Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de S.M.
Capitulo beteado por Sarai GN, Beta FFAD: www facebook com / groups / betasffaddiction
Yo, Isabella Swan, lo tenía todo. A mis padres juntos, una hermana que adoro, un novio que creía que me amaba, unos amigos que jamás me darían la espalda, soy popular en la preparatoria. Todo lo que he querido de niña lo tengo a mis 18 años, pero los cuentos de hadas no duran para siempre... Todo en mi vida perdió color, ahora solo veo gris. No tengo fuerzas suficientes para salir adelante, pero tengo y debo hacerlo por nuestro bien, porque aún tengo la esperanza de que llegue una luz... esa luz que le devolverá el color y el brillo a mi momento de oscuridad.
.
.
.
-27 DIAS ANTES.
—Hasta mañana amor, te amo. —Trataba de ser dulce a pesar de todo el estrés que tenía encima.
—Yo también Bella. Que descanses.
Colgué sintiéndome molesta. Yo trataba de ser cariñosa con él, ¿y qué gano? un "yo también Bella. Que descanses". No era la primera vez en esta semana que James se despedía con un simple Bella, nada de amor, ni preciosa. El tono de su voz era lo que me molestaba y preocupaba al mismo tiempo, era de esos tonos que yo utilizaba cuando decía las cosas por compromiso, por quedar bien.
Me regañé a mí misma. No debía preocuparme, porque él me había demostrado en estos 3 años que me amaba, con cada abrazo, con cada beso, con cada caricia delicada que me daba cuando estábamos solo los dos... ¡Para Isabella! No pienses en esas cosas, tienes que concentrarte en estudiar para el examen. Suspiré. Mañana me tocaba Historia y definitivamente esa profesora me odiaba.
Flashback
Recuerdo cómo iba caminando por el pasillo de la prepa con mi taza de café y hablando por el celular, bueno, la mejor palabra sería discutiendo, porque mi mamá quería que regresara rápido a la casa a cuidar a mí hermana y yo quería salir con James, estaba totalmente distraída cuando escuché:
—¡Isabella Swan! Mira lo que has hecho...
Inmediatamente colgué y miré el desastre que había ocasionado.
—Perdón, profesora. N-No-no era mi intención… yo estaba caminando y… —No podía creer que le hubiera manchado con café todos los papeles que llevaba. La profesora estaba roja de la cólera y yo roja de la vergüenza que sentía.
—Swan, ¡llevo exámenes corregidos! Las clases, absolutamente todo. ¡Retírate Swan!, nos vemos en clases.
Y así me fui, maldiciendo una y otra vez, renegando con mi madre por la llamada y sabiendo que a partir de ese momento Historianunca más iba a ser divertida para mí.
Fin del Flashback
Estaba leyendo "Estados Unidos y de su consolidación como potencia" cuando sonó mi teléfono, eran las 12 de la noche. Solo una personita puede llamar a esta hora...
—Hola Alice, ¿cómo estás? —Estaba molesta. A quién se le ocurre llamar a esta hora sabiendo que tenemos examen.
—Oh Bella, ¿cómo sabías que era yo? Bueno, no importa. A que no sabes quién vendrá en dos meses...
—No Alice, no lo sé, ¿has estudiado para mañana?
—No importa el examen. Vendrá mi hermanito Eddie. ¿Te imaginas?, lo veré después de seis años y lo más importante, ¿sabes a qué vendrá? Para ir a la Seattle University, la misma universidad a la que vamos a ir después de graduarnos.
—Alice, pero todavía falta mucho para que venga, aparte, ¿no dices que él no se lleva con tu papá y se supone que cuida a tu abuela?
—Bella, las cosas entre mi papá y él no han cambiado, solo que mi tío y sus hijos se quedarán a vivir permanentemente en la casa de mi abuela y Edward siente que sobra ahí, por eso lo convencí a que viniera a estudiar aquí. Me ha dicho que vendrá, pero que le busque algún departamento porque no piensa vivir con mi papá.
—Bueno, es entendible después de lo que tu papá le hizo. —Se lo dije tratando de esconder mi fastidio, pero no lo logré.
—Bella, ya te he contado millones de veces por qué Carlisle se portó así con Edward.
Esa misma excusa la había escuchado un montón de veces... pero me ponía en el lugar de Edward y llegaba a la misma conclusión: Yo hubiera hecho lo mismo que él, no toleraría que Charlie me trate así.
—Como sea, Alice. Sabes mi opinión respecto a ese tema. ¿Edward sabe lo del nuevo compromiso de tu papá?
