Era felicidad...


La felicidad… ¿Cómo explicar que es la felicidad?... Para ella la felicidad es su realidad; el mundo que la rodea, la capacidad de sus manos, la inexistencia de quien pasó por su lado, el frio que golpea su rostro y dibuja formas junto a su respiración, la calidez al tacto de una acción propia, y las huellas que dejan sus tacones en un intento de sutil escape.

Para él la felicidad es el pasado y sus momentos de antaño; los recuerdos de su infancia, los galardones por el esfuerzo de su trabajo, el gasto de su energía en la búsqueda de la libertad y la justicia, y el desgaste de su vida en proteger la razón y la verdad.

Para ella, la felicidad se respira en el frio aire.

Para él, la felicidad se cobija junto a las mantas de la memoria.

El presente, es la felicidad de ella

El pasado, es lo que hace feliz a él.

Y el mirarse a los ojos, por un segundo, les roba la felicidad a ambos y les reescribe el futuro. Desconcierta el presente y la realidad de ella, y suplanta los felices recuerdos pasados de él.

Para ellos, ese segundo de contacto visual se explica cómo felicidad… para el resto de las personas, quienes caminan por la avenida, no es nada más ni nada menos que algo sin importancia. Pues ¿Quién prestaría atención a un simple encuentro de miradas, mientras había un cuerpo de un hombre, sobre la acera, que empezaba a desangrarse rápidamente?

... simplemente ya no se conformaría con el dulce y frió roce del gatillo, o la adrenalina de una persecución y captura de un asesino. Todo cambiaría; y ambos corazones lo presentían.


...polos opuestos


Para ella, dejar de mirar los ojos del hombre, subirse rápidamente a un taxi y alejarse de la escena, es el fin de su trabajo.

Para él, dejar de mirar los ojos de la mujer, concentrarse nuevamente en su cometido, abrirse paso entre la multitud de personas que empezaban a rodear al cuerpo y dar testimonio de su profesión –¡Agente de la Interpol! - mientras muestra rápidamente su placa a los ciudadanos; es el inicio de su trabajo.

Simplemente son polos opuestos, eso está más que claro, pero inevitablemente tienen algo en común: comparten el fin y el inicio de la felicidad.

Pues a ellos la felicidad los rodea, los golpea, los inunda, los galardona, les hace perder la razón, pero les entrega la verdad y la libertad. Los cambia tras el segundo de mirarse a los ojos. Les cambia la vida… el pasado, el presente y el futuro, y los deja con una inquietud: "… ¿Será amor a primera vista? …"

Si es así, ( si es amor a primera vista) el " mierda" que susurraron ambos, horas después de aquel simple cruce de miradas, contesta a todas las preguntas e inquietudes que se llegaron a alojar en sus corazones.

Mierda, mierda... mierda.

Para cuando la noche cubrió la ciudad, ambos ya tenían el buen humor de paseo.

¿Sus conocidos y colegas se darían cuenta del flechazo de amor que ambos poseían? Ojala que no, porque ninguno de los dos estaba dispuesto a entregarse el amor, las margaritas, la miel y las ideas estúpidas de cupido.

Mierda. ...Ambos habían sido felices (al menos eso habían creído) hasta antes de mirarse ¿Por qué ahora no podían simplemente pasar de aquel recuerdo, dar vuelta la pagina y seguir sus vidas?

Ella había sido feliz coleccionando vidas de infelices sacos mierda, mientras que él se había dedicado a coleccionar mercenarios y peligro para la sociedad tras las rejas. ¿Que tan difícil podía ser volver a la rutina normal?

(fin del prologo)