Esta mañana te levantaste con una profunda amargura, quieres pensar que todo lo que esta pasando es una terrible pesadilla y ahora mismo quisieras despertar y verlo a tu lado. Unas lagrimas escurridizas escapan rodando por tus mejillas, intentas detenerlas pero es inútil, no importa cuantas veces te repitas a ti misma que llorar no solucionara las cosas.
Miras tu reflejo en el espejo, ya no muestro a la joven de hace tan solo dos semanas atrás, tu mirada ha perdido su brillo, tu sonrisa solo es una mueca que evita que tus padres y amigos se preocupen, también evita muchas preguntas que no estas dispuesta a responder, pero muchas veces tu intento es en vano porque eres la peor de las actrices, sin importar cuanto sonrías tu mirada te seguirá delatando, tu sonrisa nunca llega a tus ojos. El recuerdo de la persona que por primera vez te dijo eso te agarra desprevenida, vuelves a llorar, recordarlo te hace daño, recordarlo duele tanto como mil puñaladas clavándose en tu pecho al mismo tiempo y algunas veces el dolor se hace tan fuerte que solo cierras tus ojos esperando morir y dejar de sentir, pero minutos después los abres solo para darte cuenta que la vida tal como la conoces es solo un chiste cruel.
Tomaste un baño y bajaste a desayunar, tu madre te espera junto a tu padre en el comedor, quizás se te ha olvidado mencionar que has estado presa en casa de tus padres desde lo que paso, al parecer temen dejarte sola y darte la oportunidad de atentar contra tu vida, también sabes que no era la idea original de tus padres mantenerte cautiva, quizás el hecho de que cierto chico con gafas acompañado de un pelirrojo le dieran a entender "sutilmente" que seria buena idea no dejarte sola.
― Buen día mamá, buen día papá. ―saludaste al tiempo que tomabas asiento junto a tu madre.
― Buen día cielo, ¿Cómo amaneciste hoy? ―dijo tu madre mientras depositaba un beso en tu mejilla.
― Le he dicho a tu madre que hace un día perfecto para salir a caminar. ―comentó tu padre, mientras ponía un poco mas de azúcar a su café. El era la única persona que había optado por seguir tratándote igual, a diferencia de tu madre que se esforzaba demasiado en hacerte sentir bien y cuidaba muy bien cada cosa que decía con el miedo de que alguna palabra mal dicha podría desmoronarte.
― No lo se George, no me parece una buena idea ―tu madre enviaba significativas miradas que tu padre ignoro por completo.
― Tonterías Jane, una caminata larga y mucho aire fresco es lo que nos hace falta a todos. ―hizo énfasis en la ultima palabra y te dedico una mirada.
― ¿Qué dices Hermione cariño? ―preguntó tu madre.
― Creo que mi padre tiene razón. ―fue tu única respuesta antes de tomar un largo sorbo de jugo.
― Esta dicho, comeremos y luego iremos a dar un paseo. ¡Como en los viejos tiempo!
Tu madre te miraba de reojo, sentías su mirada clavada en ti, tratabas de actuar de manera normal pero se te hacia difícil fingir durante mucho tiempo seguido, la mayoría de las personas se conformaban con un par de sonrisas para dejar de examinarte, todos se conformaban, todos menos tu madre, ella sabía que no querías salir a caminar y que la razón que decidieras aceptar la propuesta de tu padre era un intento desesperado por quitártela de encima.
― Hermione, ¿Te encuentras bien? ¿Pasa algo con…?
Pero nunca terminaste de escuchar lo que decía tu madre, porque ya corrías en dirección al baño para devolver lo poco que habías comido.
Era la segunda vez esa semana, la primera había sido hacia tres días cuando comías las galletas integrales que la vecina insistía en regalarte, supusiste que el vomito era causado por el mal sabor es tenían, pero esta vez no había galletas horrendas, solo dos inocentes tostadas con mermelada. Escuchaste unos pasos acercándose por el pasillo, rápidamente te paraste dejando tu patética postura junto al vater y comenzaste a cepillarte como si nada.
