Holaaaa! :D ojala les guste la historia, es mi primera de mortal instruments, y.. no se, se me ocurrio en un momento de locura, y de exceso de escuchar Florence and the machine y Muse, todas sus dudas, quejas, reclamos, felicitaciones (:D) déjenlas en un review, porfis :) byeee :3
Capítulo 1: En la oscuridad
-Lo que vi fue real- dijo Clary, retorciendo con el dedo el cable del auricular, estaba más que enfadada, primero su madre le decía que se irían a pasar el verano en la granja, arruinando todos sus planes, segundo no la había dejado ir con Simon a Java Jones, y tercero Simon no parecía creerle ni un poco lo que le había contado.
-No lo sé Clary… ¿está segura? No habrás consumido alguna de las drogas que el chico de los pantalones de paracaidista ofrecía-
-¡Claro que no!- exclamó ella, indignada, luego se lo pensó un poco, si seguía con aquello de seguro Simon pensaría que estaba loca, y lo que menos quería en ese momento era que su mejor amigo pusiera en duda su cordura. No… se había equivocado, contándole a Simon aquello solo había quedado como una idiota-…bueno, quizás había algo en la soda que pedí- mintió. Apretó los dientes, odiaba mentirle a Simon, pero le había dicho toda la verdad, y no le había creído, lo único que podía hacer, para arreglar las cosas, y hacer que su amigo no la considerara una lunática era inventar que la habían drogado o algo así. No es que la idea fuera muy alentadora.
-¡Clary!- la reprendió-¿acaso estás loca? Todo el mundo sabe que…
-No hay que beber nada del Pandemónium- completó ella por Simon- lo sé, lo sé, fui una idiota, lo siento, no volverá a suceder.
-Seguro que no, después de lo de anoche no creo que podamos volver a entrar a aquel lugar- ella hizo una mueca, le gustaba aquel lugar.
-Bueno, supongo que me llamas más tarde- dice ella, puede escuchar como al otro lado de la línea Eric se pone a chillar al micrófono- ey ¿Qué te parece el nombre bizarros aullantes? Con Eric quedaría a la perfección…
-Muy graciosa Fray- incluso a través de la línea ella supo que Simon sonreía- bueno tengo que colgar, con los chicos nos vamos a Java Jones… me avisas si ves algún demonio o sujeto con cuchillo o algo así- Clary iba a alegar cuando se oyó el pitido que indicaba que Simon había finalizado la comunicación.
Clary se recostó en uno de los sillones, estaba francamente aburrida, los dibujos no le salían como ella hubiera querido, y Luke se había ido hacia un rato, estaba sola con su madre, cosa que no era muy grata considerando que iba a llevársela a la granja durante el resto del verano. De pronto se dirigió a la puerta, necesitaba salir, incluso si era para ir a la tienda que quedaba dos calles más allá en que una señora vendía pastelillos.
-¿A dónde vas?- dijo una voz a sus espaldas, Clary se dio vuelta a regañadientes, su madre la miraba de brazos cruzados. Genial, de seguro piensa que voy a escaparme a Java Jones o algo así
-Voy a la tienda de la señora Lane, a comprar… ya sabes pastelillos- Clary se encogió de hombros- creo que se me antojan- su madre alzo una ceja.
-¿De verdad?
-¡No estoy mintiendo! Si quieres me acompañas- su madre la miro por unos segundos, a Clary no le gustaba ser tan dura con ella, pero estaba enfadada, y su madre siempre se ponía pesada cuándo ella consideraba que tenía razón.
-Está bien ve, pero si no vuelves en menos de media hora iré a buscarte señorita- Clary esbozó una pequeña sonrisa.
-Bien mamá- rápidamente corrió escaleras abajo, bajo la mirada atenta de Jocelyn, quien después de largo rato se decidió a continuar con sus labores. Clary estaría bien, siempre lo estaba.
-Gracias- dijo ella, había llegado pronto a la tienda, demasiado pronto para su gusto, resignada salió de la tienda, no podía quedarse por allí demasiado rato, o de seguro su mare iría a buscarla.
A veces exagera pensó Clary, justo entonces una sombra en un callejón contiguo llamo su atención, sabía que no debía detenerse a mirar, o entrar al callejón, en Nueva York abundaban los ladrones en los callejones, y lo que menos quería era que la atacaran. Sin embargo echo una rápida mirada y casi se queda congelada, cuándo, saliendo de las sombras, e iluminando su cabello rubio metálico por la luz del sol, el mismo chico que había visto en el Pandemónium, Jace la miraba atentamente.
