con su nuevo novio, quien sabe…

Salgo de mi habitación aun en pijama, amo mi short corto con mi camisa sin mangas, es ideal para sentirme libre dentro del departamento, hoy no viene ninguna visita a casa y yo puedo ir libremente por ahí para no preocuparme por mi imagen ¿qué habrá preparado Oka San? Al salir, veo a mis padres, ella luce preciosa como siempre y Otou San está sentado en la barra de la cocina con el periódico en mano, se ve tan relajado.

-¡Ohayou Gozaimasu!- saludo en japonés, como me gustaba hacer siempre que estábamos en familia.

-¿Cómo estás, hija?- me interroga el sabio Senador Hino, respondiendo en nuestra lengua materna pero mirándole atento, ¿se habrá percatado de mis ojeras?

-Me costó trabajo salir de la cama, mi cuerpo parece saber que hoy es sábado.

-¿Quieres que te prepare algo especial para el desayuno, Rei?

-Lo que sea está bien, Oka San, muero de hambre-aseguro feliz de tener unos momentos familiares, raros en este hogar.

El golpe de la puerta nos saca de la escena familiar y nos miramos confundidos ¿qué ocurre? ¿Visitas hoy? Intento ir a abrir, pero es Otou San quien va a la puerta y me sorprendo con quién se encuentra detrás de ella.

- Buenos días…

- ¿Tú?- Interrogo sorprendida, el molesto doctor Shields está frente a mí.

-Usted debe ser el Senador Hino, Darien Shields, soy amigo de su hija- se presenta el muy canalla que entra ante la duda de mi padre- Usted debe ser la hermosa Señora Hino, ahora entiendo de dónde ha salido la belleza de Reiko-asegura saludando a mi madre y besando su mano con un tono amable que no me creo para nada.

-Tu amigo es adorable, hija.

-¿Flores?- Interrumpo la perfecta sonrisa del imbécil interrogándolo sobre lo que trae en las manos.

-Hoy no son para ti, traje orquídeas para la bella señora Hino, sé por ti que las ama y quise traerle unas…

-Que chico más lindo- se emociona mi madre- ¿deseas desayunar con nosotros?

-Me encantaría ¿pero no les dijiste nada?- me mira y yo de verdad que no entiendo nada- Le prometí a Reiko que en mi día libre iríamos a dar un paseo y a hacer un día de campo.

-Eso es maravilloso, hija, debiste avisarnos, ¿pero por qué lo haces esperar? Anda, ve a cambiarte.

-Es que yo no…

-Reiko, si no deseas ir a ningún sitio con este joven está bien, él entenderá- dice mi padre con tono serio.

-¿Qué estás diciendo, Takahashi? ella debe salir de aquí, le hará muy bien, además es sábado.

-Si no quieres ir lo mandaré sacar, hija- me ofrece mi padre- no te veo convencida- Conozco a Otou San y es capaz de acusar a este individuo de terrorismo, quizás no me agrade, pero no deseo ver la furia de mi padre en él.

-Iré, es solo que lo había olvidado, estaré lista en un segundo- respondo mientras salgo de la cocina y corro a la habitación. Salgo después de unos minutos con mis pantalones vaqueros y una camisa de franela, afuera luce frío, él espera sentado en la sala y se levanta al verme.

-Estoy lista-digo con normalidad.

- Luces preciosa- me dice embobado, parece de verdad creerlo. No Luce como si mintiera…

-¿Podemos darnos prisa?- pido fingiendo que no lo mataré dentro de unos minutos, no tardamos en despedirnos de mis padres y salir del departamento, cuando finalmente estamos solos, lo golpeo en el brazo.- ¿Acaso estás loco? ¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué vienes así a mi casa?

-Demasiadas preguntas- contesta sonriendo mientras camina hasta su coche, me abre la puerta- ¿podemos hablar de ellas en el camino?

-No iré contigo a ningún lado, solo vine para que mi padre no te asesinara…

-Pues deberás de seguir viendo que no me asesine, nos está observando desde la terraza de tu departamento-¡Demonios! tiene razón, así que uso mi más bella sonrisa y subo al coche, quizás lo mate en el camino…

-¿Cómo averiguaste dónde vivo?

-No hay muchas Reiko Hino en Nueva York y cuando comencé a hacer mi tarea fue fácil descubrir dónde vive el Senador Hino y su familia…

-Eres un acosador, ¿sabías? Y eso es terrible.

-Quizás solo un poco…- Dice autosatisfecho- ¿quieres comer algo? El camino a los Hamptons es largo.

-No saldré contigo de la ciudad- amenazo- Agradece que un no te he matado.

-¿Aun?-duda él.

-Piensa en un lugar no muy lejano y recuerda que debo estar en casa antes del atardecer.

-Pero atardece muy pronto aquí.

-Es una lástima…-digo divertida

-Algo inventaré…-Conduce hasta las orillas de Manhattan, entramos a un lugar bastante feo y lo veo con desconfianza, él me mira divertido, Parece leer mis pensamientos.

-Relájate, no pretendo ninguna de las cosas que pueden estar pasando por tu cabeza.

-No estoy pensando nada- me indigno.

-Me alegro- confiesa relajado mientras aparca el coche en un edificio grafiteado y espantoso, me invita a salir del auto y yo dudo, pero tengo curiosidad. Caminamos hasta un ascensor, me parece extraño que pueda funcionar, pero lo hace y el ascensor llega. Subimos en silencio, me siento terriblemente nerviosa y él parece disfrutarlo.