― Cariño, ¿Estas bien? ―pregunto tu madre, que se encontraba detrás de ti dedicándote una mirada de preocupación através del espejo.
― Sí, estoy perfecta ―mentiste―, ¿Ya nos vamos?
― Tu padre dice que si te encuentras indispuesta…
― Tonterías, estoy en perfecto estado ―mentiste una vez más―, hace un día particularmente bonito hoy, debemos aprovecharlo.
― Hermione, ¿Estas segura?
― Por supuesto, vamos.
- Deber de terminar de comer. -dije.
― Comeré cuando regresemos, la verdad no tengo mucha hambre.
― Pero, no comiste nada ―dijo tu madre y su tono de alarma comenzaba a relucir―, no será que creíste las palabras de Lisa, cariño no estas gorda, no quiero que sus palabras te afecten.
― Lo sé mamá y créeme mi falta de apetito no tiene que ver con los comentarios de la señora Lisa.
Tu madre suspiro aliviada y luego te abrazo.
Era un abrazo fuerte, te hizo sentir segura y también te hizo sentir culpable por ocultarle tantas cosas cuando era ella quien siempre había estado allí para ti, aun cuando no sabia ni la mitad de las cosas que pasaban por tu cabeza algo en su instinto de madre sabia que no estabas bien, sabia que necesitabas ese abrazo fuerte que sin necesidad de palabras te decía que estaba contigo, que todo iba a estar bien.
Tu padre se alegro al saber que la salida no había sido suspendida. Se montaron en el coche y llegaron hasta un parque al que solían ir cuando eras pequeña, había personas acostadas en el césped disfrutando de ese sol tan impropio de febrero. Tu madre había visto a por lo menos cinco niñas que le recordaban a ti pero tu padre se encargaba de recordarle que tu no eras rubia, pelirroja y mucho menos tenias los ojos azules, tu madre reía nerviosa con las mejillas encendidas. La situación te hacia gracia y hasta parecías que te estabas divirtiendo.
Tu padre no perdió la oportunidad de sacar a relucir el tema de tu trabajo.
— Dime Hermione, ¿no harás feliz a tu padre y ocuparas tu plaza vacía en Oxford?
— Padre, ya te dije que no tengo ninguna intención de dejar mi puesto como abogada en el ministerio de magia, para ir a estudiar en Oxford.
— Pero cariño, Oxford era tu sueño ¿recuerdas? —pregunto—, no hablabas de otra cosa, pero luego llego la carta de Hogwarts y ese sueño fue quedando atrás, pero estoy seguro que en algún lado aun esta.
— Mis expectativas cambiaron papá —respondiste con la mirada fija en un pequeño lago frente a ti.
— ¿Cuáles son tus expectativas ahora Hermione? —pregunto tomando tu mano en sus manos—, ¿Quisieras compartirlas con tu padre?
Le dedicaste una sonrisa y él te la devolvió.
— Por los momentos continuar trabajando en el ministerio —dijiste—, lo demás vendrá después, tengo un apartamento, en una bonita zona y me encuentro bastante cómoda como estoy.
— Mi chica grande ¿eh? —bromeo tu padre.
Tu madre saco una cámara lentamente tratando de capturar una imagen de ambos sin que lo notaran, pero tu padre volteo, entonces se tapo la cara al igual que tu.
— De todas las cosas que pudiste sacar a tu padre, justo tenias que sacar ese ridículo odio a las fotos —refunfuño tu madre.
— Continuemos caminando antes que tu madre saque su paparazzi interior —susurro tu padre.
Siguieron caminando, tratando de ignorar los intentos de tu madre por capturarlos, alegaba una y otra vez que eran momentos que nunca olvidarían.
— ¿Y si nunca los olvidaremos porque necesitamos la foto? —pregunto tu padre divertido con la cara de tu madre.
- George -pidió.
— Vale, vale —accedió finalmente—, venga Hermione hagamos feliz a tu madre.
Tu madre te picó un ojo.