Estaba a tan solo metros de ella, Clary contuvo el impulso de salir corriendo, no serviría de anda, había visto como Jace había matado a aquel chico que después Jace le había dicho que era un demonio, era rápido, y de seguro iba armado.
-¿Por qué me estas siguiendo?- dijo furiosa.
-¿Quién ha dicho que te esté siguiendo?- dijo el, haciendo una estúpida sonrisa.
-¿Entonces es una coincidencia que te vea a tan solo dos calles de mi casa?- ella tomo aire- mira no le he dicho a nadie lo que vi anoche, y no planeo decirlo tampoco, así que…
-Es extraño- repuso él, mirándola con esos hermosos ojos dorados, ella se cruzó de brazos, ¿desde cuándo encontraba hermosos los ojos de alguien que apenas conocía?
-¿Qué cosa?
-Pareces ser un mundano como cualquier otro mundano, sin embargo puedes verme. Parece ser un acertijo- ¿Mundano? ¿Era una clase de insulto o algo así?
-¿Qué es un mundano?
-Alguien del mundo humano, alguien como tú-Clary rodo sus ojos, aquel chico debía de estar loco.
-Tú eres humano
-Lo soy, pero no soy como tú- Clary miro al otro lado de la calle, incomoda.
-No me importa lo que es un mundano, ¿Qué estás haciendo aquí? Mira, ni siquiera te conozco, yo…
-Hodge pensó que podrías ser peligrosa, pero si lo eres desde luego no lo sabes- ¿peligrosa? ¿Ella? Clary hizo una mueca, nunca nadie la había definido como peligrosa.
-¿Quién es Hodge?
-Mi tutor- Jace hizo una pausa- deja que te vea la mano derecha…
-¿Mi mano derecha?- repitió ella, y él asintió- ¿si te enseño la mano me dejaras tranquila?
-Desde luego- Clary lo miro por unos segundos y al final extendió su mano ¿Qué más podía hacer? La noche anterior el mismo chico le había dicho que no serviría de anda llamar a policía.
-Nada- su voz sonó decepcionada- ¿no eres zurda verdad?
-No ¿Por qué?- él le soltó la mano, encogiéndose de hombros.
-A todos los niños cazadores de sombras los marcan con la runa de la Visión en la mano derecha… o en la izquierda, si son zurdos como yo…., cuándo aún son pequeños. Es una runa permanente que nos permite ver el mundo mágico- ¿mundo mágico? ¿Era una especie de broma?
Le mostro el dorso de la mano izquierda, a ella le pareció completamente normal.
-Deja que tu mente se relaje-sugirió él- aguarda a que venga a ti. Como si aguardases a que algo se elevara de la superficie del agua.
-Estás loco- Sin embargo se relajó, fijando sus ojos en el dorso de la mano derecha de Jace, en un principio o logró ver nada, pero de pronto, frente a sus ojos un dibujo negro, parecido a un ojo apareció frente a la mano de Jace, parpadeo y el dibujo despareció.
-¿Un tatuaje?- Jace sonrió.
-Estaba seguro de que podrías hacerlo. Y no es un tatuaje… es una marca. Son runas, marcadas a fuego en nuestra carne. Marcas distintas hacen cosas distintas. Algunas son permanentes, pero la mayoría se desvanece después de usarlas- Jace echo una mirada al cielo, estaba oscureciendo-Deberíamos irnos- ¿irnos? Clary frunció el ceño, si aquel chico creía que ella se iría así como así con él estaba muy equivocada.
-Dijiste que si te mostraba el dorso de mi mano me dejarías tranquila- Clary se cruzó de brazos, odiaba que le mintieran.
-Te he mentido, Hodge quiere verte
-Mira… Jace, apenas te conozco, y… debo volver a casa- de pronto su móvil empezó a sonar dentro de su bolso, probablemente sería su madre para decirle que volviera a casa, y no se equivocaba.
-Adelante- dijo Jace, Clary contesto.
-Clarisa Fray más te vale volver a casa ahora mismo- Clary puso los ojos en blanco, su madre estaba histérica.
-Lo sé, lo siento, voy enseguida- De pronto se cortó la conversación, Clary miro a su móvil y en la pantalla, en letras negras que parpadeaban decía "BATERIA BAJA" casi le dieron ganas de estrellas su móvil contra la acera, de seguro su madre pensaba que le había cortado la comunicación a propósito.
