Este es un nuevo intento de fic que acabo de empezar, la verdad no sabia si publicarlo o no ya que no termino de agradarme, como sea lo pondré a prueba, si funciona lo continuo si no quedara como un proyecto inconcluso como tantos otros, pero con todo y eso aquí esta, ah casi lo olvido debo mencionar que es un RenxTamao.

Datos del fic.

Titulo: La Llave Suprema

Resumen: Tamao es una princesa que ha perdido lo más valioso y ya no siente deseos de vivir, en cambio Ren morirá pronto a causa de una maldición, pero antes de que esto suceda hará todo lo posible para que esto no ocurra.

Declaimer: Shaman King pertenece a su respectivo autor esta historia la hice por diversión y nada mas.

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CAPITULO I

Los brillantes reflejos plateados de la luna llena lograban traslucirse sutilmente sobre la tenue piel de la joven de cabellos rosados, resaltando aun mas el blanquecino tono de su tez, tenia una magnifica vista desde la terraza que estaba frente a ella, llevaba mas o menos una hora de pie en aquel sitio, si bien parecía tener la vista fija en el horizonte lo cierto era que su mirada estaba perdida en el infinito de la noche, aquellos ojos fucsia que alguna vez estuvieron llenos de luz ahora se encontraban apagados, sumidos en una inmensa oscuridad desde hacia un mes, cuando su padre falleció.

A partir de entonces se hundió en una súbita depresión que no podía superar, él había sido todo para ella, su mayor inspiración y ejemplo a seguir, fue quien le enseño las cosas importantes de la vida y la instruyo cuidadosamente en algunas artes que estaban destinadas solo a los hombres de esa época.

Lo que su padre realmente trataba de hacer era no dejarla desprotegida en caso de que este llegase a faltar, siempre fue claro en ese punto porque deseaba que pudiera defenderse si es que llegase a sufrir algún tipo de abuso.

Su madre nunca estuvo de acuerdo con ello, por esa razón también se le fueron inculcados los modales y reglas de etique a seguir dada su posición en la familia real,

Ahora todo eso no le parecía otra cosa mas que basura y mucho mas por su actual posición, dentro de si se libraba una batalla interna la cual no estaba tan segura de ganar, todos sus deseos de vivir se esfumaban poco a poco, no sabia con exactitud como es que las cosas llegaron hasta ese extremo, pero es que ahora ya no le quedaba nada.

Una lagrima se asomo en su ensombrecido rostro y rodó suavemente por su mejilla hasta caer directamente en el artefacto que traía entre sus manos, bajo su mirada lentamente mientras sus ojos que ahora estaban cristalinos se encontraron con aquel objeto al que se aferraba fuertemente, ese fue el ultimo obsequio de su padre, por esta razón sentía una fuerte conexión con el.

Fijo su visión nuevamente en el astro plateado que se encontraba frente a ella, contemplándolo de tal manera que pareciese fuera la ultima vez que lo viera… Desde hacia algunos días una idea rondaba sus pensamientos sin dejarla tranquila ni en sus sueños, una idea que conseguiría calmar todos sus sufrimientos y así de una buena vez terminar con su mísera existencia y con el compromiso que muy pronto tendría que afrontar.

Sabia perfectamente que muchas personas contaban con la culminación exitosa de dicho compromiso, el bienestar de todo un pueblo dependía de ello, no es que no se sintiera capaz de poder alcanzarlo y mucho menos de lograrlo, lo que no le acababa de agradar era la idea de compartir su vida con un desconocido del que ni siquiera estaba enamorada y que no sabia si algún día podría llegar a amar.

Siempre imagino pasar el resto de su vida con alguien especial, que la hiciese sentirse segura y protegida al mismo tiempo, un ser tan extraordinario que pudiese despertar en ella los sentimientos mas hermosos y profundos que pudiesen existir, ese ser al que ella correspondería igualmente en todos los aspectos sin dudarlo un segundo…

Mas sin embargo todo lo que imaginaba no era otra cosa que una absurda fantasía, la cruda realidad era muy diferente, ella se casaría dentro de solo unas horas con alguien que si bien no le era indiferente, ella nunca podría sentir otra cosa por él más que afecto y no amor.

Pero no solo era eso, había algo mucho mas profundo que le envenenaba el alma, un sentimiento que jamás imagino tener y que lentamente la estaba consumiendo, sentía un profundo rencor y odio hacía la persona que había terminado con la vida de su amado padre y en parte con la suya porque le quito lo que mas amaba.

Su mirada se torno fría y sin expresión alguna, ya no existía ninguna clase de duda en ella, lo haría ahora o nunca, llevaría a cabo de una buena vez por todas lo que hacia tantos días venia planeando, con un ágil movimiento trepo a la baranda de mármol blanco que rodeaba la terraza, cinco largos pisos se interponían entre ella y el suelo del enorme jardín que se hallaba bajo sus pies descalzos, la suave brisa nocturna hacia hondear su fino camisón de seda blanco el cual estaba adornado con pequeñas incrustaciones de encajes del mismo color, haciendo resaltar sutilmente la figura esbelta y estilizada de la joven.

