Fanfiction borro mi historia pero como no voy a aguantar que me digan que escribir aquí esta de nuevo
Mas explicaciones al final del capitulo.
De Ángeles y Demonios
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Capitulo I
Ni una sola alma podía verse a esas horas en el callejón Knockturn, pero eso no podía sacudirte la sensación de algo mirándote desde las sombras en la calle que las moribundas luces solo contribuían a marcar aun más.
Una figura apareció súbitamente y con los movimientos seguros de quien conoce bien el lugar se dirigió a una de las puertas de apariencia tan indigente como todas las demás, golpeando suavemente espero unos instantes hasta que la ventanilla se abrió. Quitándose la capucha unos segundos para ser reconocido por el hombrón asomado solo esos segundos fueron necesarios para descubrir los rasgos inconfundibles del temible espía de la orden ,hombre de Voldemort o Dumbledore solo él lo sabe y quienes somos para juzgar, profesor Severus Snape.
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Pero para comenzar nuestra historia debemos remontar ocho años atrás, si bien la derrota de Voldemort fue celebrada y aclamada no todos los seguidores del señor oscuro se fueron silenciosamente, muchos asesinatos y venganzas siguieron al día de la caída.
¿Quien realmente los seguía? todas las familias mágicas y muchos desconocidos muggles fueron victimas.
Una de estas tantas y por lo tanto en nada especial a otras fue la familia Granger, residentes de las afueras de Londres, vivían con fuertes lazos a la comunidad muggle a la que pertenecían y por esa razón fueron un ejemplo.
Por la naturaleza de los asesinatos y su cercanía con las victimas los vecinos debieron ser obliviados, y así la familia paso a no haber existido jamás para cualquiera que les hubiese importado. Sin sobrevivientes rezaba el acta en el ministerio y así se cerró el caso. Pero el destino tiene extrañas maneras.
Porque uno de los hijos de los Granger no estaba con ellos en el momento del ataque. La chica había vuelto a su hogar para encontrar un espacio inexistente entre ambas casas que habían sido sus vecinas y la extraña ocurrencia de que nadie parecía conocerla.
¿Que haría una asustada niña de siete años entonces? Tal vez lo que ella hizo, correr y alejarse de toda esa gente preguntándole su nombre.
¿Donde están tus padres niña¿Donde vives?
¿Como hacerlos entender¡Vivo aquí¿Donde esta mamá¡Donde esta mi familia! Ustedes deben decírmelo ¡¿Donde están?!
Quizás fue suerte o desventura, pero vagó los días siguientes sin ser detenida para llegar a Londres y finalmente al lugar donde siempre iban cuando papá y mamá necesitaban algo, callejón Diagon, el mercado de los magos. Si alguien podía encontrar a sus padres era un mago y Diagon era el lugar indicado para encontrar uno.
Entrando al desvencijado local unos cuantos parroquianos se quedaron mirándola pero como los muggles antes, terminaron volviendo a sus propios asuntos dejando de prestarle atención.
Despacio esquivando las mesas con apariencia de un conejo asustado llego a la parte de atrás, frente al murallón, pero no tenía una varita, mamá le había dicho que cuando entrara al colegio tendría su propia varita y no antes, luego de su rabieta frente a la tienda en un paseo años atrás cuando Jane su pequeña hermana aun no nacía.
En eso un grupo de jóvenes brujas se acerco riendo fuertemente estaban vestidas de colores brillantes en túnicas muy caras, el contraste con su propia ropa sucia la hizo tratar de ocultarse aun mas pero cuando una de las muchachas levanto su varita marcando los ladrillos vio allí su oportunidad, colándose rápidamente entre las grandes capas de las brujas al fin callejón Diagon ahora solo quedaba encontrar a sus padres un flujo de personas la empujo haciéndola ir de un lugar a otro sin poder detenerse trataba de mirar cada rostro buscando una cara conocida entre tantas de pronto todas las esperanzas que la habían mantenido hasta este punto comenzaron a flaquear estaba sola, sus padres no habían ido a su rescate esas frías noches que paso en la calle, que tonta clase de esperanza era la de pensar que iban a aparecer súbitamente tras esa muralla esperándola. Por fin derrotada se acurruco en un rincón y comenzó a llorar.
