Misa nunca tenía miedo de la oscuridad. Siempre había estado rodeada de ella, ¿cómo podía temerle? Su extraña apariencia de lolita gótica confundía a muchos. Una niña tan dulce,
¡pero mira las cosas que le gustan! Claro, ellos pensaban que sólo era publicidad o una moda como la que muchos seguían. Nadie dudaba que Misa fuera una niña inocente, a pesar de sus estrafalarios gustos y oscuras ropas, de sus velas negras y los pentagramas invertidos. Pero Misa sabía que alguien la conocía de verdad. L sabía el secreto de Misa.
Nadie pensaba que Misa fuera mala… sólo diferente. Sólo L conocía el mal que se escondía en ella. Sólo L podía ver a través de su inocencia. Ni siquiera Light con su inmenso IQ sabía lo que Misa pensaba. Sólo L. Él vio a través de su primer encuentro algo más que a la cantante, pero lo disimuló aparentando ser un fan. Pero bueno, L sí era un fan de Misa. Light veía a una niñita enamorada a quien podía usar; L veía a Misa manipulando a Light para que siguiera con ella.
Aún así, L nunca dijo nada. Porque le gustaba estar con Misa. Verla atraer la atención de Light sin que se diera cuenta. Tan sumisa haciendo lo que Light quisiera… Una mujer perfecta disfrazada de niña; asesinando para otro. Una asesina famosa por su música. L se sentía disgustado por sus pensamientos, se sentía hipócrita traicionando sus principios por ella...
Nadie sabía lo que Misa pensaba, de sus deseos, de sus secretos, miedos y esperanzas. Pero L se dio cuenta de muchas cosas. L se enteró que Misa odiaba la oscuridad. Odiaba verse rodeada de ella. No en su habitación o en la noche; esa oscuridad no era mala. Misa aborrecía la oscuridad en el corazón de los humanos; no soportaba escuchar noticias malas concernientes al mundo en el que vivía. No quería seguir en un lugar donde cada persona tenía que cuidarse de los demás.
Y L lo sabía. Lo comprendía.
Era lo mismo que él sentía. Por eso, aunque las probabilidades de que Misa fuera el segundo Kira eran del 53%, él no hizo nada, alteró las probabilidades que mencionó. Y calló, para no revelar lo que sabía. Para que el mundo no se enterara de que Misa tenía en sus manos un arma que podía matar tan sencillamente con ver a alguien a la cara.
L sabía que Misa era el segundo Kira, pero no pudo decir la verdad. Porque aparte de comprender los motivos de ella, L se había enamorado de Misa.
Se enamoró de su maldad, de su inocencia, de su ira, de su paciencia. Nunca había conocido a una asesina que matara por ingenuidad. Light mataba para crear su mundo perfecto. Misa mataba para tener un mundo mejor.