-Muy bien, vamos pequeña
-Mi nombre no es pequeña. Es Clary, Clary Fray.
-Lo sé, un nombre bonito, como la hierba, la salvia sclarea o Clary- ella rodo sus ojos, no tenía idea de que estaba hablando- por cierto mi nombre es Jace, Jace Wayland, soy un cazador de sombras- Clary frunció el ceño, así es como el chico de cabellos azules había llamado a Jace la noche anterior, en el Pandemónium.
-Mira Jace, tengo que irme, mi madre debe estar histérica- su móvil volvía a sonar, Clary sabía que si contestaba probablemente se volvería a cortar y su madre solo se enojaría aún más, de pronto vio un objeto oblongo de metal negro en el bolsillo de la camisa de Jace.
Debe ser su teléfono
-Préstame tu teléfono, debo llamar a mi madre- dijo extrayendo el teléfono de Jace, el chico la agarró del brazo.
-Escúchame, debo llevarte conmigo
-No
-Te lo dije no tienes opción, vienes conmigo voluntariamente o por la fuerza
-¿Estas secuestrándome?
-SI quieres verlo de ese modo- dijo Jace- sí, estoy secuestrándote- Clary le devolvió el extraño objeto que había descubierto no era un teléfono y echo a caminar en dirección a su casa, Jace la detuve, jalando de su brazo.
-Suéltame- dijo tironeando.
-Ya te lo dije, tienes que venir conmigo- aquello colmo su paciencia, sin siquiera pensar lo que hacía lo golpeo en la cara, arañándole la mejilla, y él se echó hacia atrás sorprendido. La verdad ella también lo estaba, nunca había sido una persona agresiva, retrocedió unos cuantos pasos y echo a correr.
Cuándo a lo lejos, vio las luces de la calle en que quedaba su casa suspiro aliviada, miro hacia atrás, completamente segura de que Jace la seguía, y para su sorpresa allí no había nadie, más tranquila entro a su casa, al menos allí estaba a salvo.
-¿Vienes con nosotros?- pregunto Eric, Simon se lo pensó unos segundos. Había prometido a Clary que la llamaría, pero prefería pasar a verla. Seguro que eso lograba que las cosas entre ella y su madre se calmaran un poco, además… todos lo que habían planeado para el verano se había arruinado.
Todo un verano pensó Simon, definitivamente algo le pasaba a la mamá de Clary, a él le agradaba Jocelyn, siempre la había considerado como la clásica mamá que dejaba que su hija se divirtiera con su mejor amigo. Pero ahora…
-Iré a casa de Clary- dijo Simon, Eric se encogió de hombros, Simon no podía sentir que su suerte era cada vez más pequeña. Por fin se había decidido a decirle a Clary lo que sentía por ella, lo había planeado todo, justo en Java Jones él le habría dicho lo que sentí por ella, pero entonces cuándo Clary contesto el teléfono y le dijo lo de su madre y lo de las vacaciones… Simon sí que tenía mala suerte.
-Tardaste- dijo Jocelyn, alzando la vista de su libro para mirar a su hija que acababa de llegar, y cerraba la puerta tras de sí.
-Lo sé, la tienda estaba llena- mintió, Jocelyn la miro durante unos segundos, nerviosa Clary camino hasta la cocina y dejo las pastelillos sobre la encimera, repentinamente se le había quitado el hambre. Ver a Jace no había estado en sus planes, para nada.
-Debe de estarle yendo muy bien en la tienda
-Seguro- se sirvió un vaso de agua. Runas, seres mágicos, cazadores de sombras… Jace. Todo aquello no había hecho más que perturbarla, asustarla y darle aún más curiosidad ¿Cómo era posible que ella pudiera ver esas… cosas? Porque ¿eran reales verdad?
-Todo esto es una locura- mascullo por lo bajo, no le gustaba para nada no saber el porqué de sí misma, ¿había algo malo en ella? ¿Era lo que Jace llamo una cazadora de sombras? Clary no sabía si creerlo o no, todo parecía una locura, una historia fantástica, como de las que ella sacaba los personajes y lugares para luego dibujarlas. De pronto le entraron unas inmensas ganas de dibujar a Jace.
Fue y se sentó junto a su madre, aquello era extraño, pero Clary confiaba en ella, sabía que su adre le creería, o al menos no se pondría como Simon.
