Yo, H, declaro que los personajes ni su ambiente me pertenecen, solo la historia, la cual realizo totalmente desde una idea sacada de mi mente, todo lo demás pertenece al señor Toriyama. Ya está, buen disclaimer ¿No?

Por fuerza mayor he tenido que añadir esta pequeña nota inicial a la historia, que considero necesaria luego de comentarios diversos:

SÍ, estás a punto de leer un fanfiction -lo que significa que es ficción, por kami- sobre Goten y Pan en donde se ven involucrados romanticamente. SÍ, sé que están relacionados, que son tío y sobrina y SÍ, sé que para algún sector de la población del planeta eso es horrible, asqueroso, etc, etc. Quiero dejar claro, nuevamente, que esto es ficción, que son dos personajes, que no tiene que ver con la realidad y que si lo hice fue mayoritariamente de aburrida, experimentando con algo extraño, FIN.

Si no te parece, si te disgusta, si me matarías por crear una obra de FICCIÓN, vete, corre, anda, lejos de aquí, esta nota debería aclararte que no estás en el lugar correcto.

Saludos.

-H


Capítulo 1.

La boda de Trunks había sido un éxito, el enamorado heredero y príncipe Saiyajin por fin estaba unido en santo matrimonio con Marron, su novia desde hace tres años y la mujer con la que quería pasar toda la vida. Como la felicidad de una persona puede ser el martirio de otra, la boda en sí estaba destruyendo actualmente a una joven de diecisiete años, pelinegra y de ojos como el ébano.

Lo había perdido para siempre, bueno, quizás hace tiempo que lo había perdido, cuando este se enamoró perdidamente de la rubia, pero el matrimonio era un paso más allá, era la pérdida de cualquier posibilidad, de cualquier sueño loco en donde ella sí se quedaba con él a pesar de todo, era… devastador. Esa noche vio como ya no podía hacer nada por tenerlo con ella, que todas las noches que había soñado con él, que todas las veces que se había imaginado ella en el puesto al lado de él, envejeciendo juntos, teniendo muchos herederos fuertes, ya que ella lo era y él mucho más, eran solo basura… no más sueños, solo un aterrizaje estrepitoso en la cruda realidad.

Había esperado tantos años por algo que no llegó y era hora de cambiar, de moverse, de dar un paso adelante dejando atrás todo eso por su bien, pero ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo comenzar?

Se sentó en una roca frente al mar, había volado hasta allí luego de haber escuchado con sus propios oídos el "acepto" de la pareja en la iglesia más grande y hermosa de todo Japón, y de haber visto con sus propios ojos el amor que se tenían ambos. Sonrió, a pesar de todo, de sus sentimientos y de lo mal que se sentía, ella aún no podía odiarlos, es decir, adoraba a Marron, amaba a Trunks, la que sobró siempre ahí fue ella, no había nada más que hacer que dar un paso atrás y esperar, esperar a que la tormenta que gobierna en su joven corazón pase…

— ¿Pan? —alguien habló tras ella sorprendiéndola, ¿Quién la había seguido? Volteó y vio a su tío Goten, quien observándola con una mueca de confusión avanzó hacia ella y se sentó a su lado con suavidad. El pelinegro siempre fue bueno escabulléndose, llegando cuando nadie lo espera, apareciendo con esos suaves movimientos, dejándose caer al lado de quien sea como si fuese una pluma flotando en el aire.

Eso era lo que más admiraba Pan de él, de hecho: Su ligereza, tanto interior como exterior.

— Tío —frunció el ceño, aunque no sabía si sentirse enojada o aliviada, la compañía de Goten siempre podía ser tanto grata como horrible, dependiendo del humor del hombre— ¿Por qué me seguiste?

— Vamos, todo el día has estado rara, me preocupa mi sobrina —explicó suspirando— Además se acabaron la comida en el coctel, y eso me fastidia un poco, ¿Me haces más espacio en la roca? Creo que me caeré si sigo sentado en la punta —el joven observó la mirada peligrosa que le echaba su sobrina y abrió la boca formando una "o", pensativo— ...O me tengo que ir de aquí antes de que me mates —habló finalmente.

— Er… no —ella rió, él siempre podía hacerla sonreír incluso hasta cuando se sentía podrida por dentro, como en ese momento. Quizás su compañía le vendría bien— Siéntate, aunque yo acá tampoco tengo comida eh, no sirvo de consuelo para esos asuntos —le advirtió.

— Bueno, no me queda más que resignarme —Goten se acomodó a su lado— ¿Me podrías decir qué te pasa?

