Los personajes no me pertenecen, son de la grandiosa Stephenie Meyer... Espero que disfruten de esta pequeña idea ;)
¿Alguna vez han escuchando la expresión "La tercera es la vencida"? Bueno, es totalmente falsa. En mi caso, la vencida no fue a la tercera sino a la cuarta, ¿A qué me estoy refiriendo? que fue hasta la quinta vez que la vi en la que tuve una oportunidad real con ella, según mi prima Alice, aun no era nuestro momento para estar juntos y dijo tonterías sobre el destino, pero yo lo llamé mala suerte; porque era increíble como siempre había algo que me impedía estar con ella. Gracias al cielo que esa racha de mala suerte terminó con nuestro cuarto encuentro.
Recuerdo todas las veces que nos encontramos, la primera vez fue hace ocho años, cuando tenía veintiún años.
**Flashback**
Hoy era uno de esos días en lo que todo te sale mal, tenía mi amado volvo en el taller desde hace dos días y hoy mi adorado hermano Emmett decidió que una llamada de su novia era más importante que esperarme para llevarme a la universidad y mi papá se fue temprano al bufet para atender un caso importante, por lo que me vi obligado a usar el metro para llegar a clases. Por si fuera poco, gracias a los retrasos que de costumbre tiene este medio de transporte llegué retrasado a mi clase de microbiología del profesor Banner, el cual por cierto ME ODIA, ¿Por qué?, no tengo ni la menor idea, pero desde que inicié mi tercer año de medicina y entre por primera vez a su clase me gané su total antipatía, por lo que obviamente no me dejó entrar a su clase y no me extrañaría que la próxima clase haga un examen sorpresa de lo que impartió hoy sólo para joderme mi existencia.
El resto del día lo pasé entre clases y escondiéndome de Lauren en los pasillos de la facultad en mis períodos libres, esa mujer no entiende una negativa de forma educada y como Esme me educó para ser un caballero, me toca esconderme para evitarla; en fin, cuando el día llegó a su fin y pensé que por fin iría a mi casa, recordé que no tenía auto y que tendría que usar nuevamente el subterráneo ¡Qué emoción!. Y aquí estaba, después de veinte minutos de espera logré montarme, y fue ahí cuando la vi, a dos personas más a mi lado estaba la mujer más hermosa que había visto en mis veintiún años, tenía cabello castaño, con piel de porcelana y de alrededor un metro sesenta de altura, llevaba una camisa azul que le quedaba estupendamente bien con su piel, un jean azul que se le ajustaba perfectamente a su redondo y respingón trasero y unas converse azules, definitivamente el azul será mi nuevo color favorito. Ella iba escuchando música por lo que iba distraída y yo pude inspeccionarla descaradamente, le calculé unos diecinueve o veinte años y supuse que también venía de clase por el bolso que llevaba colgando, en eso volteó a verme y ¡Oh Dios! Sus ojos, eran como dos pozos de chocolate tan brillantes y expresivos, simplemente hermosos, y sólo bastaron ese par de segundos ¿o fueron más? En los que nuestras miradas estuvieron entrelazadas para saber que jamás me podría olvidar de esos ojos y de esa mujer. Después de esos segundos – O minutos- que duramos viéndonos ella apartó la mirada, y estaba totalmente sonrojada y cabe destacar que se veía totalmente adorable. Definitivamente no podía dejarla ir sin saber su nombre - y por que no, invitarle al menos un café- cuando me decidí acercarme llegamos a una nueva estación y ella se acercó a la puerta para bajarse…-¡No!-, traté de acercarme antes de que se bajara pero por la cantidad de personas que había se me hizo imposible.
Esa noche soñé con la castaña y los siguientes días seguí usando el metro con la esperanza de volverme a encontrar con ella y esta vez no la dejaría ir, pero no corrí con tanta suerte.
**Fin Flashback**
Aun recuerdo la frustración que sentí ese día y los que le siguieron, me arrepentía de no acercarme a ella un minuto antes, quizás al menos hubiese logrado que me dijera su nombre; lamentablemente el tiempo pasó y no la volví a ver, aunque a menudo soñaba con esos ojos chocolate. Pero no fue sino hasta dos años después cuando la volví a ver, y aunque por fin pude saber su nombre, había otro pequeño inconveniente.