Fue en ese momento en que todo empezó a dar vueltas o por lo menos así era como lo sentías. Sentiste el brazo de tu padre alrededor de tu cintura sosteniéndote y un segundo mas tarde las preguntas de tu madre.
— ¡Cariño! —exclamo tu madre—, ¿Te encuentras bien?
— Me mareé un poco, eso es todo. —respondiste tratando de recomponerte.
— Te dije que debías comer algo. —dijo en tono severo tu madre.
— Estoy bien mamá, no hay porque exagerar.
— Si, Jane la chica esta perfecta, solo esta tratando de salvarse de una foto —dijo mientras te dedicaba una sonrisa cómplice.
— Tenemos que volver a la casa. —dijo decidida tu madre.
— No, estoy bien lo juro. —dijiste.
— Se que estas bien cariño, es solo que esta noche tendremos visita —respondió tu madre, retomando el camino de regreso.
— ¿Visitas? —preguntaste.
— Harry y Ron —respondió tu padre—, avisaron esta mañana, supongo que se me olvido avisarte.
— llegaran a las 7.
En otro tiempo esa noticia te hubiera alegrado, pero no ahora, no cuando sabías que verlos era sinónimo de hablar sobre él. Aun no lograbas recuperarte de su ultima visita, habían buscado por todo el lugar pero fue imposible encontrar nada entre las cenizas a las que quedo resumida aquella casa, sin un cuerpo que llorar y con el nombre del asesino, un chico que conocías muy bien; Theodore Nott era el culpable, Harry te prometió atraparlo incluso Ron retomo su puesto entre los aurores para ayudar en la captura del chico, pero aun así no habían progresos en su búsqueda.
Ver a Harry y Ron solo podía significar malas noticias.
Ayudaste a tu madre con la cena, respondiste al montón de preguntas sobre tu salud hasta que se quedo mas tranquila, tal como había dicho tu padre los chicos llegaron a la hora acordada.
— Hermione no se ha sentido muy bien últimamente —dijo tu madre mientras le pasaba la salsa a Ron—, debe ser algún tipo de virus.
— ¿Por qué no nos avisaste Herms? —pregunto Ron—, ¿Ya estas mejor?
— No es nada que tenga importancia Ron de verdad, me encuentro perfectamente.
— Si tú lo dices… —dijo Harry—, Deberías dejar de comer un poco, estas un poco mas… —bromeo el chico con gafas.
— No le digas eso Harry, últimamente Hermione se ha tomado ese tipo de comentarios muy en serio.
— No es cierto mamá —dijiste tratando de ocultar tu irritación.
— Vomitar lo que comes es el principio de la…
— ¿Estas vomitando? ¿No me digas que te estas volviendo como esas chicas anoréxicas? —pregunto tu padre, que ahora estaba serio.
— Hermione, olvida lo que dije, estas bien como estas —dijo Harry muy apenado—, no quiero que te enfermes.
— ¡Basta! —exclamaste—, ¿Perdieron la cabeza? No me acompleja mi cuerpo, simplemente la comida no me cayo bien. ¿Podrían dejar de hacer un lío de todo esto?
Todos guardaron silencio por un momento, y luego Harry comenzó una larga charla de política con tu padre, tu madre fue a preparar los postres, quisiste acompañarla pero ella insistió en que terminaras tu cena. El único que no te había quitado la mirada perspicaz de encima era Ron, él presentía que había cosas que no estabas diciendo tal como te lo había reclamado en varias ocasiones incluso luego de decirle lo de Nott.
— Bueno los dejaremos para que hablen y se pongan al día chicos —dijo tu madre mientras prácticamente empujaba a tu padre por las escaleras, ya que al parecer lo había interrumpido junto cuando la conversación con Harry se ponía en lo mejor.
— Muchas gracias señores Granger —dijo Harry.
—Gracias a ti chico, tienes que venir más seguido —dijo el señor Granger.
— La comida estuvo estupenda señora Granger —dijo Ron.
— Gracias Ronald. —dijo tu madre—, siempre es un placer tenerlos por aquí chicos.