— Oh ya veo, si no puedes con comida de verdad, quieres alimentarte de chismes…

— Yo diría en un tono más formal: Alimentarme de los sentimientos de Pan —su tío jugó a hacerse el emotivo y nuevamente tuvo a Pan riendo a su lado, lo que le causaba una cierta sensación de alivio tras haberla visto durante toda la boda tremendamente turbada, pero él no era idiota y la conocía bastante bien, tras esa risa que le ofrecía en ese instante aún debía esconderse perfectamente el motivo de su malestar, y la curiosidad lo mataba, tanto como la preocupación que sentía, claro.

Pan solo se preguntaba en su interior cómo es que Goten no lo había siquiera sospechado, seguía siendo el ingenuo de siempre, pasando por alto hasta los detalles más obvios.

— Bueno entonces te quedarás con hambre porque no me pasa nada —jugó.

— No soy un tarado, Pan, puede que algo distraído pero… —se encogió de hombros.

Ella lo miró pensativa, Trunks era el mejor amigo de su tío Goten, eso era un hecho, pero a la vez, cuando Goten tenía que ponerse serio y quedarse como tumba, lo hacía, y quizás al oírla podría comprender la situación y… quedarse en silencio, apoyarla a ella esta vez en vez de a su incondicional amigo.

— ¿Qué piensas? —la interrumpió de nuevo la voz de su acompañante esa noche.

— Nada —mintió, aunque luego se arrepintió— O bueno sí pensaba en algo… yo… Goten ¡Es que cómo no lo deduces solo, si es tan fácil!

— ¿Qué cosa?

Definitivamente no tenía idea.

— Goten, desde que tengo catorce años que... —miró al suelo, avergonzada, se sentía tan ridícula, apostaba a que su tío se reiría hasta que le doliera el estómago gracias a ella, gracias a sus tonterías, gracias a sus ilusiones, gracias a sus niñerías— que me gusta… ugh, qué lento eres, ¡Desde que tengo catorce años estoy enamorada de Trunks!

Todo se quedó en silencio luego de que la joven exclamara su verdad por primera vez en voz alta, y Goten no rió, solo se quedó ahí, pasmado, analizando todo lo que había oído una y otra vez en su mente.

— ¿En serio? —fue lo único que atinó a decir.

— Sí, sí… como sea, ya no importa —la chica tomó una pequeña roca y la arrojó al mar con fuerza— Se casó, está viviendo el sueño de su vida con la persona que ama, quien casualmente es una de mis mejores y únicas amigas.

Ahora Goten comenzaba a comprender el lío que era todo eso.

— Pan yo… lo siento mucho —la miró con algo de pena.

— Yo también lo siento, Goten, pero después de todo ¿Qué hubiera pasado si yo fuera la chica escogida en vez de Marron? Papá se hubiera vuelto loco, hubiera impedido la boda, me hubiera encerrado en un convento y el asunto se hubiera acabado. La moraleja, querido tío, es que sería más infeliz de lo que soy ahora —sonrió vagamente— Si es que eso es posible —añadió en un susurro.

— No olvides que Trunks es una total reina del drama cuando se trata de la edad de las chicas con las que sale, créeme, y me imagino si tu fueras su enamorada en vez de la rubia, seguramente Trunks diría "Eres tan pequeña… ¡Qué pecado más grande!" —Goten imitó a la perfección la voz profunda de su amigo y Pan se echó a reír.

— Eres un tonto… Deberíamos ser guionistas de novelas, ya sabes, seguro nos pagarían muy bien por un dramón como este —suspiró— pero gracias, honestamente sin ti ya estaría en el fondo del mar.

— ¿Es en serio?

— No —esta vez ambos rieron— No ha nacido el hombre que logre que me quiera suicidar, tengo que decir que ni siquiera el heredero de la Corporación Cápsula lo logró.

— Uh, que miedo —el pelinegro le revolvió el cabello y la miró seriamente— Pequeña, a veces el amor llega cuando no lo buscas y con quien menos lo esperas.

Muy profundo para ser tú, pensó ella mirándolo con una leve sonrisa.

— ¿Te llegó a ti?

— Pues bueno, recién acabo de cortar con una paranoica, ¿Qué piensas? —se hizo el afligido pensando en Pares, quien a simple vista parecía una chica reservada y perfecta, pero a la larga y mirando más de cerca lo había terminado hartando con sus escenas de celos y actitudes insoportables, él siempre se había caracterizado por ser libre, y que ella no lo aceptara indicaba que algo andaba mal, muy mal, por lo que cuando cortaron Goten no sintió mucho sino que paz, mucha paz consigo mismo y su libertad recuperada.