—No, porque sino él no vendría y en verdad muero por ver a mi hermano, me ha hecho mucha falta en todo este tiempo.
—Ya duende, no te pongas triste que solo faltan dos meses y lo verás. Ahora te cuelgo porque sabes que la profesora "me ama tanto" que seguro mañana me aprobará sin revisar mi examen detalladamente.
—Jajaja, nos irá bien, Bells. Por cierto, ¿cómo vas con James?
—Bien... —El tono de mi voz decía todo lo contrario.
— ¿Bien bien o bien mal? ¿Qué pasa, Isabella? Y no me digas que "nada" porque te conozco.
Conocía ese tonito de voz. Alice podría ser dulce pero había veces que se convertía en un demonio porque no te deja en paz hasta que averigua todo lo que te está pasando. Ésta duende me conoce más que lo que yo me conozco a mí misma, por las puras no teníamos tantos años de amistad.
—Está un poco distante, ya no es tan cariñoso como antes, pero supongo que deben ser los exámenes. —O eso espero y quiero creer.
—Tranquila Bells, debe ser el estrés. Mañana ponte algo de tus ropas infartantes y, con ese cuerpazo que tienes, todo estará arreglado. Te dejo, cuídate. Te quiero mucho, gracias por escucharme. Mañana paso por ti en mi auto.
—No Alice, ¿Alice? —Me colgó.
Siempre hacía eso, porque sabía que le diría que no, a veces James me venía a recoger o iba en mi auto. Suspiré. Mi mamá me había quitado el auto por dos semanas, porque regresé de la fiesta de James a las cuatro de la madrugada y ella me había dado permiso hasta las dos nada más, pero ni siquiera tomé y mucho menos fumé. Detestaba el alcohol y el olor a tabaco. Pero claro, ella pensaba que porque mi remera olía a tabaco yo lo había hecho y, por más que le dijera que ni siquiera había probado algo, no iba a creerme.
El hermano de Alice vendría, no me quiero imaginar ese día. Si el duende está siempre alegre a pesar de todo lo que le había pasado, ese día no hará solo saltitos simples, sino unos saltos triples.
Por fin conocería a Edward, me había hablado tanto de él que me moría de la curiosidad, ¿cómo será? ¿Sera sexy? ¿Tendrá novia? Supongo que no, porque cómo la dejaría en Londres. ¡Tonta Bella! ¿Qué haces pensando así del "hermanito" del duende? Seguro era una versión masculina de Alice, ¡oh, Dios mío! Si con un Cullen tengo suficiente, no me quiero imaginar dos, ese pensamiento me hizo sonreír. Por lo que sabía, Edward se fue a vivir a Londres con su abuela después de todo el problema que había tenido con Carlisle. En las fotos que Al me había enseñado, tenía el cabello de color cobrizo, unos hermosos ojos verdes, pero no tenía nada de cuerpo, era todo escuálido, hasta parecía un poco afeminado. Lamentablemente, para cuando conocí a Alice, él ya se había ido, así que no podía juzgarlo de esa manera.
A pesar de que me había distraído con la llamada de Alice, no podía dejar de pensar en James "mi dolor en el trasero". Es ilógico pensar que no teníamos crisis o peleas como cualquier pareja, pero en estos tres meses no eran solo peleítas que duraban una mañana, eran peleas que duraban días y eso me estaba preocupando y cansando.
Mañana me pondría otra de mis ropas infartantes, como decía Al. Mi mejor amiga tenía unas ocurrencias... No sé por qué decía que tenía un cuerpazo, era delgada, tenía una cinturita gracias a mis buenos genes, pero mis senos eran pequeños y mi trasero era normal, pero igual, con un bonito cuerpo o no, mi sexto sentido me decía que James me ocultaba algo. Había varias clases a las que no íbamos juntos, porque esos cursos él ya los había llevado. Sí, otra razón más del porqué Renée no se llevaba con James, decía que yo era muy inteligente para desperdiciar mi tiempo en un chico que ya se debería haber graduado hace un año, pero eso jamás me importó, y ahora mucho menos. Sentía que algo me ocultaba, de eso estaba 100% segura, de lo que no estaba segura era si era bueno o malo lo que escondía, pero yo lo iba averiguar
- ¡Bella, despierta! ¡Legarás tarde!
¡Noooo! Renée gritando es peor que el despertador y seguro que en este momento entrará Rebecca... la misma rutina de todos los días.