-¿Mamá?
-¿Qué pasa?
-Dime, ¿Qué harías si vieras algo que nadie más puede ver?- Jocelyn clavo la mirada en su hija, aterrada, no podía creer que de verdad había dicho aquello, ¿acaso había visto algo? De pronto se vio de nuevo en Idris, junto a Luke, viendo rente así como ardía la casa en que estaban sus padres, su hijo y supuestamente su esposo: Valentine. Se vio a sí misma en el salón de los acuerdos, rodeada de subterráneos y miembros del círculo, recordó haber huido, recordó lo que Valentine le había hecho a ella… lo que le había hecho a Jonathan, el hijo que nunca había amado.
-¿Quieres decir si yo fuera la única testigo de un crimen, esa clase de cosa?- pregunto, con un deje de esperanza, rogaba con toda su alma que su hija se hubiera referido a aquello. Rápidamente borro de su mente todo relacionado a su antigua vida, a su esposo y a su hijo, era malo recordar aquello.
-No; me refiero a si hubiera otras personas cerca, pero tu fueras el único que pudiera ver algo. Como si eso fuera invisible para todo el mundo excepto tú- Jocelyn se quedó inmóvil, se refería a eso, no había duda, tomo aire.
Esto no puede estar pasando… no puede estar pasando sus pesadillas aprecian hacerse realidad, no quería que Clary creciera en el mundo de los cazadores de sombras con la sombra de Valentine cubriéndolas a ambas, siendo señalada por la Clave por formar parte del circulo… y Clary…Clary. No, no quería que su hija conociera aquel mundo.
-Sé que parece una locura- comenzó Clary nerviosamente- pero…
"Miente" pareció decir una vocecita dentro de su cabeza.
-Clary, tu eres una gran chica, tienes mucho talento… dibujas excelente, tu imaginación, al igual que la mía siempre anda volando por ahí- Jocelyn sonrió- es tu don, nuestro don, ver la belleza y el horror en cosas corrientes. Pero no significa que estés loca… Solo eres diferente, no hay nada malo en ser diferente.
Clary frunció sus labios, definitivamente su madre no la entendía, pero era mejor dejarlo así, estaba segura que si le contaba algo de Jace o de lo que este le había contado su madre terminaría limitando su tiempo fuera de casa, y con la única persona del mundo con quien tendría contacto sería Simon.
Su madre iba a decir algo, cuándo unos golpes en la puerta hicieron que la misma se sobresaltara.
-Yo abro- Clary iba a abrir cuándo de pronto oyó voces, voces de hombres, vio por la muralla y allí había tres figuras, y más allá algo se removía en el suelo, eran tres hombres, pero estaba a oscuras, y la poca luz que la sucia claraboya dejaba pasar no era suficiente, Clary frunció el ceño, no era Luke, Luke tenía una llave de la casa, y Simon la habría llamado si se hubiera dirigido a la casa con alguien más. De pronto se oyeron voces, y antes de que pudiera darse cuenta su madre estaba a su lado, completamente pálida y con una mano poniéndole el seguro a la puerta, en completo silencio. Ella también vio por la mirilla.
-Mamá- susurro Clary- ¿Quiénes son?- Jocelyn retrocedió, como si hubiera visto un fantasma -¿mamá?
-Sígueme Clary- dijo esta, y tomo del brazo de su hija, Clary echo una rápida mirada a la puerta, a la vez que los golpes volvían a resonar contra la misma, aquello no pintaba nada bueno.
-Pero mamá…
-¡Solo sáqueme Clarissa!- su madre estaba aterrada, eso se notaba, pero Clary nunca había visto así a su madre, la siguió hasta la habitación, donde su madre volvió a poner el seguro, y con mano temblorosas saco una caja de debajo de la cama, extraño de su interior un pequeño frasco oscuro, y con un líquido verdoso en su interior. ¿Era aquello alcohol? Clary no lo creía, arras veces su madre bebía.
-¿Qué es eso?- su madre saco el corcho de la pequeña botellita, y rápidamente bebió la mitad del líquido, una especie de aroma dulzón y espeso llego a la nariz de Clary, arrugo la nariz, era un olor parecido al de la carne podrida, francamente asqueroso.
-Rápido Clary, no tengo mucho tempo, bébete esto- con mano temblorosa su madre le tendió la botella, Clary retrocedió ¿Qué era eso? ¿Por qué su madre quería que bebiera aquello?