**Flashback**
Me estaba terminando de arreglar para ir a la fiesta de mi prima Alice, estaba cumpliendo sus veintiún años y quiso celebrarlo haciendo una gran fiesta en su casa –No es como si ella necesitara muchas excusas para hacer una fiesta- Según lo que escuché, invitó a todos sus conocidos –Y a los que no conocía también-. Cuando estuve listo pasé por Tanya a su casa, más por obligación que por otra cosa. Últimamente me preguntaba ¿por qué sigo con ella? No la amo, de eso estoy seguro, pero supongo que sigo con ella por simple costumbre, ella entendía perfectamente que medicina no es una carrera sencilla y que la universidad no me deja mucho tiempo libre, y ya tenemos un año juntos, y a pesar de ser muy distintos nos llevamos relativamente bien.
La fiesta de Alice estaba siendo muy exitosa, la casa estaba totalmente llena y había gente por doquier bailando y tomando. Estaba buscando a Alice para avisarle que ya me iba, cuando la ubiqué, estaba en la mesa de las bebidas con una chica y… ¡Oh Dios! No era cualquier chica, ¡era mi castaña!, jamás olvidaría ese rostro y ese cuerpo. Sin pensarlo dos veces me acerque hasta donde estaban, tenía que conocerla.
-¡Primito! ¿Dónde estabas?- preguntó Alice en lo que vio que me acercaba a ella, y mi castaña en cuanto me vio lucía sorprendida y se sonrojó, estaba seguro que me recordaba, tenía la esperanza de que así fuera.
-Siempre he estado aquí Alice, pero como invitaste a tantas personas no me veías- contesté con humor pero sin quitarte la mirada a mi castaña, y ella seguía con su hermoso sonrojo.
-Ay primito, no tengo la culpa de que todos quisieran venir a la fiesta de la gran Allie- contestó ella siguiendo mi buen humor. –Oh, pero que mal educada, Eddy te presento a mi nueva amiga Bella; Bella, te presento a mi primo querido Edward- Bella… que hermoso nombre, hermoso como ella. Por fin puedo darle un nombre a mi castaña, la mujer de mis sueños.
-Un gusto conocerte Bella- le di la mano y una corriente eléctrica invadió todo mi cuerpo, jamás en mi vida me había sucedido algo como eso, y creo que ella también lo sintió por la mirada que me dio.
-Igualmente, Edward- no se que será más hermoso, si su voz o esa sonrisa que me dio y me deslumbró. Me soltó la mano y de inmediato la eché de menos, pero como no todo podía ser perfecto, por el rabillo del ojo pude observar como se acercaba Tanya hacia nosotros, y yo desee fervientemente el haber terminado con ella antes y ahora estar totalmente libre para estar con mi Bella, -aunque eso se puede solucionar-.
-¡Eddy, querido! Aquí estabas- dijo Tanya aferrándose a mi brazo.
Y como repito, no todo podía ser perfecto, en este caso fue el doble de imperfecto, ya que justo en ese momento llegó un hombre alto moreno y agarró por la cintura a mi Bella.
-Cariño, ¿Nos vamos?- le preguntó el chucho ese a mi castaña.
-Claro Jake, sólo me estaba despidiendo de Alice- respondió Bella un poco incómoda.
-Adiós Bells, nos vemos otro día- se despidió Alice con su alegría tan característica.
-Claro Alice- respondió Bella con una sonrisa y se alejó de la mano con ese chucho, y yo me quedé aquí con Tanya aferrada aún a mi brazo y con unas ganas enormes de dejarla aquí e ir a buscar a Bella y llevármela lejos de ese chucho.
**Fin Flashback**
Recuerdo que un día después de esa fiesta terminé con Tanya, ya no pude evitar lo inevitable. Aunque sabía que no era seguro que volviera a ver a Bella y que además, ella tenía pareja; yo no pude seguir con Tanya, sabía que esta relación no tenía futuro.