—Hermanita, despierta. Mira que el desayuno ya está servido, quiero comerlo contigo, ¿vamos sí?
Rebecca, mi hermana de cuatro años, una niña con demasiada energía a pesar de lo pequeña que era, creo que eso se debe a que Alice pasa mucho tiempo en mi casa. Cuando yo estoy triste o molesta, siempre está Rebbe sacándome una sonrisa con sus ocurrencias, por eso la amo, ella es como mi luz.
—Ya voy, Rebe. En un momento bajo. —Me levanté e hice lo de siempre. La despeiné.
—No hagas eso, se arruinará mi peinado.
Cerró con toda la fuerza posible la puerta de mi cuarto. Sí, otra cosa más que mi hermana ha aprendido de Alice.
Bueno, a buscar la ropa "infartante". Abrí mi armario, saqué mi pantalón de cuero negro, la blusa roja y cuando iba a buscar mis zapatos, vi mis Converse, ya no los utilizaba, ni mis pantalones anchos o mis blusas sueltas porque era la burla de todos en el colegio, decían que parecía el espantapájaros Swan o el marimacho Swan, hasta que conocí a Alice y ella cambió mi forma de vestir. Había pasado a ser una chica totalmente femenina, aunque cuando paraba en la casa de Al o en mi casa, parecía el marimacho Swan, claro que ahora había sacado cuerpo. Me encantaría ir en Converse a la prepa, pero Al me mataría, así que solo me queda escoger los zapatos rojos de taco nueve.
Cuando salí, revisé mi celular:
5 llamadas perdidas de Alice.
2 llamadas perdidas de James.
1 mensaje de James:
"Hola Bells. Hoy no podré ir a recogerte, se me ha hecho un poco tarde. Nos vemos en la prepa."
Sigue tan frío. Si la ropa "infartante" no hace efecto tendré que hablar con él, no puedo dejar que esto se desmorone. Él es mi todo, sí, ya sé que con 18 años no debería decir esto, pero es que lo conozco desde el colegio, siempre ha sido tan lindo conmigo, fue mi apoyo cuando fallecieron mis abuelos, siempre me saca una sonrisa con sus ocurrencia y fue mi primera vez...
Flashback
Recuerdo cómo hace un año llegamos a su casa y no había nadie, nos pusimos a ver televisión. Comenzó a acariciarme la espalda, a besarme suavemente hasta que esos besos eran de todo menos suaves. No era la primera vez que pasaba esto, siempre acabábamos sin remera, pero nunca fuimos a más, cuando le decía que parara lo hacía, no sé que pasó ese día, pero supe que íbamos a llegar a mucho más.
Me tomó de la mano y me llevó hasta su dormitorio, cerró la puerta con llave por si llegaba alguien, se acercó a mí sin quitarme los ojos de encima, hasta que las puntas de nuestros pies se tocaban. Comenzó a quitarme la remera y yo subí mis manos facilitándole la tarea, yo hice lo mismo con su camisa, luego me tumbó sobre la cama, me quitó el sostén y comenzó a trazar un sinfín de besos de mi boca a mis pechos y de mi pecho a mi boca. Sentí un fuerte hormigueo en la parte baja de mi vientre e hizo que gimiera, lo que ocasionó un sonrojo por mi parte, en ese momento no sabía qué significaba ese hormigueo.
James prosiguió a lamer, besar y succionarme los pezones, lo que hizo que gimiera mucho más fuerte, lo hacía con tanta intensidad que no paraba de moverme en la cama. Luego, comenzó a trazar besos hasta llegar al botón de mis pantalones, los abrió y comenzó a bajarlos hasta que solo quedé en mis bragas que estaban húmedas, él hizo lo mismo con sus pantalones. Finalmente, me quitó las bragas y quedé completamente desnuda, me sonrojé violentamente, nadie me había visto desnuda. Él me calmaba con frases bonitas como "te amo", "eres la mujer de mi vida", "jamás te haría daño"... Comenzó a quitarse los bóxers y no me quitaba los ojos de encima para ver mi reacción.
—Amor, podemos parar en cualquier momento, no quiero obligarte a nada.
Yo solo asentí. Y así fue, con absolutamente nada de experiencia que yo tenía y la poca que tenia él, dándome suaves caricias por mis piernas, pellizcándome los pezones. Sus besos me estaban volviendo loca. Sentí que bajaba las manos hasta mi entrada, inmediatamente cerré las piernas.
—Amor, tienes que confiar en mí, no podemos seguir si no lo haces.