-Bébelo- dijo su madre, casi suplicando.
-Dime que es eso…- de pronto se oyó un fuerte ruido, como el de la madera astillarse, y pronto se oyeron pasos dentro de la casa, echo una mirada a su madre, que cada vez estaba más blanca y había dejado caer la botella, que se había hecho añicos.
-Están adentro- susurro, luego alzo la mirada- Clary, escóndete, ve a tu cuarto y sal por la ventana, aquí no tienes como esconderte, y ten cuidado de que no te vean.
-Mamá…
-¡Solo hazlo!- digo casi en un sollozo- y Clary… te quiero.
-Yo también te quiero mamá- Clary apretó los diente, obligándose a ser valiente, nada malo le sucedería, pero… no quería dejas sola a su madre, no con aquellas personas, para su suerte la habitación de su madre, al igual que la suya quedaban en un pasillo, solamente que la de ella quedaba al frente de la de su madre, tomo aire y rápidamente, y procurando no hacer ruido cruzo el pasillo, a lo lejos vio la silueta de uno de los hombres, de espaldas a ella, en la cocina.
Entro en su habitación, y corrió a la ventana, esto era real. Muchas veces había visto en la televisión casos de allanamiento de morada y secuestros en los CSI, aquellas series que daban en los canales policiales, pero nunca se le había ocurrida que alguien como ella: Clarissa Fray pudiera verse envuelta en una de esas cosas.
Apretando los dientes trato de abrir la ventana, no sabía, desesperada trato otra vez, y esta vez, con un largo chirrido el metal cedió y la ventana cedió, profirió un suspiro de alivio, y justo entonces la puerta de su habitación se abrió. Asustada miró hacia atrás y unos ojos negros le devolvieron la mirada.
Era un hombre alto y de cabello tan claro que parecía casi blanco, sus ojos eran completamente negros. Por un momento Clary recordó la foto de su padre: Jonathan Clarck, que su madre guardaba en una cajita, pero desechó la idea al instante, su padre no se parecía en nada a aquel hombre, y además estaba muerto.
-Jocelyn- susurró el hombre, Clary frunció el ceño ¿Jocelyn? Se refería a su madre, ¿la habría conocido cuando era joven? El hombre perdió de su rostro todo rastro de sorpresa, y se abalanzó hacia el frente, Clary no lo dudó un instante, y salió de la ventana, quedando sobre la parte delantera del tejado. De pronto un brazo tiró de ella hacia atrás, ahogo un grito.
-¡No!- jadeo- ¡Suéltame!- por un momento deseo ser más fuerte, así al menos podría soltarse del brazo del hombre y escapar, pero él era fuerte, y ella era débil, pronto se encontró de nuevo dentro de su habitación, con el hombre sujetándola.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?- el hombre la dejo frente a si, Clary deseo poder tener algo en la mano, algo con que atacarlo, pero a su lado solo había una almohada tirada en el suelo, y junto a ella unos libros.
-¿Quién eres tú?- pregunto el hombre, Clary apretó los dientes, no iba a decirle a un desconocido quien era, no quería hacerlo -¿Quién eres?- volvió a preguntar el hombre su voz no denotaba ninguna emoción, a Clary aquel hombre le daba miedo.
-Cla… Clary, Clarissa Fray- tartamudeo, el hombre la miro con curiosidad.
-¿Qué edad tienes Clary?
-16- contesto, casi a su pesar, no debería decirle nada aquel hombre, debió escapar cuánto tuvo la oportunidad.
-Te pareces mucho a ella- susurro el hombre ¿A quién? ¿A su madre? Clary bajo la vista, y luego clavo sus ojos en la ventana, pronto se oyeron más pasos, de los otros dos hombres acercándose.
-La encontramos- dijo uno de ellos, el hombre que la había atrapado giro su rostro y asintió.
-Bien- luego miro a Clary unos segundos- yo soy Valentine, Valentine Morgentstern, ¿tu madre nunca me menciono?- Clary negó con la cabeza, aterrada ¿su madre conocía a aquel hombre?
Valentine tendió una mano hacia ella.
-Ven, tenemos mucho sobre lo que hablar Clarissa- Clary dudo un momento y echo una rápida mirada a la ventana, no tenía muchas probabilidades de escapar, cerró sus ojos, y pese a todo el miedo que experimentaba tomó la mano que Valentine le tendía.