— Se nota que la quisiste mucho —lo regañó Pan al notar el sarcasmo.

— No es que no la quisiera pero no funcionó, ¿Qué es lo que quieres para estar contenta? ¿Verme llorando por las esquinas todo ebrio y maltrecho?

— Para serte sincera, me gustaría verlo —soltó la joven ganándose una mirada rencorosa de su tío.

Pan pensó en lo que le había recomendado el distraído de Goten, pero para lograr que el amor llegara, primero debía olvidar el fuerte amor que sentía por el imposible de su amigo Trunks, y eso sería difícil, lo sabía.

— Nunca pensé que diría esto pero… que bueno que esa gente hambrienta se acabara la comida y vinieras a alimentarte de chismes —sonrió tranquila sintiendo la brisa del mar en su rostro y el sonido del agua, todo en el ambiente más la compañía de Goten la calmaban un poco, aunque su corazón siguiera atolondrado y apretado luego de una noche de tantas emociones.

— Todavía no se los perdono, tengo hambre —se quejó— Ah, y no soy chismoso —la miró feo.

Ella simplemente sonrió y le sacó la lengua.

Volvieron a la fiesta luego de un rato más hablando de cualquier tontería mientras veían cómo las olas del mar se ponían algo violentas con el viento; entonces, al aterrizar en la Corporación Cápsula, en donde aún se vivía un colérico ambiente que le gritaba en la cara a Pan que todos eran felices excepto ella, resopló e intentó no pensar en lo que la aquejaba, en no pensar en sus sentimientos egoístas y solo preocuparse en, aparentemente, ser feliz como los demás.

No lo logró pero podía jugar a ser actriz por unas horas más, claro, la fiesta recién comenzaba y era casi un deber permanecer con una sonrisa ante todos. Goten se fue a comer apenas llegaron los repuestos a todos los platos de comida, y durante casi media hora lo único que hizo fue sacar y sacar comida de todos esos apetitosos platos sin saciarse, como todo un saiyajin. Cuando Pan lo divisó, sonrió y se acercó para secundarlo en el acto, admitiendo que estaba un poco hambrienta y necesitaba comer.

Cuando el pelinegro se percató de la presencia de su sobrina a su lado, comiendo, rió.

— ¿Te bajó el hambre? —le preguntó intentando tragar un gran pollo que se había metido a la boca de una sola mordida.

— Y a ti los malos modales, Goten, ¿Cómo piensas encontrar al amor de tu vida hablándole a la gente con la boca llena de pollo? —ella lo regañó, encantada con las conductas aún infantiles de su tío.

— De hecho, ya te dije, llegará solito —se confió él haciéndose el interesante.

— Vale, ojalá llegue cuando estés comiendo —Pan, sin embargo, siguió burlándose.

— Mejor así, querida Pan, así aprende a apreciar mis modales, yo no cambiaría por nadie —se negó, y volvió a recordar a la hermosa pero terrible Pares— Es por eso que acabé con ciertas relaciones —hizo una breve insinuación a su relación con ella, tanto que la muchacha se había empecinado en hacerlo un hombre "más decente" cuando él jamás tuvo la intención de hacerle caso. Recordó como ella vivía por su propósito, como si realmente lo fuera lograr pero al final lo único que le quedó fue bajar los brazos y retirarse, como en la guerra.

— Bueno, olvidemos el tema —la joven se descuidó y de pronto estaba hablando con la boca llena de patatas, Goten se partió de la risa sin disimulo.

— Tu súper príncipe azul tendrá que verte comiendo también, señorita "hablo con patatas en la boca" —Pan casi escupe todo lo que llevaba triturado pero tragó con un gesto odioso, su tío era un pesado y además la había dejado con la boca sellada, como un jaque mate en ajedrez, y ya no podía defenderse.

— Eres un tonto —refunfuñó— Anotaré también eso para mis amigas que se mueren por conocer a mi tío el "sexy" —añadió con una mueca de fingido asco.

— ¿Y eso? Nunca me lo habías mencionado —nuevamente él se intentó hacer el importante, aunque por dentro poco le importaba que unas muchachitas lo persiguieran, es decir, él no era un desesperado y sin duda no conocería a ninguna de las amigas de Pan, ni aunque ella lo obligara, aunque dudaba que su sobrina hiciera algo como eso y por eso le agradaba.