—Confío en ti amor, solo que tú tienes experiencia y yo no. Tengo miedo de que te aburra o no te guste.
—Qué dices mi Bella. Eres hermosa y nada me va hacer más feliz que hacerte mía.
Continuó con sus besos, pero ésta vez no fue su mano lo que sentí en mi entrada, sino su miembro. Bajé la mirada y me sorprendí al ver que el paquete de James era grande. No sabía cómo eso iba a entrar en mí.
—Te amo Isabella. —Y así fue penetrándome poco a poco.
—Amor, duele. —Él entraba más y más hondo y yo sentía que me rompía a pedazos.
—Bella, eres muy estrecha.
—Arggggg, ¡James!
Se quedó quieto un momento.
—Tranquila amor. El dolor irá disminuyendo, empezaré a moverme, ¿está bien?
No sabía qué más hacer así que solo asentí. Comenzó a moverse lentamente, cada vez que lo hacía me decía cosas hermosas. Yo no tenía palabras para explicar lo que me pasaba en este momento, estaba adolorida y feliz al mismo tiempo, era suya y él mío. James fue aumentando sus embestidas, sin dejar de besar mis senos, por mi parte comencé a sentir que ese hormigueo iba aumentando por cada embestida que él daba, me estaba volviendo loca, literalmente, hasta que él bajó su mano a mi clítoris y le dio suaves pellizcos, no aguanté más y me sentí desfallecer.
— ¡Bellaaa!
En ese momento supe que James se había venido.
Fin del Flashback
Después de ese día, recuerdo cómo Alice me regañó porque no usamos protección y me enteré que una chica podría quedar embarazada en su primera vez. Felizmente, no pasó nada.
Para mí, ese momento fue maravilloso. No fue como me lo imaginaba, con flores y velas como pasaba en las películas, pero el simple hecho de hacerlo con la persona que amas, que te apoya en lo que te propones, que siente orgullo por cada logro que realizas, no tiene precio.
Ese momento fue uno de los más especiales en mi vida. Hacer el amor con mi novio era fantástico, no tenía con qué comparar, pero tampoco quería, jamás engañaría a James. Tenía muchos chicos detrás de mí, por ser una de las más populares, pero jamás se me había cruzado por la cabeza traicionarlo. El maldito problema ahora, era que James no me había tocado hace un mes, siempre que había un momento él ponía excusas; estaba preocupada, molesta e increíblemente frustrada.
—¡Bellaaa!
—¡Ya bajo mamá!
Terminé de arreglarme, a pesar de usar ropa "infartante" no exageraba en maquillarme, quería parecer sexy, no una zorra. Mis ojos son de color verde, así que solo me los delineaba con lápiz negro, me gusta que se vean naturales, y mis mejillas se sonrojan por sí solas con todo lo que me pasa en el día... Bajé a desayunar, la mesa ya estaba servida.
—Buenos días papá. —Le di un beso en la frente.
—Hola Bells.
—Hija, podrías no demorarte tanto, con esa paciencia llegarás tarde. Recuerda que no tienes carro.
—Buenos días Renée. Sí, yo también dormí bien. Y vendrán a recogerme.
—Espero que no sea James —murmuró, pero obviamente yo la escuché.
—No veo cuál sería el problema de que mi novio venga a recogerme. En fin, para tu buena suerte no vendrá él, será Alice.
—No te molestes Bella. Solo que tú sabes qué pienso de ese muchacho...
—¡Para mamá! No quiero escuchar más. Mi papá aprendió a no meterse en mis asuntos, no entiendo por qué tú no puedes hacer lo mismo. —Iba a refutarme, pero la corté—. Y no quiero hablar más del tema, por favor.
Ella solo me miró y asintió.
—Bella, no le hables así a tu madre. Y si no me meto en tus "asuntos" como dices, es porque espero que estés siendo responsable con lo que haces.
—Lo soy papá. Chicas a mi edad, que llevan tantos años en una relación, salen embarazadas y yo no lo estoy. Jamás te han dado una queja de mí en la preparatoria y estoy muy bien en mis notas.
—Lo sé Bells, pero entiende que tu madre y yo nos preocupamos por ti. Claro que ella lo demuestra más que yo.
—Te quiero hija. No peleemos tan temprano, ¿sí? —Con esa carita quién podría seguir discutiendo con Renée.
Desayunamos en una armonía familiar hermosa, no había ningún indicio de haber tenido una pelea. Mi familia era así, podríamos pelearnos, pero al final del día éramos muy unidos.
