Disclaimer: KHR no me pertenece, solo juego con el con mi loca imaginación.


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Una joven corría por sucias calles con un rumbo fijo, si bien Sicilia era una ciudad hermosa, no estaba desprovista de la pobreza y los barrios bajos. La chica en cuestión se detuvo al ver una escena que se le hace desagradablemente familiar: dos chicos golpean a un tercero en un parque maltrecho, donde las pandillas han marcado sus territorios con destrozos y pintando con aerosol sus nombres, normalmente ver una pelea no la haría detenerse, pero no puede ignorar que quien recibe la golpiza es un chico de unos 10 u 11 años y quienes lo golpean tienen probablemente su edad o más. Con una ira desmedida hirviendo en su interior se acerca a ellos.

- ¡Ustedes! – grita cuando está cerca para que le presten atención, cuando los chicos se giran continua pero con voz más contenida - ¿Qué creen que hacen? – ya se encuentra a escasos dos metros de ellos.

- Vaya preciosa – dice el chico más alto de los dos, quien era también el que golpeaba mientras que el chico más bajo sostenía al pequeño – solo charlábamos con esta sabandija pero si tú nos lo pides podemos irnos juntos a otro lado – esto último lo dijo con voz sugerente. La chica simplemente le miró con asco y con tranquilidad puso la bolsa marrón que sostenía entre sus brazos en el suelo y habló.

- No tengo interés en ir con ustedes – dijo en tono glacial, y con una expresión aburrida en su rostro – pero si no sueltan al chico lo lamentarán, odio a la escoria como ustedes – finalizó con una voz acerada que hizo que los agresores se miraran confundidos.

- Me parece que esta chica nos está retando Tony – dijo el chico bajo con sorna mientras aún sostenía al pequeño que ahora miraba esperanzado a la chica.

- Y yo que creí que los tres podíamos pasar un buen rato – contestó el otro con un suspiro fingido – supongo que tendremos que demostrarle quienes somos y divertirnos con ella luego – esto lo dijo poniéndose en pose agresiva y sonriendo con aires de superioridad. La chica suspiró, a pesar de tener 14 años recién cumplidos muchos decían que aparentaba menos y el ser más bien delgada no ayudaba mucho, pero quienes la juzgaban a la ligera bien pronto se arrepentían y estos chicos no serían la excepción. Vaciando su mente de todo la joven cerró sus ojos por un momento y al abrirlos unos segundos después se podía ver una férrea determinación en ellos… y algo más.

Lo primero que notaron los pobres desgraciados que no quisieron oírla fue que estaba relajada, demasiado relajada y que al abrir sus ojos había aparecido en ellos una especie de destello anaranjado saliendo de ellos, pero su orgullo no les permitía marchar así que armándose de valor se lanzaron a un tiempo sobre ella quién con una agilidad que no se esperaban les esquivó lanzando sendas patadas al estómago de ambos, luego chocando las cabezas entre ellos con fuerza dejándolos aturdidos en el suelo, la pelea había durado menos de 2 minutos y había sido claramente unilateral, con miedo se levantaron y huyeron del lugar. La chica apenas les miró y se dirigió hacia el chico que la había hecho detenerse.

- ¿Estás bien? – preguntó con voz dulce tendiéndole la mano para ayudarle a levantar del suelo donde le habían dejado, el pequeño se sonrojó y asintió con una cabezada aceptando su ayuda – vamos a sentarnos en ese banco mientras te recuperas – dijo ella guiándole a uno de los pocos asientos que no estaban destruidos en el parque. Se sentaron y ella que de paso había recogido su paquete sacó una manzana de el que le tendió.

- Gracias – dijo el niño con voz respetuosa.

- No hay por qué agradecer – dijo ella sonriendo – pero… ¿Por qué te golpeaban? – preguntó sin querer ser curiosa.

- Mi padre murió hace poco, y mamá decidió que nos mudáramos aquí, esos chicos me pidieron dinero pero como no tenía se enojaron y me golpearon – explicó el con la cabeza gacha, pasó cerca de un minuto en el cual mordió la manzana hasta que volvió a hablar – mi nombre es Roberto, mucho gusto.

