Esta historia no me pertenece, pero obtuve el permiso de la autora, Tha Lady of Gaia, para traducirlo al español.

Les advierto chicas, esta historia no es bonita, ocurren cosas no muy… Agradables, por lo que sugiero discreción. Si eres alguien sensible a temas como los que se presentan esta historia, por favor, abstente de leer.

Nota hecha por la autora: Advertencia a los lectores menores de edad... Lárgate de mi fanfic, lo digo en serio. Esta es la primera y única advertencia. Hay un tema maduro y no tienes edad suficiente para leer esto si tienes menos de quince años. Lo digo en serio; No estoy de humor para asustar a niños pequeños ¡Cuando tengas más de diecinueve años, puedes volver y leer este fanfic!

Que tengan un buen día.

Disclaimer: Ni los personajes ni la historia me pertenecen.

Capítulo 1: Lista o no.

El pozo estaba abierto y también su camino hacia Inuyasha, sin pensarlo dos veces, Kagome saltó por el pozo. El tiempo se apresuró a su lado, quitándole los años y el estrés, convirtiéndola nuevamente en esa niña de quince años. Se sintió como una caricia en su piel, un susurro de adiós al futuro cuando tocó el fondo del pozo. Al subirlo, sonrió al ver el árbol de Dios, era tan extraño, pero sintió que iba a obtener algo muy diferente de lo que esperaba.

Tomando asiento en las raíces del viejo árbol, cayó lentamente en el abrazo del sueño cuando la tensión se levantó de ella, puede haber nacido en el futuro, pero el pasado era su verdadero hogar. Fue maravilloso caer nuevamente en un profundo sueño en silencio; no se dio cuenta de que realmente lo había echado de menos.

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Sesshomaru se sentó en su estudio, controlando su deseo de matar a su compañera de tres años y a su madre. Se pararon frente a él, gruñendo la una a la otra por qué él todavía no tenía hijos, todos sabían por qué, pero su compañera se negaba a admitir que ella era una mujer estéril. Entendia que era una cuestión de orgullo, ningún hombre jamás aceptaría que su semilla no echara raíces en su hembra, y no podía no preocuparse por no tener hijos; odiaba tener que plantar su semilla en su compañera cuando todo lo que quería era la sacerdotisa que seguía a su hermano.

Él sabía que ella era más que capaz de dar a luz descendencia de sangre completa; ella no era como la mujer humana de su padre, la sacerdotisa podía darle un medio demonio, si, pero con sus poderes, naturalmente le daría a su crías la capacidad de ser inmunes a poderes como los suyos y no habría ninguna posibilidad de que la descendiera siendo medio demonios comunes.

—Sesshomaru, por favor, dile a tu madre que no necesitas una concubina para dar a luz a tus hijos cuando soy más que capaz. —Su compañera, Sakura, le ordenó. Le gruñó por la orden y por interrumpir sus pensamientos mientras ahogaba su inútil lucha.

Esto no iba a terminar hasta que tuviera un hijo y comenzaba a perder el control para no matarlas, esto terminaría ahora.

—Madre, ¿por qué eres tan insistente en esto? ¿Encontraste una buena hembra que pueda reproducir rápidamente? ¿Es por eso que sigues molestándome? —Él le preguntó, ella simplemente sonrió y respondió con una sonrisa que le dijo que lo había hecho. —Ve a buscarla, me cansé de esta pelea y si un niño es la respuesta, entonces nacerá un niño. Sé que mi semilla no echará raíces en ti, Sakura, y yo necesito un hijo. Si te portas bien, te permitirá ser la madre.

Sabía que a su madre no le gustaría eso, pero si él engendró un hijo, al final a ella no le importaría mucho y ambos lo sabían.

—Entonces, ¿quién es mi concubina? ¿Está dispuesta a ser mi concubina y madre de mis hijos? —Cuestionó, preguntándose si ella era pequeña como la sacerdotisa de su hermano.

—Una poderosa sacerdotisa llamada Kagome apareció de la nada, pensé que los niños que ella tenga, serían perfectos para ti. Está dormida en este momento, pero pronto la veré, ¿qué piensas, Sesshomaru? ¿Una sacerdotisa es lo suficientemente buena?

