28 de Septiembre de 2005

Mi nombre es Zack Addy, Un hombre considerado uno de los mejores estudiantes de Antropología Forense, no tengo una relación muy afectiva con mi familia pero los trato con respeto.

Hoy ha sido un día importante en mi joven vida, fui aceptado como asistente de Antropólogo Forense, en el mejor instituto de esta nación, El Instituto Jeffersonian.

Me lleno de grato orgullo ser el elegido entre muchos candidatos, pero lo mejor fue conocer a mi futura jefa, La dra. Temperance Brennan.

A primera impresión pensaría que es una mujer de carácter fuerte, hasta podría decir que inspira respeto.

Pero en realidad la mujer me ha cautivado mucho, posee una gran inteligencia, para mí gusto la mejor de los Estados Unidos; También me atrevería a afirmar que es la más hermosa del Instituto (una expresión irracional). Cuando llegue al Jeffersonian, algunos de los colegas que trabajan ahí se sorprendieron de que yo, Zack, hubiese sido elegido por la gran dra. Brennan, me comentaron que la mayoría que trabaja con ella renuncia o termina por ser despedido. Estos comentarios me provocaron algo de temor, pero cuando la conocí me di cuenta que jamás renunciaría y que haría lo posible para que ella me llegara a preciar. Justo cuando el Dr. Goodman (jefe de la dra. Brennan) me presento con ella, expendí mi mano (Como la mayoría de la gente lo hace cuando conoce a alguien) esperando a que ella estrechara su mano con la mía, ella en cambio se mostró distante con migo y solo se dirigió a mí diciéndome: Mucho gusto soy la Dra. Temperance Brennan. Después de decir eso se dio la vuelta y me dejo con la mano expendida, El Dr. Goodman me dijo que ella era así que con el tiempo se acostumbraría.

Conocí también al resto del equipo, que estaba integrado por Ángela Montenegro una artista, ella se encarga de las reconstrucciones faciales, muy amable la mujer; Jack Hodgins que tiene como función investigar todos los elementos orgánicos.

Mi primer día transcurrió en paz sin ninguna complicación, me mostraron las instalaciones, conocí los distintos departamentos que constituyen el Jeffersonian.

Sin temor a escribir algo irracional, puedo afirmar que lo la dra. Brennan ha provocado un sentimiento en mi, cada vez que cierro los ojos imagino el color azul penetrante de sus ojos. Pero no quiero hacerme falsas esperanzas.

Sin más que añadir me dispongo a terminar de narrar este primer día, espero que cuando comience mi trabajo verdadero como asistente, tenga algo de tiempo para seguir escribiendo.