¡Yahoo! Después de millones de años sin hacer nada, aquí vengo reeditando el primer capítulo de éste abandonado fic, la verdad es que quiero ponerme al corriente antes de continuar con el siguiente capítulo, ya saben, raras ideas de los autores...
Aclaraciones: Saint Seiya ni ninguno de sus personajes me pertenecen, todo es propiedad de Masami Kurumada (Autor de Saint Seiya), Shiori Teshirogi (Saint Seiya The Lost Canvas), Editorial Shueisha y Estudio Toei Animation. Yo solamente los tomo por mero amor al arte y sin ningún fin lucrativo, sólo eso
En fin, tengo que agradecer a TODOS los que dejaron comentario en éste primer chap, aunque haya sido para bien o para mal... o lo que haya pasado, ¡Bleh!
Agradecimientos: Nana-C-Lover, lena y angel de acuario
~Cuidando de unos Pequeños Dioses~
Naturalmente un padre cuándo castiga a sus hijos les grita: ¡A su cuarto, sin cenar! O bien, les castiga la preciada televisión, la computadora, el celular, el auto último modelo, el Xbox, el Rock Band y el Guitar Hero, ¡y hasta el derecho de usar el sillón! Pero entonces, ¿Cómo castigará Zeus a sus hijos? ¿Y a sus hermanos? ¡Pues fácil, convirtiéndolos en unos niños aún más niños!
La paz reinaba, claro que si, pero sólo reinaba cada cinco minutos después de un capítulo entero. El resto del tiempo eran los puros pleitos entre los Dioses: Hera odiaba con todo su celoso ser a Leto, bueno en si, a toda mujer que se acercara a su marido; Artemisa la odiaba a ella; Apolo odiaba a Ares por coquetearle descaradamente a su hermana sabiendo que ella debía ser virgen, por los siglos de los siglos, Amén; Eris le hacía todo tipo maldad que existía y hasta la que no a la pobre Hilda de Polaris; y en un raro giro del destino, Venus se peleaba con Saori por el supuesto "mal comportamiento que había tenido Afrodita hacia la Diosa de la Belleza", y Saori claro que defendía a su Santo para no quedar mal ante su padre. Y hasta el final Poseidón y Hades… ay esos dos, como todos los buenos hermanos peleaban por ver quién era el "macho dominante" de los dos, pero en vez de hacer las cosas como los Dioses maduros se comportaban como unos críos malcriados: Poseidón había convertido todo el Mekai en una enorme alberca olímpica, mientras que Hades había llevado a Cerberos a la Atlántida para que jugara con los Pilares como si de simples ramitas se tratasen
¡Pobre Zeus! De tanto coraje su hígado comenzaba a deshacerse, así que bien decidido se puso sus pantalones más caros como todo Rey joven, guapo, poderoso y a la moda por si fuera poco, y gritó: "¡Hasta aquí!", lo que provocó que hasta los ángeles, y no precisamente los de Apolo y Artemisa, chocaran contra un avión… pobre gente, pobres ángeles, pobre avión costoso… pero ni hablar, así era la vida, chocas con lo que menos te imaginas
El mero chiste es que decidió llamarlos a su oficina privada dentro del Olimpo, frunció el ceño molesto y atinó a decir: "¡Si van a actuar como niños, entonces serán unos!" y ¡zopas! De pronto había un kínder dentro de la oficina del Dios rubio, y como todos los niños medios mongolitos empezaron o a chillar o a pelear, que los manda con sus guerreros, al fin que ellos tenían que proteger a sus Dioses de TODO
O-o-o-o-o-o-o-o-o-O