Solo un paso la separaba de su anhelada libertad, estuvo a punto de hacerlo cuando volvió su mirada nuevamente al objeto que tenia fuertemente oprimido entre sus manos y su pecho, se quedo mirándolo detenidamente durante un rato, haciéndola reflexionar un poco sobre lo que estaba a punto de hacer, pensó detenidamente que antes de terminar con su existencia primero tendría que acabar con la del sujeto que acabo con sus ganas de vivir.

Recapacito unos momentos, realmente seria muy sencillo terminar rápidamente con los obstáculos que se le presentaban ahora, no obstante no era lo correcto y si lo hacia iría en contra de todas los principios y valores que su padre le inculco con tanto esmero, lo que menos quería era terminar defraudándolo, definitivamente el camino mas corto no era el mejor.

Desenfundo el valioso objeto que desde hacia un buen rato cargaba en sus brazos, era una bellísima espada de un acabado magistral, hasta el mas mínimo detalle fue minuciosamente cuidado, haciendo de esta un arma perfecta que sin duda alguna fue forjada por las manos de uno de los mejores maestros armeros de la época.

Levanto el filo de su espada hacia el frente dejando que los rayos de la luna traspasaran la delgada hoja de acero, iluminándola y reflejando pequeños destellos plateados, era un arma magnifica en todos los aspectos, siempre se pregunto porque su padre le habría dado a ella un obsequio como ese.

Aun estaba examinando su arma cuando alguien entro a su habitación sin que esta se diera cuenta.

¡Princesa no!... una joven de largos cabellos color azul celeste exclamo fuertemente desde la entrada de la habitación, el inesperado sobresalto al oír el grito de la recién llegada hizo que casi cayera del balcón.

Esta era una chica de su edad apenas si tenia dieciséis años, su figura y complexión eran muy parecidas a la de ella, traía puesto un vestido de amplio vuelo en la falda aunque algo ajustado de la cintura era de un color azul claro, con un corsé de un tono un mas oscuro como el de la banda que llevaba en su lacia cabellera celeste.

Pilika eres tu… puso una mano en su pecho, podía sentir como su corazón latía fuertemente por la impresión que acababa de recibir… que susto me diste... cuando recobro la compostura un poco se dirigió a la joven que estaba parada a tras de ella... ¿por qué gritas así?

Usted es la que me ha dado el susto a mi... dijo la otra un poco exaltada... ¿qué hace arriba del barandal?... y sobre todo ¿que hace con un arma así en las manos?...

Um... la joven de cabellos rosados volvió su mirada al objeto que aun sostenía en el aire, con la repentina interrupción de su dama de compañía olvido por completo en que posición estaba... b-bien pues… veras... este... el carácter tímido y temeroso de la joven la hacia tartamudear de vez en cuando.

Esta bien princesa, no se apresure a contestar... un hondo suspiro se escucho del otro lado de la terraza, en la habitación de la joven pelirosada, provino de la chica de cabello azul, la cual conocía demasiado bien a su señora, de seguro si le hacia mas preguntas se pondría mucho mas nerviosa de lo que ahora estaba, así que no quiso insistir en ello... ande baje de ahí.

L-lo lamento... la joven se apeno un poco por estar en aquella situación tan embarazosa para ella, guardo nuevamente la espada en su funda y se dispuso a bajar.

Descuide... la joven doncella la miro dulcemente con sus vivaces ojos azules, mientras la princesa bajaba del barandal lentamente... a esta hora ya debería estar dormida… continuo hablándole… recuerde que mañana será su boda con el príncipe Lizerg y debe descansar para eso.

Lo se... su voz se escuchó un tanto desanimada por las palabras de la que no solo era su dama de compañía, sino su amiga también, la joven de cabello rosado momentos después entro en la habitación y tomo asiento en una silla frente a un enorme espejo que complementaba la hermosa decoración de su recamara.

Esta era una enorme habitación de color marfil en las paredes y el piso de mármol, había cuatro pilares de mármol blanco en el centro del aposento entre ellos habían varias divisiones de cortinas de un tono rosa pálido casi blanco, las cuales rodeaban la enorme cama que estaba llena de cojines del mismo color de las cortinas, alrededor de esta había varios sillones situados en lugares estratégicos de la habitación, así como diversas esculturas esparcidas por toda la habitación y jarrones con hermosas flores que le daban un toque distinguido y agradable.

Vamos no se deprima... decía con un tono de voz alegre la joven peliazul, mientras tomaba un cepillo de la mesa que estaba junto al espejo... todo saldrá muy bien ya lo vera, el príncipe es una persona muy amable y seguramente será muy feliz a su lado... trataba de darle algo de ánimos a su princesa, no había vuelto a ver una sonrisa en su rostro desde que ocurrió el accidente que provoco la muerte de su padre.

