Disclaimer: El universo de Harry Potter pertenece a la maravillosa J.K. Rowling, yo simplemente utilizo los personajes con fines de entretenimiento.

N/A: Esta historia pertenece al grupo de Facebook Harmony (Harry y Hermione), del álbum Ideas Donadas y fue donada por Saphira Bjartskular.

Resumen: Hermione no supera su pánico a las alturas. Es algo que puede más que ella. Harry es un experto en esta materia y en un acto desinteresado, le propone a su amiga darle clases para ayudarla a superar ese problema. En su compañía, Harry descubrirá un nuevo temor: perderla.

En su nota, Saphira Bjartskular deja a la libertad en qué libro/película se encuentra basado el fanfic, así que lo dejaré en el Misterio del Príncipe/Príncipe Mestizo, ya que me molesta demasiado lo frágil que es su amistad ahí.

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—¡Cobarde! —Harry se giró para mirar a dónde gritaba Ron. Miró en la misma dirección, que apuntaba a Hermione, quién estaba por lo menos a cuatro metros lejos de ella.

Era lo mismo desde una semana atrás, cuando Ron empezó a decir que podrían pasar su tiempo en el jardín entrenando para el Quidditch. Como solamente eran ellos cuatro Harry hacía pareja con Hermione contra los hermanos Weasley. Aún desde lejos pudo ver que Hermione ponía los ojos en blanco y esa fue la distracción necesaria que aprovechó Ginny Weasley. Voló a toda la velocidad que pudo y en el camino empujó a Harry. Éste apenas se agarró a su escoba y no quedó muy lejos de donde estaba Hermione, quién le sonreía tímidamente. A lo lejos, Ron gritó victorioso por su hermana.

—Lo lamento, Harry —Hermione frunció el ceño—, sabes que no se me da bien volar una escoba y que tampoco me gustan las alturas.

—Yo lamento no haber callado a Ron y decirle que no te forzara a jugar, pero tres metros de altura son buenos.

—Soy horrible —murmuró.

Harry quiso asentir, pero desistió, ya que eso solamente haría enojar a su amiga o volverla triste; simplemente no conocía las emociones de las mujeres, y sus palabras podrían ofenderla o alegrarla. Así que no dijo nada y a su lado los hermanos se bajaron de sus escobas. Los amigos hicieron lo mismo y las dejaron recargadas sobre la pared.

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Harry miró por todo el jardín buscando a Hermione. Dentro de la casa, Molly estaba dándoles obligaciones a sus hijos sobre ordenar las cosas que sacaban, así como les decía que guardaran la ropa que recién había lavado. Por supuesto que, a pesar de insistir en ayudar, Molly les dijo a sus invitados que eran cosas que sus hijos debían hacer y les dio el permiso de salir al jardín antes de que la noche llegase.

Harry notó que Hermione tenía la mirada pérdida, y se preguntaba si ya se había dado cuenta de lo cerca que estaba de ella. Se acercó haciendo bastante ruido, luego se sentó a su lado y suspiro pesadamente. Hermione suspiró tristemente. Harry pensó en preguntarle que tenía, pero quizás su amiga solamente extrañaba a sus padres. Tras unos minutos de puro silencio, Crookshanks se unió a ellos y se puso en el espacio libre que ellos dos dejaron. Harry extendió las piernas y le dio por tenderse en el piso, usando sus manos como una especie de almohada detrás de su cuello. A su lado, Hermione suspiró de nuevo y se quedó en la misma posición.

—¿Por qué te dan miedo las alturas? —Harry no la miró y se quedó con la vista alzada hacia el cielo—. Recuerdo cuando subimos a Buckbeak, estabas asustada y gritabas, pero en tu grito me pareció escuchar un deje de diversión y emoción.

—Jamás había subido a un hipogrifo que volara a tanta altura —le respondió—. No era ni diversión ni emoción, era puro miedo.

—¿Por qué?

—Prefiero no hablar de eso —murmuró.

—Que injusto —dijo el chico con una leve molestia en su voz—. Yo te cuento todo con lujo de detalles y tú no me quieres contar nada. Tú conoces toda mi vida, pero yo siento que no conozco a mi mejor amiga, más allá de que es la mejor bruja de mi generación.

—Lo vas a encontrar un poco tonto —Hermione se llevó sus brazos a sus piernas y las rodeó, después colocó su cara sobre ellas, murmurando en voz baja.

—Te prometo que no lo haré —Harry la miró para que ella tomara confianza—. Anda, cuéntame.

Hermione no dijo nada por unos minutos, después suspiro resignada e inició a contarle.

