Disclaimer: Los personajes que podáis reconocer le pertenecen a Suzzanne Collins al igual que el universo.
Yo no gano beneficio alguno al escribir este syot. Lo hago por simple entretenimiento.
Nota: Los comentarios son importantes.
Si a lo largo del fic los lleváis al día, tendréis menos posibilidades de que vuestros tributos mueran.
Claro que si hay emergencias o la vida llama, es comprensible que los comentarios tarden pero no pasa nada.
Lo importante es apoyar a vuestros niños/as.
Comencemos.
"No existe el bien, ni el mal, solo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo". (Lord Voldemort)
Prólogo.
Magnus Bane. Vigilante jefe de los juegos del hambre.
Acabé de comer y me dirigí a la sala de control de arenas.
la de este año me había quedado fantástica y los mocosos de los distritos no sabrán lo que les golpea.
Saludé con un asentimiento de cabeza a mis subordinados y me coloqué en mi puesto.
Enseguida mi mirada fue a parar a uno de ellos, moreno y de ojos azules.
Sonreí para mí recordando la noche anterior.
La verdad era que Magnus Bane no era mi verdadero nombre pero ¿qué importaba? en el capitolio estaban de moda los personajes de libros y yo elegí al mejor.
Debido a mi aspecto me costó que los otros vigilantes me tomaran en serio, pero pronto se dieron cuenta de que yo era el jefe por algo.
El hecho de llevar purpurina y ropa extravagante, lo que significa que me gusta lucir bien, no quiere decir que sea una dulce palomita.
A veces los que parecen más inofensivos son los más sanguinarios y eso lo aprendí a raíz de los juegos.
Solo espero que los tributos den un buen espectáculo porque si no, lo induciré yo como el año pasado.
Me encantaba manipular biotecnología. Mis mutos eran mi gran y más preciada creación.
Ahora, como jefe, a veces me pasaba por ese departamento para dar recomendaciones y hacer algunos retoques.
Salí de mis pensamientos cuando la puerta se abrió y por ella entró el presidente.
Me sorprendió verlo allí, porque no solía pasarse, pero todos le saludamos como correspondía.
Pearce Ashmider era un hombre bajo, regordete y calvo. A mi modo de ver, nada glamuroso pero mi cabeza me gustaba donde estaba así que no se lo he dicho nunca.
Sus ojos amarillos lo examinaron todo con curiosidad y nos pidió explicaciones.
Cuando se las di, pareció muy satisfecho y me sonrió.
Le devolví la sonrisa y nos echamos a reír con complicidad.
Esos niños ingenuos serían mi divertimento. Mis títeres...
Me froté las manos ansioso y expectante.
Al día siguiente era el día de cosechas y deseaba ver cuantos lloricas vendrían.
Nota:
Si queréis participar, podéis rellenar la ficha de abajo.
¡Felices juegos del hambre! ¡Y que la suerte esté siempre de vuestra parte!
Tenía que ponerlo.
Ficha de tributos:
Nombre:
Edad:
Distrito:
Apariencia física:
Personalidad:
Breve historia de su vida:
Reacción al ser cosechado/a (si aplica):
Razón de su voluntariado (si aplica):
Fortalezas/debilidades:
Con qué tipo de personas se aliaría:
Estrategias que seguiría en la arena:
Algún dato extra que se quiera añadir:
Recuerdo que se llevaría al Capitolio:
