"Si te gusta solo deciselo…"

Le repetía su amiga de anteojos y piel morena - "Le podes hacer frente a una malcriada como Chloé, ¿pero no a él?"-

- No es tan fácil – Le respondió – Vos me conoces, los nervios me consumen desde la cabeza hasta los pies, el cuerpo me tiembla como gelatina cuando estoy cara a cara con él y por más que junte todo el coraje del mundo, lo único que consigo es acabar tartamudeando. Al final lo único que hago bien es el ridículo…me odio. ¿Además alguien como él, rubio, alto, ojos verdes irlandés, sonrisa perfecta, atlético, modelo, millonario, hijo de mi diseñador de moda favorito Gabriel Agreste, y yo una simple chica adolescente con padres dueños de una panadería, alguien tan aburrida, en verdad crees que se fijaría en mí?

- Ah amiga mía – Suspiraba, con un cierto aire de lastima por su amiga de pelo color azabache, con cierto tono azulado – Sos linda, inteligente, valiente, adorable, tierna, cualquier chico…o chica se fijaría en como sos, no importa todo lo que te rodea, importa quien sos en verdad

Luego de eso se dibujó una gran sonrisa en la cara de nuestra joven enamorada – por algo sos mi mejor amiga, Alya – dándole un gran abrazo para luego irse a su casa.

- Más tarde te cuento y con lujo de detalle mi cita con Nino – le gritaba su amiga desde el otro lado de la calle – Animo Marinette, si te gusta solo deciselo

Sacudiendo sus brazos enérgicamente despidió a su amiga, entra a la panadería, saluda su mama y papa con un gran beso en la mejilla a cada uno y sube a su habitación. Una vez ahí, para pensar en lo que dijo su amiga comienza a dibujar bocetos para un delantal nuevo para su padre como regalo de cumpleaños, en eso sale una pequeña criatura voladora de su bolso, esta criatura es de color rojo, con unos grandes ojos y cabeza algo grande para lo que era su pequeño físico - ¿Estás pensando en lo que te dijo Alya, Marinette?

- Si Tikki, pero es tan difícil, quisiera que de alguna manera, la que sea, Adrien pudiese fijarse en mí. – Respondía la joven diseñadora de ojos azules como el cielo.

- En algún momento se dará la oportunidad Mari, ten un poco de fe, yo sé que él se fijara en vos.

- ¿Cómo es que estas tan segura? – Insistía Marinette

- Por la misma razón que te dijo Alya, por esa personalidad tuya, que es tan única tan especial, tarde o temprano Adrien vera lo maravilloso de tu ser. – Al finalizar esta frase, le dio un gran beso en la mejilla a su portadora. Al mismo tiempo que a lo lejos se escucha un gran estruendo, en eso la joven de pelo azul enciende su televisor, las noticias no habían tardado en mostrar en vivo lo que sucedía cerca del Louvre, el camarógrafo estaba apuntando a un hombre que portaba un traje amarillo que parecía lanzar fuegos artificiales adrede – Soy el cohetero, Ladybug, Chat Noir preséntense ante mí, o hare volar al espacio y explotar a esta pareja – Esa pareja era ni más ni menos que Alya y Nino.

- Creo que ya sabes que hacer- Decía la kwami – Si, Tikki transfórmame- Realizada la transformación, sale por su terraza, balancea su yo-yo y salta hacia la acción.

Del otro lado de la ciudad, un joven de cabellera rubia y ojos verdes recién entraba a su habitación luego de una clase agotadora de esgrima, cae rendido en su sillón de escritorio esperando tener al menos cinco minutos de descanso – Que termine este día ya por el amor de Dios. – Exigía el joven, mientras de su mochila salía un criatura similar a la explicada antes, solo que de color negra y con mucha similitud a un gato - ¿Te sientes cansado? Come queso- Mientras se tragaba un pedazo de camembert casi sin masticarlo – Sabes que odio el queso y…- Antes de terminar su frase vea como una silueta roja pasa balanceándose por los edificios cual un mono en una jungla, era ella la súper heroína de la ciudad, o para el joven, su súper enamorada: Ladybug

-Es Ladybug- Dijo Adrien soñando parado por 5 segundos, hasta que Plagg, su pequeño kwami decidió encender el televisor para ver las noticias, el Cohetero seguía exigiendo la presencia de los súper héroes de Paris – Plagg, transfórmame – Grito el rubio y salto rumbo a la acción tras su amor platónico.

Cerca del museo Louvre, nuestros jóvenes héroes se encontraron – Hola mi lady – Tras eso un delicado beso en la mano y un guiño coqueto, a lo que la chica de traje rojo a lunares negros solo le saco la mano. Paso un rato ambos héroes vencieron al súper villano, destruyendo el objeto encantado, purificando el akuma, convirtiéndola en una pequeña e inofensiva mariposa blanca y restaurando todo a la normalidad.

Ladybug fue la primera en irse ya que es la que menos tiempo le quedaba para que acabe su transformación, por lo que Chat Noir se hizo cargo de rescatar a los enamorados. Antes de retirarse, Alya agarro del brazo al joven con disfraz de gato – Sé que no es lo correcto, pero, ¿podrías ir a la casa de una amiga mía y entregarle esta nota? Perdí mi celular y no puedo esperar hasta mañana a contarle esto – El héroe tenía tiempo de sobra así que acepto realizar el favor.

"La curiosidad mato al gato". Es una frase muy repetida, que en este caso, Chat Noir, no pudo resistirse a la idea de leer la nota "Adrien gusta de alguien, pero Nino no sabe, ¿y si sos vos Marinette? Decile que le gustas. Saludos tu mejor Alya"

- Marinette- El joven no solo quedo congelado, sino que su mente se vacío - ¿Ella…gusta…de mí…? – Llego a la terraza de ella, toco su ventanilla y se fue, tan rápido como pudo. Aun con esa nota en mente, sin poder creerlo. Él le gustaba Ladybug, no Marinette, o tal vez no, pero la primera siempre lo rechazaba y la segunda no la conocía bien ¿Qué podía hacer?