Hooola! Antes ke nada debo decir ke es mi primer intento de Kuroko no Basuke, no tiene mucho ke la vi y simplemente estoy enamorada del anime y manga *o*, mi personaje favorito es Kuroko por su puesto pero no podía dejar pasar esta idea con Kise jejeje
Shiga! Eres la culpable de esto así ke va enteramente dedicado a ti XD gracias por actualizar tan seguido!
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Amigos.
Siempre había sido una persona muy atrevida, no podía negarlo, sí, si tuviese que elegir una palabra sería esa.
La gente que lo conocía solía admirarlo, casi idolatrarlo, todo lo que hacía lo hacía bien, si se proponía aprender algo nuevo lo lograba y sin aparente esfuerzo, el mismo no podía explicarlo pero era como "ver", simplemente observar y pensar "yo puedo hacer eso", un tiempo la idea de que la gente le engañaba llegó a su mente, que las cosas eran así de fáciles pero el resto se quejaba falsamente como si el solo intentar algo fuera lo más difícil del mundo, seguramente a sus compañeros les daba pereza mover los dedos sobre las teclas de un piano (Kise solo hacía lo que su profesor decía) o quizás a sus compañeros de equipo no les interesaba tanto el soccer y solo pateaban el balón por patearlo (el solo veía la pelota, la portería y la golpeaba a donde él creía anotaría), el solo hacía lo que su razonamiento le indicaba; poco después entendió que no era así, las cosas eran sencillas solo para él.
Le resultaba divertido, esa atención que recibía, los halagos, las sonrisas no podían más que animarlo a seguir haciendo cualquier cosa que –en un inicio- le resultara un reto, pero para su desdicha cada una de esas actividades terminaban por aburrirlo por completo.
Tras años de entradas y salidas en distintos clubes y grupos terminó por desistir de todo intento por encontrar algo que le representara un reto real, sin darse cuenta comenzó a ganarse cierto descontento por parte de sus compañeros, después de todo ¿Quién no se molestaría con alguien que te lleva a la gloria solo para arrebatártela por resultarle aburrido?
Aunque no lo intentara sabía que ningún equipo deportivo, estudiantil, incluso de arte lo aceptaría en sus filas, el rumor –más realidad- de que abandonaba todo cuando el interés se volvía nulo era motivo suficiente para no arriesgarse y aunque en un inicio le pareció una medida incluso divertida e infantil por parte de cada líder no podía evitar sentir cierta discriminación hacia su persona, la mayoría de sus "amigos" se alejaron de él aunque la cantidad de chicas tras sus pasos por su trabajo de modelo no disminuyeron, en verdad no lo hacía por eso pero el trabajo le resultaba de lo más sencillo y entretenido sin mencionar la paga.
Por ello lo que ocurrió aquel día represento un parte aguas en su vida, un simple y certero golpe en su cabeza que lo hizo trastabillar, un par de risas a su espalda y al volverse ahí estaba él, Aomine le miraba sonriente con un tiente de pena por el golpe, lo escuchó disculparse y le vio tomar el balón girándose para volver trotando al gimnasio que mantenía sus puertas abiertas de par en par dejando ver el movimiento en su interior, dudó un poco, el baloncesto era algo que no había intentado, caminó lentamente aparentando indiferencia hasta situarse en la entrada del recinto y entonces lo vio, aquel "juego" en acción, los rebotes en la canasta, los zapatos deportivos rechinando en la duela, los cuerpos moviéndose con maestría, las ordenes y una que otra risa mezcladas en el aire, tenía que intentarlo.
No paso mucho para que –una vez más- se diera cuenta que podía hacerlo, pero esta vez era diferente, en verdad se esforzaba, por más que lo intentaba no lograba vencerlo, Aomine representaba su más grande reto y aunque cada tarde después de la práctica terminara completamente exhausto y fracasando eso solo lo alentaba más, por fin había algo que no podía superar.
Comenzó a conocer gente nueva, rivales dignos, compañeros que no solo estaba a su nivel sino que lo superaban cada uno a su modo, los observó, analizó y aun así no lograba descubrir ese "algo" que los hacía tan "grandes" así que una vez más desistió y dejó de lado la idea de encontrar una táctica para descubrir su poder solo se dejó llevar dando lo mejor de sí, después de todo solo así resultaba divertido.
