Disclaimer: Adaptación del manga: Koizora de Mika; con personajes de Sailor Moon, propiedad de: Naoko Takeuchi.

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Koizora

Por

Corazón de Diamante

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Mi sueño es…

Por: Usagi Tsukino

No me creerán, pero, tengo recuerdos de cuando era un bebé. Y el que atesoro con más cariño, es cuando cada domingo mis padres me llevaban al parque, la calidez de sus brazos me hacían sentir protegida y amada. Sus melodiosas risas, mientras permanecíamos recostados en una manta sobre el verde pasto; me arrullaban. Fue una tradición que mi pequeño hermano también disfruto.

Cada noche le rogaba a mi madre o a mi padre que me contara su historia de amor, y no me aburría sin importarme las cientos de vece que me la habían relatado. Los cuentos que nos compraron muy pocas veces fueron leídos.

Los años han pasado y pese a que me la paso peleando con mi hermano o mi mamá me regaña por mis calificaciones, somos muy unidos y nos queremos. Mi papá cada vez que llega del trabajo nos trae algún dulce a mí y a mi hermano. Mi mamá finge enojarse, pero siempre quiere que le compartamos.

En un futuro deseo casarme, formar una familia y seguir los pasos de mis amados padres. Cada noche rezo para que la persona que estoy destinada a amar, no le pase nada malo y sea tan feliz como lo soy yo. Algunas veces creo soñar con él, no he visto su rostro, pero sé que cuando lo vea lo reconoceré: Será un chico gentil, amable, romántico, detallista, comprensivo.

Y lo más importarte: ¡Él nunca me hará llorar!

Varias veces he perdido el sueño imaginando nuestro primer encuentro el cuál será de ensueño; un tiempo después de conocernos me pedirá que seamos novios y nuestro primer beso será bajo la luz de la Luna, estudiaremos en la misma universidad, trabajaremos y cuando estemos estables económicamente me propondrá matrimonio, mi padre me entregara en el altar y mi familia se sentirá orgullosa de mí. Después de un año tendremos un hijo –tres en total– y lo llevaremos cada domingo a pasear al parque. Nos amaremos hasta que seamos viejitos y les contaremos nuestra historia de amor a nuestros nietos.

Nueve años antes

–¡Mina, no merecía ser castigada, esta vez sí hice la tarea…!

–Usa, entonces por qué no la leíste…

–Me dio pena leerla enfrente de todos nuestros compañeros… hablo sobre mi chico ideal y que mi sueño en un futuro es casarme y formar una linda familia como mis padres.

–Usa no eres la única, pero yo ya encontré a mi chico ideal…

–¡Sí!… y quién es…

–Ten por seguro que mañana lo conocerás… –sonrió pícaramente.

El sol se estaba ocultando y el alumbrado público iluminaba las transitas calles.

–Tengo que hablar a mi casa para avisarle a mi mamá que llegare más tarde… –abrió la bolsita de su mochila donde solía guardar su celular– ¡No esta! Mina todo por tu culpa…! –sollozo y se soltó del brazo de su amiga.

–¡¿Mi culpa?!

–Sí, por estar ¨mensajeando¨ contigo, mientras se suponía que estaba haciendo el trabajo extra que me pidió la profesora Haruna… Si mi mamá se entera de que lo he perdido me castigara por un mes, ya que es el tercero que pierdo…

–Usa, no te preocupes te acompaño a la bibliotec…

No termino la frase, cuando ella ya se encontraba corriendo en dirección a la escuela.

–¡Mina, adelantarte a la parada del autobús! –grito con todas sus fuerzas, tanto que espanto a unos oficinistas que pasaban a su lado.

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Corrió por los obscuros y solitarios pasillos, recordó las historias de fantasmas que le habían contado sus compañeras; en otra ocasión se hubiese muerto del miedo, pero le daba más miedo cuando su mamá se enojaba. Estaba a unos pasos de la biblioteca, pero la bibliotecaria ya estaba poniéndole llave a la entrada principal.

–Señorita Setsuna, por fav…or no cie…rre, he dejado mi ce…lular en una de las me…sas de estu…dio.

La pobre no podía ni hablar y la bibliotecaria se compadeció de ella.

–Está bien, pero no tardes demasiado…

–Gracias, señorita Setsuna.

No encontró el celular donde lo había dejado, se hinco debajo de la mesa y nada. Lo busco en las mesas contiguas y nada. Decidió rendirse y enfrentar el castigo, entonces lo vio en el estante frente a ella a un lado de un libro. Se sintió inmensamente feliz y lo tomo.

