El agua resbalaba por mi piel, inundaba cada poro de mi cuerpo y limpiaba mi perpetua alma condenada. Cada día ese líquido sin ningún color me recorría e intentaba convertirme en un ser nuevo, una persona sin llevar en su conciencia las muertes de inocentes debido a sus manos manchadas de sangre. Hacía años que me había arrepentido de aquello, años que me había dado cuenta de mi error de juventud, años en los que he intentado rectificar y compensar las muertes en las que participé, años en los que me he jugado la vida, mi propia vida, por el bien pero, ¿qué es el bien? ¿acaso salvar vidas es algo bueno cuando todo el mundo te mira como un traidor o cuando te tratan como la peor de las escorias? creo que durante todo este tiempo he estado equivocado. Ahora vivo escondido porque tanto un bando como el otro le ha puesto precio a mi cabeza, ¿y todo porque? Simple y llanamente por ayudar e intentar quitarme el peso de los asesinatos que estaban, están y estarán siempre en mi conciencia.
Hoy y aquí, bajo el agua purificante, me he prometido cambiar el rumbo de mi vida, ser un hombre nuevo, empezar mi vida desde cero en un lugar donde nadie me conozca, donde pueda ser yo mismo, sin ver malas caras y sin tener que intentar salvar mi espíritu arriesgando mi vida por ello.