-Hemos llegado- sonríe mientras se abren las puertas del ascensor, estamos en la azotea del viejo edificio, pero no es para nada feo, de hecho es precioso, es un jardín en medio del desierto de asfalto que es esta ciudad.

-No puedo creerlo…

-¿te gusta?

- No…no tengo palabras- confieso al ver el artístico jardín, incluso hay algunos árboles y una fuente.

-Es un experimento de la familia, se pretende reconstruir este lugar y convertirlo en un edificio verde, uno de mis primos se dedica a esto y la familia lo patrocina, aun falta mucho como puedes ver.

-Me fascina- confieso maravillada y él sonríe aliviado extendiendo un mantel sobre el pasto al pie de un árbol.

-Tengamos un día de campo…

-¿Por qué eres tan insistente, Darien?

-Te sorprendería, pero…has creado un extraño efecto en mi, Rei…- me confiesa mientras saca la comida y me entrega un jugo de naranja- Fuiste como…un ataque de realidad, un fuerte ataque con Electroshocks para hacerme comprender que sigo vivo.

-Que interesante descripción…

- Hablo en serio, Rei.- me dice sincero- Todos me tenían lástima "el chico que perdió a su novia en un accidente de auto" "el chico que es miserable" Y tú…tú no me tuviste lástima ni un solo instante, me dijiste lo que nadie más me quería decir…Gracias.

-Soy experta en decir verdades desnudas, crudas y dolorosas. Cuando quieras…

-Vi tus fotos en internet… tienes un futuro prometedor como modelo -Guardo silencio, no sé cómo responder a ese comentario así que elijo sacar mi cámara fotográfica y tomar algunas fotos de la ciudad y del jardín.

-No puedo creer que un lugar como este exista, sería inadmisible que no tomara unas fotos de este lugar…

-Todas las que quieras.

-Darien…

-¿Si?

-¿Alguien te ha dicho que eres un acosador nato?

-Solo tú, de hecho. Tú me haces hacer cosas que no hubiera imaginado que haría jamás.

-Yo tampoco había ido jamás a un día de campo en un lugar como este, gracias…

-Te traje pizza, vegetariana-aclara él.

-Interesante sorpresa, te la has pasado investigándome ¿no es así?

-Si…leí una que otra revista donde aparecías tú, ser hija del embajador de Japón no debe ser fácil.

-La vida no es fácil, la vida solo "es"-resumo con normalidad.

-Lamento no haber llegado a tu presentación en el grupo de autoayuda…de verdad quería ir

-No es importante para mí, tienes tu vida, tus cosas, no soy alguien que se inmute por esos detalles.

-Lo era para mí. Pero no pude evitar faltar, tuve una cirugía de emergencia, Un pobre hombre tuvo un accidente terrible y tenía que intervenir, si no lo hacía, podría morir.

-¿Y lo salvaste?-pregunto interesada.

-Sí, está ahora fuera de peligro…

-Entonces valió la pena. Arrebatarle una vida a la muerte….

-No creo que eso exista- me confiesa- Creo que quizás conseguimos hacer tratos con la muerte para que esta se apiade y de un poco más de tiempo, al final ella siempre llega.

-Tienes razón…es una buena deducción…al final ella siempre gana.

-Pero podemos convencerla de esperar un poco más- anima él comiendo algo de pizza- creo que te encantará…

- Es deliciosa…

-Rei…sé que quizás no lo merezco, creo que quizás…sea un idiota por pedirlo, pero… ¿crees que podamos comenzar de nuevo? ¿Ser amigos?

-Amigos…-dudo un poco, pero veo sus ojos azules, y creo que en el fondo Hotaru tiene razón: Tristes pero honestos- creo que puedo hacer una excepción y borrarte de mi lista negra…

-¿Paso a la lista blanca?

-No seas tan optimista, quizás a la amarilla.

-De acuerdo, quizás algún día esté en la lista blanca.

-Quizás, aunque…Darien

-¿sí?

-No pidas nada más de mí que una amistad, no puedo ofrecerte otra cosa…ni ahora ni nunca-aseguro terminante, más vale ser también yo honesta y evitarle y evitarme lío.

-¿Eso podría ser negociable?

-No. No aceptar significaría perderlo todo, dejarías de verme para siempre…

-Rei..-dice el evidentemente decepcionado -¿Por qué me pides eso? Creo que debo saberlo antes de aceptar.

-¿Lo tomas o lo dejas?- Él duda, pero acepta resignado.

-De acuerdo…

- Gracias- aseguro, agradecida de no tener que aclararle nada. Es mejor así, aunque ahora no lo entienda.

-¿Quieres ver la puesta de sol conmigo?-lanza de repente.

-Prometiste llevarme a casa antes del atardecer…

-Nos quedaremos a verlo solo si tu quieres, aunque debo confesarte que…la vista desde aquí es divina, podrías tomar fotografías maravillosas.

-Eres un chantajista, Shields….

-Lo sé, pero valdrá la pena…-Termina convenciéndome, el atardecer es precioso y aunque no lo aceptaré ante él, la compañía no es mala. De hecho me siento cómoda a su lado, Darien Shields me hace sentir tranquila y contenta, contenta como no he me sentido en muchos años…

¡Hola!

Dejo aquí un pequeño regalo de Día de muertos para mis lectoras. Sé que juré que no iba a escribir este año por falta de tiempo, pero robando un par de horas de sueño a mi día conseguí crear el primer capítulo, prometo que será una historia corta pero con mucho cariño.

Gracias a Madematona por recordarme la fecha y a mi amiga Leonor de Eboli que me hizo favor de editar esta historia que salió de la nada.