–"¡¿Cómo demonios me fue a pasar esto?"– se preguntaron todos al mismo tiempo mientras se lamentaban y maldecían su suerte, pero a todo esto, ¿qué había podido ser tan malo para que pensaran así, y algunos otros consideraran hacerse el Harakiri? La respuesta era fácil, cuidar de unos mini-Dioses era lo pelado como bien decía Ikki
O-o-o-o-o-o-o-o-o-O
Los Santos de Oro y Bronce estaban disfrutando de un muy caluroso día en Grecia mientras nadaban felizmente en Cabo Sunión, claro con el permiso del Santo Pope, aunque igual siendo ellos con o sin permiso iban a nadar, ¡le pesara a quién le pesara! Lo único importante era escapar del calor
–¡Esto es vida!– festejó Aioria mientras bebía una famosa piña colada con mucho hielo
–¡Es cierto!– apoyó Milo mientras flotaba de lo más feliz en el agua
–No se encariñen mucho, saben que siempre salen mal los Dioses, al rato nos mandan a cualquier estúpida pelea–
–No seas aguafiestas, Camus– regañó Kanon mientras se hundía en el agua, inmediatamente después sacó la cabeza y un brazo arrojando una prenda azulina a la orilla –¡Ojala así fuesen todos los días!– comentó sonriendo bobamente
–¡Kanon, idiota!– chilló un sonrojado Saga mientras salía en su traje de Adán a recoger las bermudas que su gemelo había lanzado, más atrás de él los demás rieron divertidos
–¡Ay, Saga! ¡No te conocía así!– rió burlonamente el Santo de Sagitario
–¡Cállate, Aioros!– bufó
–Pero de qué hablan ustedes– intervino Shion en la anterior conversación –Si no hacen nada en todo el santo día–
–No crea es que es fácil cuidar de los Templos, Patriarca– contestó rápidamente el Santo de Leo
–¡Es verdad! Cree que no nos gustaría salir de vez en cuando, conocer chicas y- ¡Hey!– chilló al ser golpeado en la cabeza por una pelota playera
–¡Ay, perdón! Creo que tiré mal– se disculpó con sarcasmo la invitada inglesa, ya que ella, Mu, Shaka, Aioros, Shura y Afrodita jugaban voleibol dentro del agua
–Eso te pasa por ser un mujeriego– regañó el francés
–Pero… pero…– balbuceó poniendo cara de borrego a medio morir
–A mí no me veas así–
–Si sigues así perderás a la chica– comentó burlonamente Dohko, Milo sólo puso un rostro de horror digno del cuadro de Edvard Munch
–Maestro, no debería ser tan malo con él– mencionó Shiryu sintiendo pena por el bicho que lloraba a cantaros en el agua y hacía que ésta subiera un centímetro más
–Shiryu, el Gran Maestro no diría eso si Milo aprendiera a ser fiel– intervino Hyoga viendo divertido la escena del mejor amigo de su maestro
–¡Hyoga! No deberías ser tan malo con el pobre Milo– regañó tiernamente Shun
–Shun, aunque no quiera decirlo, el pato tiene razón– comentó Ikki; y así los Santos de Bronce comenzaron a pelear por quién tenía la razón, quién era el más estúpido, quién demonios se había robado la cartera de Shion y qué equipo de fútbol saldría ganador en el partido del sábado, todo eso; hasta que como siempre, Seiya hizo un comentario que dejó a todos neutrales y meramente sin habla por cinco segundos
–Me perdí, ¿de qué hablábamos?–
–Seiya, como siempre no sabes nada– negó el chino con resignación
–Y aún así siempre sobrevive– apoyó el rubio
–¡Es que es como una cucaracha! ¡Con nada se muere!– exclamó Ikki; en ese momento un repentino trueno cayó sobre ellos haciéndolos volar literalmente y revelando a una pequeña niña con una nota atada al cuello que los miraba con infinita confusión
–¿S-Saori?... ¿es Saori, verdad?– inquirió Seiya mirando a la menor