Tu madre les despidió con la mano mientras continuaba subiendo las escaleras. Harry y Ron esperaron a escuchar el cierre de la puerta en el piso superior antes de atacar.
— ¿Qué es lo que realmente esta pasando contigo? —pregunto de pronto Harry.
— Ya lo dije, la comida no me cayó bien —respondiste con tono cansino.
— Hermione —llamó Harry—, realmente espero estar equivocado con mi conclusión.
— ¿Y porque esperas estar equivocado, Harry? —le retaste, aunque no tenias idea de que demonios estaba hablando.
— ¿Cuál es tu gran conclusión Harry? —pregunto Ron irónico.
— No importa, ahora me parece que hay cosas más importantes. —dijo Harry en un tono bastante serio.
— Pues hasta que alguien se da cuenta que hay cosas más importantes que mi salud —dijiste irritada, Harry y Ron te dedicaron miradas de reproche.
— Como decía… —continuo Harry—, vinimos a decirte que aun no tenemos su paradero, pero hay testigos que aseguran haberlo visto cerca de Thurso en Escocia.
— ¿Thurso? ¿Estas seguro? —preguntaste sin poder disimular la emoción en tu voz.
— Si, ¿Acaso te suena familiar? —pregunto Harry.
Ron bufo.
— Si, y me parece que se exactamente donde podríamos buscarlo —respondiste.
— Thurso, Hermione Thurso…—dijo Ron—. ¿Cómo puede parecerte familiar ese lugar?
— Nott tiene una casa allí —respondiste.
— ¿Y tu como lo sabes? —pregunto Ron.
— Estuvimos ahí durante un fin de semana hace un tiempo —murmuraste.
— Lo dices como si hubieran sido unas agradables vacaciones —comento el pelirrojo con amargura en la voz.
Le dedicaste una mirada severa.
— Allí fue donde Nott la llevo Ron —dijo Harry percatándose de la situación.
Harry le dio un codazo a Ron.
— Oh, lo siento Hermione no quise… —trato de excusarse.
Tu solo le hiciste un ademán para que lo dejara, sus disculpas solo te podían hacer sentir peor.
— Dinos como llegar —indico el chico de ojos verdes.
— No les diré —ambos te vieron perplejos—, yo los llevare.
— De ninguna manera, eso esta fuera de discusión —dijo Ron inmediatamente—, nos dirás como llegar, atraparemos al maldito y luego se lo entregaremos a los dementores para que le succionen el alma y tu Hermione Granger te quedaras fuera de todo esto.
— El arruino mi vida Ron —dijiste, mientras te sentabas en el sofá.
— La tuya y la de un montón de gente… —dijo—, y no por eso todos iremos a buscarlo.
— Es distinto, lo mió es personal —rebatiste—, lo que él hizo fue para vengarse de mi.
— Se cual haya sido su móvil para vengarse, ya no importa Herms —dijo Ron tratando de confortarte—, tu estas bien y tus padres también.
— Es que… Harry —no pudiste seguir hablando, tus lágrimas comenzaron a salir sin ningún control.
Harry se te acerco y te rodeo con sus brazos.
— Todo va a estar bien Herms, él lo pagará —te dijo.
— Eso es lo único que deseo y Harry… —susurraste—, quiero ser yo quien lo entregue.
El chico te dedico una mirada y luego agregó.
— Puedes ir con nosotros, pero permanecerás al margen —dijo.
— Estas loco, quedamos en que no la llevaríamos Harry —dijo Ron.
— Conoces a Hermione, aunque no la llevemos conoce el lugar mejor que nosotros y podría ir por su cuenta —dijo Harry y luego ignorando por completo a Ron continuo— Iremos al ministerio mañana e informaremos de nuestros planes, atacaremos por sorpresa pasado mañana.
Ron dejo muy claro que no estaba de acuerdo, cuando solo te dedico un simple "nos vemos" antes de salir junto a Harry que a diferencia del pelirrojo te abrazo y paso un largo rato despidiéndose. Querías mucho a Ron pero jamás volvería a dirigirte la palabra si tuviera la mitad del conocimiento que tenia Harry sobre el tema.