— Pues… una vez que fuiste a buscarme a la universidad, para salvarme de un examen para el que no había estudiado nada, te vieron y no dejaron de hablar de tu sensual trasero por días —le explicó la chica con rapidez y sin darle demasiada importancia— ¿Contento? —le apretó una mejilla con gesto de abuelita que mima a su nieto, Goten la alejó de su rostro sin expresión de "estar contento", luego de eso sacó un plato con patatas, más pollo y un pedazo de vacuno extra grande y los dos se fueron al jardín.

Al lado de tío y sobrina, quienes disfrutaban del tranquilo y solitario ambiente afuera de la casa, llegó Bra con una botella de champagne, al parecer esa fiesta estaba algo alocada, Pan la miró con un gesto divertido, ¡Vaya! Quién lo diría, habían pasado exactamente quince minutos en los que esa misma sonrisa no había abandonado su rostro, todo gracias a Goten y ahora, a la princesa.

— ¿Qué haces con una botella? —miró hacia todos lados y cuando corroboró que no había nadie conocido cerca se tranquilizó un poco, sabía que Bulma o Vegeta aniquilarían a su hija si la vieran en conductas tan demenciales como pasearse ebria por el jardín de los Briefs; primero porque es una chica decente, segundo porque solo tiene dieciséis años.

— Pues bebo ¿Por qué? —la peliazul brindó con ellos, Goten alzó la copa que traía junto a su plato de modo solemne, encontrando sumamente chistoso que la muchachita estuviera algo mareada, porque era un hecho para todos: Bra Briefs no estaba en sus cabales esa noche.

— ¿Cuánto has bebido? —Pan sabía que lo que más le molestaba a Bra era que ella o cualquier persona fuera sobreprotectora con ella, lo detestaba, ponían una mirada totalmente oscura en su bello rostro, sin duda una mirada heredada del príncipe de los saiyajin.

— Pan despreocúpate —Bra la abrazó de un modo un poco brusco— ¿Quieres? A lo mejor si bebes se te quita la amargura —le ofreció la botella.

— No, gracias —la pelinegra miró a su tío pero él no parecía querer intervenir, entonces resopló, quitándole la botella a su amiga.

— ¿No que no querías? —rió la peliazul— No te vayas a emborrachar eh —y siguió riendo.

Pan lanzó la botella tan lejos que ni se oyó un chasquido que anunciara dónde había aterrizado, simplemente se perdió en el aire y, al ver el acto, la princesa se enfureció de pronto.

— ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué tienes que ser tan jodidamente aguafiestas? —protestó casi a los gritos.

— No seguirás bebiendo Bra, tienes dieciséis, tus padres te matarán, ve a dormir —le aconsejó la joven Son totalmente seria.

— Estás loca, eso es lo que pasa ¿Cuándo fue que te volviste tan amargada? —Bra fingió que lo pensaba colocando una mano en su mentón— Ah claro, ya lo recuerdo, desde que mi hermanito se comprometió ¿No es así? pues vale, se casó, el amor de TU vida se casó con Marron, TU amiga, al menos sé feliz por ellos y no arruines a los demás —gruñó, ya no estaba riendo, Bra tendía a ser muy violenta con sus palabras cuando se enfadaba, no se medía, simplemente no se medía, algunas veces ni siquiera era su intención hacer daño, solo era el calor del momento, pero como siempre… los hijos de Vegeta tendían a pasarse de la raya cuando la ira los gobernaba, tal y como su padre.

Ante las palabras de la joven Briefs, Goten apenas pudo asimilarlo, sus ojos estaban tan grandes como dos platos y no sabía qué hacer, solo mirar alternadamente a Pan y a Bra, esperando que Pan no matara de un solo golpe en el cuello a la peliazul por su insolencia.

Pero entonces, como si todo sucediera en cámara lenta, apareció Trunks tras su hermana, y estaba lo suficientemente cerca como para haberlo oído todo, y sus ojos azules solo miraban a Pan. Bra se volteó al ver que los dos Son miraban a un punto más allá de ella y cuando vio a su hermano se congeló y fue como si todos los efectos de la champagne y las cervezas se le hubieran quitado. Se tambaleó un poco y corrió adentro de la casa, demasiado asustada y avergonzada como para hacer algo más que escabullirse.

Ahora, solo tres personas se reunían en el lugar del delito. Goten, Trunks y Pan.

— ¿Qué es lo que acaba de decir mi hermana? —preguntó el heredero, anonadado.


Bueno, tras haberlo pensado mucho estoy haciendo este longfic con un toque de comedia, romance, drama y mucho más sobre por qué Goten y Pan no deberían ser amigos, como el título lo dice, ¡Saludos!