–¡Me salve! –grito a todo pulmón.

–¡Shhh! –dijo Setsuna en broma– estamos en una biblioteca.

Usagi se llevó su mano derecha a la cabeza y sonrió apenada.

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–¡Papá, bienvenido!

Fue la primera en recibirlo, y le ayudo a cargar el estuche con su cámara fotográfica profesional.

–¿Cómo te fue? –lo abrazo– ¿Qué me trajiste de tu viaje?

Usagi se moría de la curiosidad, y quería tener el poder de rayos X, para ver dentro de la maleta.

–Te lo daré después, porque si mamá se entera…

–¡Kenji Tsukino!

–¡Nos descubrió! –dijo en un susurro el pobre hombre y vio a su esposa quien se sentaba en el sillón con los brazos cruzados.

–No quedamos en que ya no la consentirías tanto, recuerda que trato de escondernos sus pésimas calificaciones.

–Amor mío… A ti te traje un regalo especial –saco una cajita plateada de la bolsa delantera de la maleta.

Se hinco y se la entregó en son de paz. Se ilumino el rostro de su esposa y lo tomo.

–Cariño, qué es… qué es… –dijo más que emocionada.

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–¡Estoy tan feliz de no haberme ido a la cama sin cenar!

Con ¨la pijama¨ de conejitos puesta, estaba más que lista para dormir. Se recostó y tomo su celular color rosa entre sus manos, de repente se escuchó el ringtone. Vio en la pantalla que era un número desconocido, pero decidió contestar.

–¿Bueno?

–¡Me alegro que encontraras tu celular dónde lo deje!

–¡Fuiste tú quien lo dejo ahí, muchas gracias! Me salvaste de un castigo seguro… –se sincero ante aquel desconocido.

–De nada, Usagi.

Fue tal la impresión que por poco y se cae de la cama.

–¿Sabes mi nombre?

–Sí, y también sé que vas en el grupo de primero ¨E¨.

–¿Cómo te llamas? ¿En qué grupo vas?

Usagi se hinco sobre su sobrecama y espero expectante las respuestas.

–Es un secreto…

–¡No es justo!

–Sera mejor que te deje dormir o llegaras tarde como todas las mañanas.

Su risa se escuchó tan cálida y alegre, que el corazón de Usagi comenzó a latir con rapidez, y colgó. Apago la luz y dejo su celular sobre su mesa de noche, el cual miro detenidamente, hasta que el sueño la venció.

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–¡Usa, es él!

Mina se encontraba recargada sobre la pared de enfrente del salón de primero ¨B¨; parecía que se iba a desmallar por la emoción.

–No me digas que te gusta ese chico…

Temerosa señalo al que se encontraba tocando la guitarra, mientras varias jóvenes lo veían fascinadas desde sus bancas.

–¿Cómo crees? Yo me refiero al que acaba de entrar a su salón. Se llama Malachite, verdad que es todo un sueño…

–¡Mina, ya nos vio y viene para acá! Yo creo que fue por discretas…

–Usa no es hora de hacer bromas… dime cómo me veo –le pregunto disimuladamente y acomodo su moño rojo.

–Luces linda… –le susurró al oído.

Mina no cabía de la emoción y cuando estaba a punto de presentarse, él la interrumpió.

–Te llamas Usagi Tsukino, ¿verdad?

–Yo… –dijo tímidamente, entonces Mina bajo corriendo las escaleras. Estaba a punto de seguir a su mejor amiga, cuando se dio cuenta que el chico que estaba tocando la guitarra se le quedo viendo fijamente, ella se sintió intimidada. El miedo que él le provocaba, hasta cierto punto era justificado.

–Entonces, no piensas contestarme…

–Lo s…siento, tengo que irme…

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–Mina ya falta poco para que acabe el receso, no piensas salir del baño.

Usagi estaba preocupada por su amiga, solo podía escuchar sus sollozos al otro lado de la puerta.

–Malachite, está interesado en ti.

–Mina, eso no es cierto, no creo que a él le interese alguien tan infantil como yo… Sigo usando el mismo peinado que llevaba desde que era una niña. Lo más probable es que me conozca, por ser la que llego el primer día de clases sin zapatos, y como bien sabes toda la escuela se enteró. Por esto todo el mundo sabe mi nombre –sonrió al recordar al chico que le había hablado la noche anterior y se recargo sobre la puerta– Mina tu eres muy hermosa por dentro y por fuera y ten por seguro que cuando te conozca estará más que interesado en ti.

Mina abrió tan de repente la puerta que Usagi estuvo a punto de caer al suelo.

–Usa no te subestimes, eres muy linda…–la abrazo, y se separó de ella, al ver por el gran espejo que su rímel había sucumbido ante sus lágrimas, saco el maquillaje de su bolsa.

–Por cierto, te ha vuelto a hablar el chico misterioso.

–No, y no creo que me hable de nuevo…

–Algo me dice que estas vacaciones de verano conocerás al chico de tus sueños. ¡Es una predicción de la Diosa del Amor! –dijo con determinación y con la alegría que la caracteriza– ¡Yo no me voy a rendir, terminando las clases hablare con Malachite!

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–Mina, el entrenador me dijo que te comentara: que hoy tenemos práctica y es obligatorio asistir.

Su compañera salió del salón rumbo al gimnasio.

–No puede ser –Mina recargo decepcionada; su cabeza sobre el pupitre– Ya no tendré otra oportunidad para hablar con él. Mañana temprano partimos al torneo de voleibol y cuando regresemos ya serán vacaciones de verano y por si fuera poco voy a ir a un campamento.

–Ya sé, escribe tu número de celular –le entrego una hoja decorada– y yo se lo doy, para que te hable.

–¡Usa, eres un genio!

Mina tomo la hoja y comenzó a escribir, pero tardo más de lo esperado, ya que termino escribiéndole una carta.

–Solo le falta el toque final –y beso la hoja– ¡Listo!

Mina se la entrego, suspiro y salió corriendo del salón.

–¡Gracias amiga, ten por seguro que te hablare en cuanto se comunique con migo!

Usagi corrió en dirección al salón de primero ¨B¨.

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Lo busco en su salón, pero ya no había nadie. Espero encontrarlo en la cafetería o en los jardines o en la biblioteca y ni rastro de Malachite. Cuando estaba a punto de rendirse y marcharse a su casa, en el estacionamiento vio al ¨chico de la guitarra¨ a punto ponerse el casco. Se armó de valor ya que no quería decepcionar a Mina.

–Disculpa… bueno… yo… –él apago el motor– Podrías entregarle esto a Malachite… cuando lo veas.

Él cogió la carta de mala gana y la mano de Usagi tembló. Otra vez se sintió intimidada por la mirada de aquel chico. Él se bajó de la motocicleta y se le acercó más de lo que ella podía soportar, no pudo evitar sentir pánico, y sin decir nada más; ¨salió corriendo de ahí como alma que lleva el Diablo¨.

Él vio con desdén el papel doblado en forma de corazón, no midió la fuerza que ejercía sobre este y termino deformándolo.

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Usagi no pudo conciliar el sueño, por la incertidumbre de si la ¨carta¨ de Mina, había llegado a manos de su destinatario. Vio la hora de su celular; 9:05 P.M. Entonces su celular vibro y contesto.

–¡Malachite me hablo!

Usagi alejo el celular de su oído, pero Mina seguía gritando por la emoción.

–Mina, si sigues gritando así, hasta mis papás te van a escuchar.

–Lo siento… pero estoy tan feliz…. Usa, ¨te vas a ir al cielo con todo y zapatos¨… ¡Muchas gracias!

–La verdad es que quien se la entrego fue uno de sus compañeros. Te acuerdas del que se peleó con Alan, nuestro compañero de clase. Como no lo encontré en su salón, le pedí de favor a él que se la entregara.

–¡Te refieres a Diamond Kuroi! Es el mejor amigo de Malachite, además ellos tienen una banda de rock que toca todos los viernes a las 6:15 P.M. en la cafetería C…

De lo feliz que estaba Mina no se percató de que la batería estaba a punto de agotarse y se cortó la comunicación.

A los pocos segundos volvió a vibrar el celular de Usagi y sin ver de quien se trataba contesto.

–Mina, entonces…

–Acaso, ya olvidaste a tu héroe…

Continuara…

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26/III/2014

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Tenía toda la intención de publicar este capítulo el día de ayer, pero por causas de fuerza mayor me fue imposible. Pero cómo dicen: ¨lo que importa es la intención¨. Hay varios motivos por los que me anime a crear una adaptación del maravilloso manga: Koizora. Esta ya se llevaba maquinando en mi mente desde hace años, pero ya sea por una u otra cosa no se dio.

Entonces dije: porque no publicarla en el cumpleaños de Diamante (26 de marzo). Y aquí esta, deseo que disfruten de esta hermosa historia de amor protagonizada por Serena y Diamante.

Aprovecho para mandar un afectuoso saludo a todas las admiradoras de (nuestro) Diamante.