Renée era florista, trabajaba con Esme, la mamá de Alice, en realidad era la madrastra, pero ella nunca la había llamado así, incluso se ponía cariñosa con ella y le decía mamá. Mi papá era policía en la comisaría de Forks. Y Rebecca, bueno, la pequeña iba al kinder, luego entraría a primero. Yo los amaba, aunque no voy a negar que a veces discutiera con Renée porque no le gustaba que saliera con James, o porque llegué muy tarde. Pero era mi madre y sabía que en el fondo quería lo mejor para mí. Ella tenía su forma de pensar sobre James, pero la que estaba con él era yo, no ella.
Me levanté y justo sonó mi celular, indicándome que Alice ya estaba afuera.
—Los veo más tarde, los quiero.
—Bells, más tarde tenemos la escuela para padres, iremos con Rebbe y tu papá, así que no llegues tarde para que cuides la casa.
—Ok mamá, cuídense.
.
.
.
—Hola, Al. ¿Por qué siempre te tienes que salir con la tuya?
—¡Oh!, creo que la nena no está de buen humor. ¿Qué pasó con James?
—No es eso Al. Solo que me siento un poco rara.
—¿Qué pasa Bells? Sabes que soy yo y puedes confiar en mí —dijo en un tono preocupado. Por eso amaba a Alice, porque siempre se preocupaba por mí.
—¿Tú crees que James me engaña?
Bueno, su cara pasó de preocupada a sorprendida.
—¿De dónde sacas eso?
—Solo respóndeme Alice. —Quería que me respondiera. Por lo menos, si tenía una opinión, tenía dos probabilidades: Estar más tranquila o estar más preocupada.
—No creo Bells. Sabes que cuando estábamos en la escuela, yo creía que él solo quería tener sexo contigo. Tú sabes la famita que tenía en el cole, pero conforme fue pasando el tiempo comencé a tolerarlo más, te demostraba que te amaba. Ahora ha cambiado mucho, ya no es el mismo de antes, le digo que te quiero una tarde para mí sola y él solo dice "ok Alice, llévatela" y antes no era así, peleábamos por ti, tonta. No te estoy diciendo que te engañe, pero puede ser que solo necesite su espacio. Habla con él amiga, sé que hay una solución para esto.
Bueno, Alice nunca se llevó bien con James y creo que el "cariño" es mutuo, pero sé que mi amiga siempre me va aconsejar para bien, aún si de la persona de la que estábamos hablando no le simpatizaba del todo.
—Gracias por tu consejo Al. —Tenía que cambiar de tema sino me pondría rara. —. ¿Y cómo llevas la noticia de tu hermano?
—Estoy muy, pero muy feliz. Tú sabes que nosotros nos separamos en un momento donde el uno necesitaba del otro, aunque creo que yo más, porque era más pequeña, pero jamás le reclamé o lo juzgué por lo que hizo y nunca lo haría, Bells. Estoy contando los días para que venga, a partir de hoy faltan 45 días.
—¿No decías que faltaba dos meses? —O habría escuchado mal, ¿tan distraída estaba ayer?
—Sí, te dije eso, pero como no querías que te diera detalles solo te dije "vendrá en 2 meses", en sí vendrá en 45 días, es decir, el 5 de enero. Su vuelo sale de Londres a las 5 a.m. y llega a la 1 p.m. al aeropuerto de Virginia, y luego son 3 horas más en carro hasta aquí, así que aproximadamente a las 4 p.m. tendremos a Eddie en casa.
—Definitivamente no hubiera querido escuchar eso ayer. Oye, ¿y por qué Eddie? Ese apodo es muy gracioso.
—Cállate Bella, no vuelvas a decirlo. Edward se muere si sabe que le digo así. Es una manera de fastidiarlo, pero no le gusta.
—Enana, en primer lugar tú lo dijiste y en segundo lugar, ese apodo apesta. —Si así lo llama a él, cómo me llamará a mí cuando hablaba con sus padres.
—Ya, bueno. Igual no vayas a decirlo delante de él, sino es capaz de regresarse a Londres.
—No seas exagerada Alice. En verdad estoy contenta por ti.
—Gracias Bells. Eres mi mejor amiga y siempre lo vas a ser, sabes que estoy para apoyarte en todo.
Y en verdad estaba muy feliz, yo sabía lo mucho que había necesitado a Edward. Cuando estábamos solas y la veía llorar me daba ganas de llamarlo y gritarle sus cuatro verdades, pero después que me enteré lo que le motivó a irse de Forks, pude entenderlo un poco más, aunque cuando lo viera le diría un par de cosas.