- Mi nombre es (T/N) – musitó la chica en voz baja mirando el horizonte, las peleas se le daban bien pero no eran algo que le gustara o entusiasmara, solo las usaba cuando debía hacerlo. Poco después se despidió del chico aconsejándole que tuviera cuidado y se alejara de tipos como aquellos, acto seguido empezó a correr como si nada hubiera pasado, aunque no sabía que alguien había observado lo ocurrido.

La joven se apresuró a llegar al lugar al que se suponía debía haber llegado media hora atrás, si algo odiaba era atrasarse y mucho más cuando se trataba de sus pequeños hermanitos, ingresó corriendo por un viejo portón de madera que tenía colgado el cartel "Orfanato" en unas letras ya envejecidas y fue recibida por una veintena de niños a los que besó en las mejillas entregándoles una manzana de la bolsa a cada uno, la misma figura del parque se retiraba en silencio luego de ver esta escena.

(T/N) había aparecido 13 años atrás en un lluvioso 12 de febrero en una canasta de verduras envuelta en una manta anaranjada, apenas era un bebé, junto a ella una nota que decía: "Esta es (T/N) y hoy cumple un año, por favor cuiden de ella". Si bien las monjas encargadas del lugar ya tenían muchos huerfanitos a su cargo no pudieron abandonarla ellas también, su carita dulce les hizo imposible mandarla a la calle. 13 años mas tarde (T/N) era una atractiva joven de 14 años, cabello hasta la cintura y sedoso de color castaño, 1,65 de alto, piel pálida y suave y unos ojos de color avellana, si bien era honesta y justa, su cara ya no reflejaba esa dulzura que la caracterizó en sus primeros años, pues el mundo con su maldad le había hecho ver la marginación de ser huérfanos sin padres, pero ella no se dejaba amedrentar por eso, seguía en pie por sus pequeños "hermanos" como llamaba a los 23 huerfanitos que vivían ahí con ella. La mayoría de los chicos con quienes creció se habían marchado de ahí, pero el cariño de las religiosas y el sentir que debía ayudar a los pequeños le impedía abandonar el lugar, por eso trabajaba y ayudaba en lo que podía como se había prometido.

Lancia se encontraba de regreso en Italia luego de una corta estadía en Japón cuando ayudó al décimo Vongola, se había autoimpuesto la misión de visitar a todas las familias que había afectado en el trance que estuvo por cortesía de Rokudo Mukuro, incluso dispuesto a rogar por su perdón, pero no había esperado que ver una pelea callejera le dejaría tan sorprendido.

Dos chicos golpeaban a un tercero y él ya iba a intervenir cuando vio a una joven con un paquete acercarse con el entrecejo fruncido, la chica les habló con voz dura amenazándoles con que dejaran al más pequeño pero ellos solo se burlaron, más ella no pareció sorprendida por eso sino resignada, poniendo el paquete en el suelo y cerró los ojos un momento, Lancia no podía quedarse observando como golpeaban a una mujer y ya iba a tratar de intervenir nuevamente cuando lo que vio lo dejó de piedra: ¡la chica no tenía problemas al luchar! Y antes de dos minutos los cobardes ya habían huido, pero lo que realmente le había dejado incrédulo era ver las chispas anaranjadas en sus ojos que solo podían significar una cosa… ¡pero es que era imposible! Siguió observando como la muchacha trataba con amabilidad al herido, guiándolo a sentarse y charlando con él, minutos después corría con su paquete mientras él la seguía obedeciendo a un impulso, al verla entrar en un orfanato se quedó desconcertado pero las muestras de cariño que los pequeños le daban a ella y viceversa su curiosidad despertó, ¿quién era esa chica?... solo podía hacer una llamada.