–Nah, no creo, si hasta se ve tierna– respondió DeathMask examinándola fijamente
–¿Dónde estoy?– cuestionó ella
–E-En el Santuario– respondió mientras que los demás comentaban por lo bajo sus propias teorías de lo ocurrido
–Ya, en serio, ¿ahora qué le pasó?– interrogó el menor de los gemelos
–Qué no ves, copia. Encogió– respondió Saga
–¡Ya vi! Pero me refiero a cómo–
–Como si yo lo fuera a saber–
–¡Ustedes dos, basta!– silenció el Pope
–¿Creen que esto fue obra de algún Dios malvado?– cuestionó seriamente Dohko mientras que tras de ellos el fondo antes casi tropical cambiaba a algo más oscuro
–Tal vez…– respondió Shion igual de serio
–Pero entonces qué hacemos– inquirió Aioros
–Ciertamente… no lo sé–
–¡Bah! Pues yo digo que parece perro con esa nota en el cuello– bufó Ikki de lo más despreocupado haciendo que el fondo detrás de ellos se rompiera y regresaran la escenografía anterior
–¿Cuál nota?– cuestionaron
–¡Ikki! ¿Por qué no lo dijiste antes?– regañó la mujer de cabellos negros
–¡Porque nadie lo preguntó!– respondió con obviedad. Todos suspiraron ante la respuesta del pollo flameado; y dado que los hombres son brutos a la hora de tratar con niños aventaron a Horie hacia donde se encontraban Seiya y la niña
–¡Los odio!– chilló mirando las sonrisas de victoria de los Santos, dio un gran suspiró para después ver a la niña –Am… hola– saludó con torpeza
–Hola–
–¿Me recuerdas?– inquirió a lo que la niña negó –Soy Horie, em… ¿me podrías dar la nota que tienes en el cuello?– pidió; la niña que apenas se había dado cuenta agarró el papel y se lo entregó, entonces ella después de encargarle el resto a Seiya regresó con los demás
–¿Qué dice?– cuestionaron con curiosidad, ésta desenvolvió la nota y aclarándose la garganta comenzó a leer en voz alta
"No tan queridos Santos:
Como mi predilecta hija Athena y los demás se han comportado meramente como niños, he decidido castigarlos convirtiéndolos en… bueno, eso, niños. Pero como ella es muy llorona, y que por cierto no recuerdo que fuera así, se las envió de regreso. Cuiden de ella hasta que recuerde cómo devolverla a su forma normal
Atentamente:
El grande y todopoderoso, Zeus
P.D.
No le den de comer cosas altas en grasa o sino vomitará"
–¡¿Pero quién se cree que es?– gruñó Ikki
–Tal vez… Zeus– respondió DeathMask con sarcasmo
–¿Qué vamos a hacer, Maestro?– preguntó Mu
–Pues lo que dice la nota, cuidarla–
–¡Yo no soy niñera de nadie!– se quejó el fénix
–¿Ah, no? ¿Y qué tal de Shun?– susurró Kanon
–Eso es diferente, idiota. Él es mi hermano–
–Bueno, por lo mientras será mejor que regresemos al Templo principal, ahí decidiremos algo– propuso Dohko
–Si, será lo mejor– aceptaron con desilusión
–¡Vamos, Seiya! ¡Hacia el Templo!– gritó Hyoga
–¡Si!– contestó mientras cargaba hacia la mini-Diosa
O-o-o-o-o-o-o-o-o-O
Una vez que todos regresaron al Templo comenzaron a sonar las propuestas referentes al nuevo problema que les había surgido. Muy típico
Unos como Kanon, DeathMask e Ikki opinaban que debían dejarla en una canasta a la entrada de una puerta, tocar el timbre y correr; pero otros como Aioros, Saga y Shura se oponían rotundamente diciendo que lo mejor sería llevarla a la Mansión Kido o a alguna casa-hogar. Los otros Santos escuchaban el debate, mientras que los dos Santos mayores suspiraban cansadamente, y a todo eso, ¿qué hacía Saori?