Jace observo en silencio la casa en la que Clary había entrado hacia un rato, ella le había dado un golpe en el rostro, por el que de verdad se había sorprendió, no esperaba que aquella chica, de aspecto frágil y enormes ojos verdes hubiera huido de él así como así. Esperaba que hubiera accedido a acompañarlo al instituto. Pero la chica había resultado ser tan testaruda como él, y había huido y se había metido en su casa.
¿Qué estas esperando Wayland? Entra allí y llévatela, tú se lo dijiste, se podía ir contigo por las buenas o por las malas sin embargo algo parecía detenerlo allí con la espalda apoyada en un muro de la casa que quedaba en frente de la de Clary. Pronto tres figuras avanzaron en medio de la oscuridad, a lo lejos, dirigiéndose a la casa de Clary, Jace se incorporó, en completo silencio, observando detenidamente a las tres figuras, y pronto noto otra más pequeña, reptando tras los tres hombres.
Rapiñador dijo una voz en su mente, la asquerosa criatura avanzaba cada vez más, Jace arrugo la nariz, si esos sujetos tenían que ver con demonios seguro no estaban metidos en nada bueno. Pronto observo como las figuras se pedían al interior de la casa.
Una sensación de alarma hizo que fijara la vista en las luces de la casa de Clary, iban a por ella, estaba completamente seguro de eso, pero ¿por qué? ¿Quiénes eran aquellos hombres? No podía evitar sentirse preocupado por Clary, desde que la había visto, la noche anterior en el Pandemónium no había dejado de pensar en ella, a tal grado que Alec e Isabelle lo habían estado evitando por qué sacaba el tema de la chica a cada segundo.
¿Qué debía hacer? ¿Ir hasta allí? ¿Hacer que hullera con él para dirigirse al instituto? Paso un rato cuándo de pronto la vio, su cabello se notaba aún en la completa oscuridad de la noche.
¿Estaba sobre el tejado? Jace no creía lo que veía, avanzo corriendo hasta la casa de Clary, quedándose frente a un muro, y vio como un brazo la arrastraba de vuelta hacia adentro. Ella estaba en problemas.
Avanzó hasta la puerta, ignorando en su mente la vocecita que le decía que no podía pelear contra tres hombres y un rapiñador. Bueno… si podía, pero era arriesgado.
-¿Quién eres tú?- dijo una voz a sus espaldas, Jace alzo una de sus cuchillos serafines, y la figura que estaba a sus espaldas cayo hacia atrás, era un chico, el mismo con el que había visto a Clary, el que se llamaba Simon.
-Tra… tranquilo… yo solo…- Jace le hizo un gesto para que guardara silencio, el chico asintió y se incorporó lentamente.
-¿Quién eres tú?- repitió el chico, si Simon seguía hablando en voz alta haría que lo mataran.
Podría servir como distracción para el rapiñador
-Jace Wayland
-¿Y qué haces en la casa de Clary?- Jace se volvió en redondo.
-Mira Simon, hay tres sujetos dentro de esta misma casa, probablemente armados así que más te vale irte
-¿Clary está en problemas?
-Mira mundano, solo vete- Jace avanzó hacia el frente, pero Simon lo siguió- te dije que te fueras- susurro, ya exasperado.
-No me iré… no sin Clary- oyeron pasos, pasos bajando la escalera, Jace retrocedió y arrastro a Simon consigo, aquel chico solo haría que lo mataran. Ambos se escondieron junto a los rosales que había frente a la casa. Jace con el cuchillo serafín aun en mano. Pronto las figuras volvieron a salir, solo que ya no eran tres eran…
Cinco conto Jace, dos hombres vestidos de negro cargaban a una mujer, miro las manos de los hombres, eran cazadores de sombras, la runa de la visión los delataba. Por un momento pensó que era Clary, pero luego la vio, estaba extremadamente pálida, con el cabello revuelto, y junto a ella…
-Padre- susurro Jace, atónito, allí estaba su padre: Michael Wayland, con el cabello tan claro que parecía casi blanco, y sus ojos oscuros como el ébano, casi ni se dio cuenta cuándo las figuras e perdieron en la lejanía, su mente estaba en otra parte, en Idris, en la casa solariega de los Wayland.
-Está vivo- susurro, solo más tarde se dio cuenta de lo que estaba pasando: su padre se había llevado a Clary.
Como notaran en algunas partes extraje conversaciones del libro, y otras las modifique un poco :)