Como lo supuse, desde esa fiesta no volví a ver a Bella. Pero entre las últimas evaluaciones para graduarme y mis guardias en el hospital no me quedaba mucho tiempo libre como para buscarla, pensé en pedirle a Alice información sobre ella pero con sólo recordar que tenía novio me arrepentía porque mi intención no era interferir en una relación. Pero ese pensamiento de no hacer el intento de buscar y de no interferir en la relación que ella tuviera con ese chucho se vino abajo una tarde, ocho meses después de esa fiesta en la que supe su nombre.
**Flashback**
Me dirigía hacia el hospital para empezar mi turno charlando con Emmett, como ambos vivíamos en el mismo edificio -además de trabajar en el mismo hospital- cuando teníamos los mismos turnos utilizábamos sólo un auto.
-Entonces, ¿Cómo van las cosas con Rosalie?- Rosalie era una ginecóloga y obstetra del hospital con la cual ha salido un par de veces, y quien a mi parecer, es la única capaz de aguantar a mi hermano.
-Muy bien Eddy, mañana saldremos de nuevo. Rose realmente me gusta hermanito, ¿Sabes? Fue como amor a primera vista, desde el primer día supe que esa mujer era para mí, sólo que ella no quiso aceptarlo tan fácilmente- contestó Emmett con humor, supongo que recordando cada uno de sus intentos fallidos por conseguir una cita con Rose en el pasado.
-Te entiendo Em, sé como es eso del amor a primera vista- Emmett me miró confundido, y como no, si nunca le conté sobre Bella –De hecho, nadie lo sabe-
-¿Tú te has enamorado a primera vista Eddy?... ¿No me digas que te pasó eso con Tanya?- dijo eso último con desagrado porque Tanya nunca fue de su agrado. Mientras me decía esto nos detuvimos en un semáforo en rojo, esperando que las personas cruzaran para seguir nuestro camino.
-Si Em, me pasó algo más o menos así, pero no, no fue con Tanya- le respondí al curioso de mi hermano.
-Ohh, y ¿por qué yo nunca me enteré de eso Eddy, es que ya no me tienes confianza? Me siento herido hermanito, ¿Quién es ella?- yo sólo me podía reir, sólo Emmett era capaz de pasar de estar 'herido' a ser un niño curioso y preguntón.
-Ella es…. – fue en ese momento que me fijé en las personas que iban cruzando la calle y fue cuando la vi, ¡Es ella! Igual de hermosa como siempre, con su cabello castaño suelto en ondas, llevaba una falda entubada negra que se ajustaba perfectamente a sus curvas y una camisa azul que la hacían lucir espectacular.
-¿Ella es quién hermanito?- preguntó Emmett extrañado por repentino mutismo.
-Es ella Em- dije señalando hacia el montón de personas que estaban cruzando. - ¡Demonios, es ella!-.
-¿Quién? ¿Dónde?- Emmett lucía totalmente confundido y me hubiese reído de su cara si no fuera porque yo estaba desesperado por ir a donde estaba Bella.
-¡Bella!- Lo mejor que se puso ocurrir fue bajar el vidrio del auto y gritar su nombre. Si, estoy loco pero fue lo primero que se me ocurrió. Bella cuando escuchó su nombre volteó hacia atrás para ver quien la llamaba, obviamente no me vio y como no supo quien la llamaba sólo se encogió de hombros y siguió su camino. Yo estaba a un segundo de abrir la puerta del auto e ir tras ella cuando escuché la bocina de los carros que estaban atrás de mí apurándome.
-Ed arranca, el semáforo ya cambió- y no me quedó de otra y le hice caso, aunque mi mente no estaba precisamente en el coche.
-Estás realmente loco Eddy, en serio- Em sólo se reía de mí el muy desgraciado. Claro, como no es la mujer de su vida la que dejó escapar de nuevo.
-Emmett llama a Alice- ella tenía que darme información sobre Bella, no le había pedido ayuda antes porque sabía que Bella tenía una relación, pero ahora que la volví a ver me importa un demonio que esté con otro, yo podría luchar por ella.
-¿Qué? ¿Por qué la voy a llamar? No necesito hablar con ella- preguntó Emmett confundido de nuevo.
-Yo necesito hablar con ella pero no puedo porque estoy manejando, pero tu sí, así que la llamarás y activarás el altavoz-
-Esta bien, esta bien, ya la llamo- dijo Emmett marcando en su celular y activando el altavoz cuando se escuchó el primer tono.