Llegamos a la prepa y como siempre éramos el centro de atención, empezando por Alice, tenía una mezcla de chica mala e inocente al mismo tiempo. Ella no tenía un gran cuerpo, pero era hermosa, tenía una mirada profunda en esos ojos verdes iguales a los míos y su cabello en puntas que sobresalían por todos lados, se vestía tan malditamente sexy como en estos momentos, se había puesto una blusa blanca, un jean y sus zapatos de taco doce del mismo color que su blusa. Yo jamás podría usar tremendos tacos, si a la justa caminaba con taco nueve. Había intentado muchas veces caminar con los zapatos de Alice, pero era imposible, nunca me mantenía en pie, en cambio Alice caminaba con tal naturalidad, le tenía envidia de la sana y para complementar el look de Alice, su "juguetito" el Porsche amarillo 911 turbo, regalo de su generoso padre.
Bajamos del deportivo, comenzamos a caminar ignorando los cuchicheos de las personas. Yo sabía que muchos de esos cuchicheos eran buenos, porque nosotras no éramos las típicas populares creídas ni nada eso, éramos amables con las personas que lo eran con nosotras, pero no faltaba la gente envidiosa.
Llegamos a donde estaban Ángela y Jessica, nuestras amigas más cercanas aquí. Nos hablábamos con muchos, pero creo que ellas eran mucho más amigas que otros.
Ángela era muy pero muy inteligente, con los puntajes que sacaba, no dudaba que la recibirían en cualquier universidad que ella quisiera y le den una beca. Yo sabía que habían varios chicos que querían estar con ella, inteligente, bonita, responsable... lo malo era que tenía baja autoestima, pensaba que los chicos solo la buscaban para que ella les hiciera las tareas o les ayudara a estudiar y todo eso. El hijo de su madre de John le había hecho mucho daño utilizándola solo para una monografía que valía la mitad de la nota, luego que la presentó, la dejó; a pesar de eso, ella salió adelante, se convirtió en una persona muy fuerte y de paso leal, si tú le contabas algo, podrías estar completamente segura de que ella jamás le iba ir con el chisme a alguien.
En cambio Jess, bueno, ella no era bruta, pero tampoco era la más inteligente; ella sí era completamente superficial, aun así era buena chica. Siempre nos había aconsejado a todas con nuestros problemas, claro que no le contábamos todo porque sabíamos que en cualquier momento se le podría salir, no lo hacía intencionalmente pero, al fin y al cabo lo hacía. Igualmente era nuestra amiga, la queríamos mucho a pesar de que ella no nos contaba sus cosas, rara vez hablaba sobre lo que le pasaba; recuerdo que cuando hablamos por primera vez no me cayó bien, pero conforme fuimos conociéndonos se hizo parte de nuestro grupo. Aún así Alice no confiaba mucho en ella. De todas maneras nos habían apoyado en momentos difíciles, habíamos salido a muchas fiestas juntas y hacíamos pijamadas.
—Hola chicas, ¿cómo están? —dijo Ángela. Siempre era tan dulce y sencilla.
—Bien Angie, ¿y ustedes?
—Bella, me encanta tu blusa, estás radiante. ¿Saldrás a algún lado? ―Interrumpió Jessica.
—No Jess. Ya sabes hoy es lunes y hay que empezar muy bien la semana.
—Nosotras estamos bien, ¿han estudiado para el examen? —Respondió Angie en un tono cansado luego de que Jess la hubiese cortado.
—Un poco, después de la llamada de Alice me quedé dormida, pero supongo que tú sí has estudiado...
—Sí Bells. Pero ¿cómo no vas a estudiar? Tú sabes que esa profesora te odia, si puedo te ayudo un poco. —Ángela siempre tan preocupada.
—Muchas gracias Angie, pero ya había venido estudiando todos los días, solo faltaban los dos últimos temas. Si me falta alguna pregunta te paso la voz, ya sabes cómo.
—Claro, claro: Tocando la mesa con el lápiz.
—Muy bien, ya aprendiste. El dedo pulgar es la A, índice la B, el dedo me...
—¡Bella, no voltees! —Me cortó Alice.
Pero como siempre, yo de terca lo hice y lo que vi me rompió el corazón.
Bueno chicas este fue el primer capítulo de mi primer fic, espero que les haya gustado. Gracias al apoyo de mi adorada Beta y mi amiga Joshy. No dejen de seguirlo :)