Le sonrió a su madre, haciéndole saber que la sacerdotisa sería perfecta. Así que la sacerdotisa de su hermano había regresado y sería suya… Parece que el destino había decidido darle un fascinante regalo. Solo se preguntó si ese regalo le sabría dulce en la lengua mientras la hacía gritar.

—Me alegro que te guste la idea de la sacerdotisa, hijo mío. Si quieres ver a la futura madre de tus hijos, ella está descansando en el harén. —Las palabras de su madre lo hicieron fruncir el ceño, odiaba cuando su madre jugaba a sus espaldas y sucedía con demasiada frecuencia para su gusto.

— ¿Ya ha sido revisada? —Preguntó, ella no dijo nada, su silencio fue su respuesta. Su madre aún no había comprobado si era fértil y virgen, aunque no era un problema, los humanos eran tan fáciles de arreglar en ese aspecto. Era simple cambiar un ser humano estéril a fértil... A diferencia de un demonio. —Iré a verla después de que la hayan revisado. —Les dijo en un tono que decía que debían retirarse.

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Kagome se movió mientras dormía, despertándose con el calor a su alrededor y el suave acolchado debajo de ella, abriendo sus ojos azul océano, vio que no estaba debajo del árbol de Dios, sino en una hermosa habitación y en un futón redondo que parecía una cama de perro con una manta sobre ella.

Moviéndose para levantarse de la cama, se dio cuenta de la hermosa manta en ella, admiró el hermoso trabajo de los

artesanos, pero algo de eso la desconcertó.

—Estás despierta... Eso es bueno, eres más fuerte que la mayoría por despertarte tan rápido, pero es una lástima, estoy segura de que planeas luchar contra nosotros para resguardar tu virginidad. —Kagome se acercó para ver a una hermosa diosa que se parecía a Sesshomaru, pero versión femenina.

— ¿De qué estás hablando? Y sí, pelearé contigo si crees que voy a acostarme y abriré mis piernas para que me revises. —Espetó a la madre de Sesshomaru, sin saber que su espíritu de lucha le estaba encantando a la diosa. La madre de Sesshomaru caminó hacia ella, con siervos, un médico y una partera siguiéndola.

Los sirvientes varones agarraron los brazos y piernas de Kagome, forzándolos para separarlos, sacaron la manta de su cuerpo cuando la partera se movió hacia ellos y arrancó la ropa de Kagome de su cuerpo cuando desenvainó la pequeña daga en su cintura.

El médico hizo que los sirvientes extendieran sus piernas lo más separadas posible de su cuerpo antes de que le abriera los pliegues de su núcleo y comenzara a sondearla dolorosamente.

— ¿Bien? —La madre de Sesshomaru preguntó, notando el dolor que el médico estaba causando en Kagome.

—Su himen está intacto y estará muy apretada para el Señor, ahora necesito poner a prueba su fertilidad y las posibilidades de tener descendencia de sangre completa. —el médico le dijo a la partera que comprobará los pechos de Kagome y mirara sus caderas.

—Tiene muy buenas caderas, sus pechos son grandes y llenos... Perfectos para el placer de un demonio y el hambre de un cachorro. —Dijo alegremente la partera antes de hacer un corte en el brazo de Kagome.

Kagome siseó de dolor y miró a la partera ... iba a haber una flecha solo para ella.

— ¿Fertilidad? ¿Cachorro? ¿De qué diablos se trata esto? —Exigió saber Kagome mientras dirigía su mirada hacia la madre de Sesshomaru.

—Mi hijo, Sesshomaru, necesita un hijo, pero su compañero no puede tenerlos y ahí es donde entras tú. —Le dijo, haciendo que Kagome se sintiera mal del estómago; cuando el médico lamió la sangre de la daga de la partera, una sonrisa apareció en su rostro

—Ella es bastante fértil, no tendrá problemas para quedar embarazada, y diría que no debería tener complicaciones para tener cachorros de sangre completa para el Señor, pero si lo desea, hay algunas hierbas que aumentará el número de bebés. —Dijo el médico mientras le entregaba la daga a la partera.

—Eso es bueno, pero esperaremos hasta que ella haya tenido su primer embarazo.

— ¡Me niego! —Gritó Kagome a la madre de Sesshomaru, no estaba lista para ser madre, solo tenía dieciocho años... Demasiado joven para ser madre en su mente.