Pues aprovechando que estaban en "su Templo" como le habían dicho, la pusieron frente a una enorme televisión pantalla plana donde rápidamente la cautivó un desfile de modas que era transmitido en vivo y a todo color desde Francia, el cual Camus también veía de reojo, ¡y cómo no! Si las modelos aparte de ser unas bellezas modelaban también ropa interior
–¡No estamos llegando a nada!– suspiró Dohko completamente desesperado
–¡Hola, hola! ¡¿Alguien vive?– se escuchó desde fuera del Templo; los Santos salieron al encuentro de quién fuera que estuviese ahí, y cuál fue su sorpresa al encontrar a los Generales Marinos, los Jueces del Infierno y los Ángeles quienes traían a cuatro mini-Dioses con ellos
–¡Eh, eh, eh! ¿Qué quieren todos ustedes?– interrogó Ikki con rudeza
–Cálmate, sólo vinimos para que nos ayuden– respondió Aiacos
–¡Jah! Como si les fuéramos a ayudar–
–Ikki, de verdad necesitamos ayuda– intervino Pandora; el pollito sólo comenzó a balbucear cosas sin aparente sentido mientras detrás de él los demás reprimían sus carcajadas
–¡Uy, aguas! Te la puede quitar– susurró Minos a un pálido y molesto Radamanthys
–Yo, Radamanthys de Wyvern nunca lo permitiré– juró; Aiacos y Minos comenzaron a reír por lo bajo
–¿Les pasó lo mismo que a Saori?– cuestionó Seiya a todos los ahí reunidos; los tres mandamases de los ejércitos: Pandora, Thetis y Touma se acercaron a él dejándole notas a modo de respuesta
–A ver…– musitó comenzando a leer
"Queridas… Ah, no. Queridos Marinas:
Con eso de que Poseidón se comporta más infantilmente a lo que mis nervios están acostumbrados, decidí… bueno, convertirlo en lo que es: un crío malcriado y del demonio de 6 años; pero como se puso a pelear con Hades en cuanto lo vio, mejor se los regresó. Así de paso yo me tomo mis merecidas vacaciones en Hawai
Atentamente:
El Dios más escultural de todos, y quien va a estrenar bronceado nuevo. Zeus
P.D.
No dejen que juegue con su Tridente o puede destruir la Atlántida"
–¡Qué Dios tan malvado!– chilló Eo dramáticamente mientras lloraba sobre el hombro de Krishna
–Calma, Eo. Pasará pronto– le consoló
–Bueno, sigamos– comentó Hyoga tomando otra de las notas de las torpes manos del burro alado
"Hn… si les digo "queridos" luego se ofenden. Mejor, odiados Espectros:
Como Hades ha estado actuando extraño, y con extraño quiero decir como un niño, decidí convertirlo en… bueno, un niño. ¡Ah! ¡Vengándome de paso porque Cerberos arruinó mi jardín! Pero como se puso a pelear con Poseidón mejor se lo dejo a ustedes
Atentamente:
El grandioso, y si, nada modesto. Zeus
P.D.
Por el bienestar de sus almas no dejen que toque su espada
P.D.2.
Y cuando regrese a su forma "normal", díganle que nunca más traiga con él a Cerberos, no le fue fácil a Hermes limpiar el… "¡gran desperdicio!" de ese monstruoso perro"
–¡Jeh! Como si no lo supiéramos– replicó un pálido y asqueado Aiacos
–Ése perro es realmente asqueroso– apoyó Minos
–Dejen de quejarse. Ustedes no tienen que limpiarlo– regañó Radamanthys
–Es cierto– sonrió el Juez de Garuda –Tú lo limpias todo–
–Aja, como sea. Continuemos– chistó Kanon quitándole la última nota al bronceado
"A ustedes si los queremos. Queridos Ángeles:
Como Apolo y Artemisa, dos de mis más queridos hijos se han estado comportando de una manera no muy apta para Dioses tan correctos como ellos; me he visto en la penosa necesidad de castigarlos, pero como no quiero que haya problemas aquí en el Olimpo a causa de Hera, se los mando de regreso. Así que de la manera más atenta les pido que los cuiden bien
Atentamente:
El Dios del Trueno. Zeus
P.D.
Cuiden que no tomen sus arcos o pueden salir heridos, no ellos, ustedes
P.D.2.