-Hola Emmy, ¿Qué quieres?- contestó Alice al cuarto tono.
-Hola enana, yo no quiero nada. El que quiere hablar contigo es el desquiciado de mi hermanito-
-Alice, necesito que me digas el número de Bella o cualquier otro dato para poderla ubicarla, por favor- le pedí a Alice. Si, parecía un acosador pero no sabía de que otra formar encontrarla.
-¡Sabía que te había gustado Bella!-chilló Alice.
-Alice concéntrate, necesito que me ayudes-
-Cierto cierto, pero lo siento primito, a Bella la conocí una semana antes de la fiesta en una cafetería y fue cuando la invité a mi cumpleaños, pero no sé mucho de ella Eddy, sólo que estudia algo relacionado a la publicidad y que para esa época le faltaba un poco más de un año para obtener su licenciatura. La he visto un par de veces más pero hemos compartido poco más de diez minutos y nunca le pedí su número- contestó Alice casi respirar. –Lo siento por no poder ayudarte más- dijo esta vez con pesar.
-No te preocupes Allie, gracias de todas formas- le dije para que no se sintiera mal por no poderme ayudar.
-Uhmm ¿Ed?, sé que muy pronto la volverás a encontrar- dijo Allie tan enigmática como siempre que a veces daba miedo, sólo espero que tenga razón.
-Eso espero Allie- contesté con esperanza.
-Bueno, nos vemos este domingo en el almuerzo. Te quiero Eddy, a ti también Emmy- se despidió Alice tan feliz como siempre.
-Y ahora tú mi querido Eddy, empezarás a contarme todo la historia entre tú y esa tal Bella-
**Fin Flashback**
Ese día tuve que contarle a Em mi flechazo por Bella y unos días después me esperó Alice con su interrogatorio de tercer grado y su posterior regaño por no haberle contado antes, pero entonces me dio la mejor noticia que pude haber recibido: Bella había terminado con el chucho unos días después de su fiesta. Aunque no me quise ilusionar mucho, primero porque no sabía cuando la volvería a ver; y segundo, porque quizás cuando la vea de nuevo ella ya podría tener pareja nuevamente –Si no es que ya la tenía-.
Desde el día del incidente del semáforo Emmett se dedicó a preguntarme día tras día si había vuelto a ver a mi chica, y entre él recordándomela todos los días y yo soñando con ella cada noche, no pude sacármela de la cabeza los siguientes días. Recuerdo que cada vez que veía a una castaña imaginaba que era ella, pero vaya desilusión que me llevaba cuando comprobaba que no era ella. Pero entonces, tres semanas después de verla en el semáforo, llegó mi cuarta -y última, gracias al cielo- oportunidad.
**Flashback**
Era Viernes, y me faltaba una hora para terminar mi turno, había sido un día agitado, muchas emergencias y poco personal. Me estaba dirigiendo a la cafetería porque necesitaba una dosis de cafeína para soportar el resto del turno, cuando escuché a una chica rubia hablando por teléfono –No es que yo fuera por la vida escuchando conversaciones ajenas, pero es que ésta en específico me llamó la atención-
-Cariño llegaré un poco tarde a casa, Bella y se dobló la muñeca, creo que se la enyesarán- Un momento… ¿Dijo Bella? Puede ser cualquier otra Bella, Cullen.
Aunque sabía que podía ser sólo una jugada del destino y que no se tratara de mi Bella, pero la curiosidad pudo más que yo, por lo que revisé cubículo por cubículo hasta que la vi.
-¿Bella?- dije sin poder contenerme, ¿Y si no me recordaba?, pensé. Pero ella levantó la mirada y clavó sus hermosos ojos en los míos y se sonrojó. Cielos, como amaba ese sonrojo.
- Edward…- susurró. – ¿Que… Qué haces aquí?-
-Trabajo aquí Bella- le dije y le sonreí de lado… y su sonrojo sólo aumentó. – Doctora Webber, ¿Cómo está Bella?- Ángela Webber era muy buena amiga mía, pero mientras estuviéramos frente a los pacientes nunca nos tuteáramos.