Ademas, él estaba casado… O apareado, fuera cual fuera el motivo de su relación, ella se negó a arruinarla. La cabeza de la madre de Sesshomaru se giró para mirarla, con incredulidad en sus ojos dorados.

— ¿Por qué? Una vez me dijeron que ambos se habían conocido antes; sabes que él es guapo y es un Señor, pero te niegas. ¿Por qué te niegas? —Kagome escuchó el desconcierto en la voz de la demoniosa.

—Porque está casado, no soy una puta como te lo dijo tu médico soy vírgen, ¡y soy demasiado joven para ser madre! —Kagome la miró bruscamente cuando los sirvientes la dejaron ir y le entregaron la manta para cubrir su cuerpo.

Confundida sobre qué decirle a Kagome, la madre de Sesshomaru hizo lo único que aseguraría lo que necesitaban de una buena persona como Kagome.

—Entonces me veré obligada a matarte. —Le dijo a Kagome, sabiendo que eso afectaba a la mayoría de las personas, pero no sabía que Kagome no era como la mayoría de las personas.

—Bien. —Dijo, sorprendiendo a la madre de Sesshomaru y a todos los demás en la habitación. La madre de Sesshomaru miró a la niña, le gustaba Kagome con cada minuto que pasaba y sabía que la descendencia que tuviera Kagome, sería de su hijo, asi fuera lo último que hiciera.

—Entonces haré que parte del ejército vaya y destruya pueblos hasta que aceptes. —Kagome la miró, sorprendida por sus palabras.

Kagome miró hacia otro lado, ¿Podría ser la razón por la que murieron aldeanos inocentes? Pero también pensó en sí misma y en los niños que tendría aquí si estuviera de acuerdo, ella siempre había sentido que estaba mal que un hijo naciera de padres que no se amaban porque al final, todos los involucrados eran miserables y Sesshomaru estaba casado, ella sería la otra mujer. Pero lo haría por la razón de que todas esas personas inocentes no murieran... Deseaba haberse quedado en el futuro de saber lo que le pasaría.

—Te daré tiempo para que lo pienses. —Dijo la madre de Sesshomaru antes de irse con todos de la habitación, salvo Kagome.

La madre de Sesshomaru sonrió al salir, sabía que Kagome se sucumbiria y daría a luz al hijo de su hijo o cumpliría su amenaza. Ella no quería hacerlo, pero si la chica la obligaba, entonces lo haría, ella quería nietos y Sesshomaru necesitaba un heredero, fue su culpa que su pareja no le diera uno. Pero con Kagome, ella iba a arreglar eso... Así Kagome no quisiera participar en el apareamiento, o cientos de aldeas humanas perecieran, su hijo tendría hijos de esa pequeña niña humana.

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Sesshomaru se sentó en los jardines bajo un cerezo, pensando en lo que su madre había planeado y en la sacerdotisa de su hermano, que pronto tendría su vientre hinchado con su hijo, cuando él plantara su semilla en ella. Fuerte y hermosa, inteligente y fértil… También era amable, no estaba seguro de si quería que sus hijos tuvieran esa fuerza que también era una debilidad.

Pero él no forzaría a Kagome; no era un demonio tan bajo como para forzar a una mujer, demonio o humano a estar en su cama si no deseaban estar allí.

Sesshomaru notó cuando su madre apareció en los jardines y caminó hacia él, pero no se movió.

— ¿Ella estuvo de acuerdo? ¿Es virgen? —Preguntó, esperando que Kagome aceptara dar a luz a sus hijos.

—Sí, lo esta y sí, ella lo es. —Dijo a medias, para que su olor y cuerpo no le hicieran saber que estaba mintiendo en parte.

—Bien... Tenla lista para esta noche entonces. —Ordenó Sesshomaru, a lo que su madre se inclinó en respuesta antes de irse a hacer un milagro.

Nunca había visto a la sacerdotisa sin sus extrañas ropas... Esperaba el cielo nocturno, casi podía ver como sería la sacerdotisa.

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Kagome miró al techo, pensando en lo que estaban a punto de hacer que ella hiciera. Pensó en el niño que traería al mundo y en cómo sería su vida.

— ¿Te has decidido ya? —Preguntó la madre de Sesshomaru cuando entró.

