Si no les gusta leer, pueden pasar a mi perfil de Youtube, dejo los enlaces en mi perfil de Fanfiction. También ahí les pongo mi Titter, donde avisa cuando pongo un nuevo relato o vídeo, y mi Facebook donde interactuo con más Yuri. Gracias por su apoyo :3
Disclaimer: Los personajes de Futari wa Pretty Cure son propiedad de Toei Animation y yo solo los uso para fines de este fic.
El tiempo de paz al fin había llegado. Todas las batallas que habían tenido hasta ahora, al fin podían dejarlas atrás, y vivir su vida sin preocuparse por salvar al planeta otra vez. Al fin, tendrían tiempo para pensar en ellas mismas, y en hacer su futuro. Nagisa tenía una cosa en mente que quería hacer, algo que debía hacer hacía mucho tiempo. No quería que eso llegase a afectar su tiempo en la escuela, así que esperó al fin de semana, a la salida de la escuela. Le mintió a Honoka, diciéndole que debía hacer unas cosas en otro lugar, pero, se aseguró de regresar antes de que él saliera de la escuela.
Lo esperó, nerviosa, pero sabía que era el mejor momento para decírselo, y no podía esperar más. Finalmente, luego de unos momentos más, salió, aquel chico del que ella siempre estuvo enamorada. Le pidió amablemente que la acompañara, y él, sin comprender bien, pero correspondiendo a su amabilidad, aceptó.
Lo condujo hasta un parque, un lugar en el que estaban solos, y ella se armó de valor para decirle lo que debía decirle hacía mucho tiempo.
- Me gustas, me gustas mucho…
- Lo siento- dijo inmediatamente él-. Ya tengo a alguien que me gusta.
Era demasiado bueno para poderse realizar, pensaba con pesimismo Nagisa, pero, ocultó sus emociones, y se limitó a sonreír, aunque por dentro, deseaba llorar.
Se despidieron casi de inmediato, y se fueron de ese lugar, pero Nagisa no quería regresar a su casa, no se sentía nada bien en ese momento. Sin saber cómo, llegó a la casa de Honoka, y sintió un poco de alivio, ya que sabía que siempre podía confiar en su gran amiga.
Tocó la puerta, y Honoka abrió casi de inmediato (ya se había cambiado el uniforme), y se alegró mucho de ver que era ella quien estaba tras la puerta, pero se preocupó al ver su rostro, que estaba claramente triste. La hizo pasar inmediatamente y preparó un poco de té mientras Nagisa esperaba en su cuarto. Obviamente, al sentirse el uno al otro, Mepple y Mipple saltaron de alegría, haciendo su clásica danza del amor, pero, eso tuvo un efecto un poco aversivo por parte de Nagisa.
- Creo que sería mejor para nosotras hablar solas, ¿te parece?- opinó Honoka, al parecer leyendo la conducta de Nagisa.
Mepple y Mipple entendieron las palabras de Honoka, y salieron de la habitación.
Honoka le dio la taza de té, y se sentó en la silla de su escritorio.
- ¿Qué ha pasado Nagisa? Te ves demasiado decaída.
- Hoy le dije- comenzó Nagisa, ya no podía aguantar mucho, luego de estar en un lugar de confort como era la habitación de su mejor amiga-. Finalmente, después de todo lo que habíamos pasado, finalmente tuve el valor de confesarme, de decirle lo que sentía, pero… él me dijo que le gustaba alguien más…
Nagisa no pudo contenerse más, y comenzó a llorar. Se sentía muy triste por aquel trágico desenlace que había tenido su primera gran confesión.
Honoka prácticamente saltó a su lado, y la abrazó con fuerza.
- Todo está bien, Nagisa… fuiste muy fuerte por haberte confesado… lo hiciste bien…
Nagisa se abrazó de su amiga, con mucha fuerza, y siguió llorando por un rato más. Debía hacerlo, para así, cuando lo volviera a ver, no sintiera tristeza.
Pasó el tiempo, y se hizo de noche, y como ya era muy tarde, Nagisa decidió quedarse ahí, a dormir. Aunque Honoka casi la obligó a terminar su tarea a tiempo, se sentía relajada al pasar más tiempo con su gran amiga.
Ambas chicas se acostaron temprano, y por el cansancio, Nagisa cayo rendida casi inmediatamente, pero, Honoka no podía dormir.
- ¿Qué te pasa Honoka-mipo? –le preguntó Mipple, al ver que ella no podía dormir.
- No es nada Mipple- la tranquilizó Honoka.
Honoka se volteó de lado para ver de frente a Mipple, y sin saberlo, despertó a Nagisa levemente.
- Mepple me ha contado lo que le pasó a Nagisa hoy, ¿estás bien-mipo?
Al oír su nombre, Nagisa reaccionó, e incluso Mepple, pero, ninguno de los dos hizo sonido alguno. Nagisa no se sentía bien al escuchar conversaciones ajenas, pero, al oír las palabras, y el tono de Mepple, pensó que a lo mejor Honoka podría ocultarle algo que le preocupara mucho, y ella quería poder ayudarla.
- Si, no te preocupes, no ha pasado nada malo, ¿verdad?
- Pero, ¿estás bien manteniéndote así-mipo?
Honoka suspiró, y se quedó callada un momento. Nagisa no sabía que pensar, pero, todo aquello se le hacía demasiado sospechoso.
- Pero ella vino a mí a contarme que su primera confesión había fallado- contestó Honoka con la voz quebrada- ¿En verdad estará bien hacer lo mismo?
- "¿A caso hay alguien que le gusta a Honoka?"- pensó Nagisa al escuchar las palabras de su amiga.
- Eso no está bien Honoka-mipo- la regañó Mipple, peor manteniendo baja la voz-. Cuando sientes algo, debes expresarlo, debes dejarlo salir y convertirse en amor-mipo…
-¿Cómo podría hacerlo?- preguntó Honoka, y por su voz, Nagisa dedujo que estaba llorando, y estuvo a punto de apoyarla de la misma manera en la que ella lo había hecho, pero se cayó al oír las siguientes palabras de Honoka- ¿Cómo puedo decirle a ella que me gusta, después de lo que acaba de pasar?
Nagisa y Mepple estuvieron a punto de gritar, pero uno le tapó la boca al otro al mismo tiempo, para evitar ser descubiertos. Nagisa sintió como si se congelara, no podía creer que había escuchado aquello, y se sentía mal por haberlo hecho, y no sabía cómo iba a mostrarle la cara por la mañana que despertaran.
- Deberás hacerlo-mipo- insistió Mipple seria-. Se supone que son amigas, y no deben guardarse nunca ningún secreto. Eso no es nada responsable…
Honoka se quedó en silencio, y después de mucho meditarlo, al parecer, se quedó dormida. Nagisa no pudo dormir ese día, no podía creer lo que acababa de pasar, y peor, la pregunta que sobrevolaba su mente "¿Qué haría ahora que había escuchado aquella confesión?"