-Muy bien Doctor Cullen, sólo fue un esguince leve. Tendrá que usar ésta férula por un par de semanas y estará como nueva- Respondió Ángela en un tono muy profesional, aunque yo no le presté mucha atención porque en lo único en que podía pensar era en que Bella estaba aquí, frente a mí y que nuestras miradas aun estaban conectadas.
–Muy bien señorita Swan, estamos listas por acá, voy a irle a firmar su alta y se puede marchar a casa- Dijo Ángela marchándose a firmar el pase de salida de Bella, lejos de mí otra vez.
-Bella… espera- la tomé por el brazo impidiendo que se fuera y sentí de nuevo esa corriente eléctrica
-¿Si, Edward?- sé que ella también sintió lo mismo que yo porque pude sentir como se estremeció.
-Yo… yo quería..- Dios, que patético soy, jamás me había puesto tan nervioso con una chica. ¿Por dónde empezar? Por el principio, idiota.
-Tu.. ¿Querías, que?- Incitó Bella y sin soltarse de mi agarre.
-Demonios… Verás Bella quizás suene patético, pero desde ese día en el metro no he podido sacarte de mi mente, luego te vi en la fiesta de Alice pero estabas con ese chucho y yo con Tanya, y hace dos semanas estabas en aquel semáforo y… Yo sólo quiero que sepas que tú me gustas Bella, desde el primer día… Suena loco pero...- No pude terminar de hablar porque Bella me había silenciado colocando su pequeña mano en mi boca.
-¿Puedes callarte un segundo Edward?- dijo riendo mi Bella pero yo aun seguía sumamente nervioso. –Tú también me gustaste desde ese día en el metro- dijo una muy sonrojada Bella.
-Amo tu sonrojo, ¿sabías?- le dije sin pensar y para mi sorpresa su sonrojo sólo aumentó. –Mi turno termina en veinte minutos, ¿Te gustaría ir a tomar un café?- le pregunté muy emocionado.
-Bella, la doctora Webber me dijo que ya podías marcharte a casa, te puedo acercar a tu casa. Le avisé a Garret de tu pequeño accidente, dice que dejes de usar esos endemoniados tacones- dijo la misma chica rubia de hace un momento riendo.
-Oh Kate, muchas gracias pero iré a tomar un café con Edward, espero que no te moleste- contestó Bella apenada, pero yo estaba más que feliz ¡Había aceptado mi invitación!.
-¡Claro que no me importa Bells!, solo ten cuidado con la mano, ¿si? ¡Cuidado con los movimientos que hagan!- contestó con picardía Kate, lo que aumentó el sonrojo de mi Bella. –Bueno entonces yo me voy, nos vemos el lunes en la oficina Bells. Un gusto conocerte Edward, cuida a mi amiga- y con eso Kate se fue y nos dejo solos.
-Entonces… ese día en el semáforo, ¿Eras tú quien gritó mi nombre?- Preguntó mi Bella con una hermosa sonrisa.
**Fin Flashback**
A esa invitación para tomar café, le siguió otra y otra invitación, decidimos ir despacio y conocernos primero hasta que por fin aceptó ser mi novia. Desde ese día ya han pasado cuatro años, cuatro maravillosos años; hemos tenido nuestras diferencias claro, pero siempre hemos sabido solucionarlas. Hace dos años vivimos juntos, para mi disgusto aún no es la señora Cullen, lo hemos hablado ya un par de veces –Tres veces para ser exactos- y ella no ve la necesidad de firmar un papel para demostrarnos nuestro amor… Pero, a la cuarta es la vencida, ¿no?. Así que yo no pierdo mi esperanza, aun.
-Edward, Bella ¿Listos para conocer el sexo de su bebé?- preguntó mi cuñada Rosalie mientras le hacía la ecografía a Bella… Oh si, ¿No les dije? Bella tenía cinco meses de embarazo y yo no podía estar más feliz.
-Claro que si cuñadita, estoy listo para que me digas que tendremos una pequeña princesita igual a su madre- dije muy seguro de mí mismo, Bella sólo rió y negó con la cabeza. De hecho, teníamos una apuesta, ella decía que tendríamos un Mini-Edward y yo, decía sería una Mini-Bella… Y como siempre, tuve razón; en aproximadamente cuatro meses tendría una Mini-Bella en mis brazos.