Kagome no contestó mientras se acostaba en el futón sin nada, excepto la manta sobre su cuerpo desnudo; ella no quería esto... No estaba preparada para esto, pero tampoco estaba preparada para ser la razón por la que murieran personas inocentes.

—Tienes que responderme, Kagome, mi hijo desea comenzar esta noche, parece ansioso por ser padre. —le dijo a Kagome, quien se encogió ante la idea de tener relaciones sexuales con Sesshomaru.

Ella había visto a Sesshomaru como una amigo y aliado en la lucha contra Naraku, pero nunca pensó en él como el padre de sus hijos… Ese siempre había sido Inuyasha.

Estar enamorada del hermano menor... solo para verse obligada a acostarse con el hermano mayor; Kagome sabía que el destino había sido cruel con ella y se estaba riendo a sus espaldas en ese momento.

—No quiero esto. —Le dijo, si tan solo pudiera poner sus manos en un arco y algunas flechas, lucharía para salir.

—Pero tú o muchas personas morirán, Kagome, esto es simple y las mujeres hacen esto todos los días, se inclinan a la voluntad de su Señor, le dan hijos y viven vidas felices porque no luchan como tú lo estás haciendo. —Le dijo, ella no sabía del futuro ni de la cultura en la que Kagome había crecido. No era como el Japón feudal o el Pakistán, que permitía a los hombres tener más de una esposa.

—Pero no soy así de simple, quiero mi libertad. —Susurró Kagome mientras trataba de invocar sus poderes, recordando las pocas veces en que Miroku y Lady Kaede le enseñaron, pero no pasó nada.

—Tus poderes no funcionarán, Kagome, hice los sellaran y sí, no eres tan simple como las mujeres nobles de los humanos, eres más fuerte y tus hijos…

—Serian medio demonio como Inuyasha, no quiero esto. —Ella susurró, interrumpiendo lo que la madre de Sesshomaru estaba diciendo.

—No, eso es una falsedad, Kagome, eres una sacerdotisa, la madre de Inuyasha no lo era, por alguna razón, las sacerdotisas y los sacerdotes pueden tener descendientes de sangre completa con demonios de alto rango como yo o mi hijo, aunque las posibilidades son pequeñas para ellos… Pero no contigo, eres mucho más fuerte que cualquier sacerdotisa o sacerdote que haya visto y el médico probó tu sangre.

—Así que no puedo irme de aquí y me convertiré en la yegua de cría de Sesshomaru, y si no hago lo que me dicen, morirán personas inocentes... Eres una perra cruel, ¿lo sabías? —Murmuró Kagome cuando finalmente se sentó en el futón, pudo ver que la diosa se sentía halagada en lugar de insultada.

—Gracias, pero tienes razón en todo... Excepto en ser una yegua de cría, sí, mi hijo te llevará a su cama para embarazarte, pero tienes demasiado fuego para ser simplemente una yegua de cría... Te convertirás en algo más para él al final, solo lo sé. —La demonio dijo mientras se sentaba en el futón.

—Algo más... ¿Como qué? ¿Que demonios estas planeando? —Kagome gritó a la madre de Seshomaru, un fuego azul se encendió en sus ojos con ira.

—Ya lo verás. —Dijo la madre de Sesshomaru con calma con una sonrisa antes de levantarse. Kagome se envolvió en la manta y se movió hacia la puerta, ella se iba, después de que ella pudiera salir de allí, tendrían que perseguirla si querían forzarla. Cuando salió de la habitación, se detuvo en seco.

Un demonio se paró frente a ella con una espada en la garganta de una niña.

—Si no me obedeces y no vas a la cama de mi hijo esta noche, esa niña morirá. —Le dijo la madre de Sesshomaru a ella en voz alta y clara.

Kagome miró fijamente los inocentes ojos marrones de la niña por un momento antes de girar la cabeza para mirar a la madre de Sesshomaru, maldijo a la demonio en su cabeza.

—Tú ganas. —La madre de Sesshomaru sonrió victoriosa, pero un poco decepcionada de que el desafío ya hubiera terminado. —Por ahora. —La sonrisa se ensanchó, parecía que el desafío no había terminado y le gustó.

