— ¿Ah? ¿Eso es lo mejor que puedes dar, pequeño Bakugou? Sin tu quirk no eres tan atrevido, ¿verdaaad~? — Canturreó Himiko toga, mientras sujetaba la barbilla del joven héroe. Aparentemente una bala en su brazo derecho fue lo único que necesito para que éste deje de moverse. ¿Acaso esas eran las balas hechas en base de aquella niña de la cual tanto debían rescatar?
Ella presionó la herida, pero eso fue lo suficiente para sacar lo peor de éste, y desde lo más interior de su cuerpo se despertó una increíble furia arrecha, posiblemente la misma que utilizaría para golpear la cara de aquella mujer con lo que tenía.
— ¡No me toques, puta! Tú lo único que haces es hablar y hablar, vete a lavar el culo mejor. — La risa se escuchaba como eco por todo el lugar. Cuando estuvo a punto de re-atacar, cometió el gran error de perder de vista a Himiko, quien se escabulló gracias a su habilidad. Por más que intentaba buscar por todos lados, no lograba divisarle, ¿dónde es que se metió? Mientras tanto, comenzó a preguntarse cómo es que Kirishima no ha venido aún. "Ése idiota", mordió sus labios mientras veía como estaba su herida, por supuesto, no era algo que le impedía luchar, pero cuánto es que estaría así.
Comenzó a andar, yendo bastante rápido para encontrarse con él, yendo lo suficiente meticuloso en no darle pie a la villana para volver a atacar.
Sin embargo, en aquel pasillo divisó rápidamente a su compañero, Red Riot. Le golpeó en el hombro con fuerza.
— ¿Qué estuviste haciendo durante todo este rato, imbécil? — Su expresión de enojo fue clara. "Estaba preocupado..." sin embargo, sus palabras fueron desapareciendo cada vez más, veía negro y más negro. Sintió un agudo dolor sobre su espalda, al caer notó como aquella mujer se las arregló para apuñalarlo y que el Kirishima que vio, no era más que un clon que estaba usando.
Soltó un suspiro, ¿así que Eijiro no lo logró después de todo…? Irónicamente acabó en percatarse de que lo único que pensó en sus últimos momentos fue en él.