Una hora después y a muchos kilómetros de ahí un pequeño en traje y con fedora se encontraba pensando. Luego de todo lo ocurrido con Xanxus había intercambiado algunas informaciones con Lancia, pero no había esperado recibir una llamada de él tan pronto y menos con una llamada de esa naturaleza que le había dejado pensativo y con dudas, y Reborn siempre aclaraba sus dudas. Dos horas más tarde recibía un fax con la información que había solicitado y que leyó con curiosidad, la chica se llamaba (T/N) y tenía 14 años, la misma edad que su Dame alumno… solo se sabía que 13 años atrás había sido abandonada a las puertas de un orfanato regentado por monjas pero si lo que Lancia decía era verdad la chica poseía la llama del cielo… viajaría a Italia, decidió.

Lancia llevaba una semana vigilando a la chica y se había sorprendido al notar lo mucho que ambos se parecían (en tiempos anteriores al menos), la muchacha defendía a los débiles y era huérfana, además trabajaba cada tarde luego de la escuela para ayudar con dinero a las religiosas, demostraba amor sincero a sus 23 hermanos… realmente había desarrollado afecto por la niña, como si fuera su hermana pequeña y su deber protegerla. Ese día aparecía el arcobaleno y decidirían que hacer, pero en su interior ya había tomado su decisión, quería ayudarla y ser su hermano mayor, la joven que tanto se parecía a su yo de la juventud merecía una vida mejor y eso podía dárselo adoptándola. Con este pensamiento se dirigió al bar donde se encontraría con Reborn.

Reborn nada más entrar Lancia lo miró y se dio cuenta que algo rondaba por su cabeza, por lo que bebieron un par de tragos hablando el más alto de trivialidades o preguntando como habían quedado las cosas en Japón para amenizar el ambiente antes de ir al punto, pero alcanzado el límite de paciencia del pequeño, éste fue al grano.

- ¿Y bien?, ¿La chica realmente posee la llama del cielo? – preguntó mirando con fijeza al otro.

- Sí, estoy seguro de ello. Cada vez que pelea sus ojos emiten ese sutil anaranjado, la he visto luchar 5 veces y en todas ellas pasó lo mismo – contestó el hombre.

- Ya veo… - dijo Reborn aun contemplando al otro pero con tono de interés - ¿y qué piensas? – interpeló haciendo que el otro se sobresaltara ligeramente por la agudeza de la percepción del arcobaleno.

- Quiero adoptarla – contestó Lancia con sinceridad – entiendo lo que es estar solo y ser huérfano, me gustaría protegerla y entrenarla.

- Hmp – musitó Reborn – Si esto es lo que harás debo revelarte una propuesta que se te hará, CEDEF está pensando en contratarte por sugerencia de Tsuna, y si hago los arreglos podrían aceptarla a ella también – Lancia miró al de patillas rizadas por unos minutos, si bien lo conocía de poco tiempo su intuición le decía que bajo aquella máscara de indiferencia del bebé algo se preparaba.

- Aún no he hablado con ella – contestó intentando ganar tiempo para pensar.

- Dispones de una semana para hacerlo – dijo el de ojos oscuros con una pequeña sonrisa, oliendo su victoria.

- Bien – contestó Lancia finalmente, no podía negar que el hecho de ser aceptado nuevamente por alguien le había hecho sentir esperanza, y el Vongola con su buen corazón le estaba dando una segunda oportunidad, esto sin duda también sería bueno para (T/N), eso si aceptaba.

- Excelente – dijo Reborn con una sonrisa que el otro no supo interpretar – Dame Tsuna no debe saber de la chica aún, pero hablaré con CEDEF hoy mismo y tu deberías hacer lo mismo con la chica – con esto dio por finalizada la conversación, retirándose luego de arrojar dinero en la mesa para el pago de los tragos, Lancia solo atinaba a preguntarse dos cosas: ¿Cómo a nadie le parecía extraño que alguien con la apariencia de un bebé bebiera? Claramente eso era todo un misterio, pero lo más importante ¿aceptaría (T/N) la propuesta? Pensando en eso apuró el último trago y salió del bar en dirección al orfanato pensando que eso sería duro.

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Bueno, este es mi primer fic largo y será un TsunaxOC

Irá algo lento al principio pues quiero presentar bien a la chica

Espero sus críticas y opiniones c: