ENSÉÑAME ESTO TAMBIÉN, SENSEI
¿Quién no sabe ya que Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto?
Ep. 1:
Aquel día cumplía 18 años. Ya era una mujer... bueno, casi.
Sakura miró a su alrededor, donde todos se divertían en la fiesta que la Godaime había organizado para ella. Estaban todos sus amigos: Naruto, Sai, Shino, Chouji, Tenten, Rock... y también algunos senseis como Gai y Kakashi. Pero la persona que más le habría gustado ver, por supuesto no estaba allí: Sasuke Uchiha. Ya hacía tiempo que había aceptado que jamás regresaría a Konoha, y casi no pensaba en él. Pero no lograba olvidar lo importante que había sido para ella, ni cuánto le había amado, y le costó mucho despedirse definitivamente de su compañero.
La mirada de Sakura se posó en la pareja de Shino y Ami Uramiya, que se besaban en una esquina creyendo que nadie los veía. Un suspiro brotó de sus labios, envidiando su relación. Su desagradable compañera de la infancia había conseguido romper el duro caparazón de Shino, cosa que ella nunca había logrado con Sasuke, y ahora eran novios. Debía admitirlo, estaba un poco celosa. Ella también quería descubrir las delicias del amor en brazos de un hombre, quería saber cómo era sentirse mujer. Si se lo pedía a Naruto o Lee, estaba segura de que aceptarían encantados el experimentar con ella, pero ellos no la provocaban en absoluto.
Con este pensamiento, los ojos de Sakura se centraron en su sensei, que conversaba con Shizune. Hacía unos meses ella había sospechado que tenían una relación, pero no tardó en saber que ella en realidad salía con Ebisu. Por primera vez en su vida Sakura se había percatado de que Kakashi era un hombre también, no sólo su maestro, y aunque lo de Shizune resultó ser una equivocación suya, la idea quedó fijada en su mente. Y precisamente ese día, en que cumplía 18 años, lo advirtió con más fuerza que nunca.
La chica supuso que a los ojos de él seguía siendo una niña, a juzgar por el osito de peluche que le había regalado, pero ella estaba decidida a mostrarle lo equivocado que estaba.
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Bien pasada la medianoche, la fiesta llegó a su fin y los ninjas invitados se fueron retirando. Sai e Ino fueron de los primeros en desaparecer, pero el resto del Equipo-7 se quedó hasta el final.
- ¡Qué estupenda fiesta, Sakura-chan! - dijo Naruto risueño - Deberías celebrar tu cumpleaños más a menudo.
- Entonces no sería un cumpleaños, baka - contestó ella - Sería un cumplemeses, o un cumplesemanas.
Los tres salieron del local que la Godaime había reservado para esa noche.
- Claro, es cierto - recién parecía darse cuenta de ello - Bueno, en todo caso ha estado genial. ¿Verdad, Kakashi-sensei?
- Sí, muy buena fiesta - él sonrió bajo la máscara - Se nota que la Godaime es una experta en ellas.
Caminaron un rato juntos, charlando sobre misiones y otras cosas, hasta que Naruto se despidió y tomó el camino a su casa. Sakura agradeció interiormente que se marchara, porque así tenía vía libre para hablar con el jounin.
- Dime, ¿todavía parezco una niña, Kakashi-sensei?
- ¿Eh? No, para nada - le pareció una pregunta curiosa - Luces como toda una señorita, Sakura.
- ¿Entonces por qué me has regalado un osito de peluche? Es algo propio de niños pequeños y embarazadas.
- Lo siento, es que lo vi en la tienda y pensé que te gustaría.
- No he dicho que no me guste - replicó la kunoichi médica - Me parece una monada, Kakashi-sensei, sólo digo que no es algo que se suele regalar a una mujer adulta.
- Bueno, tú todavía no lo eras cuando lo compré - sonrió el jounin.
- Pero quiero serlo - insistió Sakura.
- No tengas prisa, algún día lo serás - Kakashi no pillaba por dónde iban los tiros.
Habían llegado al punto donde Kakashi se separaría para dirigirse a su casa y Sakura lo sabía, pero no iba a dejar escapar esa oportunidad sin pelear. Cuando él hizo gesto de ir a despedirse, ella le sujetó de una manga y sin atreverse a mirarle a la cara, intentó aclararle la situación.
- No me has entendido, Kakashi-sensei - su voz temblaba un poco - Lo que he querido decir es que quiero ser una mujer, esta noche. Ahora.
- ¿A qué te refieres con...? - abrió el ojo por la sorpresa al intuir de qué estaba hablando - Sakura, ¿eres consciente de lo que estás diciendo?
- Completamente.
- Pues no lo parece. Más bien diría que algo te ha sentado mal y revuelto el cerebro. Será mejor que vayas a descansar - e intentó soltarse, pero ella le sujetó con firmeza.
- ¡No! Por favor, escúchame - por fin se atrevió a mirarle a la cara, y había un leve tono de súplica en su voz - Sé muy bien lo que estoy diciendo, y también a quién se lo estoy pidiendo, Kakashi-sensei. Yo... sé que no debería hacerlo, ni siquiera pensarlo, pero realmente es lo que quiero.
- Sakura, esta noche no eres tú misma, lo veo más que claro - Kakashi le acarició la cabeza como cuando era pequeña - No voy a enfadarme contigo, no te preocupes. Pero será mejor que lo olvides.