Saluden a las pequeñas mikos y a Leto de mi parte"
–¿Por qué le dio por escribir tan formal ésta nota?– se preguntó el mayor de los gemelos proféticos
–¿No es obvio? Para atraer la atención de Leto-sama– respondió Orestes
–Él tiene razón– asintieron los otros ángeles dándole la razón a su camarada
–¿Y bien, nos ayudaran?– cuestionó Thetis
–Uh… ¡junta!– ordenó el Patriarca; inmediatamente todos se juntaron entre sí formando un pequeño y abultado círculo donde murmuraban
–Ayudémoslos– propuso Shun
–¡¿Qué? ¡¿Por qué?– chilló la mayoría
–Chicos, siempre es bueno ayudar al prójimo– contestó con simplicidad e infinita bondad
–¿Saben? No están hablando para nada en voz baja– intervino Horie cruzada de brazos –Aunque sea yo por mi parte no puedo dejarlos así–
–Eso es porque eres mujer– se defendió el flameado viéndola con malos ojos –¡Las mujeres deberían cuidarlos!– exclamó a modo de rebelión mientras miraba a los demás; éstos se miraron entre sí para después vitorearlo
–¡Es cierto!–
–¡Oigan, imbéciles!– se quejaron al unísono
–Lo sentimos, pero así es desde el principio de los tiempos. Las mujeres cuidan niños mientras que los hombres trabajamos– explicó Kaysa
–El adefesio éste tiene razón– afirmó Ikki
–¡¿Adefesio?– chilló completamente indignado
–Lo tomaría en serio, inclusive ni me opondría a lo que dicen, claro, si es que todavía hubiera hombres– respondió desafiantemente la sirena
–¿Estás diciendo que ninguno de nosotros es hombre?– interrogó Camus con seriedad y molestia al verse inmerso en la frase de la mujer; ésta frunció el ceño sin responderle mientras se cruzaba de brazos
–Eso fue exactamente lo que quiso decir, aunque claro, habrá pocas excepciones entre ustedes– contestó Pandora
–¡Como sea! ¡Yo no cuidaré de ningún mocoso!– exclamó el fénix –Está decidido, odio a los niños–
–¿Y ustedes, qué dicen?– inquirió la Sacerdotisa; los hombres se miraron entre sí, se dieron la vuelta dispuestos a irse mientras algunos de sus camaradas los miraban atentamente pensando en lo idiotas que eran, las chicas fruncieron el ceño para luego intercambiar miradas, finalmente después de pocos segundos asintieron
–¡Esperen!–
–Ahora qué quieren–
–Si no nos ayudan, yo… ¡juro que los encerraré en una prisión de coral y los arrojaré a lo más profundo de la Zona de Penumbra!– amenazó Thetis a los Generales
–Y si ustedes no obedecen mis órdenes se los daré como juguetes a Cerberos– prosiguió Pandora
–Admeto-niichan, no creo que ustedes quieran ser comida fresca para los sabuesos, ¿o si?– sonrió tranquilamente la pelinegra a los Ángeles; todos los amenazados tragaron saliva con dificultad al imaginarse a las chicas en ese plan y sobretodo sus amenazas
–Está bien…– suspiraron resignados
–¡Jah! ¡Qué débiles son!– rió Mascara –¡Pero a nosotros no nos pueden amenazar!–
–¿Ah, si?– sonrieron las tres a la vez –Está bien, no nos ayuden. Pero nos veremos en la "penosa" necesidad de decirle esto a Zeus-sama– respondieron; por un momento los Santos se quedaron pensando en la amenaza indirecta, pocos segundos después cayeron en cuenta de que les iría más mal de lo acostumbrado si llegaban a rehusarse
–De acuerdo. Ustedes ganan– cedió Saga en nombre de los demás
–¡No saben cuánto las odio!– gruñó Ikki aún más malhumorado
–No nos importa– rieron
–¿Y dónde se suponen que están los Dioses?– inquirió Isaac
–¡¿Eh…? ¡Se nos fueron!– chillaron al ver el hueco vacio donde antes habían estado
–¡Todo por su culpa!– se acusaron ambos bandos: femenino y masculino
–¡Ya, niños! Tendremos que buscarlos– indicó Shion poniendo orden como el adulto muy mayor que era