—Cuando tenía siete años, yo vi un gatito —Crookshanks bufó y ambos amigos rieron—, estaba atrapado en un árbol y miraba con mucho miedo al suelo, maullaba de desesperación aunque el árbol no era muy grande y tenía varios huecos por los cuales los niños podían subir. Así que me hice la valiente y subí —Guardó silencio por unos segundos, Harry no le retiró la mirada, haciéndose una idea de lo que ocurrió—. Con dificultad me sostenía, llamaba al gato, le hacía señas para que se acercara, pero él se alejaba más de mí. Yo no pesaba mucho para mi edad. Me acerque más y me apoyé en la rama del árbol, sentí la rama temblar, pero no le di importancia, ese viejo árbol había soportado mucho en años atrás, así que volví a llamar al gato, en vano. Cuando subí por completo, la rama del árbol se quebró y yo caí. Sentí muchas emociones negativas en ese momento, duró menos de diez segundos mi caída, pero fue lo suficiente para meterme el susto de por vida. Muy bien, ya puedes iniciar a burlarte.

No pasó desapercibido el tono de amargura con el que ella lo dijo. Así que Harry decidió contarle aquel incidente que ocurrió en casa de los Dursley por culpa de Tía Marge y el tiempo que estuvo arriba de un árbol por el temor que le tenía aquel perro.

—No es tonto ni patético. Es comprensible tu temor. Has sido muy valiente Hermione. Volar encima de Buckbeak, volar arriba de un Thestral a alturas inimaginables, eso no lo hace cualquier persona que tiene fobia a las alturas.

—Es diferente —respondió de inmediato—. Con Buckbeak iba sostenida a ti, además quien recibiría el golpe en caso de caer sería Buckbeak. Y los Thestral… oh Harry. ¿Te haces una idea de lo que fue volar sobre algo invisible? Sentía pavor, miedo, pensaba que en cualquier momento me soltaría y caería, todo se veía tan pequeño…

Harry se rio y contagió esa sonrisa a su amiga. Crookshanks se subió a las piernas extendidas de Harry y éste acarició las orejas del gato, quien ronroneó alegre. Su pensamiento se cortó demasiado rápido, cuando se imaginó a Hermione soltándose del lomo y cayendo a una gran altura, lo cual no le agradó nada.

De nuevo apreció la amistad que ella le ofrecía. No le gustaban las alturas, les tenía miedo y sin embargo se montó sobre aquel Thestral. Luchó a su lado en el Ministerio…

—Hermione, ¿Te gustaría que te impartiera clases de vuelo? Así podrás superar tu miedo a las alturas. Y verás lo grandioso que es volar en una escoba. Volar en general.

—No Harry, no podría. Ya he volado lo suficiente como para querer más —Escuchó la desesperación en su voz.

—Vamos —insistió. No se iba a dejar vencer tan fácilmente, ya era hora de que Hermione disfrutará de más cosas y no sólo de libros—, así podrás callarle la boca a Ron en el próximo verano o en el próximo partido que hagamos aquí. Soy tu amigo, me has ayudado tanto que nunca te he dado una recompensa —Vio que ella iba a protestar, pero no la dejó hablar—. Puedo enseñarte a que no le vuelvas a temer miedo a las alturas.

—No creo…

—Acepta Hermione, si para navidad el miedo no se ha ido, dejaré de insistirte.

Hermione se quedó callada durante los siguientes minutos. Antes de que pudiera darle una respuesta, Molly apareció por la puerta y les gritó que entraran. El sol había desaparecido por completo y ahora las estrellas estaban comenzando a aparecer.

Harry fue el primero en levantarse del suelo, le tendió su mano a Hermione y ella la tomó. Después Harry se agachó de nuevo y tomó a Crookshanks entre sus brazos y caminaron hasta la puerta. Justo antes de entrar, Hermione le hizo detenerse.

—Prométeme que no le dirás a Ron, ni Ginny ni a nadie.

Harry sonrió triunfalmente.

—Te lo prometo.

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N/A II: Voy a centrarme más que nada en las clases y su amistad, así que la historia se basará un poco más en el campo de Quidditch, haré los cambios necesarios en su amistad, ya que les digo que el libro me enoja mucho como se transformo está amistad.

No recuerdo leer alguna referencia el porqué Hermione tiene miedo, sólo sé que es tan valiente que está dispuesta a montarse sobre un Hipogrifo y un Thestral así como un dragón. Las cosas pequeñas se convierten en miedo, que tardan años en superarlas. Yo aún no supero mi miedo a los payasos (¡Gracias Pennywise!) en fin, espero que el inicio de la historia te guste, Saphira.

Y a las demás lectoras… ¿Qué les ha parecido?