El tiempo pasó y esos compañeros se volvieron sus nuevos amigos, personas con las que compartía ese gusto por el baloncesto, aquellos con los que podía competir justamente y conversar sobre cualquier tontería, aunque la mayoría de las veces sus comentarios lo llevaran a recibir algún golpe, vamos eran hombres!, el contacto físico rudo es una clara muestra de camaradería y no podía estar más feliz aun cuando notara que esos detalles iban más para su persona que para el resto, aunque Kuroko no se quedaba atrás.
Si lo ponía en perspectiva su vida estaba llena de golpes y tropiezos (literalmente hablando), al formar parte de la famosa Generación de los Milagros no había día que Aomine no pateara su trasero, o que Midorima "accidentalmente" le diera un balonazo en la cabeza alegando que no podía ver el aro, o que Atsushi le callera encima por tropezar con sus bolsas de dulces y ni que decir de las discretas metidas de pie de Akashi y el siempre común rechazo de Kuroko, más sutil pero igual de doloroso; la idea de estar sufriendo de Bullyng le parecía mucho muy palpable, pero hey! Él era optimista! Y todo eran juegos entre amigos.
Entonces ocurrieron muchas cosas, partidos, encuentros, entrevistas (por su trabajo como ídolo adolescente claro) y su nuevo grupo de dispersó pero ahí conoció a su nuevo compañero, su siempre amable, comprensivo y afectivo sempai Kasamatsu, el sarcasmo siempre es tan útil en estos casos.
El estar en su nueva escuela no representó abandonar su nueva pasión, el baloncesto era divertido donde lo jugara y ahora que el resto del equipo estaba en otros institutos solo abría la posibilidad de poder enfrentarlos una vez más y así había sido; no podía describir la emoción de volver a jugar con cada uno de ellos (aunque fuese en su contra), el primer encuentro con Kuroko lo ilusionó enormemente al descubrir que no solo el sentía dicha emoción sino que el sentimiento era correspondido y al toparse con la nueva luz de su compañero, aquel sujeto alto y pelirrojo no pudo más que pensar que las cosas se pondrían realmente interesantes.
Una vez más el tiempo hizo de las suyas y la temporada de partidos le permitió comprobar lo que pensaba, todos habían mejorado y aunque haber perdido contra ellos había sido un duro golpe el apoyo de su nuevo equipo y el saber que aun dentro de la competencia aun había ese sentir de familiaridad y confianza entre ellos lo mantenía a la espera de lo que se avecinara.
Era un buen momento, se había reencontrado con su antigua equipo y tenía una muy buena relación con el nuevo, se sentía apreciado por sus compañeros y el trabajo y le escuela no iban nada mal, pero para no salir de la rutina su vida nunca era tan fácil como el esperaba; pensó que quizás debió obedeces a su sempai cuando le dijo que no se quedara tan tarde practicando y quizás debió tomar el camino corto en lugar de andar por callejones oscuros con la idea de caminar un poco para pensar, quizás debió contestar la llamada de Momoi que estaba seguro era para invitarlo a comer con el resto que estaba enterado reuniría tan solo por el placer de molestarlos, quizás debió mirar atrás.
Sabía que tenía enemigos, principalmente jugadores que venció orgullosamente antes de la temporada de juegos (no había tenido la mejor actitud deportiva en aquel entonces, orgulloso y prepotente como todos los miembros de la dichosa generación) y no era la primera vez que recibía amenazas por eso mismo no desvió sus pasos ni huyó cuando aquel grupo de 10 sujetos lo rodearon con bates y puños levantados, sintió miedo era obvio que no podría contra todos pero no se dejaría amedrentar y cobijándose en la idea de "imitar" sus movimientos, pensando que su habilidad le daría ventaja espero el primer golpe.
No recordaba mucho, apenas se vio por delante de ellos jadeante y sonriente confiado de que la pequeña posibilidad de vencer se hacía cada vez más palpable un certero golpe que hizo rebotar su cabeza contra el concreto lo dejó en blanco, escuchó risas y sintió algunas patadas en su cuerpo herido, después gritos y sirenas y tras sus parpados cerrados la tintineante luz de lo que imaginó era una ambulancia.
…
Sus ojos ardían mostrándole cientos de manchitas de colores apenas intento abrirlos, un suspiro cansado salió de entre sus labios pidiendo tregua al dolor que parecía volver apenas su cuerpo cayó en cuenta de que la consciencia volvía, una corriente fría pareció colarse en donde quiera que se encontrara erizando por completo los vellos de su brazo descubierto y su visión por fin le dejó enfocar aunque fuese un punto muerto en la inmensidad del espacio.
Vio las paredes blancas, el plafón del mismo color texturizado con pequeños agujeros que a lo lejos le hacían ver como una enorme mancha grisácea, una ligera cortinilla a su lado se mecía dejándole ver una cama desocupada, al otro lado la ventana semi abierta permitía el paso de los ligeros rayos de sol tardío y un constante "bip bip" a su lado le hacía confirmar el hecho de encontrarse en una habitación de hospital.
Su cansada mirada se paseó por su cuerpo intentando descubrir su estado, la cama estaba a medio levantar permitiéndole estar casi sentado mientras su pierna izquierda se levantaba atada por una especie de cabestrillo colgando del techo, su brazo derecho descansaba sobre una gran almohada a su lado, inmóvil, cubierto por un blanco yeso, una ligera sonrisa curvó sus labios, estaba realmente jodido, estuvo por soltarse a reír pero el dolor en su pecho y rostro fue suficiente para frenarlo, paso su mano libre sobre sus costillas notando el vendaje que rodeaba su torso tras la tela de la incómoda bata médica y gruñó notando el hinchazón en su ojo, no podría abrirlo en algunos días.
No podía esperar menos, era poco si pensaba en todos los golpes que sintió en ese momento, echó ligeramente la cabeza hacia atrás apoyándola en la acojinada superficie; realmente se sentía mal, ahora no podría jugar hasta que se recuperara , seguramente Kasamatsu le regañaría por haber sido tan estúpidamente descuidado, Kagami y Kuroko se molestarían por no poder practicar con él tras haber acordado algunos encuentros amistosos con el equipo, Aomine seguro lo golpearía por dejarse golpear (aunque no tuviese sentido y solo lo dañara mas), Akashi….cielos le esperaba una buena con él, no quería ni pensarlo, quizás Midorima lo llenaría de objetos de la suerte igualmente regañándolo por no haberse protegido antes con ellos y Atsushi…bueno si lo llegaba a ver seguro le quitaba su gelatina con apariencia de moco que seguramente le darían mientras estaba en aquella clínica, gritos, regaños y golpes eso era lo que le esperaba.
El sonido de estrepitosas pisadas y murmullos mal disimulados se escucharon al otro lado de la puerta, giró su atención curioso de semejante escandalo cuando esta se abrió de golpe con tal estruendo que saltó en su sitio, al instante y a pasos apresurados vio irrumpir en su cuarto a ciertos conocidos, sus ojos se abrieron con sorpresa lo más que sus adoloridas e hinchadas facciones se lo permitieron, eran muchos, tantos que al instante entendió se habían colado sin permiso, estaba por decir algo, cualquier cosa pero sus cuerdas bucales perecieron no estar de su lado y en lugar de palabras un pequeño acceso de tos lo atacó.
Escuchó las voces apresuradas de sus acompañantes y aunque el carraspeo le hizo arrugar la mirada por el esfuerzo vio un par de sombras acercarse a él.
-Kuroko sirve un poco de agua en un vaso- escuchó la voz de Akashi al tiempo que sentía palmeaban su espalda.
-¿Cómo se les ocurre poner tan alto esto? ¿Qué clase de servicio da este hospital?- esta vez la voz molesta de Kasamatsu llegó a sus oídos mientras veía borrosamente su pierna herida descender hasta reposar en el colchón, un gran alivió llegó a su extremidad.
A los pocos segundos el frio cristal se posó en sus labios y con algo de esfuerzo bebió un poco del líquido para aclarar su garganta, un profundo suspiro salió desde el fondo de su ser mientras se dejaba caer de espaldas sintiendo un par de brazos sosteniéndolo mientras la cama descendía para dejarlo en una posición más cómoda.
Abrió los ojos sin ser consciente del momento en que estos se habían cerrado y lo que descubrió lo dejó paralizado, ahí frente a él estaban sus ex compañeros de la Generación de los milagros acompañados por la estrella de Seirin y el capitán de su nuevo equipo, medio asomado en la puerta lograba ver la espalda del que sabía compañero de Midorima, por si fuera poco para aumentar su estado de estupefacción por verlos a todos reunidos la apariencia de cada uno dejaba enormes dudas en su mente.
