Descargo de Responsabilidad: Bleach no me pertenece, es de Tite Kubo.
Ichigo miró por última vez el frasco frente a él. Aquel objeto le había acompañado por varios años, y nunca lo había abierto. Pero había llegado la hora. Asegurándose una vez más que Rukia no estuviera cerca, asió el martillo que previamente había tomado de las cosas de su padre, rompió el frasco y contó el dinero. Luego, salió de casa.
Más tarde, esa noche, Rukia regresaba a su casa temporal. Había pasado toda la tarde y parte de la noche en casa de Orihime, charlando y pasando el rato con Tatsuki y las chicas. La hermosa chica le había invitado a pasar la noche allí, pero amablemente, Rukia tuvo que negarse. Nunca se sabe cuándo un hollow pueda aparecer, y la joven shinigami debía estar cerca de Ichigo cuando eso pasara.
Rukia, como tantas otras veces, se vio obligada a escalar por fuera de la casa para poder entrar sin ser vista a su dormitorio temporal. Al llegar, su compañero de batallas estaba por irse a dormir. Sin molestarse en dar explicación alguna por su hora de llegada (e Ichigo tampoco preguntó nada), se metió directo al armario de su anfitrión. Una sorpresa le esperaba allí. Un par de vestidos, justo de su talla, colgaban del armario destilando un suave aroma a recién salido del aparador.
—I... Ichigo ¿qué es esto? —inquirió ella sin poder ocultar la sorpresa en su voz.
—Lo que ves, vestidos —replicó él con cierto tono irónico y burlón, y luego apagó la luz dando a entender que se largaría a dormir y no quería ahondar en el tema.
—Ya sé que son vestidos, idiota —se defendió ella—. ¿Pero por qué…?
—No quiero que sigas tomando la ropa de Yuzu —interrumpió él—. Ya me regañó cuando encontró su pijama aquí, así que te traje eso. Al menos da las gracias —añadió rápidamente, y se metió a la cama a dormir dándole la espalda a su compañera.
Ante el último gesto, Rukia entendió la verdad tras las acciones evasivas de su amigo y sonrió con picardía, y luego agradecida.
—Gracias, Ichigo —murmuró suavemente antes de cerrar las puertas del armario para dormirse también.
Por su parte, aun despierto, ya sus facciones relajadas y mirando por la ventana, Ichigo respondió suavemente:
—De nada, Rukia.
—Fanfiction, 24 de octubre de 2014.