"¿Que sucede cariñito?"- le preguntó una voz carrasposa, subiendo la mirada y a través de las lágrimas apareció la borrosa cara de una anciana.
"Las niñas tan lindas no deberían llorar, tu rostro se pondrá todo rojo y luego tendrás tantas arrugas como yo ¿no querrás eso cierto?"- dijo acariciándole la mejilla con una mano de uñas sucias y largas, asustada le quito el rostro pero se sentía demasiado cansada para levantarse, tenia tanta hambre no recordaba la ultima vez que había comido algo y los párpados se sentían pesados de sueño y dolor.
"Tranquila cariño yo cuidare de ti, tranquila"- dijo la horrible bruja acercándole un frasco a la nariz para que lo oliera luego de eso si por cansancio o por el frasco la oscuridad cayo y no supo mas.
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"¿Diez galleones¿Estas loco¡La niña vale muchísimo más¡Le sacaras más que eso cuando la pongas a trabajar maldito cerdo tacaño!"- los gritos de la vieja la despertaron su cabeza se sentía pesada y las nauseas se acumularon en su estomago ¿donde estoy?
"¡Cállate perra bruja¿Crees que este es un lugar de beneficencia¡Esa niña no me sirve! es muy joven, será una carga a la que tendré que mantener ¡agradece la bondad de mi corazón y saca tu trasero de aquí vieja arpía!"
¿Quienes gritaban? ¿Donde estoy¿Donde están mis padres? Y de pronto, como cada mañana desde ese día, la luz se hizo en su cerebro y recordó, su familia no estaba, estaba sola y como cada mañana se largo a llorar.
Unos pasos se acercaron al darse cuenta del ruido.
"Estas despierta" -no era una pregunta. Por detrás de la sombra que era la silueta de este hombre vio la luz que paso al abrirse la puerta dejando salir a la vieja bruja del callejón escupiendo y mascullando maldiciones.
"¡Mírame cuando te estoy hablando niña!" -grito la voz haciéndola saltar, era un hombre de mediana edad su apariencia no hubiese sido desagradable si no fuera por la mirada calculadora y antipática en sus ojos.
"Desde ahora vives aquí"-la tomo rudamente de la barbilla para obligarla a levantar la mirada.
"Si te escapas te voy a encontrar, nadie mas va a ayudarte aquí, solo yo, a nadie le preocupan los niños vagabundos, tendrás comida y donde dormir mientras te lo ganes" -soltándola bruscamente se dirigió a una puerta a la derecha y la abrió para gritar:
"¡Sandra¡Sandra! Maldita sea ¡Ven!"
La tal Sandra resulto ser una chica de unos 17 años con demasiado maquillaje en el rostro y unos ojos tristes de animal de matadero.
"Esta es nueva"- "No" -contestó a la mirada escandalizada de la otra.
"Al menos no todavía, enséñale que hacer que limpie y puede ayudar en la cocina mientras haga algo estará bien no quiero parasito en esta casa"- termino tomando una capa de un perchero en la pared.
"Es tu responsabilidad ahora" -abriendo la puerta tras la cual podía verse una sucia calle totalmente desconocida para la niña salio sin darle otra mirada a la desgreñada criatura encogida en un rincón.
La joven de los ojos tristes se acerco a la chiquilla como quien se acerca a un animal asustado.
"Hola pequeña"-su voz era agradable.
"¿Puedes levantarte? Necesito que me acompañes, no te haré daño, seguramente tienes hambre"- dijo extendiéndole una mano, sus ojos ahora más acostumbrados a la oscuridad podían darle forma a sus facciones. Tenía un rostro redondo y dulce donde sus grandes ojos oscuros eran el rasgo más notable.
Parecía confiable y por eso tomo su mano dejando que la guiara a través de un laberinto de habitaciones el lugar se notaba bastante grande pero no parecía un hogar tantas habitaciones le daban la apariencia de un hotel, uno bastante oscuro ¿por qué no había luz en este lugar?