Golpes, raspones, algunas manchas de sangre y gran parte de sus prendas rasgadas, el aspecto que tenían no pudo más que preocuparlo ¿acaso esos sujetos no habían tenido suficiente con él y habían ido tras sus amigos?, la angustia cubrió sus facciones y entendió que su aspecto debía ser realmente malo al ver la reacción del resto.
-¿Kise-kun, te sientes mal?- preguntó Tetsuya inclinándose frente a él palpando su frente y examinando minuciosamente su rostro en busca de alguna respuesta
-Seguro fueron todos sus gritos, les dije que debíamos entrar en silencio-recriminó esta vez Shintaro acomodando con sus dedos vendados las lentes en gesto pensativo
-No podíamos entrar de otra forma joder! Que esas enfermeras están locas!- la voz de Aomine se escuchó seguida de un leve gruñido y el sonido áspero de su cuerpo al dejarse caer en el pequeño sillón de visita junto a la ventana
-Dejen de hablar, si nos descubren estamos jodidos, ya tuvimos demasiada suerte con la ayuda de las entrenadoras
¿Ayuda?, las palabras de Kagami ganaron su atención, carraspeó ligeramente.
-¿Qué…? ¿Por qué….?-frunció el ceño al descubrir lo difícil que le resultaba hablar
-Momoi-san y Riko-san nos ayudaron a escapar de la policía-explico el más chico aunque igual no entendía mucho- aunque los chicos no tuvieron tanta suerte
-¿Suerte? Ellos se ofrecieron, es lo menos que podían hacer, tratar de entrar todos si habría sido imposible
No fue necesario preguntar más, tras la declaración de Akashi le siguió lo que supo era recopilación de los hechos anteriores, Kise había sido atacado apenas la noche anterior a unas cuadras del instituto, Kasamatsu había vuelto imaginando que el otro seguiría en el gimnasio y para su suerte lo había encontrado mientras aquellos sujetos lo atacaban, lógicamente no había tardado en reaccionar y el destino le había acercado un par de oficiales que revisaban la zona, al instante los maleantes huyeron dejándolo a su suerte.
Su sempai lo había acompañado en la ambulancia y llevado al hospital, apenas supo lo subieron a piso salió hecho una fiera en busca de todo conocido del rubio para hacerle justicia, el resultado…un grupo de jugadores de baloncesto enfrentando a media noche a los infelices que habían lastimado a su amigo lo que naturalmente había terminado como una gran riña callejera, policías persiguiendo a todo aquel que seguía en pie y a prácticamente con todos los equipos en la comisaría esperando cubrieran su fianza, si ellos estaban ahí con él era porque el resto los consideraban los adecuados para ir a ver su estado, para acompañarlo y asegurarse que todo estaba bien.
La habitación se llenó de bromas y anécdotas ocurridas durante la pelea, risas y muestras presuntuosas de sus heridas de guerra, vio a Kuroko sentado a su lado sujetando con ligereza su mano y a Yukio de pie al lado contrario posando su propia mano en su hombro, sus gestos eran felices, aliviados, sonrientes, Atsushi reía picando la bandeja de comida en la entrada que apenas notaba estaba ahí y Aomine parecía competir con Kagami sobre quien tenía el chichón más grande en la cabeza, una gran tranquilidad llenó su pecho y ese sentimiento cálido que creyó perdido hacía años inundo su ser entero, un par de dedos se deslizaron frente a él acariciando con suavidad su mejilla y retirando lagrimas que no sabía había empezado a derramar.
-¿Está todo bien Kise-kun?
Las miradas se posaron sobre él, imaginó que el dolor de su espalda siendo resultado de alguna patada de su capitán, pensó en el dolor de su brazo siendo consecuencia de algún reñido choque con el de Daiki en algún encuentro al borde de la canasta, creyó el malestar de su pierna el peso extra al coger en brazos a Kuroko contra su voluntad, sonrió, no importaba el dolor o la estúpida idea de sentirse solo porque ahora sabía que ellos, aquellos a los que consideraba sus amigos siempre estarían ahí con él.
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FIN
::KnB::
Awwwwww termine! TTwTT la verdad es que (como siempre) siento ke algo le faltó al final per era una idea que tenía en la cabeza y necesitaba sacar =w=, honestamente se veía mejor en mi cabeza y rodando como peli jejeje lastima ke dibujar no me es tan rápido como escribir u.u pero en fin, espero les haya entretenido un pokito, no olviden dejarme su opinión :D