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Kagome miró a la madre de Sesshomaru mientras estaba vestida con una Yukata azul claro con la falda deteniéndose en el muslo interior, no había Kosode debajo de la Yukata, y con un Karaginu y Mo, el Obi estaba atado en la parte delantera. Ella se sonrojó mientras hacían eso, aunque la madre de Sesshomaru le había dicho que no era una puta, atar el Obi en el frente le estaba diciendo al mundo que ella era la puta de Sesshomaru. La única razón por la que no le arrebató el Obi fue que ya no tenía ganas de estar desnuda y no quería que la niña saliera lastimada por su desobediencia.

La madre de Sesshomaru miró al Obi, le molestó un poco que los estúpidos sirvientes lo ataran en el frente, haciendo que Kagome pareciera una puta. Sabía que era obra de Sakura, sin pensarlo dos veces, usó su látigo para destruir el Obi sin dañar a Kagome y golpear al sirviente que lo ató, en la cara.

—Hazlo, bien o la próxima vez, te mataré. —Gruñó, la sirvienta estaba llorando por las heridas en su rostro y se movió para irse, así que se interpuso en el camino de los sirvientes para atar otro Obi alrededor de la cintura de Kagome.

Dios, se sentía como una muñeca pintada mientras se movían sobre su cabello y maquillaje.

—Trenza su cabello suelto y mantén el maquillaje liviano, la pintura de labios es todo lo que necesita. —Kagome miró a la madre de Sesshomaru; por cómo hablaba, parecía que su madre la elogiaba por su apariencia.

— ¡Perfecto! —exclamo con alegría la madre de Sssshomaru, su rostro en blanco se iluminó haciéndola parecer una diosa. Eso hizo que Kagome se preguntara por un momento si Sesshomaru sonreía así y si él sonreiría cuando se enterara de que ella estaba embarazada. Salió de esos pensamientos, sabía que iba a acostarse con Sesshomaru y que serían padres juntos, pero eso era todo. Estaba casado con otra, iba a ser suficiente como una destruye hogares cuando Sesshomaru la follara, pero no irá más allá de eso.

Sería como unos padres divorciados con la custodia compartida de sus hijos... Si él le permitía estar en la vida de sus hijos.

—Ahora, toma esto. —Kagome escuchó a la demoniosa murmurar mientras tomaba una taza de sake de uno de los sirvientes y se la entregaba. Kagome miró cautelosamente la taza de sake y el líquido verde en ella

— ¿Qué es esto? —Ella preguntó.

—Es un afrodisíaco que te hará incapaz de resistir el olor de mi hijo. —Le dijo la madre de Sesshomaru a Kagome, no había planeado usarlo, ya que Kagome era virgen y los efectos en ella serían... Desagradables, pero sus manos se vieron atadas cuando Kagome se negó a criar con su hijo.

Kagome miró a la diosa por un momento antes de beber, era dulce y sabroso, quería más, pero no estaba dispuesta a pedir más.

—Bien, ahora vamos a las habitaciones de Sesshomaru.

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Sesshomaru miró alrededor de su habitación, oliendo el aroma de la sacerdotisa en toda la estancia; se sorprendió al descubrir que ella no estaba allí hasta que notó que las puertas de su balcón estaban abiertas. Salió para verla admirando el cielo iluminado por las estrellas y la luna, ella era una visión exquisita para contemplar y su aroma estaba vivo con una fragancia que solo había encontrado en China una vez. Estaba empezando a endurecerlo.

—¿Qué es ese olor en tu cuerpo?

Kagome se giró para mirarlo, sintió como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago, él se sentía como la esencia de la intoxicación y aunque no quería obedecer su llamada de sirena... Su cuerpo sí. Ella se acercó a él, sus caderas se sacudían por su cuenta; sus párpados se sentían un poco pesados cuando lo miró a los ojos.

—Tu madre me hizo bañar con varias esencias aromáticas, pero dijo que mi olor natural era mejor que la fragancia de cereza que me gusta usar. —Le dijo Kagome antes de que la tomara en sus brazos... Se preguntó si estaba lista para esto mentalmente porque parecía que su cuerpo estaba listo para esto.

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Espero lo hayan disfrutado, nos vemos en el próximo capítulo *inserte corazón* y recuerden, sus rw son el azúcar de mi cafecito.