Finalmente se detuvo frente a una de las puertas que al abrirla resultó ser un baño de apariencia lujosa desencajando terriblemente en todo ese entorno de aspecto sórdido entrando noto una chimenea, se la señaló a Sandra sin hablar.
"Ahh"-le sonrió la chica -"es para los clientes, entran directamente a las habitaciones de su elección no deberíamos estar aquí pero te va a gustar y Francisco no esta para regañarnos ¿cierto?". Cuando reía aparecían hoyuelos en sus mejillas.
"Ahora necesitamos ropa limpia yo la voy a buscar y tu entra a la tina no te preocupes de hacer ruido todas las habitaciones son silenciosas vuelvo pronto"
Dejándola sola en ese enorme baño la pequeña empezó a pensar con claridad por primera vez desde todo el incidente con la vieja bruja, no sabia donde estaba pero Sandra parecía una buena persona de seguro ella la ayudaría, pronto encontraría a sus padres y ellos se la llevarían, probablemente Jane la extrañaba, era solo una bebé y nunca podía dormir a menos que su hermana mayor le contara un cuento, pero no lloro de nuevo, era extraño, sentía ese peso en el estomago como un puño pero las lagrimas no salían, mirando hacia la tina se dio cuenta que ya había llenado y burbujas rosadas salían del agua elevándose hasta el techo, metiendo la mano para probarla se decidió a entrar.
El agua tibia alivio en algo ese dolor en el pecho, pensaba en eso cuando la puerta volvió a abrirse sobresaltándola pero solo era Sandra con un atado de ropa en los brazos.
"¿Ya estas lista? no podemos demorar demasiado, no sabemos si Francisco volverá de inmediato o no" -dijo alcanzándole una toalla.
"Aquí esta tu nueva ropa, son un poco grandes porque eran mías pero soy muy buena con la aguja te las arreglare en un minuto. Seria mucho mas rápido con un hechizo claro pero aquí están prohibidas las varitas, no te preocupes estarás bien con nosotras, se come bien y si te mantienes lejos de Francisco no tendrás problemas".
"Ahora" –La mujer ahogo una risa al verla en esas túnicas enormes para su pequeña figura-"Tenemos un problema".
Arreglaron el inconveniente colocándole una camisa amarrada con una cinta a modo de cinturón era lo suficientemente larga para hacer de túnica aunque las mangas seguían sido grandes pero sentirse limpia siempre es un cambio para mejor.
Sandra la llevo nuevamente a través de habitaciones y pasillos hasta detenerse frente a una puerta de la que a diferencia del resto salían muchas voces.
"Ahora vas a conocer a todas la demás no te asustes"- le sonrió para asegurarla.
Abriendo la puerta nadie pareció notarla en un principio, todas eran mujeres de distintas edades y parecían muy ocupadas, unas se maquillaban otras cosían y un par de ellas cocinaban inclinadas en una caldero.
Era una cocina notó a segunda vista, mucho mas iluminada que el resto de la casona tenia el aspecto familiar de un lugar muy vivido.
"¿Quien es ella Sandra?"
Varios pares de ojos se dirigieron a la criatura intentando inútilmente esconderse detrás de la joven.
"Francisco la trajo, vivirá aquí ahora"-les contesto empujando suavemente a la pequeña.
"Como te llamas linda"- dijo una chica de rostro alegre.
"Es callada"- dijo Sandra ante su silencio - "ayudara en la cocina y puede aprender a coser los vestidos".
"¡Es muy linda!" "pero mira esos rizos necesita un buen cepillo rápidamente"
Todas las mujeres se arremolinaron a su alrededor "¡Sí!" "Parece un angelito ¿no es una monada?".
Estaba confundida pero volvía a nacer en ella la esperanza, las cosas mejoraban muy pronto tanta gente podría ayudarla a encontrar a su familia todo iba a estar bien ahora.
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Notas del Autor: Hola! Voy a estar publicando seguramente un capitulo por día y para los que ya seguían la historia estuve escribiendo estas vacaciones así que vienen los capítulos nuevos como perdí todas mi reviews no esta de sobra recibir nuevas, no rogare por ellas…todavía