Tal vez... contesto la chica mientras su joven acompañante cepillaba cuidadosamente la sedosa y larga cabellera rosada que esta poseía...

Pero nunca podré amarlo... murmuro muy bajamente para que su compañera no se diera cuenta de sus palabras, más sin embargo la chica de cabellos azules pudo percatarse muy bien de lo que dijo.

Yo sé que solo soy una humilde moza en este castillo su majestad... comenzó a decir la chica sin quitar su mirada del cabello de la joven princesa... sin embargo por todos lo años que llevo de conocerla y también por el hecho de compartir su valiosa amistad, es que me atrevo a decir esto... su voz se torno muy seria, algo no muy común en ella...

Mi hermano y yo hemos estado al servicio de palacio desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que éramos unos niños…

Después de quedar huérfanos a los cinco años, Pilika y su hermano Horokeu que era dos años mayor que ella, fueron a vivir al palacio , esto fue a raíz de la aniquilación de su pequeña aldea, la cual fue arrasada por una mortal epidemia que azoto la zona hacia unos años, ellos fueron los únicos sobrevivientes, el rey que era conocido por su extensa bondad les dio alojamiento en el castillo, los trato como si estos fueran sus propios hijos y de esta forma se criaron junto a la pequeña hija del rey llegándose a ver como verdaderos hermanos.

Por eso mismo es que le tenemos mucho aprecio y cariño a toda su familia… prosiguió con su explicación la joven peiliazul… pero en especial a usted que la conocemos mejor que cualquier persona en este castillo y por esta misma razón es que me aventuro a hablar en el nombre de mi hermano también... la joven de cabellos rosados escuchaba atenta las palabras de la que sin duda era su mejor amiga.

Últimamente hemos notado como su carácter ha cambiado un poco y la verdad es que estamos muy preocupados por usted...

¿Preocupados?... sus hermosos ojos fucsia se abrieron un poco al escuchar lo que su amiga le decía... Pilika yo nunca quise...

Lo se, y no le estoy reprochando nada... se apresuro a decir la joven peliazul, tampoco quería hacerla sentir culpable... lo que trato de decir es que si siente que su felicidad no esta al lado del príncipe Lizerg no debería casarse con él.

Gracias por preocuparte... sonrió débilmente… pero tu mejor que nadie sabes que eso es imposible mi boda fue pactada desde hace mucho tiempo… hablaba en un tono serio mientras que su mirada volvía a quedar hundida entre las sombras…

Además después de la muerte de mi padre tengo que asumir el trono cuanto antes, esta escrito en la ley que para poder hacerlo es necesario que tenga un esposo el cual gobierne a mi lado, no importa que no lo ame, todo será por el bien de mi pueblo ya que este siempre estará primero…

Princesa… la joven proveniente de la tribu de los ainus no supo que mas decir, ella tenía toda la razón y por su parte no podía hacer nada para cambiar las cosas aunque quisiera.

A menos que… murmuro la chica de cabellos rosados que ahora estaba viendo detenidamente su silueta en el espejo.

¿Si?... pregunto la doncella sumamente intrigada.

Sin previo aviso la joven de clase noble se puso de pie, encaminándose rápidamente hacia el otro extremo de la enorme y majestuosa habitación, quedando así frente a un enorme ropero de caoba que contenía todo su vestuario, la chica que estaba a su lado no comprendió por que el cambio tan repentino de su señora, momentos después esta desenvaino rápidamente la espada que aun estaba en sus manos.

¿Princesa qué es lo que piensa hacer?... en los ojos de la doncella pudo percibirse cierto temor ante las acciones de la chica de cabello rosado, nunca antes la había visto actuar de esa manera.

La joven aristócrata tomo con una mano su larga cabellera mientras que con la otra sostenía fuertemente la espada, inesperadamente paso el magnifico filo de la espada por el cabello que sostenía ante la mirada estupefacta de la otra chica, cortándolo de un solo tajo, la pobre doncella se quedo boquiabierta con las acciones de su señora, ahora si creía fervientemente que esa no era la dulce y tímida princesa que ella conocía, algo andaba realmente mal con ella.

¿P-pero su majestad…¿p… por qué lo hizo?... pregunto aturdida la chica que se mantenía a sus espaldas.

Por que necesito hacer una ultima cosa antes de atar mi vida para siempre… hablo con una determinación no muy usual en ella… si no lo hago mi conciencia no podrá estar tranquila…

Aunque para poder lograrlo necesito tu ayuda Pilika… la chica volvió lentamente su rostro hacia la joven peliazul, para después de mucho tiempo de no hacerlo esbozar una enorme sonrisa.

P-pero… la joven doncella dudo un poco, aun no sabía a ciencia cierta que era lo que estaba tramando su amiga.

C o n t i n u a r a……

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Eso fue todo, como dije antes solo es una prueba así que no se si continuarlo, pero por si decido hacerlo hasta el próximo capitulo.