Y se dio la vuelta para marcharse, pero Sakura se le puso delante y le besó rápidamente sobre la máscara. Su gesto ahora era de determinación.
- Si te estoy pidiendo que me hagas mujer, es porque estoy muy segura de lo que hago.
- Sakura, no puede ser - el jounin empezaba a impacientarse, e intentó explicarle la cosa - Escucha, no es porque te considere una niña, sino porque no debemos tener ninguna relación de ese tipo. Dejando aparte que casi te doblo la edad, soy tu maestro y tú mi alumna. Ya sé que eres una mujer hecha y derecha, pero búscate a algún ninja de tu edad para esto.
- Pero yo quiero que seas tú, Kakashi-sensei - una sombra de tristeza se posó en su cara, y su voz se dulcificó - Sé que no es justo que te lo pida a ti, pero realmente lo quiero así. Eres el hombre en quien más confío, el único que nunca me ha herido ni defraudado. Tú, Kakashi-sensei, eres el hombre que más cosas me ha enseñado. Por favor, sé mi maestro también para esto.
Bajo la luz de las farolas, el jounin vio que un leve tono rojo había teñido las mejillas de su alumna, y pudo imaginarse qué difícil tenía que ser para ella el hacerle una petición así. Suspiró profundamente, dándose por vencido.
- De acuerdo, como quieras - rápidamente la cogió en brazos, para sorpresa de ella, y empezó a saltar por los tejados - Si lo que quieres es aprender, Sakura, te enseñaré.
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Llegaron en pocos minutos al apartamento de Kakashi, lugar en el que Sakura nunca había estado, y entraron por la ventana del dormitorio. El jounin la dejó en el suelo, encendió la lamparita de al lado de la cama y bajó la persiana, convirtiendo la habitación en un refugio seguro. Sakura miró alrededor: no había apenas adornos ni objetos personales, sólo instrumental ninja y algunas fotos de grupo. Una de ellas era de Kakashi más joven con sus compañeros y su maestro, el Yondaime; otra era la del Equipo 7, con Sasuke Uchiha. Sin poder evitarlo, la kunoichi acercó la mano en un gesto rápido y la puso boca abajo, apretando los dientes y cerrando los ojos. Kakashi lo advirtió, pero no dijo nada.
- Lo siento - se disculpó Sakura - No es mi habitación, ya sé que no tengo derecho...
- No importa - Kakashi se acercó a ella - Si así te sientes más cómoda, está bien.
Le acarició un mechón de cabello, ella no se movió.
- Sakura, quiero que sepas que si hago esto es únicamente como penitencia personal - ella le miró sin comprender - Desde el principio vi todo el potencial que tenían Naruto y Sasuke como ninjas, y por eso me centré en entrenarles a ellos. Debo admitir que lamento no haberte prestado la atención que merecías...
- No digas eso, Kakashi-sensei - ella sacudió la cabeza - Tú eres un gran maestro, me enseñaste muchas cosas.
- Pero no las suficientes - suspiró él - Por eso he accedido, y es necesario que lo comprendas. Esto es algo que sólo puedo enseñarte a ti, como una especie de entrenamiento, pero en el momento en que quieras que me detenga, dímelo.
- No lo haré - aseguró la chica - Quiero aprenderlo todo. Enséñame, sensei.
A pesar de su determinación, Kakashi notó que temblaba ligeramente.
- Una sola noche no da para aprenderlo todo, Sakura.
- Entonces, esperaré cada noche a que vengas a buscarme.
Él la miró fijamente un momento, reflexionando sobre su respuesta, pero acabó aceptándola.
- Muy bien, como quieras - la levantó en brazos y la sentó en la cama - Empecemos.
Si bien Sakura realmente quería saber lo que se sentía al estar con un hombre, no tenía ni idea de qué hacer o cómo empezar. Bueno, sí lo sabía en teoría, pero al natural la cosa era muy distinta. Seguramente Kakashi se daría cuenta, así que decidió dejarlo todo en sus manos.
- Como eres ninja médico, Sakura, doy por hecho que conoces cómo es el cuerpo humano, tanto masculino como femenino.
- Sí, Kakashi-sensei - asintió, algo sonrojada.
Entonces el jounin se quitó la bandana, dejando al descubierto la cicatriz del Sharingan, y también el chaleco verde del uniforme. Sakura observaba todos sus movimientos, y no protestó cuando las manos de Kakashi se posaron sobre ella y comenzaron a desnudarla a ella también.
- Es un bonito vestido, Sakura.
- Gra-gracias... - su voz tembló ligeramente por los nervios.
Uno a uno, los botones fueron abiertos por los hábiles dedos de Kakashi, hasta que la prenda resbaló de su cuerpo y cayó hasta sus caderas. Él se agachó y tiró con cuidado del borde del vestido, escurriéndolo por las piernas de Sakura hasta quitárselo. La kunoichi quedó en ropa interior pero resistió el impulso de taparse, porque si lo hacía seguramente su maestro opinaría que aún no estaba preparada para el sexo y la dejaría. Kakashi dejó el vestido de Sakura sobre una silla y luego, suavemente, la empujó por los hombros para tumbarla sobre la cama.
- Lo primero, Sakura, son los besos - se sentó él también en el borde de la cama - ¿Te han besado alguna vez?
- Claro que sí, muchas veces - dijo, sincera - Pero no... no de esa manera.
- Entonces, cierra los ojos y no los abras...
